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  —49→  

ArribaAbajoActo III

 

El teatro representa una parte de la villa de Martos situada en anfiteatro sobre una alta colina. A la izquierda del actor habrá una quinta de arquitectura árabe con emparrado, naranjos y macetas de flores a la entrada. Sobre esteedificio, que será de un solo cuerpo, habrá un mirador o terrado morisco. En lo más alto del cerro se elevará haciala derecha un áspero y desnudo risco, en cuya cima habrá una meseta y sobre ella un castillo morisco con puerta que a su tiempo ha de abrirse. Habrá también una loma transitable entre la villa y la fortaleza.

 

Escena I

 

El REY. CASTRO.

 
 

(Aparece El REY voluptuosamente reclinado sobre un escaño de junco bajo el emparrado y entre las flores y frutales que adornan la entrada de la quinta.CASTRO en pie a su lado.)

 
EL REY
Deliciosa quinta es esta.
Los monarcas del oriente
saben serlo; que no hay gloria
como nadar en placeres.
Buen alarbe que plantaste 5
estos amenos vergeles,
si yaces en torno mío
bajo algún florido césped,
séate ligera mi planta;
que aunque austera me lo vede 10
mas estrecha religión,
yo también, nieto de reyes
perdidas cuento las horas
que no hermosea el deleite.
  —50→  
CASTRO
Por cierto que vuestro hermano 15
en el cerco de Alcaudete,
entre cascos y ballestas,
no tendrá tan buen albergue.
EL REY
La esperanza de vencer
leconsolará. Es valiente. 20
Yo también de tal blasono;
mas acaudille a mis huestes
en buen hora; que es locura
arrostrar soles y nieves
por ganar, Castro, una villa 25
elque tantas villas tiene.
Me hallo bien entre las rosas
y no envidio sus laureles.
CASTRO
Sólo faltaba, señor,
a vuestra dicha que fuese 30
menos vana y desdeñosa
doña Sancha.
EL REY
Está rebelde,
mas no pierdo la esperanza;
que el tiempo todo lo vence.
CASTRO
Olvidadla. Mil bellezas 35
ansiarán lo ella pierde;
que los reyes son contados
y sin cuento las mujeres.
EL REY
Nacen todas caprichosas,
mas Sancha a todas excede. 40
¡Desprecia al rey de Castilla
por un condenado a muerte!
Confieso que al declararlo
su boca, como un demente
me enfurecí; mas la calma 45
otra vez al seno vuelve;
que si de un placer me priva,
otro más dulce me ofrece:
la venganza.
CASTRO
Aún no ha vencido.
Fiad en su sexo débil. 50
Si ama a Carvajal, acaso
cuando el momento se acerque
—51→
del suplicio...
EL REY
No está lejos.
¿Pero qué hace que no viene
mi caro tío?
CASTRO
Sin duda
55
temeroso de la plebe
dictando está precauciones...
EL REY
¿Quéconcepto te merece
mi tío?
CASTRO
Señor...
EL REY
¿Te turbas?
Hablar sin recelo puedes 60
CASTRO
Pues le dais vuestra confianza,
digno de ella me parece.
EL REY
¡Lindamente! ¿Y qué dirías
si de mi gracia cayese?
CASTRO
Señor...
EL REY
¡Señor...! Yo no gusto
65
de aduladores: ¿entiendes?
¡Que nunca se libre un rey
de esa maldecida peste!
Si te precias de sincero,
di que es don Juan un aleve, 70
un traidor, un ambicioso;
di que España le aborrece
como le aborrezco yo;
di que me afrenta y me vende.
CASTRO
(¿Hoy la toma con don Juan? 75
Seguiremos la corriente.)
Pues queréis, señor, que os diga
la verdad, mucho se duelen
vuestros súbditos leales
de que las riendas se entreguen 80
del estado a un hombre odioso,
indigno de su progenie
excelsa, y cuya maldad
ya es proverbio entre las gentes.
EL REY
Es un perverso.
CASTRO
Un hipócrita.
85
EL REY
Escrita lleva en la frente
—52→
la perfidia y la bajeza.
CASTRO
Rastrero y vil con el fuerte,
tirano con el humilde,
y si la fama no miente, 90
-(Perdone el señor don Juan)-,
tiene sus puntas de hereje.
EL REY
Yo mi privanza le dí
mancebo inexperto y débil.
Sus lisonjas me engañaron, 95
más no tardé en conocerle.
Si aún sufro y el pie no pongo
sobre su cuello insolente,
temor del poder inmenso
que ha usurpado me detiene; 100
que ese infame, aunque rubor
elconfesarlo me cueste,
más que yo manda en Castilla.
Mas día vendrá en que truene
mi reprimido furor 105
y él caiga y Castilla tiemble.
CASTRO
(Si así pierde su privanza,
¡no sea yo quien la herede!)
 

(Suena un atabal.)

 
EL REY
¿Qué atabal...?
CASTRO
El pregonero,
que recorre los cuarteles 110
anunciando la sentencia...
EL REY
Así será más solemne.

EL PREGONERO   (Gritando dentro.) El rey, y en su real nombre el su merino mayor: visto el juicio formado contra los hermanos don Juan y don Pedro Carvajal, acusados y convictos del crimen de alevosía y traición y homicidio violento, los condena a ser arrojados por mano del verdugo de lo alto de la pena de esta villa de Martos para escarmiento de traidores.

 

(Suena otra vez el atabal.)

 
EL REY
¿Y cómo el terrible fallo
oyeron los delincuentes?
CASTRO
Con noble serenidad. 115
  —53→  
EL REY
Sus almas son de buen temple;
y me huelgo de saber
que como soldados mueren.
 

(Corónanse de SOLDADOS las almenas del castillo. Un oficial distribuye otros por la loma que conduce de la villa a la peña. Otro coloca también centinelas en varios puntos para tener en respeto al pueblo, que saliendo de la villa va ocupando el cerro.)

 


Escena II

 

El REY. CASTRO. SOLDADOS. El pueblo.

 
CASTRO
Ya los arqueros asoman
por las almenas del fuerte. 120
EL REY
Y el populacho curioso
por la colina se tiende.
CASTRO
¡Que siempre atraigan al vulgo
espectáculos crueles!
Miradlos. Con menos ansia 125
asistieran a un banquete.
EL REY
¡Singular pasión! Y acaso
a los reos compadecen,
y si librarlos pudieran...
CASTRO
No haya miedo que lo intenten, 130
que está el cerro bien guardado
y hay cuatrocientos jinetes
entre la plaza y la vega.
 

(Sordo rumor y continuo movimiento de la muchedumbre de ambos sexos y de todas edades que pugna por coger puesto. Los SOLDADOS los desvían con aspereza y procuran imponer silencio.)

