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La firmeza en la desdicha

Lope de Vega



  -fol. 213v-  
Hablan en ella las personas siguientes.
 

 
EL REY DE SICILIA.
LEONARDO,   General.
EL CONDE OTAVIO.
TEODORA,    hermana del General.
ROSELA,    criada.
FABIO,    labrador.
BATO.
DOS NIÑOS,    hijos del Conde.
RICARDO.
EVANDRO.
CAPITÁN DE LA GUARDA.
DOS CIUDADANOS.
UN CRIADO.
FLORO.
RISELO.
TIBURCIO.
UN SOLDADO.
CARDENIO.
FULGENCIO.
FLORA,   Duquesa de Calabria.
PRUDENCIO.
FENICIO.
SILVIO.
ALBANO.
VILLANOS.





ArribaAbajoActo I

 

Salen el REY, OTAVIO y LEONARDO.

 
REY
Hoy partirás de Mecina
con esta armada, Leonardo.
LEONARDO
Sola tu licencia aguardo.
REY
A la conquista camina
del libre y rebelde Sardo,5
que mi palabra te doy
de premiarte como es justo.
LEONARDO
Premiado, señor, estoy,
pues de honrarme tienes gusto,
donde el más humilde soy; 10
tanto que a Sicilia espanta
ver que tu amor me adelanta
a tantos nobles, a quien
generosa envidia den
-fol. 214r-
tanto honor y merced tanta, 15
que no habiendo preferido
los servicios que ellos tienen,
hazaña de amor ha sido.
REY
Si ellos a servirme vienen,
tú me has, Leonardo, servido.20
Que si del antecesor
heredan los sucesores
los servicios y el valor,
la virtud de tus mayores
me ha obligado a hacerte honor. 25
Lleva mi bastón real,
con nombre de General,
tan bien empleado en ti,
que pues hoy te igualo a mí,
ninguno ha sido tu igual.30
LEONARDO
Mil veces pongo la boca
en el suelo, que esas plantas
tocan.
REY
Alzarte me toca.
LEONARDO
Si a ti mismo me levantas,
tu mismo ser me provoca.35
Seré en la conquista griego,
seré en Troya Agamenón.
REY
Que mires mi honor te ruego.
OTAVIO
La venta desta ocasión
mira mi gloria y sosiego.40
Es Leonardo a quien ha dado
el Rey su bastón real,
sin saberlo mi cuñado,
que amor, con secreto igual,
con su hermana me ha casado.45
 

(En tanto, habla el REY y LEONARDO, en secreto.)

 
Mas, como por tantos años
ha durado nuestro amor,
y el tiempo es descubridor
de los mayores engaños,
y más en cosas de honor,50
anda Leonardo advertido,
quiero decir sospechoso,
de que está de mí ofendido,
estorbando, receloso,
el bien que tengo adquirido.55
Fue mi error, también, traer
dos hijos, que deste amor
tuve a su casa, que ayer
los miró con tal rigor
que sus celos dio a entender. 60
Díjole su hermana que eran
expósitos, mas tenían
tales señas que pudieran
descubrir lo que encubrían
a cuantos su rostro vieran.65
Ello fue notable error,
pero pintan ciego a amor.
Mas ya el Rey lo ha remediado
con haberle levantado
a tantos grados de honor. 70
Partirase a la conquista
de Cerdeña, revelada,
y perdiéndonos de vista,
no habrá temor, no habrá espada
que nuestra gloria resista. 75
Gozaré en paz de mi esposa
y de mis hijos queridos,
hasta la sazón dichosa,
que truequen los ofendidos
la guerra en paz amorosa.80
Que los bandos sicilianos,
que nuestros padres y hermanos
han tenido, causa ha sido
de no habérsela pedido
y dádole en paz las manos.85
REY
No tengo más que advertir
que, a quien tan bien sabe hacer,
cánsale el largo decir.
LEONARDO
Es, del buen obedecer,
mucho obrar y poco oír. 90
Desde aquí, con tu licencia,
me voy, señor, a embarcar.
REY
Cuidado me da tu ausencia.
  -fol. 214v-  
LEONARDO
Tú verás, en tierra y mar,
mi amor y mi diligencia.95
 

(Toquen cajas y vase LEONARDO.)

