Acto II
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PERSONAS DEL SEGUNDO ACTO
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FÉLIX. |
OLMEDO. |
CARRIZO. |
BISURTO. |
DOÑA CLARA. |
MARÍA DE
ARGÜELLO. |
UN ÁNGEL. |
MARIANA. |
UNA VOZ. |
CATALINA
VALCACER. |
DON CARLOS. |
BENITO. |
GINÉS. |
CORONEL. |
CARRIZO, fingido. |
VIVAR. |
UN PASTOR. |
RIQUELME. |
UN HUÉSPED. |
CALLENUEVA. |
PORTERA. |
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FÉLIX y el
hermano CARRIZO.
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CARRIZO |
Sin sentido me
has dejado. |
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FÉLIX |
Yo te he dicho la verdad. |
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CARRIZO |
¡Que sufras, Suma
Bondad, |
|
tan espantoso pecado! |
|
Mira,
Félix, que del cielo |
5 |
bajarán rayos de furia |
|
si haces tan grave injuria |
|
a su castísimo velo. |
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FÉLIX |
Deja aparte
hipocresías, |
|
loco, que ella me ha contado |
10 |
que tú la has
solicitado |
|
con papeles estos días |
|
de un caballero
de aquí. |
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FÉLIX |
Pues que contigo se allana, |
15 |
ella le conoce a ti; |
|
y abreviemos. O
esta daga |
|
te ha de pasar ese pecho |
|
(pues si te quedas, sospecho |
|
que mayor daño me
haga), |
20 |
o conmigo has de
venir. |
|
|
|
CARRIZO |
Ten la daga, que te juro |
|
que con el alma procuro |
|
a ti y a Clara servir. |
|
No es mi miedo ni
cumplimiento, |
25 |
sino que mi propio humor |
|
me lleva a cosas de amor |
|
el alma y el pensamiento. |
|
Soy
retozón de mi gusto, |
|
tierno de mi natural: |
30 |
un chapín, un delantal, |
|
me causan notable susto. |
|
No hay cofia o
cabello suelto |
|
que no me lleve tras
sí; |
|
que vive un pimiento en
mí, |
35 |
en esta sotana envuelto. |
|
En oyendo yo un
cheriba, |
|
me desato en pura miel, |
|
porque soy tan moscatel, |
|
que de sentido me priva. |
40 |
Cuanto
aquí me has visto hacer, |
|
todo ha sido fingimiento; |
|
que no hay centro en lo
violento, |
|
y es mi centro una mujer. |
|
Pueden con mi
corazón, |
45 |
en oyéndolas hablar, |
|
como con manteca, dar |
|
lardo a un asado capón. |
|
No hay
almíbar que me iguale |
|
en tratándome de amor, |
50 |
porque el placer y el color |
|
al rostro y ojos me sale. |
|
Vaya fuera la
sotana, |
|
no haya más
hipocresía; |
|
humana condición
mía, |
55 |
declarad que sois humana. |
|
Venga espada y
vengan plumas, |
|
rompan el mundo estos pies. |
|
|
|
FÉLIX |
Huelgo que por tu
interés |
|
a servirme te resumas. |
60 |
Clara
vistiéndose está |
|
para el camino un vestido: |
|
lindas joyas ha cogido: |
|
a punto las tiene ya; |
|
yo las mulas a la
puerta |
65 |
de la ciudad, que un villano |
|
guarda. |
|
|
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FÉLIX |
El hortelano
|
|
desa mi heredad o huerta: |
|
no hay más
de hacer una seña. |
|
|
|
CARRIZO |
Y yo, ¿no me he de
mudar? |
70 |
|
|
|
CARRIZO |
Aun pienso que Félix
sueña. |
|
Félix,
¿es esto de veras? |
|
¡Clara tan loca por ti, |
|
que quiere salir de
aquí! |
75 |
¡A un ángel tan santo
esperas! |
|
¡A una
mujer que por santa |
|
la dieron este gobierno! |
|
|
|
FÉLIX |
Un amor lloroso y tierno, |
|
Carrizo, un mármol
quebranta. |
80 |
Mi trabajo me ha
costado; |
|
tres veces la
combatí... |
|
mas no tratemos aquí |
|
lo padecido y pasado, |
|
pues dello
surtió el efecto |
85 |
que ves. Yo he vencido; basta. |
|
|
|
CARRIZO |
¿Qué mujer
habrá tan casta, |
|
donde no quepa un defecto, |
|
si este enemigo
porfía, |
|
y el principio no remedia? |
90 |
|
|
FÉLIX |
Temí que fuera
tragedia, |
|
Carrizo hermano, la
mía, |
|
y hase convertido
en boda. |
|
Doy un silbo... Mira bien |
|
si hay alguien. |
|
|
CARRIZO |
Agora, ¿quién?
|
95 |
Porque está la ciudad
toda |
|
envuelta en
tiniebla y sueño. |
|
|
|
|
(Silbe FÉLIX, y salga DOÑA CLARA, de seglar, muy
gallarda.)
|
|
FÉLIX |
¿Quién puede
ser?
