—256→
Hecho el Marqués de Cañete el castigo en
el Perú, llegan mensajeros de Chile a pedirle socorro;
el cual, vista ser su demanda importante y justa, se le envía
grande por mar y por tierra. También contiene al cabo
este canto como Francisco de Villagrán, guiado por
un indio, viene sobre Lautaro.
Dichoso con razón puede llamarse | |||
aquel que en los peligros arrojado | |||
de ellos sabe salir sin ensuciarse, | |||
y libre de poder ser imputado: | |||
pero quien destos puede desviarse | 5 | ||
le tengo por más bienaventurado: | |||
aunque el peligro afina lo perfeto, | |||
aquel que dél se aparta es el discreto: | |||
que muchas veces da la fantasía | |||
en cosas que seguro nos promete, | 10 | ||
y un ánimo a salir con ellas cría | |||
que con temeridad las acomete: | |||
después en el peligro desvaría, | |||
y no acierta a salir de a do se mete: | |||
que la señora al siervo sometida, | 15 | ||
pierde la fuerza y tino a la salida. | |||
—257→ | |||
Veréis en el Perú que han procurado | |||
levantar el tirano y ayudarle, | |||
para sólo mostrar, después de alzado, | |||
la traidora lealtad en derribarle: | 20 | ||
y con designio y ánimo dañado | |||
le dan fuerza, y después viene a matarle | |||
la espada infiel, de la maldad autora, | |||
al rey y amigos pérfida y traidora. | |||
Fraguan la guerra, atizan disensiones | 25 | ||
en hábito leal, aunque engañoso, | |||
pensando de subir más escalones | |||
por un áspero atajo y tropezoso: | |||
al cabo las malvadas intenciones | |||
vienen a fin tan malo y afrentoso, | 30 | ||
como veréis, si bien miráis la guerra | |||
civil y alteraciones desta tierra. | |||
Deshechos, pues, del todo los nublados | |||
por el audaz marqués y su prudencia, | |||
curando con rigor los alterados, | 35 | ||
como quien entendió bien la dolencia: | |||
en nombre de su rey, a otros tocados | |||
de aquel olor, descubre la clemencia, | |||
que hasta allí del rigor cubierta estaba, | |||
con general perdón que los lavaba. | 40 | ||
No el atrevido caso y espantoso, | |||
en el Perú jamás acontecido, | |||
ni el ejemplar castigo riguroso | |||
que amansó el fiero pueblo embravecido, | |||
fue en tal tiempo bastante y poderoso | 45 | ||
de ensordecer el bárbaro ruïdo, | |||
y la voz araucana y clara fama | |||
que en aquellas provincias se derrama. | |||
—258→ | |||
Nuevas por mar y tierra eran llegadas | |||
del daño y perdición de nuestra gente, | 50 | ||
por las vitorias grandes y jornadas | |||
del araucano bárbaro potente: | |||
pidiendo las ciudades apretadas | |||
presuroso socorro y suficiente, | |||
haciendo relación de cómo estaban | 55 | ||
y de todas las cosas que pasaban. | |||
Jerónimo Alderete, Adelantado, | |||
a quien era el gobierno cometido, | |||
hombre en estas provincias señalado, | |||
y en gran figura y crédito tenido, | 60 | ||
donde como animoso y buen soldado | |||
había grandes trabajos padecido; | |||
(no pongo su proceso en esta historia, | |||
que dél la general hará memoria) | |||
presente no se halla a tanta guerra | 65 | ||
y a tales desventuras y contrastes; | |||
mas con vos, gran Felipe, en Inglaterra, | |||
cuando la fe de nuevo allí plantastes: | |||
allí le distes cargo desta tierra, | |||
de allí con gran favor le despachastes; | 70 | ||
pero cortole el áspero destino | |||
el hilo de la vida en el camino. | |||
Fue su llorada muerte asaz sentida, | |||
y más el sentimiento acrecentaba | |||
ver el gobierno y tierra tan perdida | 75 | ||
que cada uno por sí se gobernaba: | |||
andaba la discordia ya encendida, | |||
la ambición del mandar se desmandaba; | |||
al fin, es imposible que acaezca | |||
que un cuerpo sin cabeza permanezca. | 80 | ||
—259→ | |||
Aquellos que de Chile habían venido | |||
a pedir el socorro necesario, | |||
viendo a su Adelantado fallecido | |||
y todo a su propósito contrario, | |||
con un semblante triste y afligido, | 85 | ||
de parecer de todos voluntario, | |||
piden a don Hurtado que se vea, | |||