 
OTAVIO
Pensé, del notable amor
que hoy a Leonardo has mostrado,
que hubieras acompañado
su persona al mar, señor,
y hasta dejarle embarcado. 100
Nuevo a tu corte parece,
puesto que mucho merece,
Leonardo, el ver de qué modo,
a vista del Reino todo,
en el tu amor resplandece.105
REY
¡Ay, Conde! no te espantes,
que todas estas cosas, por momentos
suceden entre amantes.
Amando están en paz los elementos,
y aquel su peso grave 110
sostiene amor para que no se acabe.
La celeste armonía,
con amor se conserva y corresponde,
el sol engendra y cría,
la tierra el grano, el mar la perla esconde,115
ama la piedra al centro,
que no sé qué de amor se tiene dentro.
Amor halló las artes,
amor es la mayor filosofía,
es Dios que en todas partes 120
tiene su altar, su cetro y monarquía.
Las industrias nacieron
de amor, que antes de amor nunca se vieron.
Industria, Conde, ha sido,
y nacida de amor haberle dado, 125
sin haber preferido
serviciosa Leonardo el cargo honrado
con que mi armada lleva,
y ya para embarcarse toca a leva.
Amo, y amor me enseña 130
a quitar los estorbos del deseo.
OTAVIO
No es la fuerza pequeña,
pues que te pone en el rigor que veo,
mas, ¿es posible que ama
dama Leonardo de tan alta fama? 135
¿Puedo saber el nombre,
ya que tu pensamiento me declaras?
REY
Puedes, porque te asombre
-fol. 215r-
la gentileza de sus partes raras,
mas no es su dama, Otavio, 140
que, a ser su dama, no se hiciera agravio.
OTAVIO
Mísero yo, ¿qué escucho?
cosa que amase el Rey mi dulce esposa.
REY
Conde, si obliga mucho
la fe jurada y la lealtad forzosa, 145
tenme secreto y mira
que has de ayudar tu Rey.
OTAVIO
Tu amor me admira.
REY
Amo a Teodora, hermana
de Leonardo, ausentele de la corte
para dejar más llana 150
la puerta de su casa a cuanto importe.
A mi amoroso intento,
Otavio, ayuda tú mi pensamiento.
Entra en su casa, Otavio.
Conde, dile mi amor, di que no tema 155
de mi grandeza agravio,
rinde a sus pies la majestad suprema,
ofrece montes de oro,
di que las puertas de su casa adoro.
Mas, ¿qué te persuado?, 160
eres mancebo y querrás bien, pues quieres
de tu mismo cuidado,
cuando a tu dama, Otavio, le refieres,
saca el cuidado mío
y mira que mi honor de ti confío.165
OTAVIO
¿Dónde a Teodora viste?
¿O qué ocasión para quererla tanto
como dices tuviste?
REY
Que me preguntes la ocasión me espanto,
amor es rayo y pasa, 170
desde la vista el corazón abrasa.
OTAVIO
A fe que ella sería
quien te diese la causa.
REY
No lo creas,
yo vi a Teodora el día,
mas no preguntes, ni molesto seas,175
vamos donde Teodora.
Sepa, Otavio, de ti, que el Rey la adora.
Que sirvas, solo quiero,
de sumiller de la cortina roja
-fol. 215v-
a mi temor primero,180
del velo vergonzoso me despoja,
que descubierto luego,
también le sabré yo decir mi fuego.
OTAVIO
¿A quién ha sucedido
desdicha semejante?
REY
Aquí me aguarda,
185
y mudaré vestido.
OTAVIO
Qué miedo, qué vergüenza me acobarda,
de decirle que es mía
la hermosa prenda que gozar confía.
Pero, ¿quién ha quitado,190
por estorbo, a su hermano de su gusto?,
si le digo el cuidado
con que su pretensión me da disgusto,
¿quién duda que me envíe
adonde para siempre me desvíe?195
Pues sufrille que intente
una violencia es daño irreparable;
que Teodora se ausente
o que se esconda es medio saludable,
pero salir no puedo, 200
todo es confusa noche y todo es miedo.
El Rey se habrá mudado,
pluguiera a Dios, de pensamiento fuera,
quiero entrar sosegado,
pero cuando el dolor el alma altera,205
quién hallará sosiego,
que della por los ojos sale el fuego.
Ánimo, pecho mío,
hasta ver el suceso no perdamos
el generoso brío210
que de nuestros pasados heredamos.
Mas, ojalá los cielos
me mataran de amor y no de celos.
 

(Vanse y sale TEODORA, dama, ROSELA, criada, FABIO, labrador con dos niños.)

 
TEODORA
Pues el hábito han mudado
mis ojos, también es justo 215
que mudes tú por mi gusto,
Fabio, el hábito heredado.
Pues no se han de hacer sin ti,
ni has de volver al aldea,
bien es que el hábito sea 220
como de quien vive aquí.
Ya se fue Fabio, mi hermano,
-fol. 216r-
de la manera que ves.
El Conde gusta que estés
en hábito cortesano,225
porque para acompañar
mis hijos, no es bien que sea
como de monte y aldea.
FABIO
Los dos lo podéis mandar
más dificultosamente.230
A obedeceros me atrevo,
tanto por el traje nuevo,
como por la nueva gente.
Yo no estoy dohecho a las galas
de corte, ni a su estrecheza,235
la propria naturaleza
las juzga y tiene por malas.
Si ha de bajar el sustento
por la boca a la garganta,
la dificultad es tanta,240
que antes le causa tormento,
porque con cuello apretado
de lechuguilla o jubón,
baja con mala sazón
al estómago el bocado. 245
Y aun se lo estorba en el pecho
la pretina, que prosiga
la entrada de la barriga,
porque le entre en mal provecho.
Hizo la naturaleza 250
pies y manos con primor,
para espeler el humor,
y aun por la misma cabeza.
Y apretando el cortesano,
como en sus galas se vee 255
con zapato estrecho el pie
y con el guante en la mano,
todo en el cuerpo se encierra,
o bien haya el labrador
que de la tierra el sudor 260
le vuelve a la misma tierra.
El jubón desabrochado
deja pasar el sustento,
el ancho cinto a contento,
a la barriga el bocado.265
La mano suelta sin freno
el pie en abarca o en zapato,
tan ancho que puede un pato
criar en cualquiera seno.
No le calientan colchones270
la sangre, ni la comida
varia le acaba la vida
con tantas indigestiones.
¿Cuándo se ha visto villano
que muera de apoplejía, 275
ni por la empanada fría,
ni cantimplora en verano?
¡Ay dulces sombras adonde
es el pan seco maná!,
donde más gustos me da, 280
que tiene en su mesa el Conde.
Pues en llegando a dormir,
sin cuidado y pretensión,
sin envidia y ambición,
sin rogar y sin servir,285
qué cama de seda y oro
tiene el Rey más regalada
TEODORA
¿Esa vileza te agrada?
FABIO
Esta quiero y esta adoro,
pues en llegando a tratar 290
con aquesta buena gente,
allí es ello que serpiente
como la que oí contar,
que era de siete cabezas,
les hará comparación.295
Sierpes de soberbia son,
vestidas de vanas piezas.
Ya pasa el otro arrogante,
ya el otro avaro y crüel,
ya el otro humano Luzbel, 300
en la ambición semejante.
Ya veréis uno preciado
de divino entendimiento,
fondo en raso de jumento,
-fol. 216v-
y por de fuera brocado. 305
Ya veréis un sacristán
metido a ser Cicerón,
y otro en calzas y jubón,
a Rodamonte y Roldán.
Todos caminan, en fin,310
a opiniones singulares,
pues en llegando a pesares,
no ha dado tantos Pasquín.
Ahora bien, mucho he de hacer
en mudar naturaleza.315
Quien vida tan nueva empieza,
de nuevo vuelve a nacer.
Mas, ¿de que podré servir
en tu casa, tosco y rudo,
ignorante, ciego y mudo?320
TEODORA
De callar, Fabio, y de oír.
FABIO
Echarme quiero a tus pies,
por la cosa más bien dicha
que está escrita, que desdicha
de los cortesanos es325
no guardar esa sentencia
del oír y del callar.
Ahora bien, quiero mudar
el traje y tener paciencia.
Voy a ponerme galán,330
al vaso destos divinos,
con calzas de desatinos
y capa de charlatán.
Hareme luego hablador,
mentiroso y lisonjero, 335
con humos de caballero
y desprecio de señor.
Cercenaré cortesías
y seré muy miserable,
y hablaré mal cuando hable, 340
hasta de las cosas mías.
 

