Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

420.      La confusión nació tal vez de equivocará Alfonso VIII el de las Navas, que fue realmente criado en Ávila, con Alfonso VII el Emperador, a quien algunos llaman VIII contando por VII de Castilla al I de Aragón. Pero la narración del manuscrito de 1517 seguida por Ayora, difiere notablemente de la de la segunda crónica ampliada y dada a luz por Ariz. La primera supone al rey niño ausente de Ávila cuando vino su padrastro y que se pidieron dos meses de plazo para mostrárselo vivo; dice que trescientos caballeros fueron a buscarle a Trava, convirtiendo en nombre de pueblo el apellido del tutor don Pedro, y en otro pasaje con mayor desatino corrige Calatrava; y por último revelando constantemente su pasión aristocrática, atribuye a venganza de la gente echada años atrás de la ciudad el consejo dado al sitiador de tomar por rehenes los mejores omes e los fijos de los Serranos. De la solemne presentación de Alfonso en lo alto del cimborio no hace mérito alguno, y en cambio habla del sitio puesto en seguida a la ciudad por el aragonés que la otra pasa en silencio.

Anterior


421.      Trae Ariz como existente en su tiempo la inscripción de la cruz, pues la hizo poner hacía 1517 el mismo Bernal de Mata, inquiridor de los orígenes de Ávila, y por esto y ser tan disparatada renunciamos a transcribirla. Cantíberos es un corto pueblo siete leguas al norte de la capital, donde añaden que se puso por señal un canto muy alto, y venían los caballeros el día del aniversario e bofordaban e alanzaban e fazien grandes alegrias: además se designan dos aldeas o caseríos en tierra de Piedrahíta tituladas Blasco Jimeno y Sobrinos en memoria de sus expresados señores. Todo esto vale tanto, poco más o menos, como la sentencia escrita en letras de oro y dada en Burdeos contra el rey Alfonso de Aragón por Guidón Malato de Sansoña, juez de reptos e desafíos, como el real diploma en que Alfonso VII dio por escudo de armas a la ciudad su propia efigie de niño asomada a las almenas, como la gracia otorgada a los descendientes del retador de ir por caudillos en todas las expediciones. No extrañamos que no se encuentren en el archivo tales documentos, sino que haya quien los busque y quien los cite.

Anterior


422.      Aún no está olvidada la polémica que en octubre de 1866 sostuvo sobre las Hervencias de Ávila el señor La Fuente con don Juan Martín Carramolino, convenciendo de falsedad aquella tradición con un vigor y desenfado que no desconcertaron el imperturbable candor de su contrincante. Sentiríamos casi, por no parecer parciales en el dictamen, que la razón esté tan de parte de nuestro amigo, si los estudios que hicimos pocos meses antes en Ávila sobre este punto y demás de su historia no nos hubieran puesto en el caso de juzgar por nosotros mismos. Sólo se equivocó al principio en creer al P. Ariz, primer forjador de la patraña, cuyo origen hubo de remontará Sedeño y luego a Ayora y al manuscrito de 1517; pero aunque más se remontase no dejaría de ser patraña.

Anterior


423.      Azuel, rey de Córdoba y Abenceta de Sevilla, los nombra la crónica latina de Alfonso VII, de los cuales no hallamos mención en las historias arábigas, y debieron ser dos de los muchos reyezuelos que brotaron en la península a la caída del imperio de los Almorávides. Fue esta batalla en 1.� de marzo de 1143, en el río que dicen Adoro, según los Anales Toledanos(**11).

Anterior


424.      Exercitus vero, dice la expresada crónica, Moabitarum et Agarenorum quando veniebat in terram Toleti aul in civitates ejus, nullam moram ibi faciebant nisi moram unius; diei et unius noctis, et protinus revertebantur in terram suam propter metum Imperatoris et propter viros bellatores qui habitabant in Avila et in Secobia.

