31
Carta pastoral del 6 de octubre de 1769 ( VERA, Fortino H., Colección de documentos eclesiásticos de México, o sea, antigua y moderna legislación de la iglesia mexicana, Amecameca, Imprenta del Colegio Católico a cargo de Jorge Sigüenza, 1887, vol. 1, pp. 221-222 y 224). Lorenzana citaba a Luis Vives como apoyo para la necesidad de uniformidad lingüística.
32
Ibid., pp. 222, 224.
33
En el edicto del
arzobispo que acompañó a la Cédula, Lorenzana
decía que se podría obligar a los indios a aprender
el castellano («no sólo que se
debe enseñar a los indios a aprender el castellano, sino que
se les puede obligar a ello»
). Sin embargo, el Rey no
incluyó esta idea (Real Cédula del 16 de abril de
1770. VERA, Fortino H., ibid., pp. 229-233). Esta Cédula de 1770 es
muy diferente de las anteriores sobre la enseñanza del
castellano a los indios y de las que se promulgaron después,
en 1778 y 1782. Fue más larga, incluía temas sobre la
resistencia de los indios, los estorbos del clero criollo y la
importancia de la uniformidad lingüística para lograr
el dominio imperial, y era la primera que mencionaba la
enseñanza de leer y escribir a los indios, además de
la doctrina cristiana. Se reproduce la Cédula,
también, en KONETZKE, Richard, op. cit.,
vol. 3, tomo 1, pp. 364-369, y en TANCK DE ESTRADA, Dorothy
La ilustración y la educación en la Nueva
España, México, Ediciones El
Caballito/SEP
Cultura, 1985, pp. 37-45.
34
CLAVIJERO, Francisco Javier, Historia antigua, p. XXXVII. En varias partes de la Historia Clavijero menciona la obra de Lorenzana: pp. 18, 181, 215, 376 y 409, nota 37.
35
Ibid., pp. 512-518; RONAN, Charles E., S. J., op. cit., p. 208.
36
Dos de los
escritos publicados por Lorenzana en estos años presentan
problemas para la interpretación de su pensamiento sobre los
idiomas indígenas. En 1769, como hemos visto, hablaba del
náhuatl como «escaso y
bárbaro»
. Sin embargo, un año más
tarde, en el prólogo de las Cartas de
Cortés, publicado en 1770, el arzobispo decía en
referencia a la «lengua, o idioma
mexicano llamado náhuatl; es muy elegante este idioma,
dulce, y muy abundante de frases, y composiciones, y en esto no se
puede dudar, por confesarlo todos quantos le han aprendido, y
penetran su significación»
. ¿Cuál
era la verdadera opinión del arzobispo? ¿La de su
carta pastoral (1769) o la del prólogo de la Historia de
la Nueva España (1770)? (CORTÉS, Hernán,
Historia de Nueva España, aumentada con otros
documentos y notas por Francisco Antonio Lorenzana, edición
facsimilar de 1770, México, Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, 1980, pp. 5-6). Tal vez debido a la
reacción negativa de los novohispanos a su carta pastoral, o
por razones políticas, cambió su opinión entre
1769 y 1770. Otra posibilidad sería que el contacto que tuvo
Lorenzana en 1770 con varios expertos en la lengua náhuatl
influyó en que tuviera una opinión más
favorable. En la Historia de la Nueva España
menciona a tres nahualtecos que le ayudaron a editar las cartas de
Cortés: Carlos de Tapia, catedrático de lengua
mexicana en la Universidad; Domingo Joseph de la Mota, indio
cacique, cura de Tochimilco «de estilo
más elegante mexicano»
, y Luis de Nevé y
Molina, catedrático de otomí en el Colegio Seminario
(Historia de la Nueva España, op.
cit., p. 176).
También en 1770 Lorenzana patrocinó la
traducción al castellano de dos relatos en náhuatl
que pertenecían a Lorenzo Boturini y que se referían
a la Virgen de Guadalupe, uno hecho por el licenciado José
Julián Ramírez, catedrático de la Universidad
de México, y otro por el bachiller Carlos de Tapia y Zenteno
( O'GORMAN, EdmundoDestierro de sombras. Luz en el origen de la
imagen y culto de Nuestra Señora de Guadalupe del
Tepeyac, UNAM,
1986, p. 298, nota 8).
37
RONAN, Charles E., S. J., op. cit., pp. 96, 124.
38
HERNÁNDEZ Y
DÁVALOS, Juan E. Colección de documentos para la
historia de la guerra de Independencia de México de 1808 a
1821, México, José María Sandoval,
1877-1882, vol. 1, pp. 427-454. Se reproduce parte de la
Representación del Ayuntamiento en TANCK DE ESTRADA,
Dorothy, La ilustración y la educación,
pp. 47-59. Al mencionar el
«triste papel de pastores mudos y sordos
para sus ovejas»
es probable que el Ayuntamiento hiciera
referencia sarcástica a frases de Fabián y Fuero,
Lorenzana y Carlos III en las cuales se mencionaba a las ovejas y
el pastor: «no haí duda que si
deben traer las ovejas a la lengua de los pastores, especialmente
cuando ésta es más clara y más a
propósito para la instrucción»
(FABIÁN Y FUERO, Francisco 1770, p. 118); «Deseamos pues, que las ovejas entiendan la voz
y silvo común de los pastores, no que éstos se
acomoden precisamente al balido vano de las ovejas»
(Lorenzana en VERA, Fortino H., op. cit.,
p. 223); «que es cierto que el pastor debe entender la
voz de sus ovejas... pero esta razón en nada convence,
porque los obispos son los primeros pastores.... de sus ovejas, a
los que ni entienden ni pueden entender todos sus diferentes
idiomas»
(Carlos III, en TANCK DE ESTRADA, Dorothy,
ibid., p.
40). Con la analogía de los pastores y las ovejas se puede
apreciar el cambio en el enfoque entre el siglo XVI y el XVIII. En
el siglo XVI la jerarquía eclesiástica se adaptaba a
la lengua de los indios; en el XVIII la Iglesia quería que
los indígenas se acomodaran al idioma de la
jerarquía.
39
Uno de los informantes de Cavo fue Antonio de León y Gama (RONAN, Charles E., S. J., op. cit., p. 137, nota 200).
40
CLAVIJERO, Francisco Javier, Historia antigua, p. 565, nota 8.