Trea, Oviedo, 2017, 126 págs.
Hay que tener valor para omitir todo lo que se quiere decir.
Las palabras siempre terminan de cocerse en horno ajeno.
La poesía puede hacer estallar el cristal con un solo silencio.
El mundo es cada persona.
Algunas mentiras son verdades de urgencia.
Muchos espejos son charcos: algunos, sin fondo.
Dicen que todo es una gran mentira y quieren que les creamos.
La soledad es no tener a quién decir lo siento.
Somos el único rebaño en que cada uno va a lo suyo.
A veces, cuando se acoplan nuestros sentimientos, retumban.
Quien exige amor eterno, termina rogando solo por un instante.
Decir que el amor es para toda la vida solo demuestra que tenemos varias vidas.
Los pasos que das nadie te los devuelve.
El equilibrio no es un estado, sino un instante.
El laberinto no puede escapar a la mente humana.
No hay grieta que soporte la rotundidad.
La vida es ir a Ítaca y acabar en Roma.
Los sueños siempre se hacen realidad, aunque sea en otras personas.
La neofilia es el quinto jinete del Apocalipsis.