 
EL REY
Como soy que me divierte
aquel confuso bullicio. 135
CASTRO
Cubierto con esa verde
espesura nadie os ve...

 (Siguen hablando aparte.) 

UNA MUJER
¡Ave María! No apriete.
UN HOMBRE
Haga paso.
OTRO
¡Mari-Nuño!
Poraquí.
  —54→  
OTRO
¡Niños de leche
140
a estas funciones! ¿No ve
que es fácil que la atropellen?
MUJER CRIANDO
Lo traigo para que aprenda.
EL HOMBRE
¡Si apenas tiene seis meses!
UN SOLDADO

 (A otro grupo.) 

¡Eh! Poca bulla. Ya he dicho 145
que se callen y se asienten.
UN NIÑO
Madre, ¿dónde está la horca?
UNA MUJER
No hay horca.
EL NIÑO
¿Pues cómo mueren?
LA MUJER
¡Despeñados!
UNA JOVEN
¡Virgen madre!
OTRA MUJER
¡Qué horror!
UN HOMBRE
Y son inocentes.
150
UN SOLDADO

 (Amenazando.) 

¿Qué ha dicho?
EL HOMBRE

 (Temblando.) 

Yo nada... nada...
OTRO SOLDADO
¡Silencio! Nadie resuelle.
 

(Las amenazas de los SOLDADOS aterran a la multitud, y aunque siguen los murmullos con muestras de general descontento, ya nadie osa alzar la voz. Quién manifiesta oír a otro con curiosidad e interés; otros alzan las manos al cielo, o con otras demostraciones mudas hacen ver la compasión que les inspiran los sentenciados. Algunas madres y algunos ancianos se ponen el dedo en la boca como para contener a la juventud imprudente; y para completar este cuadro, cuya variada animación, más o menos perceptible, no ha de cesar, en algún grupo se come y se bebe, y alguna amante pareja parece aprovecharse de la confusión para solazarse en tierno coloquio.)

 
CASTRO
Aquí se acerca don Juan.
EL REY
Ya me tenía impaciente.

  —55→  

Escena III

 

Los precedentes. DON JUAN. CASTAÑEDA. LEIVA.

 
 

(DON JUAN, CASTAÑEDA y LEIVA vienen por lapartedelavilla.)

 
EL REY
¿Llegó la hora? ¿Es negocio 155
tan grave...
DON JUAN CARVAJAL
Señor, faltaba
al freile de Calatrava
degradar del sacerdocio.
EL REY
Si el prelado resistía...
DON JUAN CARVAJAL
No; que os ha servido bien 160
el obispo de Jaén.
EL REY
¡Le degrada don García!
DON JUAN CARVAJAL
Tenéisle a vuestra obediencia.
EL REY
Gran pena os habrá costado
el conseguir del prelado 165
ese acto de complacencia
que no sin cuenta y razón
a la corona real
su báculo pastoral
rinde mitrado varón. 170
DON JUAN CARVAJAL
No es mucho que lo consienta
y a vuestro querer se dome,
pues Calatrava le come
los dos tercios de su renta.
 

(Suena otra vez el atabal, y dentro en ángulo distinto se repite el pregón: al oírlo se aumenta el murmullo popular, pero la tropa lo reprime.)

 
EL REY
Ese pueblo es mala grey. 175
Oye el pregón con tal cara
que de la peña arrojara
al pregonero... y al rey.
DON JUAN CARVAJAL
Señor, vuestra autoridad...
EL REY
No os hagáis, tío, de nuevas. 180
Ya sabéis que tengo pruebas
de su buena voluntad.
—56→
Siento que el rostro me tuerza;
¿mas qué me puede pedir
si yo le dejo elegir 185
entre el amor y la fuerza?
Doble la fe su rodilla
o dóblela el torpe miedo,
¿qué importa? Contento quedo.
Todo es reinar en Castilla. 190
Mas ya el suplicio se apresta,
y pues no acosa el calor,
venid; desde el mirador
gozaremos de la fiesta.
LEIVA
Podrá achacar esa acción 195
el mundo a cruel deseo.
¡Ver un rey la cara al reo
sin concederle el perdón...!
EL REY
¿Qué os importa el juicio a vos
que el mundo forme de mí? 200
LEIVA
Señor, mi celo... Creí...
EL REY
¡Eh! Callad, o vive Dios...
LEIVA
Si os agravia mi consejo...
EL REY
Es consejo impertinente,
Leiva, y lo sufro indulgente 205
porque sois un pobre viejo.
Idos si os han de mover
los traidores a piedad,
y por sus almas rezad,
que bien lo habrán menester. 210
Yo, que privarme no quiero
de escena tan singular,
así el nombre he de ganar
de monarca justiciero.


Escena IV

 

SOLDADOS. El pueblo. LEIVA.

 
LEIVA
¡Justicias cuál se mancilla 215
tu santo nombre en la lengua
delfiero tirano! ¡Oh mengua!
¡Desventurada Castilla!

  —57→  

Escena V

 

SOLDADOS. El pueblo en la Colina. El REY. DON JUAN. CASTRO. CASTAÑEDA en el mirador.

 
LOS SOLDADOS
¡Viva el rey! ¡Viva Fernando!
 

(Dos o tres veces inclina el REY levemente la cabeza. El pueblo murmura.)

 
DON JUAN CARVAJAL
Ved, señor, cuál se alborozan 220
al veros...
REY
Sí; los soldados.
UN SOLDADO
¡Viva el rey!
OTRO SOLDADO

 (A un hombre.) 

Fuera esa gorra.
¡Viva el rey! ¿No grita?
EL HOMBRE

 (Con voz apagada.) 

¡Viva...!
(¡Mala hora de Dios le coja!)
DOÑA SANCHA

 (Dentro.) 

¡Dejadme! Yo le he de hablar. 225
¡Justicia!
UN SOLDADO
¡Tened, señora!


Escena VI

 

Los precedentes. DOÑA SANCHA.

 
 

(Llega con el rostro pálido, el cabello descompuesto y gritando con desesperación: quiere penetrar en la quinta y los SOLDADOS se lo impiden.)

 
DOÑA SANCHA
Es una maldad horrible
que la venganza provoca
del cielo. ¡Son inocentes!
 

(Nueva agitación del pueblo reprimida por los SOLDADOS.)

 
EL REY
¡Qué voz!¡Doña Sancha ahora... 230
DOÑA SANCHA
¡Crueles! Dejad que el rey
me vea; dejad que oiga
la verdad...
  —58→  
DON JUAN CARVAJAL
Este impensado
accidente...
EL REY
Más hermosa
la hace el despecho a mis ojos. 235
Pero si el pueblo alborota...
DOÑA SANCHA
¡Allí está! ¡Señor, señor!
Si en algo estimáis la gloria,
si al grito de la justicia
vuestra alma de rey no es sorda, 240
derogad esa sentencia
atroz, fiera, escandalosa.
¡Son inocentes!
SOLDADOS
¡Atrás!
 

