A mi pueblo le ciñe fuerte el Capi'yvary cantarino, -¿Con quién tengo el gusto de bailar? Creo que yo nací directamente de o en una fosa. De chico yo odiaba mi doble apellido. De qué nos sirve que Itaipú es la represa más grande. Dime a qué te dedicas y te diré a qué general perteneces. El comandante Cabezas se reía de los que sufren al escribir El fuego que es la sangre de la luz, El oficio del pedante es ejercitarse en la pedorrera. En esta botella al mar va mi gratitud. Es inútil la palabra si una boca no la dispara. Estoy convencido, amigo mío, de que la libertad está próxima; Hasta que cedió el muro que contenía el silencio La lámpara quema las pestañas del idiota inútil, La libertad es un río que puede ser encauzado, Llega la noche con sus estrellas, Los militares se creen los únicos patriotas posibles. Luís María, Me haces falta en la vida. Mi madre preguntó cuánto le debía a la partera. No siempre se encuentra la palabra. Nuestro lugar de trabajo era la plaza. ¡Oh! compadre, majestuoso compadre. Ojoráma isâ yva ñepyrû ára pyahú. Para que los surcos embaracen sus semillas. Por donde y a donde voy hablo de vos, ¿Qué habrás hecho, Patria mía, Quise creer Siempre te dije Te escribo tardíamente, estimadísimo antimaestro. Te hago llegar la presente, mi querido hermano. Todavía no es propicio el mundo para los niños, Ya la vejante dictadura tuvo varios traspiés Ya vendrán otros poetas y otros cantores Yo le dije a Milcíades todo cuanto sabía.
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