|
|
Dame esos brazos, mujer, |
|
esposa y eterno dueño. |
100 |
|
|
DOÑA CLARA |
¡Ay,
día de mi esperanza, |
|
hoy en tus brazos cumplido! |
|
¡Jesús! ¿Con
quién has venido? |
|
|
|
|
|
CARRIZO |
Lanza o
lanzón, cuando aquí |
105 |
sales a casarte, Clara, |
|
Carrizo sólo repara |
|
en que se pierde por ti. |
|
La
sacristía me dan |
|
desta casa, e imagina |
110 |
que si la imagen camina, |
|
no se queda el
sacristán. |
|
La manga voy a
llevar |
|
en aquesta procesión. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Yerros por amores son, |
115 |
a quien dio el alma lugar. |
|
Retiraos los dos
allí, |
|
que un poco tengo que hacer. |
|
|
|
FÉLIX |
Presto, que deben de ser |
|
las doce. |
|
|
|
|
|
(Retírense los dos, y ella diga:)
|
DOÑA CLARA |
¡Virgen,
que estáis sobre esta puerta santa, |
|
por donde salgo a tanta
desventura, |
|
engañada de amor con fuerza
tanta, |
|
que no repara el alma en mi
locura; |
|
vara de Araón, divina,
fértil planta, |
125 |
que distes al Criador, siendo
criatura, |
|
por cuyo fruto os echan
bendiciones |
|
las más fieras y
bárbaras naciones; |
|
hermosa Virgen,
cándida cortina |
|
de aquel Sol de justicia
soberano; |
130 |
Raquel del gran Jacob, Ester
divina, |
|
salud eterna del linaje
humano, |
|
preciosa piedra imán, que al
Norte inclina, |
|
que nos enseña siempre
vuestra mano, |
|
yo rompo la palabra que
había dado |
135 |
a vuestro Hijo y a mi Esposo
amado! |
|
Con
lágrimas lo digo, Virgen bella: |
|
adúltera soy ya; yo soy
perdida; |
|
que un ciego amor me arroja y
atropella, |
|
y una pasión en vano
resistida. |
140 |
¡Qué vergüenza
que tengo, clara estrella, |
|
divina fuente de la eterna
vida, |
|
de alzar mis feos ojos a
miraros, |
|
siendo los vuestros más que
el cielo claros! |
|
Mas ya el
demonio, envuelto en mi flaqueza, |
145 |
a desesperación tan grande
incita |
|
mi loca y femenil naturaleza, |
|
que a matarme o salir me
solicita. |
|
Por vuestra intacta virginal
pureza, |
|
entre todas santísima y
bendita, |
150 |
María celestial, Madre
piadosa, |
|
os pido hagáis por mí
sola una cosa. |
|
No sé
cómo me atrevo, cuando intento |
|
tan gran maldad; pero por ser tan
justo |
|
lo que os suplico, tengo
atrevimiento, |
155 |
que no lo hiciera yo si fuera
injusto; |
|
y es que, pues yo, con loco
pensamiento, |
|
llevada de la infamia de mi
gusto, |
|
voy a perderme en tanto
vituperio, |
|
quedéis en guarda deste
monasterio. |
160 |
Aquí tuve
el gobierno, y voy perdida; |
|
guardad estas ovejas, Virgen
santa, |
|
pues su pastora, con infame
huida, |
|
las deja al lobo, que el ganado
espanta. |
|
No se pierda ninguna,
aborrecida |
165 |
de mi maldad, ni caiga en la
garganta |
|
del hambriento león, a
ejemplo mío. |
|
¡Guardaldas, Virgen; que de
vos las fío! |
|
|
|
|
FÉLIX |
No lo entiendo.
|
|
¿Si se arrepiente ya? |
|
|
DOÑA CLARA |
¡Virgen hermosa,
|
170 |
y vos, Esposo mío, aunque os
ofendo, |
|
y el hombre pierdo aquí de
vuestra esposa, |
|
guardad estas ovejas! |
|
|
FÉLIX |
¿Si temiendo
|
|
la justicia del cielo
rigurosa, |
|
no se atreve a partir? |
|
|
CARRIZO |
Eso sospecho.
|
175 |
Llega, y esfuerza su medroso
pecho. |
|
|
|
FÉLIX |
¿Qué es esto, Clara? ¿Quieres que
amanezca, |
|
y nos hallen aquí?
¿Qué estás llorando? |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Despedirme de aquí; no te
parezca |
|
mucho sentirlo, el daño
imaginando. |
180 |
|
|
FÉLIX |
No hay cosa que el temor, Clara, te
ofrezca, |
|
que no la venza el amor.
¿Qué estás dudando? |
|
|
|
|
FÉLIX |
¿Agora el miedo te
acobarda?
|
|
|
|
DOÑA CLARA |
¡Virgen, en vos les dejo
Buena Guarda! |
|
|
|
|
(Vanse.)
|
|
(Una VOZ, dentro,
diga así:)
|
|
|
(Un ÁNGEL
salga.)
|
ÁNGEL |
¡Oh, Reina de la vida!
|
185 |
¿Qué me
mandáis? |
|
|
VOZ |
Al punto te transforma
|
|
en esta miserable, que,
perdida, |
|
a su Esposo desprecia desta
forma. |
|
De su rostro y sus hábitos
vestida, |
|
sirve su oficio, y las demás
informa |
190 |
de consejos divinos. |
|
|
ÁNGEL |
Obediente
|
|
haré su oficio mientras vive
ausente. |
|
¡Oh, poderoso
Señor, |
|
que los hombres
tanto estimas! |
|
¡Que tu
justicia reprimas |
195 |
y detengas tu
furor! |
|
¡Que quieras que los
sirvamos |
|
y que en su lugar
quedemos, |
|
que a los buenos
los honremos |
|
y a los malos
defendamos! |
200 |
Das en el desierto a Agar |
|
en tal desdicha
consuelo, |
|
bajando un
ángel del cielo; |
|
tres haces
también bajar |
|
en el valle de
Mambré, |
205 |
que Abraham a
adorar viene, |
|
y otro el
cuchillo detiene |
|
por tanta
obediencia y fe. |
|
Cuando bendición le
dan, |
|
Jacob los vio por
la escala, |
210 |
que el cielo y la
tierra iguala, |
|
y al partirse de
Labán. |
|
Ya en la zarza que no
ardía, |
|
ya en la columna
de fuego, |
|
ya
prometiéndole luego |
215 |
el ángel
que a Moisés guía; |
|
ya puesto contra
Balán, |
|
ya en favor de
Josué, |
|
y ya
Gedeón le ve |
|
al huir de
Madián; |
220 |
ya dándole pan a
Elías |
|
y a los asirios
agravios, |
|
ya purificando
labios, |
|
poniendo fuego a
Isaías; |
|
ya en el horno a Misael, |
225 |
dándole a
Dios bendiciones, |
|
ya enfrenando
los leones, |
|
sustentando a
Daniel; |
|
y ya en Betulia guardando |
|
a Judit, casta y
valiente, |
230 |
ya con
Tobías ausente, |
|
su camino
acompañando; |
|
ya a Josef santo
durmiendo, |
|
y cuando a Egipto
camina, |
|
ya moviendo la
piscina, |
235 |
ya las
cárceles abriendo; |
|
ya en el monte
Sinaí, |
|
ya a Felipe y
Pedro santo; |
|
pero no es mucho,
que tanto |
|
les diese favor
allí, |
240 |
si viene a
comparación |
|
con aquesta
miserable |
|
que a su Esposo
venerable |
|
ha hecho tan vil
traición. |
|
Maitines tocan; yo quiero |
245 |
ir a estar en su
lugar, |
|
pues me le manda
ocupar |
|
aquel celestial
lucero. |
|
¡Cuán mejor
gobierno aguarda |
|
su casa del que
tenía! |
250 |
Que
después de Dios, María |
|
fue siempre la
Buena Guarda. |
|
|
|
|
(Váyase, y entren DON CARLOS y GINÉS, lacayo.)