y de remedio presto los provea, | |||
diciendo: «Varón claro y excelente, | |||
nuestra necesidad te es manifiesta, | 90 | ||
y la fuerza del bárbaro potente | |||
que tiene a Chile en tanto estrecho puesta: | |||
el más fuerte remedio es llevar gente, | |||
ésta ya puedes ver cuán cara cuesta. | |||
De parte de tu rey te requerimos | 95 | ||
nos concedas aquí lo que pedimos. | |||
A tu hijo, ¡oh marqués!, te demandamos, | |||
en quien tanta virtud y gracia cabe, | |||
porque con su persona confiamos | |||
que nuestra desventura y mal se acabe: | 100 | ||
de sus partes, señor, nos contentamos, | |||
pues que por natural cosa se sabe, | |||
y aun acá en el común es habla vieja, | |||
que nunca del león nació la oveja. | |||
»Y pues hay tanta falta de guerreros, | 105 | ||
haciendo esta jornada don García, | |||
se moverá el común y caballeros, | |||
alegres de llevar tan buena guía: | |||
y lo que no podrán muchos dineros | |||
podrá el amor y buena compañía, | 110 | ||
o la vergüenza y miedo de enojarte, | |||
o su propio interés en agradarte.» | |||
—260→ | |||
El marqués de Cañete, respondiendo | |||
a la justa demanda alegremente, | |||
vino en ella de grado, conociendo | 115 | ||
ser cosa necesaria y conveniente: | |||
y el hijo, hacienda y deudos ofreciendo, | |||
al punto derramó en toda la gente | |||
gran gana de pasar a aquella tierra, | |||
a ejercitar las armas en tal guerra. | 120 | ||
Uno se ofrece allí y otro se ofrece, | |||
así gran gente en número se mueve, | |||
y aquel que no lo hace, le parece | |||
que falta y no responde a lo que debe: | |||
hasta en cansados viejos reverdece | 125 | ||
el ardor juvenil, y se remueve | |||
el flaco humor y sangre casi helada | |||
con el alegre son de esta jornada. | |||
¡Oh valientes soldados araucanos, | |||
las armas prevenid y corazones, | 130 | ||
y aquel raro valor de vuestras manos | |||
temido en las antárticas regiones! | |||
Que gran copia de jóvenes lozanos | |||
descoge en vuestro daño sus pendones; | |||
pensando entrar por toda vuestra tierra | 135 | ||
haciendo fiero estrago y cruda guerra; | |||
no con los hierros botos y mohosos | |||
de los que las paredes hermosean, | |||
ni brazos del torpe ocio perezosos | |||
que con gran pesadumbre se rodean, | 140 | ||
ni los ánimos hechos a reposos, | |||
que cualquiera mudanza en que se vean | |||
los altera, los turba y entorpece | |||
y el desusado son los desvanece; | |||
—261→ | |||
mas hierros templadísimos y agudos, | 145 | ||
en sangre de tiranos afilados, | |||
fuertes brazos, robustos y membrudos, | |||
en dar golpes de muerte ejercitados; | |||
ánimos libres de temor desnudos, | |||
en los peligros siempre habituados, | 150 | ||
que el son horrendo, que a otros atormenta, | |||
los alegra, despierta y alimenta. | |||
Cosa destas yo pienso que ninguna | |||
os puede derribar de vuestro estado; | |||
mas tiéneme dudoso sola una, | 155 | ||
que nadie della ha sido reservado: | |||
ésta es la usada vuelta de fortuna, | |||
que siempre alegre rostro os ha mostrado, | |||
y es inconstante, falsa y variable, | |||
en el mal firme, y en el bien mudable. | 160 | ||
Que si la guerra el español procura, | |||
haciendo de su espada ufana muestra, | |||
querríale preguntar si por ventura | |||
corta por más lugares que la vuestra; | |||
si la fuerza del brazo le asegura | 165 | ||
del poder vuestro y vencedora diestra; | |||
verá, si mira bien en lo pasado, | |||
el campo de sus huesos ocupado. | |||
No sé; pero soberbio y encendido | |||
en bélico furor el pueblo veo, | 170 | ||
y al más triste español apercebido | |||
de armas, rico aparato y buen deseo. | |||
¡Oh Arauco! yo te juzgo por perdido; | |||
si las obras igualan al arreo | |||
y no templa el camino esta braveza, | 175 | ||
¡ay de tu presunción y fortaleza! | |||
—262→ | |||
Del apartado Quito se movieron | |||
gentes para hallarse en esta guerra: | |||
de Loja, Piura, de Jaén salieron: | |||
de Trujillo, de Guánuco y su tierra, | 180 | ||
