«Señor Director: He examinado las adjuntas obras dramáticas de D.ª María Rosa de Galvez, que de orden del Consejo se ha servido V.S. remitir á mi examen; y por lo que hace al Drama en un acto, intitulado Sapho, y al de en tres actos, intitulado La Negra Zinda, y á la Tragedia en cinco actos, intitulada La Delirante, no hallo reparo en que se permita su impresion, así porque son un fruto no despreciable del ingenio de una muger, como porque son unas obras examinadas y aprobadas por el Vicario eclesiastico, Ynquisidor ordinario de la villa de Madrid y su partido. Pero faltando esta circunstancia á la Tragedia intitulada Amnon, en cinco actos, de argumento sagrado, y al monólogo intitulado el Saul, igualmente de argumento sagrado, cuyo examen no es menos correspondiente que el de las otras referidas al Vicario é Ynquisidor ordinario, especialmente quando se trata de una muger que sin ser de aquellas matronas romanas discípulas del máximo Doctor de la Yglesia, San Gerónimo, escribe sobre asuntos tan delicados de la Historia Sagrada, soy de parecer que se remitan al examen de dicho Vicario eclesiastico, como asimismo las dos Tragedias intituladas la Florinda, en tres actos, y Blanca de Rossi, en cinco, por contenerse en ellas algunas cosas que no son impropias del examen del Vicario eclesiastico. Este es mi dictamen, salvo otro mejor.-Dios guarde á V S. muchos años.-Estudios Reales de Madrid, 30 de Agosto de 1803.»
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