Anterior


425.      Leemos en los Anales Toledanos: �Fueron los de Ávila a tierra de moros a Sevilla, e vencieron al rey Abenjacob, e mataron al rey fillo d'Alhagem e al rey Abengamar, era MCXCVI.� En esta derrota de Abu-Jacub, mancebo de diez y nueve años a la sazón, que sucedió luego con el nombre de Jucef al califa Abdelmumen su padre, convienen las historias árabes (Almakkarí, tom. II, pág. LIV del apéndice), nombrando entre los que murieron al pie de los muros de Sevilla a Ibn Gharun (Abengamar) e lbnu-I-hajjam (hijo de Alhagem). Con más alteración de nombres hallamos en la historia de Ávila que los dos hijos de Jimeno vencieron al moro Averrazo que les tenía cortada la retirada, que Sancho triunfó de Aficiabicemal e de Abofalí, hijo de Alfage, y que Gómez lidió victoriosamente con dos reyes moros en Galapagar, delante de Sevilla.

Anterior


426.      Estaban los sepulcros de los dos adalides en la parroquia de Santiago, junto a la puerta principal del cierzo; pero desaparecieron sin duda con la reedificación de la iglesia a principios del siglo XVI, y Ariz hubo de transmitirnos ya por copias sus epitafios con hartas erratas que hemos procurado rectificar por el sentido, aunque el estilo de ellos, sobre todo el del segundo, demuestra su autenticidad. Decía el de Sancho: Hic jacet Sanctius Ximenez gemma omnium Hispaniarum, dux et famosus miles, qui XXVI vicibus dux eorum extilit, qui inter Sarracenos obiit anno Domini MCLXXIV. El de Gómez nos parece coetáneo y sumamente interesante, advirtiendo que en el sexto dístico falta el pentámetro.

               Triste letum mortis lacrimis recitetur obortis:

                    Gaudia vita creat, mors ea precipitat.

               Plangant inde boni quod Gomesio Ximenoni

                    Mors fera prevaluit huncque suis rapuit.

               Sarracenorum proceres per damna suorum

                    Nomen et eximia iacta sciere sua.

               A quo devicti per lites quinque viginti,

                    Regia purpurca sanguine tincta sua

               Corpora spersere tristes ac ingemuere,

                    Tanto quod hic patuit sic et cos notuit.

               Rex Abenjacob turbatus praeestitit ex hoc

                    ................................................................

               Non armis stratus, langore sed exanimatus

                    Hic jacet: alma Dei gratia parcat ei.



Obiit era mill. ducentesima decim. secunda octavo idus julii.

Anterior


427.      Así lo prueban las terminantes palabras del arzobispo don Rodrigo: Et sic majoribus (Salmanticae) regi faventibus, quorum sententia principio non potuit prevalere, vim vulgi multitudine faciente... demum suis majoribus et suo principi pro venia supplicabant, et sic rex victor civitatem ut voluit subjugavit, majoribus qui sibi faverant honoralis. Véase la relación del hecho, pág. 22(**12), de este tomo, y el importante documento relativo a él probablemente que publicamos... pág. 103(**12). Mucho resta que estudiar en aquel levantamiento, y algo contribuyen a ilustrarlo las referencias de la historia de Ávila que cumpliendo con lo ofrecido, pág. 221(**12), presentamos en este lugar.

Anterior


428.      De aquella expedición según unos, y según otros de la salida de los rehenes dados a Alfonso el Batallador que murieron en las Hervencias, data el nombre de Mala Ventura y el cerramiento de dicho portillo, que de los del lienzo meridional de la muralla, es el más cercano al oeste. En cuanto a Nuño Ravía dudamos que pudiera asistir a la toma de Cuenca, verificada en 1177 y posterior, de consiguiente, al alzamiento de los salmantinos que sucedió con corta diferencia de 1170 a 1174.

Anterior


429.      �Y de aquí, dice la expresada crónica, tuvieron muy gran malquerencia unos con otros, e por este lugar ovieron muchas vegadas vueltas e bollicios, e ovieron mal a caer en tal guisa que non fincó de ellos sinon aquellos que eran vueltos, con los fijos e con los nietos de los dichos que eran llamados mercaderes. Estos son los que se llaman agora Castellanos en Ávila, ea los llamados serranos tienen que ellos son los Castellanos derechos e de tales que en ellos nunca cupieron menestrales, e sí todos cavalleros e escuderos, e guarecieron siempre por caballería e non por al, e nunca se mezclaron en casamiento con menestrales ni con ruanos (de rua calle de tiendas) ni otros omes nengunos fuera de con caballeros fijosdalgo, ni lo farian por cosa nenguna del mundo.�

En la historia del de Ariz se notan ya eliminados todos los hechos y pasajes referentes a la antigua animosidad de clases.

Anterior