de Guamanga, Arequipa concurrieron | |||
gran copia; y de los pueblos de la sierra, | |||
La Paz, Cuzco y las Charcas bien armados | |||
bajaron muchos pláticos soldados. | |||
Treme la tierra, brama el mar hinchado | 185 | ||
del estruendo, tumultos y rumores | |||
que suenan por el aire alborotado | |||
de pífanos, trompetas y atambores | |||
contra el rebelde pueblo libertado, | |||
amenazando ya sus defensores | 190 | ||
con gruesa y reforzada artillería, | |||
que dentro del Estado el son se oía. | |||
De aparatos, jaeces, guarniciones | |||
los gallardos soldados se arreaban; | |||
sobrevistas y galas, invenciones | 195 | ||
nuevas y costosísimas sacaban: | |||
estandartes, enseñas y pendones | |||
al viento en cada calle tremolaban: | |||
vieran sastres y obreros ocupados | |||
en hechuras, recamos y bordados. | 200 | ||
Con el concurso y junta de guerreros | |||
el grande estruendo y trápala crecía, | |||
y los prestos martillos de herreros | |||
formaban dura y áspera armonía: | |||
el rumor de solícitos armeros | 205 | ||
todo el ancho contorno ensordecía; | |||
los celosos caballos, de lozanos | |||
relinchando, triscaban con las manos. | |||
—263→ | |||
Andaba así la gente embarazada | |||
con el nuevo bullicio de la guerra; | 210 | ||
mas ya de lo importante aparejada, | |||
un caudillo salió luego por tierra: | |||
llevando copia de ella encomendada | |||
atravesó a Atacama y la alta sierra | |||
con la desierta costa y despoblados, | 215 | ||
de osamenta de bárbaros sembrados. | |||
La gente principal, todo aprestado, | |||
y reliquias del campo que quedaban, | |||
para romper el mar alborotado | |||
otra cosa que tiempo no aguardaban: | 220 | ||
mas viendo el cielo ya desocupado, | |||
y que las bravas olas aplacaban, | |||
con ordenada muestra y rico alarde | |||
salieron de Los Reyes una tarde. | |||
Yo con ellos también, que en el servicio | 225 | ||
vuestro empecé y acabaré la vida, | |||
que, estando en Inglaterra en el oficio | |||
que aún la espada no me era permitida, | |||
llegó allí la maldad en deservicio | |||
vuestro, por los de Arauco cometida, | 230 | ||
y la gran desvergüenza de la gente | |||
a la real corona inobediente. | |||
Y con vuestra licencia, en compañía | |||
del nuevo capitán y Adelantado, | |||
caminé desde Londres hasta el día | 235 | ||
que le dejé en Taboga sepultado; | |||
de donde, con trabajos y porfía, | |||
de la fortuna y vientos arrojado, | |||
llegué a tiempo que pude juntamente | |||
salir con tan lucida y buena gente. | 240 | ||
—264→ | |||
Otro escuadrón de amigos se me olvida, | |||
no menos que nosotros necesarios, | |||
gente templada, mansa y recogida, | |||
de frailes, provisores, comisarios, | |||
teólogos de honesta y santa vida, | 245 | ||
franciscos, dominicos, mercenarios, | |||
para evitar insultos de la guerra, | |||
usados más allí que en otra tierra. | |||
De varias profesiones y colores | |||
sale de Lima una lucida banda, | 250 | ||
y en el puerto tendidas por las flores | |||
estaban mesas llenas de vianda, | |||
con vinos de odoríferos sabores, | |||
donde luego por una y otra banda | |||
sobre la verde hierba reclinados | 255 | ||
gustamos los manjares delicados. | |||
Alegres los estómagos, contentos | |||
fuimos a la marina conducidos, | |||
a do de verdes ramos y ornamentos | |||
estaban los bateles prevenidos; | 260 | ||
y al son de varios y altos instrumentos, | |||
de los caros amigos despedidos, | |||
en los ligeros barcos nos metemos, | |||
dando a un tiempo con fuerza al mar los remos. | |||
Los bateles de tierra se alargaban, | 265 | ||
dejando con penosa envidia a aquellos | |||
que en la arenosa playa se quedaban, | |||
sin apartar los ojos jamás dellos: | |||
sobre diez galeones arribaban | |||
los prestos barcos, y saltando en ellos, | 270 | ||
tiempo los marineros no perdieron, | |||
que las velas al viento descogieron. | |||
—265→ | |||
De estandartes, banderas, gallardetes | |||