|
DON CARLOS |
Yo lo tengo
averiguado; |
|
no hay que replicar en esto. |
|
|
|
|
|
GINÉS |
¿Quién te ha
puesto
|
255 |
con don Juan en tal cuidado, |
|
que siempre te ha
sido amigo? |
|
|
|
DON CARLOS |
No hay amigos cuando es |
|
sobre este vil interés, |
|
y este ejemplo es buen
testigo. |
260 |
Dame que llegue
ocasión |
|
que pique la voluntad; |
|
que la mayor amistad |
|
viene a parar en
traición. |
|
Hay hombre que
por su gusto, |
265 |
en materia de mujer, |
|
a su padre sabrá hacer |
|
cualquiera engaño y
disgusto. |
|
Si saber, por
dicha, quieres |
|
quién es tu amigo, y su
intento, |
270 |
pruébale con mucho
tiento |
|
en dineros y mujeres, |
|
que allí
se pierden los más. |
|
|
|
GINÉS |
Mejor será no
proballos, |
|
que no quiero ocasionallos |
275 |
para perdellos jamás. |
|
|
|
DON CARLOS |
Yo sé que
me ha hecho tiro |
|
en esta ocasión don
Juan, |
|
porque, de Elena galán, |
|
le cuesta más de un
suspiro. |
280 |
Con siniestra
información |
|
a don Pedro ha persuadido, |
|
por quien a Elena he perdido, |
|
mi honor y reputación, |
|
que pienso que en
sangre mía |
285 |
ha puesto falta; y si en ella |
|
la dejo, vendrá a
tenella |
|
toda manchada algún
día; |
|
que de
engaños de este modo |
|
tantos peligros resultan, |
290 |
que un hábito
dificultan, |
|
y se pierde el honor todo. |
|
¡Cuántos, por mala
opinión |
|
que han puesto los enemigos, |
|
son, Ginés, falsos
testigos |
295 |
en más de una
información! |
|
¡Cuántas honras hay quitadas, |
|
cuántas noblezas
perdidas |
|
por pasiones no entendidas, |
|
de enemistades pasadas! |
300 |
Dios te libre de
quedar |
|
una opinión asentada, |
|
que no puede ser lavada |
|
con toda el agua del mar. |
|
No ha de
sucederme ansí, |
305 |
porque jurara mañana |
|
alguna gente liviana |
|
que esto se dijo de mí. |
|
Hoy ha de morir
don Juan, |
|
y venga lo que viniere. |
310 |
|
|
GINÉS |
Si quitarle el honor quiere, |
|
aquí estos brazos
están, |
|
que a sesenta mil
como él |
|
desharán y harán
pedazos. |
|
|
|
DON CARLOS |
Esos brazos o estos brazos |
315 |
tomarán venganza
dél. |
|
¿Quién es éste? |
|
|
GINÉS |
Éste es Carrizo,
|
|
el sacristán desta
casa, |
|
hombre que por santo pasa, |
|
o trae el nombre postizo. |
320 |
(Otro CARRIZO
entre con el traje que traía el que se fue con FÉLIX y CLARA.)
|
Éste se
entra en los zaguanes |
|
a reñir a los que
juegan, |
|
y si los naipes le niegan, |
|
finge dos mil ademanes. |
|
Y para
mí, por la pinta, |
325 |
conoce mejor la suerte |
|
que un tahur. |
|
|
|
|
CARRIZO FINGIDO |
Deo gracias,
señor don Carlos. |
|
|
|
|
|
|
CARRIZO FINGIDO |
Dios le bendiga.
|
|
A los dos quiero abrazarlos, |
|
y déles el
Sumo Bien |
|
de sus bienes celestiales. |
|
|
|
GINÉS |
No tiene aquellas
señales |
335 |
que en el hermano se ven. |
|
Es el mismo y no
es el mismo; |
|
más modesto y más
compuesto |
|
trae el hábito y el
gesto. |
|
|
|
DON CARLOS |
Calla, que es todo un abismo |
340 |
de pureza y
santidad. |
|
|
|
CARRIZO FINGIDO |
Mi señora la Abadesa, |
|
que, como sabe, profesa |
|
tanta virtud y humildad, |
|
le suplica que se
llegue |
345 |
un rato a la portería. |
|
|
|
DON CARLOS |
¿A la noche o por el
día? |
|
|
|
CARRIZO FINGIDO |
No es justo que se lo niegue, |
|
que le ha mucho
menester. |
|
|
|
DON CARLOS |
¡Jesús! Hermano,
aquí estoy. |
350 |
Indigno de verla soy: |
|
novedad debe de haber. |
|
|
|
GINÉS |
Doña
Clara, ¿no es hermana |
|
de Elena? |
|
|
|
GINÉS |
Estos negocios tan graves, |
355 |
siempre un santo los allana. |
|
Ella debe de
querer |
|
conformaros. |
|
|
|
GINÉS |
Hablad primero los dos, |
|
que este mal vayas a hacer. |
360 |
|
|
DON CARLOS |
Hermano,
¿hay lugar agora? |
|
|
|
CARRIZO FINGIDO |
¡Pues no! Véngase
conmigo. |
|
|
|
|
CARRIZO FINGIDO |
Diga, ¿con don Carlos
Mora? |
|
|
|
|
|
GINÉS |
Lacayo dicen que soy; |
|
pero yo delante voy, |
|
que mi amo detrás
viene. |
|
|
|
CARRIZO FINGIDO |
Si sirve a Dios
muy de veras, |
|
y promete desde luego |
370 |
dejar mujeres y juego, |
|
juramentos y quimeras, |
|
seremos grandes
amigos. |
|
|
|
|
|
GINÉS |
¡Juego y mujeres!... No
sé... |
375 |
|
|
|
|
(Vayanse, y entren DOÑA CLARA y FÉLIX.)