(A los grupos del pueblo que se mueven con marcado interés hacia donde se halla SANCHA.)

 
DON JUAN CARVAJAL

 (Al pueblo.) 

El dolor que la acongoja,
amigos, turba su mente, 245
era la hermana amorosa
de Benavides. La misma
que asesinado le llora,
por sus infames verdugos
demente ¡oh dolor! Aboga. 250
Compadeced su delirio.
 

(El pueblo da muestras de compasión.)

 
DOÑA SANCHA
Miente esa lengua traidora.
No deliro: el rey lo sabe.
Yo lo juro por mi honra,
por mi vida, por mi alma. 255
Son. inocentes. Sus obras
más que mi voz los defienden.
Otros merecen la nota
de asesinos: ellos no.
EL REY
Ea, prended a esa loca, 260
y conducidla a un encierro
donde en segura custodia...

  (LOS SOLDADOS vacilan.) 

Obedeced.
 

(Varios SOLDADOS rodean a SANCHA en actitud de hacerla retirar.)

 
  —59→  
DOÑA SANCHA
La verdad
ha de sonar en mi boca
mientras respire.
EL REY
¡Soldados!
265
UN HOMBRE

 (A otro que va a embestir a los SOLDADOS.) 

¡Quieto, que la guardia doblan!

 (Acude en efecto más fuerza armada.) 

EL REY
¡Llevadla! ¡Pese a mi saña...
DOÑA SANCHA
¡Apartad...! ¡Ah, que me ahoga
el dolor...! Matadme, impíos,
si su noble sangre es poca 270
para saciar a ese monstruo.
Madres, hermanas, esposas,
rogad, maldecid... ¡Dios mío!
¿Y es posible que aún no rompas,
pueblo oprimido, la férrea 275
cadena vil que te agobia?
¡Cobardes!
 

(Al son de atabales y trompetas aparecen por la loma y se dirigen al castillo el juez, alguaciles, SOLDADOS y el verdugo.)

 
¡Ay! ¡El verdugo!
Yo... muero.
 

(Cae desmayada entre los SOLDADOS y se la llevan.)

 
UN OFICIAL
Llevadla ahora.


Escena VII

 

El REY. DON JUAN. CASTRO. CASTAÑEDA. El juez. Alguaciles. El verdugo. Atabaleros. SOLDADOS. El pueblo.

 
EL REY
¿Habrámuerto...?
CASTRO
No. Un desmayo
EL REY
Id, Castañeda; volad. 280
Que velen por su salud.
Es bella y no es Carvajal.
 

(EL MERINO, alguaciles &c. llegan a la puerta del castillo; ábrese esta, sale el alcaide con los reos, que visten simples túnicas sin ningún distintivo; los   —60→   entrega al juez y vuélvese al castillo quedando otra vez cerrada la puerta. CASTAÑEDA baja del mirador, atraviesa el teatro y desaparece en la dirección que llevó DOÑA SANCHA. El REY sigue hablando con CASTRO y el infante. Todos fijan la vista en la peña, el pueblo da vivas señales de curiosidad y compasión; los SOLDADOS vigilan con más atención y preparan sus armas. El sol empieza a nublarse y óyese algún trueno lejano.)

 


Escena VIII

 

Los precedentes, menos CASTAÑEDA.

 
UN HOMBRE
¡Allí están!
UN NIÑO
¡Allí!
UNA MUJER
¡Qué lástima!
UN HOMBRE
Aquel es Pedro, aquel Juan.
OTRO
Ya le han quitado las órdenes. 285
UNA MUJER
¡Sacrilegio!
OTRA
¡Iniquidad!
UN SOLDADO
¡Silencio!
UN HOMBRE
¡Y era tan bueno!
UNA MUJER
¡Y don Pedro tan galán!
UNA JOVEN
¡Qué pena! ¡Morir así
y en lo mejor de su edad! 290
OTRO SOLDADO
Punto en boca. Vea y calle
quien no los quiera imitar.
DON PEDRO CARVAJAL

 (Abatido.)  

¿Con que ya llegó el momento?
¿Sancha mía, dónde estás?
¡Quién dijera que en mis bodas 295
fuera esta peña el altar,
y mis preseas de novio
este infamado gabán,
y áspero derrumbadero
mi tálamo conyugal! 300
DON JUAN CARVAJAL
Mostremos, hermano mío,
la noble serenidad
de cristianos y de nobles
en el término fatal,
y honrará nuestra memoria 305
—61→
la justa posteridad;
que sólo al malvado infaman
la cuchilla y el dogal.
DON PEDRO CARVAJAL
No siento por mí la muerte.
Por Sancha... ¡Ay Dios! ¿Qué será 310
de la infeliz? ¡Me ama tanto...!
¡Y llora en triste orfandad;
y un tirano...!
DON JUAN CARVAJAL
Su virtud
los cielos ampararán.
Allí lauro inmarcesible 315
guardado a los tres está.
Eleva el alma al empíreo,
y sobre ese lodazal
de miserias y de crímenes
no tiendas la vista más. 320
No se diga, Pedro mío,
que espanto ahora nos da
la muerte que en cien batallas
vimos con serena faz.
¿Qué es el dolor de un instante 325
si se llega a comparar
con la celeste ventura
de toda una eternidad?
DON PEDRO CARVAJAL
¡Oh! Tú confortas mi espíritu.
Tu voz es voz paternal, 330
¡voz de Dios! Te imitaré.
Digno de ti me verás
hasta el postrimer instante.
EL REY

  (A DON JUAN.)  

¿Aún no da el juez la señal?
¿A qué aguarda...?
EL MERINO MAYOR
Caballeros,
335
la hora pasó... Acabad.

 (Al verdugo.) 

Cumplid vos vuestro deber.
DON PEDRO CARVAJAL
No lleguéis. Un Carvajal
no ha menester vuestro auxilio
para morir. Apartad. 340
DON JUAN CARVAJAL
¡Pedro! Esa vida no es tuya.
Tu valor es criminal,
Dios no te manda matarte,
—62→
sino dejarte matar.
Buen hombre, haced vuestro oficio. 345
¿Qué importa un ultraje más?
¡Así Dios lo ha decretado!
Cúmplase su voluntad.
DON PEDRO CARVAJAL
¡Dame el brazo postrero!
DON JUAN CARVAJAL
¡A Dios! En la eterna paz 350
tornaremos a abrazarnos.
 

