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La gran Semíramis

Tragedia

Cristóbal de Virués


[Nota preliminar: Edición a cargo de Teresa Ferrer Valls. Grupo de investigación DICAT. Proyecto TC/12.

Edición realizada a partir de la incluida en Obras trágicas y líricas del capitán Cristóbal de Virués, Madrid, Alonso Martín, 1609. Ejemplar manejado: BNE, signatura R-2422. Se han tenido en cuenta las siguientes ediciones modernas de la obra: la edición de Eduardo Juliá Martínez (en Poetas dramáticos valencianos, I, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1929, pp. 25-57); la edición de Alba V. Ebersole (en Selección de comedias del Siglo de Oro Español, [Chapell-Hill], University of North Carolina, Department of Romance Languages, 1973, pp. 78-106); la edición de Teresa Ferrer Valls (en Teatro clásico en Valencia, I. Andrés Rey de Artieda, Cristóbal de Virués, Ricardo de Turia, Madrid, Turner-Biblioteca Castro, 1997, pp. 71-141); la edición de Alfredo Hermenegildo (en La gran Semíramis. Elisa Dido, Madrid, Cátedra, 2003, pp. 97-177).]



FIGURAS QUE HABLAN
 

 
NINO,   rey de Asiria.
MENÓN,   su capitán general.
SEMÍRAMIS,   mujer de Menón.
ZAMEIS NINIAS,   hijo de Nino y de Semíramis.
JANTO,   consejero del rey.
CREÓN,   lo mismo.
TROILO,   lo mismo.
ORISTENES,   lo mismo.
ZOPIRO,   criado de Menón.
CELABO,   soldado.
TIGRIS,   lo mismo.
TELEUCRO,   lo mismo.
GIÓN,   lo mismo.
DIARCO,   portero.
PUEBLO.
PRÓLOGO.
TRAGEDIA.


 

PRÓLOGO.

 
[PRÓLOGO]
   Como el sabio pintor en varias formas
con los colores y pinceles muestra
de fuertes y prudentes capitanes,
de poderosos príncipes y reyes,
las célebres vitorias y altos triunfos,5
dignos de eterna y memorable historia,
para dechado de las almas nobles
que al punto ecelso de virtud aspiran,
así el poeta con divino ingenio,
ya con una invención cómica alegre,10
ya con un caso trágico admirable
nos hace ver en el teatro y s[c]ena
las miserias que traen nuestros pechos,
como el agua del mar los bravos vientos.
Y todo para ejemplo con que el alma15
se despierte del sueño torpe y vano
en que la tienen los sentidos flacos,
y mire y siga la virtud divina.
Con este fin, con este justo intento,
hoy en su traje trágico se ofrece20
la vida y muerte de la gran Semíramis,
tirana reina de la grande Asiria.
Y solamente porque importa advierto
que esta tragedia, con estilo nuevo
que ella introduce, viene en tres jornadas25
que suceden en tiempos diferentes:
en el sitio de Batra la primera,
en Nínive famosa la segunda,
la tercera y final en Babilonia.
Formando en cada cual una tragedia,30
con que podrá toda la de hoy tenerse
por tres tragedias, no sin arte escritas.
Ni es menor novedad que la que dije
de ser primera en ser de tres jornadas,
y de esto al fin y lo demás se advierta35
con su alto ingenio cada cual, y admita
lo que más la virtud en si despierte,
que es el fin justo a que aspirar se debe.




ArribaAbajoJornada I

 

MENÓN, SEMÍRAMIS, en hábito de hombre, ZOPIRO.