 (Vase.) 

TEODORA
¿Qué te parece, Rosela,
del humor del labrador?
ROSELA
Que será el aya mejor
y la más discreta escuela345
que a tus hijos puedas dar.
TEODORA
Si costumbres es saber,
o tienen más que aprender,
que este les pueda enseñar.
¿Hoy qué hicistes Ludovico?350
LUDOVICO
Señora, un rato jugué
las armas.
TEODORA
¿Vós para qué?
LUDOVICO
Más a las armas me aplico.
TEODORA
¿Y vós?
LIDORO1
Un rato he leído.
TEODORA
Pacífico parecéis.355
LIDORO
Tengo lo que vós queréis,
que es el vivir recogido.
 

(Sale un ESCUDERO.)

 
ESCUDERO
Aquí ha llegado Ricardo
de parte del Rey a hablarte.
TEODORA
Y bastaba de su parte.360
ESCUDERO
¿Qué le diré?
TEODORA
Que le aguardo.
Lleva Rosela de aquí
estos muchachos.
ROSELA
Yo voy.
TEODORA
Ricardo, confusa estoy,
pero trazáralo ansí, 365
para hablarme en su locura,
porque ignorante, que a Otavio
adoro, intenta su agravio.
 

(Sale RICARDO.)

 
RICARDO
Pienso que estarás segura
de mi embajada.
TEODORA
Sí estoy.
370
RICARDO
Pensarás que a hablarte vengo
en los intentos que tengo,
después que tan suyo soy.
TEODORA
No pienso tal.
RICARDO
Haces bien,375
el Rey está aquí y el Conde
Otavio.
TEODORA
Que entren, responde.
RICARDO
¿Y Otavio?
TEODORA
Otavio también.
Como se partió mi hermano,
-fol. 217r-
quiere el Rey hacerme honor.380
 

(Salen el REY y OTAVIO.)

 
OTAVIO
Aquí está el Rey, mi señor,
bien dijera: mi tirano.
TEODORA
¿Que tristeza Conde es esa?
OTAVIO
No te puedo responder.
TEODORA
Vuestra alteza viene a ver 385
su esclava. Mucho me pesa
de no estar muy prevenida.
REY
Alzaos del suelo, Teodora.
TEODORA
Yo estoy bien.
REY
Alzaos, señora,
bien está si sois servida.390
TEODORA
No digo que os asentéis,
que el Rey, donde quiera, es dueño.
OTAVIO
Cielos parece que sueño,
el daño en que me ponéis.
REY
Vós os sentad junto a mí.395
TEODORA
No lo mandéis.
REY
Es mi gusto
TEODORA
Señor.
REY
¿Si es mi gusto, es justo?
TEODORA
Sí, señor.
REY
Qué dulce sí.
¡Ay, si a mi amor lo dijeras!
RICARDO
¿A qué viene el Rey, Otavio?400
OTAVIO
No lo sé, si tú eres sabio,
con poca paciencia esperas.
REY
Teodora, tu hermano es ido
a conquistar a Cerdeña,
enviele porque tengo 405
de su virtud esperiencia,
acordeme que mi padre,
para la paz y la guerra
se valió siempre del suyo.
TEODORA
Leonardo, señor, hereda 410
los deseos de servirte,
que es la más perfeta herencia
en hijos de nobles padres,
a Reyes que tan bien premian.
REY
A la partida me dijo415
que, por ser tu madre muerta,
sola te dejaba, y yo
conocí luego las señas,
vi que me obligaba a ser
tu amparo y quiero que sepas420
que en mí te queda tu hermano,
que mal un amante acierta
a decir su pretensión,
que turbado amor comienza.
En esto veo que es vicio,425
amor, tu fin cuando llega
a deleite, pues en fin
se ha de perder la vergüenza.
TEODORA
Señor, para que mi hermano,
como es razón, te sirviera, 430
bastaba la obligación
de nuestra naturaleza,
sin que le añadieras tantas
con venir desta manera,
humillando a estas paredes 435
los pasos de tu grandeza.
Beso los pies en su nombre
y, pues tu amparo me queda,
conviértase en alegría
la tristeza de su ausencia.440
REY
Levántate a hablar al Conde,
que, de ciertas cosas nuevas
que quiero tratar contigo,
tiene cartas de creencia.
 

(Levántese TEODORA.)