(Las nubes se condensan por instantes, los truenos ya muy cercanos se multiplican, parte del pueblo se va retirando a la villa huyendo de la tormenta que amenaza.)

 
DON JUAN CARVAJAL
Horrorosa tempestad
nos amaga. Huid...
EL REY

 (Turbado.)  

No puedo.
¡La mano de Satanás
me clava aquí!
UNA MUJER
¡Dios piadoso!
355
UN HOMBRE
Huyamos del temporal.
 

(Al desprenderse PEDRO CARVAJAL de los brazos de su hermano fija la vista en el mirador, y exclama:)

 
DON PEDRO CARVAJAL
¡Qué veo! ¡El tirano allí!
¡Oh colmo de atrocidad!

 (Gritando.) 

¿Aún quieres en nuestra sangre
los ojos apacentar? 360
Verdugo de la inocencia,
nuestra sangre caerá
gota a gota sobre ti.
El sol se niega a alumbrar
tu fiereza, y truena horrible 365
la cólera celestial.
VOCESDEL PUEBLO
¡Perdón! ¡Perdón!
EL REY

 (Esforzándose a ocultar su terror.) 

No perdono.
  —63→  
 

(El teatro queda enteramente oscuro; sólo algún relámpago deja ver los objetos por intervalos: arrecia la lluvia; pocos del pueblo permanecen en la escena; los demás huyen consternados;El REY queda sólo en el mirador haciendo vanos esfuerzos para retirarse.)

 


Escena IX

 

El REY. DON JUAN CARVAJAL. DON PEDRO CARVAJAL. El Juez. El verdugo. SOLDADOS. El pueblo.

 
DON JUAN CARVAJAL
Yo tengo de ti piedad,
y te perdono, infeliz;
mas mi perdón ¿qué valdrá? 370
¡Escucha y oídme todos!
Mi labio pronto a espirar
mueve inspiración celeste.
Pues tu inaudita crueldad
sin oír nuestra defensa 375
ni la acusación probar
nos condena, yo te cito
al divino tribunal:
allí donde no hay quien ponga
mordazas a la verdad, 380
ni son razones las lanzas
cuando falta un juez venal.
Treinta días es tu plazo.
Treinta días vivirás.
Cuéntalos bien: no los pierdas; 385
que irán y no volverán.
¡Cuéntalos bien! - (Al verdugo.)  Vos ahora
la sentencia ejecutad.
 

(Los Carvajales se dan las manos vueltos hacia el bastidor de la derecha, y en el momento de ser precipitados por el verdugo óyese un trueno espantoso, y un grito universal;El REY cae en tierra sin sentido, y baja el telón.)

 



  —64→  

ArribaAbajoActo IV

 

Arboleda en las inmediaciones de Jaén, que termina en una quinta, cuya fachada y puerta principal se ven en el foro. Habrá algunos bancos de césped.

 

Escena I

 

El REY. DON JUAN. El MÉDICO. CASTRO. CASTAÑEDA. Caballeros.

 
 

(El REY, pálido, doliente, melancólico, pasea lentamente sostenido en los brazos de CASTRO y El MÉDICO. DON JUAN y los demás caballeros le siguen.)

 
EL REY
Más despacio, más despacio.
Hoy apenas tengo aliento
para moverme.
CASTAÑEDA

  (Aparte a DON JUAN.)  

Hoy está
de remate. Aquel aspecto
es mortal. Creo que pronto 5
vacará en Castilla un cetro.
Preparaos...
DON JUAN CARVAJAL
¡Oh, si fuera
aquel pronóstico cierto!
Pero es quimera. Jamás
he creído yo en agüeros 10
ni profecías.
CASTAÑEDA
No obstante,
desde el trágico suceso
de Martos, un solo día
de salud y de sosiego
—65→
no ha lucido para el rey, 15
y su mal es más acerbo
cuanto más se acerca el fin
del terrible emplazamiento.
EL REY
¡Ah...! No puedo más...
EL MÉDICO
Sentaos.
Basta por hoyde paseo. 20
 

(Ayudado por El MÉDICO y CASTRO se sienta El REY en un banco.)

 
EL REY
¿Tan escasa es vuestra ciencia,
doctor, que no halláis remedio
para esta fiebre tenaz
que me consume?
EL MÉDICO
No advierto
síntomas graves aún. 25
Al contrario; va en descenso
la calentura. Los aires
de Jaén, a lo que observo,
os mejoran.
EL REY
Bien hicisteis
en sacarme de aquel pueblo 30
de maldición. ¿Pero adónde,
adónde iré que el siniestro
fantasma de aquella peña
no me aterre?
DON JUAN CARVAJAL
Esos recuerdos
acrecientan vuestro mal. 35
Lanzadlos del pensamiento.
EL REY
¿Esperáis curarme pronto?
EL MÉDICO
Si no hacéis ningún exceso,
y procuráis desechar
esos temores funestos, 40
en breve, mediante Dios,
que os restablezcáis espero.
EL REY
¿Cuándo?
EL MÉDICO
Señor, no es posible...
EL REY
¿Cuándo?
EL MÉDICO
Eso, lo sabe el cielo.
EL REY
¿Y tú no?
EL MÉDICO
No llega a tanto
45
—66→
mi ciencia.
EL REY
¿Pues qué es un médico?
¿De qué aprovecha si ignora
lo que no sabe el enfermo?
EL MÉDICO
La práctica y el estudio
no siempre son del acierto 50
prendas seguras, que todo
al error está sujeto
en el mundo. Conocida
la enfermedad...
EL REY
¡Por San Pedro
¿Necesito yo un doctor 55
para saber qué padezco?
CASTRO
No os inquietéis.
EL MÉDICO
Dadme pues
licencia, si aquí mi celo
es inútil.
EL REY
Esperad.
Tenéis entrañas de perro. 60
¿Queréis dejarme morir?
EL MÉDICO
Si no domáis ese genio,
vos mismo os daréis la muerte.
EL REY
¡Veintisiete años no cuento:
todavía y verme así! 65
¡Y envidiar al más abyecto
de mis vasallos, yo rey,
yo cuyo poder supremo
del mar cántabro se extiende
hasta el gaditano estrecho! 70
¡Yo para el placer nacido,
yo a quien nadie pone freno,
ni lanzar puedo un venablo
contra el jabalí soberbio,
ni sobre dócil bridón 75
señorearme caballero,
ni alegrarme en los festines,
ni triunfar en los torneos,
ni en voluptuosos delirios
el trono olvidar y el tiempo! 80
Si fueras tú quien yo soy
—67→
y viéraste cual me veo,
tú te desesperarías
como yo me desespero.
EL MÉDICO
No hay medicina en el mundo 85
contra ese fatal despecho
si la razón no le cura.
EL REY
La razón... Bien; te obedezco,
pues mandar al alma quieres
sobre atormentar el cuerpo. 90
EL MÉDICO
Yo,señor...
EL REY
¡Y a los monarcas
llama tiranos el pueblo!
Nunca fueron tan tiranos
los reyes como los médicos.
¿Qué me ordenas?
EL MÉDICO
Por ahora
95
nada, pues tranquilo os veo,

 (Pulsándole.) 

y el pulso es menos frecuente;
y pues no es grata a los siervos
la presencia del tirano,
aquí en libertad os dejo; 100
mas cuando decline el sol
retiraos, yo os lo ruego;
que en las noches de setiembre
es peligroso el sereno.