 
MENÓN
   El fiero son del temeroso asalto,
que enciende y hiela los humanos pechos,40
subía por el aire a lo más alto
de los eternos estrellados techos,
cuando, con amoroso sobresalto,
en medio de las armas y pertrechos,
me dieron, mi dulcísima querida,45
nueva de vuestra súbita venida.
   Arremetía ya al abierto muro,
puestos los ojos en la gloria y fama,
pero sabiendo que llegastes, juro
que me trajo volando a vos mi llama.50
Y aunque el honor viniendo me aventuro,
verá quien me juzgare, si me infama,
que importa más gozar de vos, mi cielo,
que cuanta gloria puede darme el suelo.
   Semíramis querida, ¿es cierto, es cierto55
que llegastes a ver al que os adora,
al que es sin vos un cuerpo casi muerto
que eternamente gime, pena y llora?
SEMÍRAMIS
Amado esposo, alegre y dulce puerto
de mis deseos, si llegara ahora60
a ser universal reina del mundo,
al bien de veros fuera bien segundo.
MENÓN
   Era tal el dolor de verme ausente
de vos, que sois mi bien, mi gozo y gloria,
acrecentaba tanto el fuego ardiente65
de mis dulces deseos la memoria,
que tuviera sin duda la inclemente
muerte ya de mi vida la vitoria,
si no esperara verme en esos ojos,
que convierten en glorias mis enojos.70
   No los peligros de la guerra airada,
ni sus trances crueles i furiosos,
no el ver la frágil vida aventurada
en los bravos rencuentros temerosos,
no el ver de la fortuna la enojada75
cara, con mil desdenes rigurosos,
mellaran de mi pecho los aceros,
sino solo dejar, mi bien, de veros.
   Y no vitorias que la guerra ofrezca,
ni prósperos sucesos i grandezas,80
ni ver que mi apellido i nombre crezca
con hazañas notables i proezas,
ni ver que la fortuna me enriquezca
con sus mayores bienes i riquezas,
darán contento a esta alma que os adora,85
sino solo gozar de vos, señora.
SEMÍRAMIS
   Según eso, podéis estar contento,
Menón, querido esposo, pues os pago
con otro tal vuestro amoroso intento,
y con mi fe la vuestra satisfago.90
Y, si es verdad que lo que digo siento,
bien lo podéis juzgar por lo que hago,
en haber emprendido este viaje
con este al mío diferente traje.
   Pero dejemos cosas tan sabidas95
como son las conformes voluntades
que tienen abrazadas nuestras vidas
para firmes y eternas amistades,
y decidme las cosas sucedidas
en la gran rebelión de estas ciudades,100
y el punto de la guerra, y algún hecho
de vuestro valeroso brazo y pecho.
MENÓN
   De mí no hay que decir más de que atiendo,
por segunda persona del gran Nino,
a mi gobierno y cargo, prosiguiendo105
de la alta gloria el áspero camino,
a los graves peligros ofreciendo,
con el favor de mi fatal destino,
esta vida, que solo por ser vuestra
la fortuna le da la amiga diestra.110
   La guerra siempre ha sido y es tan brava,
tan cruel, tan sangrienta y rigurosa
que al cielo parecía que admiraba,
y a la tierra tenía temerosa.
El sol con tristes rayos lo mostraba,115
y con la faz sangrienta y tenebrosa,
y de la triste tierra mil temblores
mostraban sus espantos y temores.
   Pero, ¿cuál cielo o tierra o elemento,
cuál animal, cuál piedra o cuál acero120
dejará de mostrar gran sentimiento
habiendo visto aquel conflito fiero
en que murieron un millón y un cuento
de hombres de las dos partes, y el primero
el sabio Zoroastes, rey famoso125
de este pueblo soberbio y belicoso?
   Retirose después de esta batalla
el príncipe Alejandro con la gente
dentro de esta fortísima muralla,
adonde se defiende osadamente.130
Ningún ardid, ninguna fuerza halla,
aunque mil cada día Nino intente,
para poder entrar la fuerte tierra,
en diez meses que dura el cerco y guerra.
   Hoy con todo el ejército arremete135
a la fuerte ciudad por cinco partes,
y son, sin el asalto de hoy, ya siete
sin mellar sus soberbios baluartes.
SEMÍRAMIS
¿Y cómo por aquí no se acomete?
MENÓN
En vano son las fuerzas y las artes140
para sitio tan áspero y tan fuerte.
SEMÍRAMIS
Antes, señor, es flaco y llano, advierte.
   En estos altos riscos confiados
tienen, según lo veo, sin defensa
todas estas almenas los cercados,145
seguros de tener por aquí ofensa;
y así, mientras que de esto descuidados
acuden todos a la furia inmensa
de la gente de Nino, fácilmente
subir por aquí puede alguna gente.150
MENÓN
   No digáis más, señora, que ya al cabo
estoy de vuestro heroico pensamiento.
El consejo discreto y sabio alabo,
y en obra le pondré luego al momento.
Zopiro, vuela y llámame a Celabo155
y di que, con presteza de ave o viento,
y con sus valerosas camaradas,
hasta aquí siga en vuelo tus pisadas.
ZOPIRO
   Yo voy volando.
MENÓN
Ve en un punto y vuelve.
 

