840. En acta capitular de 7 de junio de 1559 se da cuenta de «como los de la Compañía de Jesus querían emplearse en el servicio de esta ciudad y comenzar a leer gramática y artes y que querían hacer una práctica persuasoria al pueblo en la iglesia», y se acuerda que la hagan en el coro el domingo por la tarde. En 1561 determinó el cabildo darles una limosna. En 1599 les concedió el ayuntamiento cien mil maravedís para el reparo y edificio de las clases de los generales donde se leía gramática, y prohibió en 1708 que la enseñaran otras comunidades, como los Agustinos y Carmelitas que pretendían igual derecho.
841. En dicho año, escribe Colmenares, hizo donación de sus contiguas casas al convento Juan Hurtado de Mendoza, mayordomo mayor del rey, cuyo padre estaba allí sepultado.
842. COLMENARES, cap. XLIV de su Historia, párrafo 3º.
843. Carta del marqués del Arco al autor.
844. Por esta consideración dedicamos al real sitio de San Ildefonso y a su comarca el tercer capítulo de la 1ª. parte del tomo de Castilla la Nueva, prescindiendo de la división territorial.
845. Véase la pág, 605 y su nota(**74).
846. En ella tuvo sínodo diocesano en 3 de mayo de 1440 el obispo don Lope de Barrientos, quien residía constantemente en Turégano por su enemistad con don Juan Pacheco que estaba apoderado de Segovia.
847. Cita Colmenares al efecto en el cap. V de su historia multitud de autoridades, empezando por la Crónica General, que a nuestro juicio distan mucho de ser concluyentes. Algunos a fin de conciliar las dos opiniones, dicen que el padre del insigne emperador era de Itálica, pero la madre de tierra de Pedraza, añadiendo que se llamaba Aureliana y que de ella tomó nombre el lugar de Orejana. Todo ello es tan gratuito como la reducción de Pedraza a la Metercosa de Tolomeo que caía al sur de Toledo, tomando pie de un despoblado que hay en su término llamado Meteroso.
848. Dice el letrero: «Don Iñigo Fernandez de Velasco quinto condestable de la casa de los Velascos, año 1561», y por la parte de dentro «1577».
849. Alonso de Palencia, único que refiere este odioso atentado, lo atribuye sin rebozo al rey que pretendía a toda costa apoderarse de Pedraza.