Escena II

 

El REY. DON JUAN. CASTRO. CASTAÑEDA. Caballeros.

 
CASTRO
De la boca del doctor 105
al fin ya salió un precepto
tolerable.
CASTAÑEDA
Es un inepto.
CASTRO
Extremado es su rigor.
CASTAÑEDA
Si él os ha de dar auxilio,
no esperéis...
CASTRO
¿Cómo podría
110
curaros de hipocondría
si es más serio que un concilio?
CASTAÑEDA
Su sistema os empeora
—68→
cada día.
CASTRO
Y, vamos claros,
acaso para mataros 115
le pague mano traidora.
EL REY
Hoy lunes... (Cavilando.)  ¿Cuántos del mes?
CASTRO
¡Eh, señor...!
EL REY
¿Cuántos, don Juan?
DON JUAN CARVAJAL
Cuatro.
EL REY
¿Cuatro días van?
¡Ya sólo me quedan tres! 120
¡El jueves! ¡Terrible jueves...!
DON JUAN CARVAJAL
Desechad...
EL REY
¡Horas amargas!
¡Para el tormento tan largas!
¡Para la vida tan breves!
Ya la voz de Dios retumba; 125
ya en mí descarga su brazo;
ya me acuerda el negro plazo
Carvajal sobre la tumba.
¡Ni esperanza, ni perdón!
¡Ni el empíreo, niel infierno 130
borrarán del libro eterno
mi día de maldición!
CASTRO
¿Quédecís? Volved en vos.
CASTAÑEDA
¿Dais crédito...?
CASTRO
¡Pesia tal...!
¡Intérprete un Carvajal 135
de la voluntad de Dios!
DON JUAN CARVAJAL
Sí cruel fue la sentencia,
horrible la culpa fue.
EL REY
Yo su crimen no probé...
DON JUAN CARVAJAL
Mejor que ellos su inocencia. 140
CASTAÑEDA
¡Qué austeros anacoretas
para obrar tal maravilla!
CASTRO
Ya pasó para Castilla
el tiempo de los profetas.
EL REY
Pienso que tenéis razón. 145
Como ha días que no duermo,
delirio, aprensión de enfermo...
CASTAÑEDA
¿Pues quién lo duda? Aprensión.
  —69→  
DON JUAN CARVAJAL

  (Aparte a CASTAÑEDA.) 

¿Y a qué fin curarle de ella?
CASTAÑEDA

  (Aparte a DON JUAN.)  

¡Eh! Si Dios contó sus, días, 150
ni tristezas ni alegrías
desmentir podrán su estrella.
EL REY
Si yo ahora os excomulgo,
¿qué servirá mi anatema?
CASTRO
Aquello, fue estratagema 155
para sublevar al vulgo.
EL REY
¡Qué flaqueza! Sí; me río
de esas necias predicciones.
Si valieran maldiciones,
¿qué fuera ya de mi tío? 160
 

(Todos ríen menos DON JUAN.)

 
DON JUAN CARVAJAL
Recobrad, aunque a mi costa,
la alegría y la quietud.
CASTRO
Reíd. La risa es salud.
CASTAÑEDA
Os curareis por la posta.
CASTRO
Y antes que el vital estambre 165
os corte, alejad de aquí
a ese doctor baladí
que os está matando de hambre.
EL REY
La fiebre...
CASTAÑEDA

 (Tomándole el pulso.) 

Dadme... No hay fiebre.
EL REY
¿Cierto?
CASTAÑEDA
Al que de esa manera
170
os engaña yo le diera
de comer en un pesebre.
¿Hay apetito?
EL REY
Sí; ya...
presumo...
CASTAÑEDA
¡Sea en hora buena!
Pues esta noche, gran cena. 175
El infante pagará.
DON JUAN CARVAJAL
Mi mayor gozo sería...

 (Aparte con CASTAÑEDA.)  

Mirad...
CASTAÑEDA
Os saldrá barata
si, antes que el terror, le mata
una buena apoplejía. 180
  —70→  
EL REY
Acepto; que sin placer
no me quiero consumir.
No comer por no morir
es morir de no comer.
Afuera el vano terror. 185
Si el plazo se cumple, es justo
que yome muera a mi gusto
y no a gusto del doctor.
CASTAÑEDA
Ya estáis mejor; ya se ensancha,
ese corazón.
CASTRO
Y luego...
190
si hay damas...
EL REY
¡Oh si a mi ruego
se rindiera doña Sancha!
No me asustarían plazos
si tanta fuera mi suerte.
Venga en buen hora la muerte 195
como yomuera en sus brazos.
CASTRO
Vos la tenéis en prisión
y oprimir y amenazar
es mal medio de ganar
un altivo corazón. 200
Fingid que os duelen sus penas,
Y cuando libre se juzgue
la lisonja la sojuzgue
Y dore amor sus cadenas.
EL REY
¡Rogar yo sin esperanza 205
cuando el orgullo la ciega...!
CASTRO
Con el silencio se ruega;
con la paciencia se alcanza.
EL REY
Hazla venir al instante.
Esa mujer es mi signo. 210
CASTRO
Sed primero rey benigno
y después rendido amante.


Escena III

 

Los precedentes, menos CASTRO.

 
CASTAÑEDA
Apenas rompéis el yugo
—71→
de ese médico maldito
al rostro vuelve el color, 215
cobran los ojos su brillo.
EL REY
Acertado fue el consejo.
El cuerpo siente más brío
y pensamientos más gratos
en el corazón abrigo. 220


Escena IV

 

Los mismos. LEIVA.

 
LEIVA
¡Albricias, señor!
EL REY
¿Qué nueva...?
LEIVA
Alcaudete se ha rendido.
EL REY
¿Es cierto?
CASTAÑEDA
¡Gloria a Castilla!
LEIVA
Cansados del largo sitio
ayer dieron el asalto 225
vuestros guerrero invictos.
Los que osaron defenderse
pasados fueron al filo
de la espada triunfadora:
los demás gimen cautivos. 230
EL REY
¡Feliz jornada! ¿Y mi hermano?
¿Cómo no habláis del caudillo?
LEIVA
Elinfante mi señor,
dejando leal presidio
en el fuerte conquistado, 235
veloz se ha puesto en camino
con su ejército animoso.
Yo solo le he precedido
corto espacio...
CASTAÑEDA
¿No loveis?
Todos son ya regocijos. 240
DON JUAN CARVAJAL
(Nopara mí, que pudiera
correr ahora peligro
mi privanza.)
EL REY
No. Dejadme.

