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230.      La mayor parte del mencionado códice se compone de ordenanzas municipales según el encabezamiento: Haec est carta quam fecerunt boni homines de Salamanca ad utilitatem civitatis majorum etiam et minorum, y a lo último firmatum est carta Salamantini. Hacia la mitad de él se ingiere una parte del fuero del conde Raimundo: �In Dei nomine et ejus gratia, este fuero trobamos de la poblacion del conde don Remondo que pobló a Salamanca.-Sobre las obligaciones y derechos .de los clérigos, cte.� Dichas ordenanzas en su mayoría datan del 1174 al 76; así lo indican el notable capítulo que insertamos en la pág. 103(**1), relativo a las juras o levantamientos contra Fernando II, y la existencia de las parroquias allí enumeradas que citamos en la 101(**2) y cuyo origen preciso nos consta por otros datos. Para muestra pondremos las siguientes disposiciones: �Todo ome que dados jugar, enforquenlo.-Vezino de Salamanca que en fonsado fuer e con la seña non posar, menos valiente sea por ello.-Todo ome que en carrera bofordando empetrar a alguno, non salga enemigo ni peche coto, e si dixieren sus parientes por tu voluntade lo mateste, jure con XII vezinos e salga de calonia.�

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231.      Las cuatro plazas acrecentadas se proveyeron en Juan Arias Maldonado, Diego Álvarez de Sotomayor, Domingo Juan de Santo Tomé y Domingo Benito. De la misma reina hay en el archivo municipal otra cédula de 10 de junio de 1345 mandando observar una ley del libro del juzgado de León que imponía cierta pena de azotes a las barraganas de los clérigos.

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232.      En 13 de febrero de 1523 mandóse suprimir como nuevamente creada la que obtenía Antonio Hernández sentenciado a muerte por traidor, es decir, por comunero.

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233.      Había además por uno y otro bando dos sexmeros procuradores generales del común elegidos anualmente por los vecinos con cuatro diputados, y éstos y los regidores hasta 1766, debían vivir inviolablemente dentro de su respectiva demarcación. De la misma manera estaba partida en dos coros la clerecía. Al bando de San Benito o parte meridional de la ciudad correspondían las parroquias de la Catedral, San Isidoro, San Benito, San Blas, San Bartolomé, San Millán, San Adrián, San Román, Santo Tomás Cantuariense, San Pablo, Santiago y el arrabal del puente; al de San Martín o distrito septentrional San Martín, San Justo, San Julián, Santa Eulalia, San Boal, Santo Tomé, Santa María de los Caballeros, San Juan de Bárbalos, la Magdalena, San Marcos, San Mateo, Sancti Spiritus y San Cristóbal.

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234.      A unos curiosos manuscritos del siglo pasado, poseídos por el Sr. don Camilo Álvarez, chantre de aquella catedral, debemos los copiosos datos hasta hoy inéditos que vamos a extractar en las siguientes notas, y otros muchos que hemos aprovechado. Todas sus indicaciones van fundadas en escrituras cuya data se expresa. De la casa de los Rodríguez de Villafuerte o condes de Grajal, hace mención una memoria cronológica del convento de San Esteban: �e en este tiempo (1415) el doctor Acevedo facia sus casas a S. Benito e el doctor Juan Rodríguez acabava su torre.� En la plaza del Comercio tenían las suyas los Flores, señores de Calzadilla, y los Ordóñez Villaquirán señores de Riolobos, en la calle del Prior los Tejedas señores de Mozodiel y los Maldonados marqueses de Castellanos, en la de Cabrera los Rodríguez del Manzano y los Rodríguez de Monroy, señores de Tornadizos, en la Rúa los Nietos señores del Cubo, otros Nietos señores de Alba de Yeltes, y los Paces cuya habitación llamada la Alcacería, dicen remontaba al 1330; sus corrales comprendían cuarenta y cuatro casas cuyos moradores estaban exentos de pechos y de la jurisdicción ordinaria, y los poseía en la época de los bandos Antón de Paz, cuyo escudo de diez roeles resalta en una de sus dos puertas sostenido por leones de plano. La Rúa de San Martín antes se titulaba de Francos por los que trajo consigo el conde Raimundo. La del Prior, llamada así por el de San Vicente que venía por ella a caballo desde su monasterio al concejo, suena en 1300, la de Cabrera en 1290, la de Peripacho, (corrupción de Pelay Facha) en 1276, la de Juan del Rey canónigo de Salamanca en 1240, la del Sordo (ahora cerrada) de San Martín en 1276. La del Prado se denominaba de San Sores (San Zoilo); la Rúa menor y la del Ochavo no se abrieron hasta 1580.

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235.      Cuéntase que por cada concha ofrecían una onza de oro los jesuitas, deseosos de adquirir la casa para demolerla, y que a ningún precio la pudieron conseguir. De los Maldonados señores de Bárbalos, a cuya familia pertenecía don Pedro Maldonado Pimentel degollado por comunero, la heredó el marqués de Valdecarzana.

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236.      Nómbrase la Puerta del Sol en escritura de 1230, la calle de los Libreros rúa de San Isidro en 1250 y rúa nueva en 1400, la Traviesa en 1420, la de Serranos desde que los trajo por pobladores el conde Raimundo, y allí vivían los Maldonados, señores del Maderal; en la de San Pelayo estaba el colegio de los Verdes.

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237.      Fue muy poblada la calle y tenía dos casas de Maldonados, unos señores de Espino de Arcillo, y otros de Aldea Tejada; a espaldas de la iglesia las de los Maldonados señores de Morillo, y de los Solís señores de Cañada y Centerrubio, que son las dos existentes; más allá la de los Acevedos, erigida en 1415, como dijimos en la antepenúltima nota, y la de Maldonados señores de Barregas. En la calle de Sordolobo, hoy de Meléndez Valdés, había las casas de los Godínez condes de Santibáñez, de los Maldonados señores de Carrascalino, y de los Paces, señores de las Navas; en la de Moros las de los Guzmanes señores de la Aldehuela, y de los Nietos señores de Tirados, y en ella vivía Francisco Maldonado, el compañero de Padilla: de ambas calles hay mención en 1350. La de San Bernardino tomaba nombre del hospital que hubo en ella.

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238.      Fue el hospicio en el siglo XVI colegio de jesuitas y antes casa de los Herreras, señores de Pedraza. Contenía además este distrito las antiguas parroquias de Santo Domingo de Silos y de San Vicente, el monasterio del mismo nombre, los conventos de Benedictinas de Santa Ana y de Magdalenas de la Penitencia, en la calle Empedrada los colegios de San Juan y de los Ángeles, y los de la Magdalena y de la Concepción de teólogos en la calle larga llamada de Laserna a causa del prior de San Vicente que la trazó en 1430. La calle del Horno de Juan de Ciudad, recibió su denominación de un montero de Juan II, y la de San Hilario, titulada posteriormente de los Mártires, de la ermita que había fuera de la puerta Falsa.

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239.      Poseyéronla los Abarcas Maldonados, señores de Villares Dardo, y la del portal contiguo los Zúñigas Palomeques, marqueses de Flores Dávila. La plazuela se llamaba Atrio de San Agustín, y la contigua calle de la Longaniza antes fue de la Moneda; otra donde estaba el colegio de Huérfanas se apellidaba Palmita del Diablo, y en memoria de las suprimidas parroquias había calles tituladas de San Pedro, de San Salvador y claustrilla de San Juan del Alcázar. La plaza del Rey se nombra la Vieja en documentos de 1490; la calle de Placentinos figura en 1336, en 1419 la del Almendro, y en 1490 la de Valflorido.

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