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Karmelo C. IRIBARREN, Diario de K.

Renacimiento, Sevilla, 2014, 199 págs.

Lo importante suele pasar ante nuestros ojos, pero de incógnito.


La belleza es injusta y necesaria.


Justo ahí, donde el río se transforma en ría, qué sucede.


La intimidad es como el universo, no tiene límites: todo es apasionado afán de búsqueda y descubrimiento en ella.


El amor te eleva y luego te suelta.


A los que carecemos de imaginación, solo nos queda la vida diaria pasando, es decir: un filón inagotable.


Los aforismos, a veces, son espejos a los que preferirías no asomarte.


La prosa de la vida está llena de poesía.


Ver llover sobre el mar me hace pensar en ti.


Si me vieses por dentro, te verías.


Aforista: trapecista.


La mariposa tiene una forma antigua de volar.


Fingiendo se entiende la gente.


Echar de menos algo que no ha sucedido, que seguramente no sucederá nunca, es -de alguna forma enfermiza- hacerlo casi real.


Nadie vuelve igual.


También uno puede llegar a ser esclavo del miedo que da.


Hay mujeres que no se acaban nunca.


Llevo toda la vida acercándome a algo importante que no para de moverse.


Los que pude haber sido no me lo perdonan.


Hay un tipo de sabiduría que solo alcanza el que sabe mirar.


Cuesta años y trabajo fracasar completamente.


Un poco de pudor le pone un no sé qué al amor que lo hace irresistible.


Disfruto viendo pasar gente a cierta distancia.


Hay esperanzas que te impiden vivir.


La duda es una puerta entreabierta.


No me gusta cerrarle la puerta a nadie, pero prefiero que el mundo se quede fuera.


Cuando solo te admiten, lo mejor es irse.


Ser moderno es muy viejo.


El amor, si existe, resiste.


Para llegar lejos no hace falta moverse demasiado.


Hagas lo que hagas, al final te salen grietas.


Los siglos capitulan, la yerba no deja de crecer.


La ciencia avanza imparable, pero Dios, de momento, resiste.


Uno es el que es, los que no pudo ser y los que no quiso ser.


Los sueños empiezan a hacerse pequeños al día siguiente de cumplirse.


Se mezcla entre la gente para que parezca que él también se dirige a alguna parte.


Las ilusiones perdidas siempre se las encuentran otros.


Qué ganas de vivir te da el amor. En eso se parece a los cementerios.


Escribir tan claro que suscites interrogantes, dudas.


Mientras vivimos, la eternidad se viste de rutina.


Vivimos porque se mueren otros.


El que se da importancia en serio, es un bromista a su pesar.


Los aforismos son como los primeros planos de la inteligencia.


El futuro tiene un prestigio que el presente desmiente continuamente.


Vivir es olvidar la inmediatez de la catástrofe.


Un montón de sucesos irrelevantes forman una vida única.


Solo viajamos los que viajamos poco.


Si viviésemos más tiempo, lo haríamos todo muchísimo mejor y muchísimo peor.


La posteridad, qué cosa tan antigua.


A las personas les define lo que no tienen.