 
TEODORA
Pues con tu licencia voy.445
REY
Oye bien lo que te ruega
Ricardo.
RICARDO
Señor.
REY
Escucha,
mientras que los dos conciertan
cierta cosa de mi gusto.
 

(Hablan en secreto el REY, y RICARDO.)

 
RICARDO
Si es tuyo, para bien sea.450
TEODORA
El Rey manda que te hable,
Conde, que pienso que piensa
casarme, porque mi hermano
-fol. 217v-
premio desde luego tenga.
Si es contigo, dime aprisa 455
como fue cosa tan nueva,
si se lo dijiste tú
o si el nuestro amor sospecha.
De aquí se fueron tus hijos.
¡Oh!, quiera Dios que ya puedan460
llamarte en público padre.
Mucho tardas, mucho esperas,
no es posible que el silencio
me prometa cosa buena,
que callar tanto quien ama 465
es señal de malas nuevas.
¿De qué te has descolorido?
¿Qué me miras? ¿Cómo tiemblas?
Mira que lo advierte el Rey,
mueve los labios si quiera,470
haz que hablas y no hables,
señor mío, hasta que puedas,
que si vee que yo te hablo
aumentará su sospecha.
OTAVIO
¡Ay, Teodora!475
TEODORA
¿No prosigues?
¿Con mi nombre te contentas?
OTAVIO
¿Ay, no dije?
TEODORA
Sí.
OTAVIO
Pues ay,
dice que hay terribles penas,
de suerte que en ¡ay, Teodora!, 480
he dicho cuanto me ruegas,
pues hay penas, y tu nombre
es que eres la causa dellas.
TEODORA
Es que Ricardo me pide
al Rey, y que el Rey concierta 485
que nos conciertes y cases.
OTAVIO
De que Ricardo te quiera,
de que te pida Ricardo,
nunca, mi bien, tuve pena,
mas de que te quiera el Rey, 490
es muy forzoso tenella.
TEODORA
¿El Rey me quiere?
OTAVIO
Esto pasa.
TEODORA
¿Pues qué quiere?
OTAVIO
Que le quieras
y que te lo ruegue yo,
que esto no sé como sea.495
TEODORA
¿No pudieras avisarme?
OTAVIO
No, que en fortuna deshecha,
primero matan los rayos
que sepa un hombre que truena.
TEODORA
¿Qué piensas hacer?
OTAVIO
No sé.
500
TEODORA
Bien me animas.
OTAVIO
Bien quisiera.
TEODORA
Algún medio has de elegir,
que a los estremos es fuerza
el caminar por un medio.
OTAVIO
Ojalá que le supiera.505
TEODORA
Quieres que llame a mi hermano
y que desto le dé cuenta.
OTAVIO
Cuando violencia te hiciere,
es la mejor resistencia,
mas, qué le diré de ti, 510
que como sabes espera,
y cuando espera el poder
quiere muy breve la vuelta.
TEODORA
Dile que estamos casados.
OTAVIO
Al principio, bueno fuera.515
TEODORA
¿Por qué no se lo dijiste?
OTAVIO
Porque si tu hermano ausenta
para que nadie le estorbe
la conquista de tus puertas,
yo que estoy en las del alma, 520
si por mi causa no entra,
¿qué seguridad tendré?
TEODORA
Pues este el remedio sea:
que yo le diga que estoy
casada, estraña quimera, 525
con Ricardo, que él dirá,
como tanto lo desea,
que es verdad, y mientras pasan
las forzosas diligencias,
vendrá mi hermano, y entonces, 530
o me llevará a otra tierra,
o dirá al Rey la verdad,
que entonces no habrá violencia,
porque mi honor si la hubiere
ha de correr por su cuenta.535
OTAVIO
Despacha luego un crïado,
-fol. 218r-
y el viento le favorezca
para que diga a tu hermano
en el peligro que quedas.
TEODORA
Dile al Rey que quiero hablarle, 540
pero mejor es que sea
en presencia de Ricardo.
OTAVIO
Bien dices, ánimo y llega.
TEODORA
Señor, al Conde, atentamente he oído
tu voluntad resuelta.
REY
Habla secreto.
545
TEODORA
Así conviene hablar, si eres servido,
el Conde sabe tu amoroso efeto,
Ricardo ha de saberle que le importa,
por ser destos agravios el sujeto.
REY
Espera un poco, y el hablar reporta.550
TEODORA
No puede ser, porque es señor Ricardo
mi esposo, en fin, y su opinión me exhorta,
él me ha solicitado, y de Leonardo
tengo yo el sí, que sola tu licencia,
para la ejecución debida aguardo.555
REY
Ricardo, ¿es esto ansí?
RICARDO
La diligencia
de mi amor te confieso, aunque ignoraba,
por ver a tanto amor tal resistencia
que Teodora me amaba y estimaba
para su esposo, y pues a lo forzoso560
confiesa aquello que encubierto estaba,
digo que soy mil veces venturoso,
y que te pido que padrino seas
de nuestras bodas, aunque estés celoso.
REY
Conde.
OTAVIO
Señor.
REY
¿Qué dices?
OTAVIO
Que lo creas,
565
y que mudes de intento, y que los cases,
que entonces amas cuando bien deseas.
REY
Querría que con ella concertases,
ya que se ha de casar.
OTAVIO
No lo prosigas,
ni a tal bajeza el pensamiento pases.570
REY
Pues esto quiero, Conde, que le digas.
OTAVIO
Yo lo diré, mas déjame con ella.
REY
Si lo alcanzas, Otavio, un Rey obligas.
OTAVIO
Lleva a Ricardo allá, que lejos della
no te dará los celos, que es forzoso575
que tengas dél y de Teodora bella.
REY
Ricardo, ven conmigo.
RICARDO
¿Estás quejoso
deste mi amor?, que si lo estás no quiero
ser de Teodora, aunque ella quiere esposo.
  -fol. 218v-  
REY
Yo gusto que en tan noble caballero580
se emplee dama de valor tan grave.
Ricardo, honrarte quiero.
RICARDO
Así lo espero,
pues tu grandeza mis servicios sabe.
 