|
FÉLIX |
En este verde
prado, |
|
donde compiten tan hermosas
fuentes, |
|
que su cristal helado, |
|
dividido por lazos diferentes, |
380 |
la hierba lisonjea, |
|
porque jüez apasionado
sea; |
|
aquí,
donde las flores |
|
parece que se esfuerzan
diligentes |
|
a vencer tus colores, |
385 |
aunque las desengañan las
corrientes, |
|
espejos de sus hojas, |
|
contigo menos blancas, menos
rojas, |
|
puedes, hermosa
Clara, |
|
pasar aquesta siesta calurosa, |
390 |
si no es que el sol se para |
|
a verte entre estas flores,
más hermosa |
|
que Dafne y que Jacinto, |
|
rompiendo aqueste verde
laberinto. |
|
Mira las dulces
aves, |
395 |
cantándote motetes
acordados |
|
con los picos süaves; |
|
mira por los vivares los
pintados |
|
conejuelos medrosos, |
|
del esparcido plomo
sospechosos; |
400 |
mira en la verde cama |
|
la liebre temerosa, y por la
selva |
|
la presurosa gama, |
|
que está esperando que su
esposo vuelva, |
|
y por aquesta orilla, |
405 |
gimiendo en soledad, la
tortolilla; |
|
mira cuán
abrazados |
|
están aquestos chopos destas
vides, |
|
y que, como casados, |
|
se enredan en los árboles de
Alcides. |
410 |
Mas, pues papel me ofrecen, |
|
libros serán del bien, que
me enloquecen. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Pues
¿qué intentas en ellos, |
|
dulce esposo del alma que te
adora? |
|
|
|
FÉLIX |
Fiar mi gloria dellos, |
415 |
porque me vino a la memoria
agora |
|
lo que escribió Medoro |
|
cuando gozó de
Angélica el tesoro. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Detente, no lo
escribas, |
|
que no es Orlando el que leerlo
puede, |
420 |
de quien seguro vivas |
|
con el anillo que a la vista
excede, |
|
sino quien todo es ojos, |
|
y se podrá vengar de sus
enojos. |
|
No donde se
escondía |
425 |
Angélica en la India, de su
furia |
|
segura viviría, |
|
si quisiese vengar su injusta
injuria, |
|
porque hasta el mismo infierno |
|
abre su centro a su Jüez
eterno. |
430 |
Escribe,
Félix mío, |
|
tus glorias en tu pecho, que
dél solo |
|
estos secretos fío. |
|
|
|
FÉLIX |
No pienso que del uno al otro
polo |
|
hay hombre tan dichoso. |
435 |
¿Eres mi esposa? |
|
|
|
FÉLIX |
Tu esposo.
|
|
Aquí te
sienta un poco; |
|
dormiré en tu regazo. |
(Siéntese.)
|
|
|
|
FÉLIX |
¡Que no se vuelva loco |
|
quien goza un bien une tanto mal le
cuesta! |
440 |
|
|
DOÑA CLARA |
Para mayor descanso, |
|
ya con las hojas juega el viento
manso. |
|
|
|
|
(Un PASTOR.)
|
PASTOR |
¿Hay tal
desdicha mía, |
|
si yo puedo llamarme
desdichado? |
|
Pensaba que tenía |
445 |
seguro de los lobos mi ganado, |
|
y llevóme la oveja |
|
de más hermosa y
cándida pelleja. |
|
Daré
silbos mortales, |
|
daré gritos, que atruene
monte y selva |
450 |
por entre estos jarales: |
|
tanto deseo que a su pasto
vuelva. |
|
¡Hola, pastores
míos! |
|
¿Habéis visto mi
oveja entre estos ríos? |
|
Montes altos,
cubiertos |
455 |
de antiguos robles y robustas
hayas, |
|
de mis ovejas puertos |
|
cuando se escapan de mis blancas
playas, |
|
¿habéis visto una
oveja, |
|
que, por ir con el lobo, el pastor
deja? |
460 |
¿Qué digo? ¡Hola,
vaqueros! |
|
¡Hala! ¡Aho!