estaban las diez naves adornadas; | |||
hiriendo el fresco viento en los trinquetes | 275 | ||
comienzan a moverse sosegadas: | |||
suenan cañones, sacres, falconetes, | |||
y al doblar de la Isleta embarazadas, | |||
del Austro cargan a babor la escota, | |||
tomando al Sud-Sudueste la derrota. | 280 | ||
Las naos por el contrario mar rompiendo | |||
la blanca espuma en torno levantaban | |||
y a la furia del Austro resistiendo, | |||
por fuerza, a su pesar, tierra ganaban | |||
pero sobre el Garbino revolviendo, | 285 | ||
de la gran cordillera se apartaban; | |||
y de sola una vuelta que viraron | |||
el Guarco, al Est-Nordeste se hallaron. | |||
Mas presto por la popa el Guarco vimos, | |||
con Chinca de otro bordo emparejando; | 290 | ||
en alta mar tras éstos nos metimos | |||
sobre la Nasca fértil arribando; | |||
y al esforzado Noto resistimos, | |||
su furia y bravas olas contrastando, | |||
no bastando los recios movimientos | 295 | ||
de dos tan poderosos elementos. | |||
¿Qué haya en Perú, no es caso soberano, | |||
tanta mudanza en tres leguas de tierra, | |||
que cuando es en los llanos el verano, | |||
los montes el lluvioso invierno cierra; | 300 | ||
Y cuando espesa niebla cubre el llano | |||
en descubierto hiere el sol la sierra, | |||
y por esta razón van más crecientes | |||
en el verano abajo las vertientes? | |||
—266→ | |||
De los vientos, el Austro es el que manda | 305 | ||
que deshace los húmidos ñublados, | |||
y por todo aquel mar discurre y anda, | |||
del cual son para siempre desterrados: | |||
los otros vientos reinan a la banda | |||
de Atacama, y allí son libertados, | 310 | ||
que bajar al Perú ninguno puede | |||
ni por natural orden se concede. | |||
Pues las naves, del Austro combatidas, | |||
las espumosas olas van cortando, | |||
que de valientes soplos impelidas | 315 | ||
rompen la furia en ellas, azotando | |||
las levantadas proas guarnecidas | |||
de planchas de metal... Pero mirando | |||
al español del bárbaro vecino, | |||
habré de andar más presto este camino. | 320 | ||
Correré a Villagrán, el cual por tierra | |||
también en su jornada se apresura, | |||
atravesando la fragosa sierra | |||
que iguala con las nubes su estatura: | |||
diré lo que sucede en esta guerra, | 325 | ||
y qué rostro le muestra la ventura. | |||
Mas, porque todo venga a ser más claro, | |||
quiero tratar un poco de Lautaro: | |||
que estaba con su escuadra de guerreros | |||
en el sitio que dije recogido, | 330 | ||
y de foso, fagina y de maderos | |||
le había en breve sazón fortalecido. | |||
Tenía dentro soldados forasteros | |||
que a fama de la guerra habían venido, | |||
reparos, bastimentos, y otras cosas | 335 | ||
para el lugar y tiempo provechosas. | |||
—267→ | |||
Sola una senda este lugar tenía | |||
de alertas centinelas ocupada; | |||
otra ni rastro alguno no lo había, | |||
por ser casi la tierra despoblada: | 340 | ||
aquella noche el bárbaro dormía | |||
con la bella Guacolda enamorada, | |||
a quien él de encendido amor amaba, | |||
y ella por él no menos se abrasaba. | |||
Estaba el araucano despojado | 345 | ||
del vestido de Marte embarazoso, | |||
que aquella sola noche el duro hado | |||
le dio aparejo y gana de reposo: | |||
los ojos le cerró un sueño pesado, | |||
del cual luego despierta congojoso, | 350 | ||
y la bella Guacolda sin aliento | |||
la causa le pregunta y sentimiento. | |||
Lautaro le responde: «Amiga mía, | |||
sabrás que yo soñaba en este instante | |||
que un soberbio español se me ponía | 355 | ||
con muestra ferocísima delante, | |||
y con violenta mano me oprimía | |||
la fuerza y corazón, sin ser bastante | |||
de poderme valer; y en aquel punto | |||
me despertó la rabia y pena junto.» | 360 | ||
Ella en esto soltó la voz turbada, | |||
diciendo: «¡Ay, que he soñado también cuanto | |||
de mi dicha temí, y es ya llegada | |||
la fin tuya y principio de mi llanto! | |||
Mas no podré ya ser tan desdichada, | 365 | ||
ni fortuna conmigo podrá tanto, | |||