(Vanse los dos.)

 
OTAVIO
Ya me pesa de lo hecho.
TEODORA
¿Por qué?
OTAVIO
Por haber tratado
585
engaño al Rey, que engañado
tiene al castigo derecho,
¿qué haremos?
TEODORA
Hacer buen pecho,
y si fuere necesario
morir.
OTAVIO
Suceso tan vario,
590
¿qué remedio ha de tener?,
que el amor en el poder
es el más fuerte contrario.
TEODORA
¿Ha de ser este Tarquino?
OTAVIO
Podrá ser.
TEODORA
Pues ser Lucrecia,
595
que una firmeza desprecia
el más fuerte desatino.
OTAVIO
Cuando a declararse vino,
ya vino determinado.
¿Sabes lo que ha concertado?600
TEODORA
Di qué.
OTAVIO
Que en siendo casada,
la fe a Ricardo jurada
rompas.
TEODORA
Qué injusto cuidado.
OTAVIO
¿Por qué?
TEODORA
Porque no ha de ser
mi esposo,
OTAVIO
Será forzoso
605
que a quien ha de ser tu esposo
eso venga a suceder.
Si lo soy, bien es temer,
no de ti, mas de su fuerza.
TEODORA
No hallas miedo que me tuerza, 610
ni su poder, ni su furia,
que nunca el amor injuria
si la causa no le esfuerza.
OTAVIO
A decírtelo quedé,
por eso advertida vive.615
TEODORA
En el agua, Otavio, escribe
todo lo que no es tu fe.
OTAVIO
Teodora, ¿qué le diré?
TEODORA
Que me case, pues es gala
que me entregue a quien me iguala620
y luego hablaré en su pena,
porque aun antes de ser buena
no he de prometer ser mala.
Dile que si me desea
es cosa muy escusada 625
servirme como a casada,
antes que casada sea,
que deje que me posea
a quien me quiere quitar.
OTAVIO
Mi bien, yo le voy a hablar, 630
aunque este engaño y estilo
pienso que es piedra del filo
del cuchillo de mi muerte,
que es laberinto de suerte
que no ha de valernos hilo.635
 

(Vase OTAVIO.)

 
TEODORA
Desdicha estraña amar, pues aunque sea
la mayor voluntad correspondida
de la vida, o del tiempo resistida,
toda la vida, sin cesar pelea.
Cuando en amar un alto bien se emplea,640
mayor ventura goza aborrecida,
-fol. 219r-
que no le cansa el mal, ni el bien la olvida,
a quien jamas gozó lo que desea.
Amé, pagome amor, fui prenda cara
del alma de mi dueño, mejor fuera 645
para perder el bien que no le hallara,
que a no le tener yo, no le perdiera,
y solo el esperalle me bastara,
que más se goza el bien cuando se espera.
 

(Sale RICARDO.)

 
RICARDO
A darte mil gracias vengo, 650
luego que el Rey me dejó,
de que te merezca yo,
pues ya tan cerca te tengo.
¿Es posible que llegada
la ocasión de amor, forzosa 655
te confesaste mi esposa,
y de mi amor obligada?
¿Es posible que dijiste
al Rey que estamos casados,
y que entre tantos llamados 660
al más humilde escogiste?
Hablen mis cinco sentidos
en tu alabanza, Teodora,
digan que el alma te adora
los ojos y los oídos. 665
También lo digan las manos,
tocándote, pues ya puedo,
que a donde amor quita el miedo,
ya son los respetos vanos.
¿Puedo besarte las tuyas? 670
¿Puedo abrazarte?
TEODORA
Desvía.
RICARDO
¿Pues qué es esto, esposa mía?
Pensó el alma que eran suyas.
Perdona, que a ti lo oí,
tuyo fue el atrevimiento,675
y mío el consentimiento
de tu regalado sí.
O soy tuyo, o no lo soy.
¿Por qué hablas deste modo?
TEODORA
Porque fue violencia todo680
y libre del Rey estoy.
No entendiste que lo hice
para defender mi honor,
pues del Rey al loco amor
con tu opinión satisfice. 685
Ay Ricardo, está contento
de que como noble hiciste,
pues que mi honor defendiste
a voz de tu casamiento.
Ponme en tanta obligación,690
así te dé Dios ventura,
viva a tu sombra segura
la fama de mi opinión.
Mira que eres caballero,
cuya profesión mayor 695
es defender nuestro honor
como de tu amor lo espero.
En esto le mostrarás,
finge, di al Rey que soy tuya,
aunque ni tuya, ni suya 700
me verá el mundo jamás,
basta declararme ansí
y que cuando ser pudiera,
mas que del Rey, tuya fuera,
y no sepas más de mí.705
 

 (Vase.) 

RICARDO
Menos quisiera saber.
Fuese, cayó por el suelo
el edificio que al cielo
soberbio quiso oponer.
-fol. 219v-
Qué poco duró mi engaño,710
mas bien fue que fuese poco,
porque no me vuelva loco
la pena del desengaño.
Altamente me burló,
ingenio en fin de mujer, 715
pero en lo que da a entender
el dueño conozco yo.
Sin duda que el Conde y ella
esta disculpa trazaron,
con que del Rey se libraron,720
que es fuerte, y adora en ella.
Por capa me ha echado al toro,
con que de la muerte escapa,
basta que serví de capa,
confiada en que la adoro. 725
Pues no gozará sus brazos,
y impórtame a toda ley,
porque siendo el toro un Rey
hará la capa pedazos.
Arrójame libremente, 730
y el cuerpo que adora esconde,
bueno es que se escape el Conde,
y que yo muera inocente.
Oh, qué engaño se me ofrece
para prueba deste engaño, 735
que un daño con otro daño
la satisfación merece.
El hombre que viene aquí
es desta casa criado,
quien ama, desengañado,740
bien es que proceda ansí.
 