Montañeses cabrerizos, |
|
celosos ganaderos, |
|
cubiertos con espinas, como
erizos, |
|
¿habéis mi oveja
visto? |
465 |
|
|
DOÑA CLARA |
Parece que el pastor imita a
Cristo. |
|
Despertaré
mi esposo... |
|
Mas él duerme cansado, no es
bien hecho. |
|
¡Hola! Pastor celoso, |
|
que por tu oveja se te abrasa el
pecho, |
470 |
parece que tu queja |
|
se imprime en mí, con no ser
yo tu oveja. |
|
¿Qué buscas afligido? |
|
|
|
PASTOR |
Una ovejuela pobre desmandada, |
|
que ha poco que se ha ido, |
475 |
de la voz de los lobos
engañada. |
|
¿Habéisla acaso
visto? |
|
|
|
DOÑA CLARA |
¡Tiemblo como si viera al
mismo Cristo! |
|
|
|
PASTOR |
Lindas
señas tenía: |
|
toda era blanca, aunque en la
frente sola |
480 |
una mancha tenía; |
|
mas no hay lirio en el prado ni
amapola |
|
en trigo, ni aun estrella, |
|
que se pudiese comparar con
ella. |
|
Yo le puse una
esquila |
485 |
en un collar de más valor
que el oro; |
|
silbé, llaméla y
dila |
|
sal en mis manos por mayor
decoro; |
|
que aun por ella entre espinas |
|
andar juzgan mis pies por
clavellinas. |
490 |
Hice yo mi
cabaña |
|
de tres palos, por ella, en ese
monte |
|
para que a la montaña |
|
no se vaya perdida, y se
remonte |
|
de mi sabroso pasto, |
495 |
en compañía de un
cordero casto. |
|
Mas no
sirvió de nada |
|
ni amalla ni querella ni
servilla; |
|
que cuando más
guardaba, |
|
se me fue con los lobos de la
villa, |
500 |
Dios sabe cómo vengo, |
|
la sed, el ansia y el calor que
tengo. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Pastor, que tan
celoso |
|
vienes buscando tu querida
oveja, |
|
mira ese soto umbroso; |
505 |
que si la sed con la calor la
aqueja, |
|
al agua vendrá luego. |
|
|
|
PASTOR |
No hará, porque ya tiene
muerto el fuego. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Yo, pastor, a lo
menos |
|
no la he visto pasar por este
prado. |
510 |
|
|
PASTOR |
Teniendo vos tan llenos |
|
los ojos del marido regalado |
|
que tenéis en los
brazos, |
|
haciendo al cuello suyo tantos
lazos, |
|
no lo habréis
advertido. |
515 |
Quedad con Dios. |
(Váyase.)
|
|
|
DOÑA CLARA |
¡Qué hermoso y lindo
talle!
|
|
¡Con qué galán
vestido |
|
andan los ganaderos deste
valle! |
|
|
|
|
(Despierte FÉLIX.)
|
FÉLIX |
Clara,
¿con quién hablabas? |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Con un pastor, mientras durmiendo
estabas. |
520 |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Una oveja;
|
|
que te moviera a lástima la
suya, |
|
pues que por ella deja |
|
todo el ganado, sólo porque
arguya |
|
el amor que la tiene. |
525 |
|
|
FÉLIX |
Quien tiene amor, con tales ansias
viene. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Sudaba, de
cansado, |
|
por un rostro que a un rey honor le
diera. |
|
Echado en el cayado |
|
miraba selvas, montes y
riberas, |
530 |
a ver si parecía, |
|
y a silbos la campaña
estremecía. |
|
Una honda de
seda |
|
de tres lazos, que en uno
remataban, |
|
porque llamarla pueda, |
535 |
se pendía del cinto, que
adornaban |
|
un pasador y hebilla |
|
labrados por extraña
maravilla. |
|
Las abarcas de
pieles, |
|
asidas con lazadas encarnadas, |
540 |
a guisa de claveles |
|
entre azucenas blancas
deshojadas, |
|
puestas me parecieron |
|
en los pies, que este prado
florecieron. |
|
|
|
FÉLIX |
Sin duda que
soñabas. |
545 |
|
|
DOÑA CLARA |
Yo así lo creo, y todo ha
sido un sueño. |
|
|
|
FÉLIX |
Como acaso
pensabas |
|
en los amores de tu nuevo
dueño, |
|
soñabas hermosura, |
|
y el alma fue el pincel de la
pintura. |
550 |
|
|
|
(CARRIZO entre de
soldadete, con espada y plumas.)
|
CARRIZO |
¿Habemos
hoy de acabar |
|
de dormir y de partir? |
|
|
|
FÉLIX |
Si al partir daña el
dormir, |
|
ya le comienza a dejar. |
|
¿Has dado
bien de comer |
555 |
a esas bestias? |
|
|
CARRIZO |
A esas bestias,
|
|
que sufren nuestras molestias, |
|
les di a comer y a beber. |
|
He comprado dos
capones, |
|
que pueden servir a pavos |
560 |
los remates de los cabos, |
|
con un par de perdigones. |
|
Éstos van
en el arzón. |
|
|
|
|
CARRIZO |
Cada día
|
|
la bucólica me
fía, |
565 |
y tú verás que no
son |
|
las de Virgilio
tan buenas, |
|
aunque por lisonja
estén |
|
con aquellos versos bien |
|
Galo, Títiro y Mecenas. |
570 |
Pero falta lo
mejor. |
|
|
|
|
CARRIZO |
Todo es cosa vil
|
|
adonde falta un pernil; |
|
que escribe cierto dotor |
|
que, tomado por
jarabe |
575 |
cada mañana, es la cosa |
|
más cordial y más
sabrosa |
|
que de Hipócrates se
sabe. |
|
Yo estoy muy bien
con él |
|
por una cosa. |
|
|
|
CARRIZO |
La diferencia que va |
|
del agua, Félix, a
él. |
|
El agua, para ser
buena, |
|
ni color, sabor ni olor |
|
ha de tener. ¡Qué
rigor! |
585 |
Sólo nombrarla da pena. |
|
Y el tocino, en
competencia, |
|
tiene, para ser mejor, |
|
buen color, sabor y olor. |
|
¿Cuál es mejor
diferencia? |
590 |
Color, lo magro
que exceda |
|
la grana, sabor que llame |
|
al vino, olor que derrame |
|
ámbar que vencerle
pueda. |
|
Todas estas
condiciones |
595 |
confortan y recuperan |
|
la vida, más que
pudieran |
|
boticas ni confecciones. |
|
Tome un poeta al
aurora |
|
dos tragos sanmartiniegos, |
600 |
con dos bocados manchegos |
|
desto que Mahoma ignora |
|
(Belcebú
le lleve presto |
|
a Argel o a Constantinopla), |
|
y podrá de copla en
copla |
605 |
henchir de versos un cesto. |
|
Beba agua, aunque
sea endibia, |
|
con azúcar o rosado |
|
o blanco; y, el día
pasado, |
|
hará una copla tan
tibia, |
610 |
que parezca que
ha salido |
|
por boca de cantimplora. |
|
|
|
|
CARRIZO |
Alegre traigo el sentido. |
|
|
|
FÉLIX |
¿Adónde habemos de ir? |
615 |
|
|
CARRIZO |