que no corte y ataje con la muerte | |||
el áspero camino de mi suerte. | |||
—268→ | |||
»Trabaje por mostrárseme terrible | |||
y del tálamo alegre derribarme, | 370 | ||
que, si revuelve y hace lo posible, | |||
de ti no es poderosa de apartarme: | |||
aunque el golpe que espero es insufrible, | |||
podré con otro luego remediarme, | |||
que no caerá tu cuerpo en tierra frío | 375 | ||
cuando estará en el suelo muerto el mío.» | |||
El hijo de Pillán con lazo estrecho | |||
los brazos por el cuello le ceñía: | |||
de lágrimas bañando el blanco pecho, | |||
en nuevo amor ardiendo respondía: | 380 | ||
«No lo tengáis, señora, por tan hecho, | |||
ni turbéis con agüeros mi alegría | |||
y aquel gozoso estado en que me veo, | |||
pues libre en estos brazos os poseo. | |||
»Siento el veros así imaginativa, | 385 | ||
no porque yo me juzgue peligroso; | |||
mas la llaga de amor está tan viva, | |||
que estoy de lo imposible receloso: | |||
si vos queréis, señora, que yo viva, | |||
¿quién a darme la muerte es poderoso? | 390 | ||
Mi vida está sujeta a vuestras manos | |||
y no a todo el poder de los humanos. | |||
»¿Quién el pueblo araucano ha restaurado | |||
en su reputación que se perdía, | |||
pues el soberbio cuello no domado | 395 | ||
ya doméstico al yugo sometía? | |||
Yo soy quien de los hombros le ha quitado | |||
el español dominio y tiranía: | |||
mi nombre basta solo en esta tierra, | |||
sin levantar espada, a hacer la guerra. | 400 | ||
—269→ | |||
»Cuanto más que, teniéndoos a mi lado, | |||
no tengo que temer ni daño espero: | |||
no os dé un sueño, señora, tal cuidado, | |||
pues no os lo puede dar lo verdadero: | |||
que ya a poner estoy acostumbrado | 405 | ||
mi fortuna a mayor despeñadero; | |||
en más peligros que éste me he metido, | |||
y dellos con honor siempre he salido.» | |||
Ella menos segura y más llorosa | |||
del cuello de Lautaro se colgaba, | 410 | ||
y con piadosos ojos lastimosa | |||
boca con boca así le conjuraba: | |||
«Si aquella voluntad pura, amorosa, | |||
que libre os di cuando más libre estaba, | |||
y dello el alto cielo es buen testigo, | 415 | ||
algo puede, señor, y dulce amigo; | |||
»por ella os juro y por aquel tormento | |||
que sentí cuando vos de mí os partistes, | |||
y por la fe, si no la llevo el viento, | |||
que allí con tantas lágrimas me distes, | 420 | ||
que a lo menos me deis este contento, | |||
si alguna vez de mí ya lo tuvistes, | |||
y es que os vistáis las armas prestamente, | |||
y al muro asista en orden vuestra gente.» | |||
El bárbaro responde: «Harto claro | 425 | ||
mi poca estimación por vos se muestra. | |||
¿En tan flaca opinión está Lautaro, | |||
y en tan poco tenéis la fuerte diestra | |||
que, por la redención del pueblo caro, | |||
ha dado ya de sí bastante muestra? | 430 | ||
¡Buen crédito con vos tengo por cierto, | |||
pues me lloráis de miedo ya por muerto!» | |||
—270→ | |||
«¡Ay de mí! que de vos yo satisfecha, | |||
dice Guacolda, estoy, más no segura; | |||
¿ser vuestro brazo fuerte qué aprovecha | 435 | ||
si es más fuerte y mayor mi desventura? | |||
Mas ya que salga cierta mi sospecha, | |||
el mismo amor que os tengo me asegura | |||
que la espada que hará el apartamiento, | |||
hará que vaya en vuestro seguimiento. | 440 | ||
Pues ya el preciso hado y dura suerte | |||
me amenazan con áspera caída, | |||
y forzoso he de ver un mal tan fuerte, | |||
un mal como es de vos verme partida: | |||
dejadme llorar antes de mi muerte | 445 | ||
esto poco que queda de mi vida: | |||
que quien no siente el mal, es argumento | |||
que tuvo con el bien poco contento.» | |||
Tras esto tantas lágrimas vertía | |||
que mueve a compasión el contemplalla, | 450 | ||
y así el tierno Lautaro no podía | |||
dejar en tal sazón de acompañalla. | |||
Pero ya la turbada pluma mía, | |||
que en las cosas de amor nueva se halla, | |||
confusa, tarda y con temor se mueve, | 455 | ||
y a pasar adelante no se atreve. |