(Sale FABIO, villano, ya vestido de escudero gracioso.)

 
FABIO
A penas creo que soy yo aquel mismo
que en traje tan diverso del que traigo,
llevé mis vacas por las verdes selvas,
y mis ovejas por los altos montes, 745
adonde está mi sayo descansado,
que a mi medida la inocencia hizo,
adonde mis abarcas enseñadas
tan lejos de azulejos y de alfombras,
calzas me han dicho que se llaman estas, 750
estraña, y prodigiosa arquitectura,
aun en estos se vee que son enredos,
cuantos fabrican los que aquestas traen,
o hele allí de los que al Rey trajeron,
el no menos gallardo cortesano, 755
pardiez a penas comencé a ponerme
estas que llaman calzas, cuando escucho
que viene el Rey y, de temor, corriendo
con ellas en las piernas, como grillos,
me escondí en un pajar. Si este me ha visto, 760
yo me caigo difunto. Ya me mira,
pienso que quiere hablarme.
RICARDO
¿Sois, a caso,
-fol. 220r-
gentilhombre, escudero de Teodora?
FABIO
A caso, y bien a caso gentilhombre,
soy de Teodora un escudero nuevo, 765
tan nuevo, que aun lo soy en los vestidos.
RICARDO
La fortuna le ofrece a mi propósito.
¿Sabéis a lo que el Rey vino a su casa?
FABIO
No me puse en lugar que lo supiese,
que soy tan nuevo en cosas del palacio, 770
que aún no supe acechar, ni estar atento
a lo que se trataba, codicioso
de llevallo por nuevas a otra parte.
RICARDO
Teodora se ha casado con el Conde
y el Rey vino a tratarlo.
FABIO
Bien ha hecho,
775
en tanto que su hermano ausente vive,
que por antiguos bandos de sus casas,
o viniera su hermano en los conciertos.
Agora sí descansarán entrambos
y gozarán sus hijos, que era lástima 780
verlos andar a sombras de la noche
para poderse hablar.
RICARDO
¿Pues tienen hijos?
FABIO
¿Luego vós no sabéis que los tenían?
RICARDO
Hijas, pensaba yo.
FABIO
Que no son hijas,
sino dos zagalejos como un oro, 785
que yo, puesto que en traje de palacio
soy labrador enjerto en escudero,
y los crié en la falda de ese monte,
altivo padre de una pobre aldea,
que le besa los pies agradecida.790
RICARDO
Así tenéis razón que el Rey me dijo
que eran hijos los dos, y se llamaban...
Celio pienso que el uno.
FABIO
Erráis el nombre,
Lidoro el uno, el otro Ludovico,
muchachos que a la fe que en estos montes795
mataron algún oso a pura piedra,
trájolos a la corte el Conde Otavio,
y a la fe que su hermano lo sospecha.
Mas, ya que el Rey los casa no habrá celos.
RICARDO
Oh, cómo han sido en mi favor los cielos, 800
sabralo todo el Rey, venid conmigo
traeréis para la boda ciertas cosas.
FABIO
Perdonadme, señor, si sois servido,
-fol. 220v-
que no sé andar en calzas atacadas,
y hasta enseñarme no podré seguiros.805
RICARDO
Pues proceded en esto cuerdamente,
porque se ha de tratar con gran secreto.
 

(Vase RICARDO.)

 
FABIO
Vós echaréis de ver si soy discreto.
Pasa el invierno perezoso y frío,
y el labrador que con el corvo arado 810
rompió los verdes céspedes al prado,
mira la parva en el dorado estío.
Corta las hondas del salado río
el diestro navegante, y olvidado
de las tormentas, y el rigor pasado, 815
vuelve a la nave con valiente brío.
No de otra suerte al Conde Otavio veo,
la guerra de su historia reducida
a las paces del yugo de Himeneo.
Ya no hay memoria que su gusto impida, 820
que amor si llega al puerto del deseo,
de cuanta pena le costó se olvida.
 

(Vase, y salen el REY y FULGENCIO, viejo, su Gobernador.)

 
FULGENCIO
Algunos están quejosos
de que le hayas preferido
a mil hombres belicosos, 825
que dicen que te han servido
en cargos de Marte honrosos.
Y que Leonardo es mancebo,
y en su diciplina nuevo,
y que eligieras más bien 830
algún capitán, a quien
corona el árbol de Febo.
Y he sido de parecer
que has hecho buena elección.
Roma quiso deponer,835
por mancebo, a Cipión
y le vio después vencer.
Sicilia verá que ha sido
Leonardo bien eregido.
REY
Mucho me pesa de oír 840
que no pueda al Rey servir,
sino quien le haya servido.
Cuando el Rey, Gobernador,
conoce el valor de un hombre,
cual esperiencia mayor, 845
luego bien es que le nombre
para probar su valor.
Leonardo es valiente y sabio.
 

(Sale RICARDO.)