Vamos a la gran Toledo; |
|
que en nombrándola, no
puedo |
|
ni tengo más que decir. |
|
Gente noble,
entendimientos |
|
raros, damas siempre hermosas. |
620 |
|
|
DOÑA CLARA |
¡Qué cosas tan
enfadosas! |
|
|
|
|
|
|
|
CARRIZO |
Digo que no vamos
ya; |
|
y si buscas gente fea, |
|
pasémonos a Guinea, |
625 |
que no habrá celos
allá, |
|
porque en
Mandinga y en Zape |
|
nunca han entrado los celos, |
|
si no es que quieran los
cielos |
|
que dellos nadie se escape. |
630 |
¡Pardiez,
vamos a Sevilla! |
|
|
|
|
CARRIZO |
Y de mayor libertad |
|
que las que tiene Castilla, |
|
porque la gran
confusión |
635 |
de grandeza y forasteros, |
|
de naves y de extranjeros, |
|
causa de tenerla son. |
|
Es
bellísima en extremo. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Apresta, y vamos allá, |
640 |
aunque en toda España
habrá |
|
el mismo temor que temo. |
|
|
|
CARRIZO |
A Valencia puedes
ir, |
|
que es un Jardín en la
tierra. |
|
|
|
FÉLIX |
Notable grandeza encierra; |
645 |
mas no podremos vivir |
|
sin que
quién somos se entienda. |
|
|
|
CARRIZO |
Pues vamos a Barcelona, |
|
ciudad que la mar corona |
|
por su mas querida prenda; |
650 |
y podéis
por Vinarrós |
|
pasar a Italia, o por ella. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Todo el amor lo atropella: |
|
muramos juntos los dos. |
|
Vamos a cualquier
lugar. |
655 |
|
|
FÉLIX |
Hacia Toledo camina... |
|
o Valencia, si imagina |
|
Clara que la han de buscar. |
|
|
|
CARRIZO |
Las mulas
están a punto |
|
y la cena. |
|
|
|
CARRIZO |
Que partas, y que tú
quieras. |
|
|
|
DOÑA CLARA |
Por el lugar te pregunto. |
|
|
|
|
|
CARRIZO |
¡Lindo camino,
|
|
adonde pernil y vino |
665 |
no pueden faltar jamás! |
|
|
|
FÉLIX |
¿No vas
contenta, mi amor? |
|
|
|
|
|
DOÑA CLARA |
Algún cuidado me ha
puesto |
|
lo que me dijo el pastor. |
670 |
|
|
|
(Váyanse.)
|
|
(Entren el ÁNGEL, ya en figura de
DOÑA CLARA y
DON CARLOS.)
|
ÁNGEL |
Yo os prometo
hacer mi diligencia |
|
y persuadir mi padre a vuestro
gusto; |
|
mas la palabra habéis de
darme luego |
|
de no poner las manos ni la
espada |
|
en ese caballero. |
|
|
DON CARLOS |
¿Quién o
cómo
|
675 |
os ha dicho, señora, que
quería |
|
castigar a don Juan de aqueste
agravio? |
|
|
|
|
DON CARLOS |
Mal he dicho
|
|
en preguntaros cómo lo
supistes; |
|
que vuestra santidad es tan
notoria |
680 |
en toda la ciudad, que sólo
un hombre |
|
tan malo como yo fuera
ignorante |
|
y peregrino de virtud tan
rara, |
|
y cómo lo sabéis os
preguntara. |
|
|
|
ÁNGEL |
Carlos, no, quiere Dios que los
agravios |
685 |
venguen los agraviados; y
así, dice |
|
que no busquéis venganza, en
el Levítico, |
|
ni os acordéis de la pasada
injuria: |
|
suya la llama en el
Deuteronomio. |
|
Judit dice que esperen los
humildes; |
690 |
David le ruega a Dios que se
levante, |
|
y que le vengue de sus
enemigos. |
|
Que no se olvida, dicen los
Proverbios, |
|
y que es Dios de venganza, en quien
es justo |
|
que espere el hombre libertad y
honra. |
695 |
El que pidiere a Dios de quien le
ofende |
|
satisfacción, nos dice el
Eclesiástico |
|
que la hallará sin duda, y a
Idumea |
|
promete Dios por Israel
castigo, |
|
por quererse vengar de su
enemigo. |
700 |
Tres veces llama
a Dios Nahum, profeta, |
|
vengador, y aun el mismo
Señor dice, |
|
por San Mateo, que volváis
el rostro |
|
a quien os diere en él, y a
los romanos |
|
y hebreos Pablo escribe estos
consejos. |
705 |
Diego y Pedro nos muestran esto
mismo, |
|
y de las almas de los justos
dice |
|
Juan en su Apocalipsi que
pidiendo |
|
están a Dios venganza de su
sangre. |
|
Pedilda, pues, a Dios, señor
don Carlos, |
710 |
y a mí dejadme el cargo de
abonaros, |
|
si hoy me viere mi padre, como
pienso, |
|
aunque siempre me ve mi Padre
inmenso. |
|
|
|
DON CARLOS |
Clara,
más clara y pura que el sol claro; |
|
Clara, que las estrellas
obscureces, |
715 |
no sólo con oírte y
con mirarte, |
|
piedad infundes en mi duro
pecho, |
|
pero me obligas que a tus pies
echado, |
|
pida perdón de mi pasado
intento |
|
a Dios y a ti, por quien sus voces
siento. |
720 |
Verdad es que
matar a don Juan quise; |
|
mas ya, si quieres que
perdón le pida, |
|
haré lo mismo que contigo
hago. |
|
|
|
ÁNGEL |
No, que será advertirle,
pues no sabe |
|
la ofensa que intentabas a su
vida. |
725 |
Yo te prometo de cobrar tu
honra, |
|
aunque ninguna en esto
aventuraste, |
|
y de pedirle que te vuelva a
Elena, |
|
como al principio fue su
pensamiento, |
|
para que llegue a efecto el
casamiento. |
730 |
|
|
DON CARLOS |
Señora,
con mirarte estoy de suerte, |
|
que ya no sólo quiero que le
pidas |
|
me vuelva lo que tanto he
deseado; |
|
pero si quieres que de aquí
me vaya |
|
a Salamanca, y que con un pobre
hábito |
735 |
me ponga en un recluso
monasterio, |
|
lo haré sin detenerme: tales
rayos |
|
me da sólo mirarte. |
|
|
ÁNGEL |
Cuando fuera
|
|
de Dios la vocación, yo me
alegrara. |
|
Agora trata de tomar estado, |
740 |
que mi hermana te quiere, a lo que
pienso, |
|
y en fin es sacramento el
matrimonio, |
|
en que podéis vivir como
Tobías |
|
vivió con Sara tan alegres
días. |
|
Guárdate,
si se hiciere este concierto, |
745 |
de llegar, como aquellos
desdichados |
|
y lascivos mancebos que a las
manos |
|
murieron del demonio; sino
ofrece |
|
a Dios humilde tu oración, y
pide |
|
que sea aquella junta sólo a
efecto |
750 |
de su servicio. |
|
|
DON CARLOS |
Si por ángel, Clara,
|
|
te llevo en el camino de mi
intento, |
|
¡oh, qué honesto
será mi pensamiento! |
|
Sé tú mi Rafael, ve
tú conmigo. |
|
|
|
ÁNGEL |
Vete con Dios, que Dios irá
contigo. |
755 |
(Váyase DON
CARLOS.)