 (Se levanta y DON JUAN y CASTAÑEDA acuden a sostenerle.) 

—72→
Ya veis que la planta afirmo
sin que me ayudéis. En tanto 245
que otros con capa de amigos
quizá contra mí conspiran,
mi fiel hermano...

  (Sale SANCHA de la quinta, y se dirige lentamente adonde está El REY.)  

¡Qué miro!
¡Es Sancha! Dejadme solo.
DON JUAN CARVAJAL
Señor...
EL REY
¡Qué molestia! Idos.
250


Escena V

 

El REY. DOÑA SANCHA.

 
EL REY
¡Sois vos, doña Sancha! Os veo
y miventura no creo;
que es exceso de indulgencia
honrar con vuestra presencia
a quien se confiesa reo. 255
Si es vuestro objeto, bien mío,
quejaros de mi rigor,
de amor fue mi desvarío,
y pues sabéis qué es amor
que me perdonéis confío. 260
Yo osvuelvo sin condición
la perdida libertad.
Sólo os pido en galardón
que miréis mi ceguedad
con ojos de compasión. 265
DOÑA SANCHA
Sí; no hay duda; estáis muy ciego,
pues en torpe inútil fuego
el alma os dejáis arder,
y a Dios no eleváis el ruego
que desprecia una mujer. 270
Contra firme voluntad
que la cárcel noamedrenta
¿qué vale falsa piedad?
—73→
Prefiero vuestra crueldad,
que ella al menos no me afrenta. 275
Cuando de prisión salía
juzgué que nunca os vería,
y aunque sobrado insolente
ya no creí que esa frente
osara alzarse a la mía. 280
Libertad es don de Dios;
mas ni eso quiero de vos;
que el más negro calabozo
sitio es para mí de gozo,
si nos separa a los dos. 285
EL REY
¿Eso merece la fe
del que a tus pies rinde un trono?
Es cierto que te agravié;
¿mas será, Sancha, tu encono
mayor que mi culpa fue? 290
Baste a expiar mi delirio
este horroroso martirio
que me consume letal,
como el recio vendaval
seca las hojas del lirio. 295
Sombra no soy del que fui;
doliente y lánguido muero.
¡Oh! Ten lástima de mí,
que sola la vida quiero
para consagrarla a ti. 300
DOÑA SANCHA
Sí; la imagen de la muerte
veo en tu rostro, y mi suerte
ya no puedo maldecir;
que si amargura es el verte,
consuelo es verte sufrir. 305
¡Y sordo al remordimiento
fundas en mí tu esperanza!
¡En mí, que soy instrumento
de la divina venganza,
y me gozo en tu tormento! 310
EL REY
¿Qué has dicho? ¡Tanta ojeriza...!
Libradme, Dios sempiterno,
de esa mujer que me hechiza.
—74→
Ese mirar me horroriza;
esa risa es el infierno. 315
¿Quién te trajo a mi presencia?
Tú con venenoso jugo
me diste mortal dolencia...
DOÑA SANCHA
Eldelito es tu verdugo,
tu veneno es la conciencia. 320
EL REY
Masaun puedo tu traición
castigar...
DOÑA SANCHA
Arma tu mano;
traspásame el corazón.
La muerte es el solo don.
que acepto yo de un tirano. 325
EL REY

 (Saca un puñal.) 

Muere, muere, desdichada...
¡Oh cielo! ¿Qué mano helada...?
¡Aparta! ¡Suelta el puñal...!
Una sombra ensangrentada...
¡La sombra de Carvajal! 330
¡Oh!¡Piedad! ¡Piedad! Yo muero.

 (Cae aterrado en un banco.) 



Escena VI

 

Los precedentes. DON JUAN. CASTRO. CASTAÑEDA.

 
 

(Todos acuden corriendo a socorrer al REY.)

 
DON JUAN CARVAJAL
¡Señor...!
CASTAÑEDA
Doña Sancha aquí...
CASTRO
¡Y en vuestra mano un acero!
DON JUAN CARVAJAL
¿Qué intentó...?
EL REY
¡Fantasma fiero,
huye...! ¡Apartadle de mí! 335
CASTRO
Débil la imaginación
os finge horrible visión.
Sólo veo a una mujer.
¿Quépodéis de ella temer?
Recobrad vuestra razón. 340
CASTAÑEDA
Calla y os mira altanera,
y el corazón rencoroso
—75→
descubre su faz severa.
DON JUAN CARVAJAL
Si importa a vuestro reposo
muera doña Sancha.
CASTAÑEDA
Muera.
345
EL REY
¡No más sangre! ¡Antes mi muerte!
¡No más!
DOÑA SANCHA
Infante de España,
pruebe una mujer tu saña.
Hiérame ese brazo fuerte...,
que es digna de ti la hazaña. 350
EL REY
¡Ay del que osare ofendella!
Su cabeza haré caer.
Libre sea esa mujer;
mas lleve lejos su huella
donde no la torne a ver. 355
DOÑA SANCHA
Triunfo será para mí
que el terror te inspire así.
Si es piedad, no la agradezco,
porque la vida aborrezco
como te aborrezco a ti. 360
Ni la estampa de mi pie
quieres ver... mas ¡ay dolor!
¿adónde le llevaré
si me privó tu furor
de cuanto en el mundo amé? 365
Triste, errante, peregrina...

 (Mirando al bastidor de su izquierda.) 

Mas un templo veo allí
sobre fragosa colina.
Él sea mi asilo. A ti
me acojo, bondad divina. 370


Escena VII

 

Dichos, menos DOÑA SANCHA.

 
EL REY
¡Oh cobardía! ¡Oh flaqueza!
Vida de afán y de angustias,
¿por qué te amo todavía?
¿Por qué me espanta la tumba?
CASTAÑEDA
¿Otravez la negra imagen 375
—76→
de la muerte os atribula?
Vuestro mayor enemigo
sois vos, señor.
CASTRO
Mientras sufra
débil y postrado el cuerpo,
que el alma gima y sucumba, 380
no es maravilla. La dieta
vuestro cerebro perturba.
Comed, bebed, alegraos;
que así al diablo se conjura.
Mirad: vuestro hermano llega, 385
y su venida os anuncia
más felices horas...


Escena VIII

 

Los precedentes. DON PEDRO. LEIVA. DON MENDO. Oficiales del séquito de DON PEDRO.