 
RICARDO
Yo vengo a mala ocasión,
que con el padre de Otavio 850
habla el Rey.
FULGENCIO
Envidias son.
REY
Nunca de envidias me agravio.
RICARDO
Hacer quiero algún rüido.
REY
¿Qué hay, Ricardo?
RICARDO
Hablarte quiero
a solas, si eres servido.855
FULGENCIO
Aparte, señor, espero.
REY
Ricardo, seas bien venido,
-fol. 221r-
quiérole lisonjear,
que le deseo agradar
para engañarle.
RICARDO
¿Qué aguardo?
860
Hablar quiero.
REY
Pues Ricardo,
¿cuándo te quieres casar?
¿Estás muy enamorado?
¿Quieres a Teodora mucho?
RICARDO
Antes estoy tan cansado 865
que la aborrezco.
REY
¿Qué escucho?,
¿cansado, a penas casado?
RICARDO
Señor, no soy yo el marido,
que, a serlo, no me cansara.
REY
¿Cómo ansí?
RICARDO
La sombra he sido
870
con que Teodora repara
tu amor y mi injusto olvido.
Aquello que dijo allí
fue por concierto de Otavio.
REY
¿Pues Otavio contra mí?875
RICARDO
Habla bajo, y como sabio,
que aún está su padre aquí.
Ya no es tiempo de cansarte
con rodeos, él la adora
y ella pretende engañarte.880
REY
Luego, ¿quiérele Teodora?
RICARDO
Claramente quiero hablarte.
Cuando en palacio vivía,
este amor se concertó,
salió, y aquel mismo día,885
por venganza ejecutó
Otavio su alevosía,
que sin duda fue venganza
de su hermano, pues le alcanza
de los bandos tanta parte.890
REY
¿He de creerte o matarte?
RICARDO
¿Aún te engaña la esperanza?
Pues no la tengas, señor,
que está su amor confirmado
con altas prendas de amor.895
REY
¿Si al fin de amor ha llegado,
cual otra prenda mayor?
RICARDO
Tener dos hijos.
REY
¿Qué dices?
RICARDO
Lo que escuchas.
REY
Vive Dios.
RICARDO
Quedo, no te escandalices.900
REY
Que hoy han de dar sin los dos
a sus años infelices.
Pues, ¿cómo en esa ficción
el Conde mi engaño funda
y su loca pretensión? 905
Más estimo la segunda
que la primera traición.
Vete y llama al capitán
de la guarda y diez soldados,
de los que hoy de guarda están.910
RICARDO
Favores mal empleados.
Todos la culpa te dan.
A lo menos bien has visto
mi lealtad.
REY
Ve presto.
RICARDO
Voy.
 

(Vase RICARDO.)

 
REY
¿Cómo el enojo resisto?915
No más amor desde hoy,
de mi esperanza desisto.
Fulgencio.
FULGENCIO
¿En qué te sirvo?
REY
Hame contado
Ricardo una traición de un hombre injusto,
con que estoy enojado sumamente.920
FULGENCIO
Si puedes castigar, y en el castigo
poner ejemplo y escarmiento a otros,
castiga y no te aflijas.
REY
Bien has dicho,
no en balde yo te he puesto en el gobierno
del reino, por cabeza y presidente,925
mas quiero tu consejo.
FULGENCIO
Di el delito.
  -fol. 221v-  
REY
¿Qué merecería un hombre que a un vasallo
de los más nobles que en Sicilia tengo
ofendiera el honor, y de su hermana
tuviera ya dos hijos de secreto, 930
y que queriendo el Rey la mujer misma,
fingiera por libralla de sus manos
que estaba desposada con otro hombre,
aborrecido della con estremo,
y prometiendo al Rey que el casamiento935
sería puerta de su honor y gusto
de su vida y salud en grave daño,
y entre los dos hiciesen este engaño?
FULGENCIO
Por cualquiera delito, siendo cierto,
es reo de la muerte y, aunque fuera 940
mi hijo Otavio, que en estremo adoro,
lo mismo te dijera que te digo.
REY
Luego, ¿puedo prenderle y castigarle?
FULGENCIO
Préndele y, si le pruebas el delito,
si no es que con la parte se concierte, 945
seguro puedes condenalle a muerte.
REY
Haz una provisión y vuelve luego.
FULGENCIO
¿Qué nombre?
REY
El nombre en blanco.
FULGENCIO
¿El nombre es título?
REY
Pues que, con provisión, mando prenderle,
sin duda que es lo bueno de Sicilia.950
FULGENCIO
Yo voy.
 

(Vase FULGENCIO.)

 
REY
Vuelve al instante. Estraño engaño
a un Rey, ¡a mí!, pues, ¿cómo así me paga
Otavio las mercedes recebidas?,
haber puesto a su padre en el supremo
lugar de mi justicia, ¡ah, mozo ingrato!, 955
¡cómo castiga el Cielo tu malicia!,
pues de tu mano hiciste la justicia.
 

(Salen RICARDO y el CAPITÁN de la guarda y soldados.)

 
RICARDO
Aquí viene el Capitán.
CAPITÁN
Ya los soldados están
puestos a la ejecución.960
¿Dónde ha de ser la prisión?
REY
Los papeles lo dirán.
¡Oh, Ricardo!, quién creyera
que el Conde, con este engaño,
burla de mi amor hiciera.965
RICARDO
A no ser yo desengaño,
notable tu daño fuera.
Ah, señor, ¡cuán pocos son
los que viven con lealtad!
  -fol. 222r-  
REY
Qué bien paga mi afición 970
el Conde.
RICARDO
Ya no hay verdad,
todo es mentira y ficción.
REY
No se habrá visto venganza
como se ha de ver en él.
RICARDO
Amor te pondrá templanza.975
REY
Antes me ha de hacer crüel
la burla de mi esperanza.
RICARDO
La mayor culpa que tiene
es el haberte burlado.
Pienso que a tu honor conviene, 980
y a la razón de tu estado,
vengarte.
REY
Su padre viene.
 

(Sale FULGENCIO con un papel escrito y un paje con pluma, y el tintero.)