|
¡Oh,
soberana piedad, |
|
qué de cosas que te
deben |
|
los hombres, y no los mueven |
|
a agradecida humildad! |
|
¡Cuánto sufre, cuánto
aguarda, |
760 |
pues por quien le
despreció, |
|
hace que su Madre y yo |
|
sirvamos de buena guarda! |
|
¡Cuán altos son tus secretos, |
|
sin que se entienda a qué
fin! |
765 |
¿Qué abrasado
serafín |
|
penetrará tus
conceptos? |
|
|
|
|
(La PORTERA.)
|
PORTERA |
Haga vuestra
caridad |
|
que llamen al Mayordomo. |
|
|
|
ÁNGEL |
También su defensa
tomo. |
770 |
No está agora en la
ciudad, |
|
que es ido a
cierta cobranza. |
|
Mejor diré
perdición. |
|
|
|
PORTERA |
Pues he pensado que son |
|
dineros de una libranza. |
775 |
|
|
ÁNGEL |
¿Libranza?
Yo los daré. |
|
¡Ay, Dios! ¡Si la suya
fuera, |
|
y Félix libre se viera |
|
del pecado en que se ve! |
|
|
|
PORTERA |
Cien ducados se
han de dar |
780 |
también para la madera |
|
del cuarto nuevo. |
|
|
ÁNGEL |
¡Ah, sí!
Espera,
|
|
que no les han de faltar. |
|
|
|
PORTERA |
¿Para
qué en esta ocasión |
|
el Mayordomo enviaste, |
785 |
que no hay leña que se
gaste, |
|
y se ha acabado el
carbón? |
|
|
|
ÁNGEL |
Todo se ha de
proveer; |
|
Félix ocupado
está; |
|
si hay alguna falta
acá, |
790 |
decid lo que es menester. |
|
|
|
|
ÁNGEL |
Pues yo
|
|
acudiré a todas luego. |
|
|
|
PORTERA |
Que hables al hombre, te
ruego, |
|
que el monumento pintó. |
795 |
|
|
ÁNGEL |
Pues
¿cómo no le han pagado? |
|
|
|
PORTERA |
Por faltar Félix de
aquí. |
|
|
|
ÁNGEL |
Ahora bien, pídanme a
mí, |
|
pues Félix anda
ocupado. |
|
A Vísperas
han tañido. |
800 |
|
|
PORTERA |
Después dellas es
costumbre, |
|
si no te da pesadumbre |
|
(que para ti no lo ha sido), |
|
barrer tal
día como hoy |
|
el coro y claustro de afuera, |
805 |
la abadesa la primera. |
|
|
|
ÁNGEL |
La menor de todas soy; |
|
apercíbeme
una escoba. |
|
|
|
PORTERA |
¡Qué humildad!
¡Qué perfección! |
|
Por cierto que el
corazón, |
810 |
a cuantos la tratan, roba. |
|
|
|
|
PORTERA |
Yo lo haré.
¡Qué alegre parte! |
|
de unos días a esta
parte |
|
está en ángel
convertida. |
815 |
|
|
|
(Váyanse, y entren FÉLIX y CARRIZO.)
|
|
CARRIZO |
Vestida,
|
|
sobre la cama está
echada. |
|
¿De qué suspiras?
¿Qué tienes? |
|
Responde. ¿Enmudeces?
Habla. |
|
|
|
FÉLIX |
No sé qué tengo,
Carrizo; |
820 |
vete, no me digas nada, |
|
que no quieren mis tristezas |
|
que nadie sepa la causa. |
|
|
|
|
FÉLIX |
Si he de decir verdad clara, |
825 |
Clara me ofende, Carrizo; |
|
Clara me enfada y me cansa. |
|
|
|
CARRIZO |
¡Clara, más bella que
el día! |
|
|
|
FÉLIX |
Pues en las cosas humanas, |
|
¿piensas tú que
están los bienes |
830 |
seguros de sus mudanzas? |
|
Con la furia que la
amé, |
|
ha caído en mi
desgracia, |
|
y ella lo va conociendo; |
|
que ya se lo dice el alma. |
835 |
|
|
|
|
CARRIZO |
En lo público no hay
falta; |
|
si las tiene en lo secreto... |
|
|
|
FÉLIX |
Oye, que es otra la causa: |
|
desnudándose una noche, |
840 |
le vi encima de la faja |
|
un habitillo pequeño. |
|
Preguntéle por qué
andaba |
|
con esas reliquias ya, |
|
y díjome:
«¿Qué te espanta? |
845 |
Que como el primero Esposo, |
|
me dio, Félix, estas
armas, |
|
y nunca el amor primero |
|
de todo punto se acaba, |
|
ansí estimo aquestas
prendas, |
850 |
porque éstas son las del
alma, |
|
como las tuyas del
cuerpo.» |
|
En diciendo estas palabras, |
|
temblé como si
estuviera |
|
donde el azogue se saca. |
855 |
Dormí mal aquella
noche, |
|
imaginando la espada |
|
de Cristo sobre mi cuello, |
|
del adulterio en venganza. |
|
Fuíme a la iglesia otro
día, |
860 |
que aun no era bien de
mañana, |
|
y quitándole el
sombrero |
|
a un crucifijo que estaba |
|
sobre los arcos del claustro, |
|
le vi volver las espaldas, |
865 |
de suerte que los dos clavos |
|
que tenía por las
palmas, |
|
quedaron por lo de encima |
|
las dos cabezas sacadas. |
|
Miré abajo, y vi hacia
mí |
870 |
de los pies vueltas las
plantas, |
|
donde los clavos
también |
|
las cabezas remataban. |
|
Erízaseme el cabello |
|
de imaginar tales ansias |
875 |
como entonces recibí. |
|
Yo pienso que si tomaran |
|
cada cabello, pudieran |
|
pasar con él una tapia. |
|
No me atreví a hablar,
Carrizo, |
880 |
ni a oír misa. |
|
|
CARRIZO |
¡Cosa extraña!