 
EL REY

 (Levantándose.) 

¡Pedro!
DON PEDRO CARVAJAL

 (Va a arrodillarse y El REY le abraza.) 

Señor, vuestra planta augusta...
¿Qué haces? No. Ven a mis brazos.
DON PEDRO CARVAJAL
¡Hermano mío!
EL REY
¡Oh ventura!
390
¡Cuánto tu vista anhelaba!
Ella mis penas endulza
y mi pecho fortalece.
DON PEDRO CARVAJAL
No esperaba mi ternura
ental estado encontrarte. 395
EL REY
Postró mi saltad robusta
no sé si obstinada fiebre
o terror fatal que nunca
debió triunfar de mi esfuerzo;
mas tu presencia me cura 400
de fiebres y de aprensiones,
¡oh hermano, oh firme columna
de mi imperio!
DON PEDRO CARVAJAL
En esa dicha
toda mi ambición se funda.
—77→
Vos, tío, ¿no me abrazáis? 405
DON JUANCARVAJAL

 (Abrazándole tibiamente.) 

Mi afecto secongratula...
(Fuerza es fingir.)
DON PEDRO CARVAJAL

 (Al REY.) 

Presos quedan
en el castillode Andújar
los freiles de Calatrava
que temerarios acusan 410
a su re y...
EL REY
No me recuerdes
aquel día de amargura...
DON PEDRO
CARVAJAL Yo, soldado, no examino
si fue justa o no fue justa
la sentencia. Vos firmasteis, 415
y vuestra sea la culpa
o la gloria. El labio mío
ni os aplaude, ni os acusa.
EL REY
Basta. - (A media voz.)  ¿Tu hueste es leal?
 

(DON JUAN habla aparte con CASTAÑEDA, CASTRO y otros caballeros. LEIVA forma corro con los del séquito de DON PEDRO.)

 
DON PEDRO CARVAJAL
Con mi obediencia y la suya 420
podéis contar.
EL REY
Está bien.
DON PEDRO CARVAJAL
Si hay algún traidor...
EL REY
Sí. Escucha.
 

(Siguen hablando en voz baja El REY y DON PEDRO.)

 
DON JUAN CARVAJAL
¿Qué osparece, ricos-hombres?
Porque ha vencido a una turba
de cobardes sarracenos 425
ya don Pedro no os saluda,
y con su altivo ademán
dijérase que os insulta.
CASTRO
En los fraternos halagos
con preferencia se ocupa; 430
y si el triunfo le envanece
su mocedad le disculpa.
CASTAÑEDA
Mas los nobles que desprecia,
no en una lid, sitio en muchas,
ya habían ganado palmas 435
—78→
cuando él lloraba en la cuna.
DON JUAN CARVAJAL
Habla a Fernando en secreto
tal vez su labio oscalumnia,
y vuestros cargos y honores
quiere dar a sus hechuras. 440
Tal vez...
EL REY
Valientes guerreros,
reposad, y a nuevas luchas
preparad los fuertes brazos
que mi dosel aseguran.

 (Los de la comitiva de DON PEDRO saludan y parten por la derecha.) 

 (A DON PEDRO apretándole la mano.)  

A Dios, caro hermano.
DON PEDRO CARVAJAL
El cielo
445
la salud te restituya.

 (Vase siguiendo a los suyos.) 

EL REY

 (A los demás caballeros.) 

Idos. -Vos, don Juan, quedaos.
CASTRO
(Don Juan, tu poder caduca.)
 

(Los caballeros entran en la quinta. -Empieza a oscurecer.)

 


Escena IX

 

El REY. DON JUAN.

 
EL REY

 (Sentado.) 

Noble infante don Juan, mi amado tío,
mayordomo mayor de mi corona, 450
vos grande entre los grandes de Castilla,
vos mi maestro, mi fanal, mi norma,
oíd. De vuestras próvidas lecciones
nunca he necesitado como ahora.
DON JUAN CARVAJAL
Procurar vuestro bien es mi conato. 455
(Nunca en su labio oí tanta lisonja.)
EL REY
Esta dolencia que mi cuerpo aflige
llena el alma de afán y de congoja.
Soy pecador y el cielo me castiga.
Don Juan, yo debo desarmar su cólera 460
antes que suelte en la profunda huesa
—79→
el peso de esta vida que me agobia.
DON JUAN CARVAJAL
Señor, ¿qué habláis de huesa? Largos días
el cielo os guarda de salud, de gloria...
EL REY
Yo daré gracias humillado al cielo 465
si mi vida benéfico prolonga,
mas cada hora que el cristiano vive
la debe contemplar su última hora.
DON JUAN CARVAJAL
(Si devoto se vuelve, soy perdido.
Por el menor escrúpulo de monja 470
me ahorcará sin piedad.)
EL REY
Los carvajales
no se apartan, don Juan, de mi memoria.
DON JUAN CARVAJAL
Público fue sucrimen. Si al proceso
la observancia faltó de leves fórmulas,
vil rebelión alzaba la cabeza 475
y rápida justicia aterradora
la debió sofocar.
EL REY
¡Fallo terrible,
escarmiento horroroso que la historia
grabará con sangrientos caracteres!
Justo sin duda fue pues que le abona 480
sincero vuestro labio; mas decidme,

 (Se levanta.) 

¿sólo aquel acto de justicia pronta
me demandaba el cielo? ¿Fue la vara
de esa justicia quedonJuan invoca
recta siempre en mi mano? ¿Es digno de ella 485
quien ciego o pusilánime la dobla
al capricho, al temor?, ¿O por ventura
sólo alcanza el poder de mi corona
al flaco, al indefenso, al oprimido?
¿Solo a aquellos hidalgos, cuyas sombras, 490
tal vez han perturbado vuestro sueño,
la fama infieles súbditos pregona?
¿No hay ya, don Juan, malvados en Castilla?
¿Ya no teméis que la feroz discordia
fíe otra vez sus teas infernales 495
a alguna mano pérfida y traidora?
¿No hay alguna cabeza que debiera
a mis plantas caer, bien que orgullosa
—80→
tal vez se quiere alzar sobre la mía?
¿Tembláis? Quien viera, tío, esa zozobra, 500
diría... Recobraos.
DON JUAN CARVAJAL
No... Me inquieta...
sólo vuestra salud...
EL REY
Mucho os importa:
lo sé; mas la del cuerpo es lo de menos;
la del alma, don Juan, es más preciosa.
El cielo por mis culpas irritado 505
una víctima pide expiatoria.
¡Su voluntad se cumpla...!
DON JUAN CARVAJAL
¿Y es posible
que así un vano terror os sobrecoja?
¿De qué puede acusaros la conciencia...?
EL REY
No es mi conciencia la que clama ahora. 510
 

(El teatro es ocupado por SOLDADOS de DON PEDRO que acaudilla DON MENDO.)