 
FULGENCIO
Aquí está la provisión,
y el nombre en blanco dejé.
REY
El autor de la traición 985
escribe.
FULGENCIO
Dime quién fue
y irán a hacer la prisión.
REY
Pon el nombre.
FULGENCIO
Ya le espero.
REY
Di el Conde Otavio.
FULGENCIO
¿Qué Otavio?
REY
Tu hijo.
FULGENCIO
Señor.
REY
No quiero
990
disculpas.
FULGENCIO
Tan grande agravio
a su Rey, un caballero.
REY
Escribe.
FULGENCIO
Yo escribiré.
REY
¿De qué te tiembla la mano?,
tuya la sentencia fue.995
FULGENCIO
Es verdad, que no pensé
que le engendraba villano.
Cuando la sentencia di,
lejos de mi sangre estaba,
porque nunca presumí1000
que con mi sangre engendraba
lo que te ofendiese a ti,
mas agora no te espantes
que tiemblen mis manos frías
de hacer letras semejantes, 1005
porque las entrañas mías
no son moldes de diamantes.
Si lo ha hecho, firmaré
su muerte, que su prisión
no es mucho, pero tendré1010
por dudosa información
la que de enemigos fue.
Pongo a Otavio, aunque crüel,
pues por más que me refieras
que ponga el cuchillo en él, 1015
pluguiera a Dios que quisieras
que me pusiera por él.
 

 (Arroja la pluma.) 

REY
¡Cómo!, ¿delante de mí
la pluma arrojas así?
FULGENCIO
Perdona la mano airada, 1020
que no puedo ver la espada
con que la muerte le di.
 

(Vase FULGENCIO.)

 
REY
¿Puso Otavio?
RICARDO
Sí, señor,
Otavio en lo blanco puso.
REY
Pues prendelde con rigor.1025
RICARDO
Vamos, Celio.
CELIO
Estoy confuso.
¿El Conde ha sido traidor?
RICARDO
¿No lo estás mirando agora?
REY
Teodora, en Otavio, adora.
Mas, para vengar mi agravio,1030
bastará matar a Otavio,
que eso es matar a Teodora.
 

(Vanse, y salen el CONDE OTAVIO, TEODORA y RISELA.)

 
OTAVIO
Prevéngase en el jardín,
si te parece, la cena.
TEODORA
Lo que quisieres, mis ojos, 1035
es la ley de mi obediencia.
OTAVIO
Parece que en verdes plantas
el tierno amor se deleita,
flores, amantes y campos
son lienzos de primavera,1040
amor enseñan las vides
-fol. 222v-
cuando a los olmos se enredan,
amor enseñan las aguas
cuando las flores refrescan,
amor enseñan las aves1045
cuando sus quejas lamentan,
las zarzas, cuando se abrazan
y por los árboles trepan,
el aire con dulces silbos,
entre las flores se queja, 1050
que es el que más se enamora,
porque todo lo penetra.
No vengan, Teodora mía,
mis pajes, ni tus doncellas,
que amor en las soledades 1055
tiene mayores licencias.
Estoy con gusto de ver
que ya tu hermano nos deja
aquestas paredes libres,
que por muchos años sea. 1060
Ve por nuestros hijos luego,
díselo a Fabio, Rosela,
que no hay mesa sin los hijos,
ni bocado que bien sepa.
Paréceme que te ríes.1065
TEODORA
Es, Otavio, que celebra
el alma tus alegrías,
de tus contentos, contenta,
no cabe en el corazón
la risa de ver que llegas 1070
a decir que no hay, sin hijos,
mi bien, regalada mesa.
¿Nunca has visto aquellos quicios
en que se mueven las puertas?
Así se mueven las almas1075
de los dos que las engendran.
Ya no temo tiempo ingrato,
ya no temo suerte adversa,
durmiendo está la fortuna,
húrtale el amor la rueda.1080
Ya no te puedo perder,
todos mis temores cesan,
pero escucha, por mi vida,
Conde, ¿qué voces son estas?
 

(Sale RICARDO, CAPITÁN, y soldados.)

 
RICARDO
¿Tú, las puertas me resistes?1085
OTAVIO
Hola, ¿quién abre las puertas?
RICARDO
Yo soy, ¿de qué te alborotas?
Ten, Conde, la espada queda.
OTAVIO
¿Tú con gente en esta casa?
CAPITÁN
El Rey manda que te prenda 1090
con aquesta provisión.
OTAVIO
¿A mí?
CAPITÁN
¿Que lo dudas?
OTAVIO
Muestra.
CAPITÁN
¿Conoces aquesta firma?
OTAVIO
Letra de mi padre es esta.
TEODORA
Caballeros, ¿por qué prende 1095
a Otavio el Rey?
CAPITÁN
Cuando llegan
a tales puntos las cosas,
que falta razón no creas.
TEODORA
Ricardo, ¿eres tú el autor?
RICARDO
Si te consta tu inocencia1100
y la del Conde, Teodora,
¿qué temes?, ¿de qué te quejas?
OTAVIO
Esta espada, Capitán,
me guarda, para que sea
castigo de algún traidor.1105
RICARDO
Habla bien, porque no mientas.
OTAVIO
Vuélveme, Celio, la espada.
CAPITÁN
Ea, que es mucha soberbia.
TEODORA
¿Quieres tú, Ricardo infame,
que yo el mentís te defienda?1110
RICARDO
Vete, Teodora, con Dios,
que eres mujer, y no buena.
TEODORA
Mientes.
RICARDO
De mujer, no importa.
OTAVIO
Tú has dado justa sentencia
desmentísteme Ricardo,1115
pero como tú aconsejas,
no importa que eres mujer.
RICARDO
¿Esto sufres?
CAPITÁN
No te ofendas
de soberbias de hombres presos.
OTAVIO
Yo te cortaré la lengua.1120
CAPITÁN
Camina.
TEODORA
A sombras del bien
está la fortuna adversa.

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