|
|
Muriéndome estoy de
miedo. |
|
|
|
FÉLIX |
A Clara he escrito, esta
carta, |
|
aunque breve de razones, |
|
de pesadumbres bien larga. |
885 |
|
|
CARRIZO |
Pues ¿dónde te
quieres ir? |
|
|
|
FÉLIX |
Pienso dar la vuelta a Italia |
|
con el dinero que queda. |
|
Llama, amigo, al huésped,
llama. |
|
|
|
CARRIZO |
Él viene, no te
apasiones. |
890 |
|
|
|
(Un HUÉSPED.)
|
FÉLIX |
Huésped, yo traía
hurtada |
|
esa señora, que ahora |
|
mi esposa y mujer llamaba. |
|
El temor de la justicia, |
|
de su presencia me aparta |
895 |
con este mozo también, |
|
que fue cómplice en
sacarla. |
|
Decilde que adiós se
quede, |
|
y daréisle aquesta
carta, |
|
que no hay derecho en la
fuerza, |
900 |
ni en las desdichas palabra. |
|
|
|
HUÉSPED |
Mucho me pesa, señor, |
|
que de esa suerte se vaya; |
|
háblela, por Dios,
primero. |
|
|
|
FÉLIX |
No hay que tratar, esto basta; |
905 |
no me puedo detener. |
|
Ven, Carrizo. |
|
|
|
|
CARRIZO |
Vamos a romper el mundo, |
|
ya segura la garganta; |
|
que esto de sacar la lengua |
910 |
y andar por sogas tan altas, |
|
es burla de volatines: |
|
ellos esas vueltas hagan. |
|
|
|
|
(Váyanse FÉLIX y CARRIZO.)
|
HUÉSPED |
¡Ah, señora!
¡Ah, mi señora! |
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(DOÑA
CLARA.)
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DOÑA CLARA |
¡Jesús!
¿Qué es esto? ¿Quién llama? |
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HUÉSPED |
Que recibáis esta carta |
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de aquel gentilhombre |
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que ayer os trujo a mi casa; |
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y porque es de poco gusto, |
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y lágrimas no me
agradan |
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donde no he de ser remedio, |
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sola os quedad a llorarlas. |
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(Váyase el HUÉSPED.)
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(DOÑA CLARA
abra y lee.)
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DOÑA CLARA |
«Clara, yo
sé que nos siguen |
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y que ya toma venganza |
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tu Esposo, del adulterio |
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que habemos hecho en su casa. |
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Yo te dejo, y voy tan
triste...» |
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No más, letras
desdichadas. |
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¿Ésta es la fe de los
hombres? |
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¡En viento y palabras
pagan! |
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Doña Clara. ¿De
quién? |
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¡Ay, miserable de
mí, |
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perdida y en tierra
extraña, |
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sola, sin Félix!...
¿Qué digo? |
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Sin Félix no fuera
nada; |
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mejor dijera sin Dios, |
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a quien he vuelto la cara, |
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y sin mi querido Esposo, |
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a quien rompí la
palabra. |
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¿Qué menos me
prometían |
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tan malas obras, que paran |
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siempre en tan míseros
fines? |
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Cansóse, que todo
cansa. |
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¡Oh, gustos del mundo
loco, |
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flores hermosas al alba, |
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marchitas al mediodía, |
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y a la noche derribadas! |
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Gigantes, imaginados, |
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son los deleites, que pasan |
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como sueño, y quien los
goza, |
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muy diferentes los halla. |
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Recelos desto tenía. |
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Engañóme la
esperanza: |
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púsela en un hombre
vil, |
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baja sangre, obscura casta; |
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pero quitéla de Dios: |
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¿A dónde en el mundo
hallara |
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en quien segura estuviera? |
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¿Qué haré?
Toda estoy turbada. |
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Ya tiemblo mi airado Esposo, |
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y no sé por dónde
vaya |
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a buscarle, aunque
jamás |
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cerró sus puertas al
alma |
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que le llamase contrita. |
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Mas ¿cómo
alzaré la cara |
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que le negó tan
vilmente? |
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Afuera desconfianza, |
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que yo no ofendí marido |
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de la tierra, que se
baña |
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espada y mano en la sangre |
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de quien la fe le quebranta. |
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A Dios ofendí. Pues,
Dios, |
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si a nadie cierras tus llagas, |
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a ti voy; piadoso eres, |
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yo sé, Esposo, que me
aguardas. |
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¿Esposo dije? ¡Ay de
mí! |
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Adúltera soy. Desata, |
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corazón, estas dos
fuentes, |
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y a la Reina de la gracia |
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toma por madrina, y dile... |
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Pero no le digas nada |
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hasta confesar tus culpas, |
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pues conoces que son tantas. |
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FIN DEL ACTO SEGUNDO
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