 
DON JUAN CARVAJAL
¿Cuál pues? ¿Será... la mía? Horrible ceño
anubla vuestra frente; en vuestra boca
sonrisa amarga... Hablabais de una víctima...
EL REY
La víctima sois vos.
DON JUAN CARVAJAL

 (Volviendo la cabeza.) 

¡Cielo...! ¡Alevosa
traición! -¡Amigos...!
EL REY
Gritaréis en vano.
515
DON JUAN CARVAJAL
Señor...
EL REY
A Dios pedid misericordia.

 (Entra en la quinta.) 



Escena X

 

DON MENDO. DON JUAN. SOLDADOS.

 
DON JUAN CARVAJAL
¡Oh don Pedro, don Pedro...! ¡Bien temía...!
DON MENDO
Dadme, don Juan, la espada.
DON JUAN CARVAJAL
¡En tal deshonra
me he de ver! ¿Dónde están mis lanzas fieles?
¿Dónde...? ¡Socorro! Todos me abandonan. 520
DON MENDO
Daos preso.
DON JUAN CARVAJAL

 (Desenvainando la espada.) 

Antes...
  —81→  
DON MENDO
Matadle si resiste.
DON JUAN CARVAJAL

 (Entrega la espada.)  

Tomad. ¿Dónde...?
DON MENDO
Al castillo de Carmona.
DON JUAN CARVAJAL
Yallí... morir...
DON MENDO
Lo ignoro. Soy soldado.
Sólo callar y obedecer me toca.
 

(Al retirarse DON JUAN por la derecha entre los SOLDADOS de DON PEDRO, aparece DOÑA SANCHA por la izquierda, y lentamente se dirige al centro del teatro, alumbrado por la luna.)

 


Escena XI

 

DOÑA SANCHA.

 
DOÑA SANCHA
¿Adónde voy, desdichada? 525
¿Cielos, qué ordenáis de mí?
¡Yo os he pedido la muerte
y mi súplica no oís!
Debo acatar vuestras leyes:
perdonad si os ofendí; 530
mas para un ser condenado
a no ver hora feliz
no hay suplicio comparable
al suplicio de vivir.
¡Ay de mí,
que en hora amarga nací! 535
Muerta al mundo y a mí misma
de mi vida en el abril,
ni de amor blandos acentos
me pueden ya seducir;
ni la amistad, ni la sangre, 540
me ligan, oh mundo, a ti;
ni la esperanza me alienta
de más grato porvenir,
y es el mayor de mis males
no ver a mis males fin.
¡Ay de mí,
545
que en hora amarga nací!
—82→
Si recuerdo que miinfancia
meció cuna de marfil,
ni aún me sirve de consuelo
el recordar loque fuí; 550
quecomo flor que se agosta
al brotar en el jardín,
antes que el aura de vida
la saña del cierzo vi,
y siempre fue mi destino 555
esperar, temer, gemir.
¡Ay de mí,
que en hora amarga nací!
Todo es para mí desierto
en este mundo infeliz.
Sol, que doquiera mereces 560
mil bendiciones y mil,
yo cual ave de la noche
me escondo al verte lucir,
y por vivir a lo menos
de la muerte en el confín 565
entre ruinas y sepulcros
quisiera sólo vivir.
¡Ay de mí,
que en hora amarga nací!
¡Oh peña, peña de Martos!
Si el esposo que perdí, 570
víctima de atroz venganza
y de la envidia más vil,
aún yace a tu pie insepulto,
allí está mi mundo, allí.
Volemos. Dios bondadoso, 575
vos mi planta dirigid...
¡Ah! Las fuerzas me abandonan...
¡Lejos de él voy a morir!
¡Ay de mí,
que en hora amarga nací!

 (Cae desalentada sobre un banco.) 


  —83→  

Escena XII

 

DOÑA SANCHA. DON GONZALO en traje de peregrino.

 
DON GONZALO

 (Viene por el bastidor de la derecha másinmediato a la quinta.) 

No ha de estar lejos su huella, 580
que si el informe no miente

 (Viendo el bulto.) 

de mi leal confidente...
¡Una mujer...! ¿Será ella?
DOÑA SANCHA

 (Levantándose asustada.) 

¡Oh Dios! ¿Quién...?
DON GONZALO
Solo y sin guía
perdí en la noche el camino. 585
Soy un pobre peregrino
 

 (Reconociéndole.) 

DOÑA SANCHA
¡Ah!¡Gonzalo!
DON GONZALO
¡Hermana mía!
 

(Se abrazan.)

 
DOÑA SANCHA
¡Sabes! ¡Ay!
DON GONZALO
Todo lo sé.
No bien llegó a mi noticia
la atroz, bárbara injusticia 590
cuando a vengarla volé,
por estos sotos vagando
a favor de mi disfraz
juré libertarte audaz
de las garras de Fernando; 595
mas él me excusó esta tarde
tan loca temeridad
dándote la libertad
arrepentido o cobarde,
DOÑA SANCHA
¿Quées libertad sin ventura? 600
¿Quées la vida sin mi esposo?
Sólo hay para mí reposo
en su yerta sepultura.
Mas ¡ay! Ni de este consuelo
gozarán mis tristes ojos; 605
que los sangrientos despojos
pasto de fieras... ¡oh cielo!
DON GONZALO
Calma, Sancha, tu aflicción.
—84→
De piadoso el rey se alaba,
y no negó a Calatrava 610
la gracia de un panteón.
DOÑA SANCHA
Allí mi postrer abrazo
daré con el ay postrero
al bien que ame.
DON GONZALO
No. Primero
Dios cumpla el tremendo plazo. 615
¿No te anima esa esperanza?
Vive tres días, no más,
y a la tumba llevarás
elplacer de la venganza.
Yo puedo tal vez en tanto, 620
mensajero de la muerte,
precioso don ofrecerte,
que te bañe en dulce llanto.
DOÑA SANCHA
¿Qué don...?
DON GONZALO
Ven a la ciudad.
Este sitio es peligroso... 625
ven al asilo piadoso
que prevengo a tu orfandad.
Sacra urna encierra allí
el corazón que te amó.
También era amado yo. 630
El tuyo ¡oh Juan! Para mí.
DOÑA SANCHA
¡Oh cielo! Yo te bendigo.
DON GONZALO
Con ambos me quedaría;
¿mas no eres ya hermana mía?
Partiré mi bien contigo. 635
DOÑA SANCHA

  (Tomando la mano de GONZALO.)  

¡Ah! Guíame... ¡Santo Dios,
tiende propicio tus manos
ados míseros hermanos
que lloran por otros dos!