(MENÓN, SEMÍRAMIS.)

 
MENÓN
Y vos, dulce Semíramis, querida,160
al corazón, que en fuego se resuelve,
y en él, cual Fénis, halla nueva vida,
mientras vuestro valor y ser revuelve,
dalde en vuestra alma albergue y acogida,
para que entienda de ella las grandezas165
y goce sus tesoros y riquezas.
   De ese divino espíritu que anima
esa belleza, única en el mundo,
de ese divino aviso que es la prima,
y de ese rico ingenio sin segundo,170
de ese valor que pone espanto y grima,
y de ese entendimiento tan profundo,
tan acertado aviso estaba cierto.
SEMÍRAMIS
Tengo vuestra alma en mí y por eso acierto.
 

(MENÓN, SEMÍRAMIS, ZOPIRO, CELABO, TIGRIS, GIÓN, TELEUCRO, [PUEBLO].)

 
CELABO
   Capitán valeroso y señor mío,175
¿qué se ofrece en que emplee mi persona
y las de Tigris, Gión y Teleucro?
MENÓN
Seas, Celabo amigo, bien llegado.
Sabiendo tu valor, esfuerzo y honra,
y la de tus valientes camaradas,180
os envié a llamar para que un caso
emprendáis, digno del heroico pecho
que cada cual en otros ha mostrado.
Por esta parte veo sin defensa
al enemigo, por la confianza185
que en estas peñas enriscadas tiene.
Pienso, sin duda, amigos míos fieles,
que, si arrimáis escalas, fácilmente
podéis veros los cuatro sobre el muro,
y en él subidos, en lo demás callo,190
pues sé lo que sabéis en tales trances,
y lo que pueden vuestras manos fuertes.
CELABO
Tigris, traé volando aquí una escala.
Tú, famoso general, advierte
que primero verás hechos pedazos195
los cuerpos de estas fuertes camaradas,
y el de Celabo, tu mayor amigo,
que vernos retirar un pie, si acaso
para poner los nuestros sobre el muro
la fortuna nos da la amiga mano.200
TIGRIS
Ya la escala y el ánimo están prestos.
CELABO
Pues arrímala luego al fuerte muro
y, con vuestra licencia, yo el primero
subo por ella al trono de la gloria,
donde la eternidad ponga mi nombre205
en boca de la fama, pregonera
de heroicos hechos como el que emprendemos.
[TIGRIS]
Y yo te sigo con deseo ardiente
de ser segundo en tus famosas obras.
GIÓN
Yo, a tales dos, procuro ser tercero,210
para que llegue el nombre de mi espada
donde llegan mis altos pensamientos.
TELEUCRO
Y si entre tales tres yo fuere cuatro,
gloria será que podré ser con ella
famoso eternamente en todo el mundo.215
MENÓN
Ea, valientes y animosos hombres,
que este es el día que os ofrece el cielo,
pues demás del honor, que es primer premio,
el segundo que yo ofreceros puedo,
debajo de mi fe y palabra ofrezco220
que será cual merecen vuestros pechos.
ZOPIRO
Y yo con tu licencia también subo.
MENÓN
No esperaba yo menos de tu espíritu.
CELABO
¡Mueran, mueran! ¡Vitoria, Asiria, Nino!
PUEBLO
¡Libertad, Batra! ¡Al arma, al arma, al arma!225
 

(Después de gran batalla dentro, salen NINO, MENÓN, SEMÍRAMIS, CELABO, TIGRIS, GIÓN, TELEUCRO, ZOPIRO.)

 
NINO
   Soldados valerosos y prudentes,
del suelo y cetro Asirio honor y gloria
para todos los siglos y las gentes,
   a vosotros se debe la vitoria
y el alto triunfo de este alegre día,230
de quien tendrá la eternidad memoria.
   Vuestra prudencia y vuestra valentía
han dado honroso fin a mi jornada,
cuando la suerte en duda le tenía.
   Y así vuestra alta empresa y señalada,235
demás del premio eterno que granjea,
por mí será también gratificada.
   Haré yo, buen Celabo, que se vea,
por el premio que os diere, cuál fue el hecho,
y que en él mire quien valer desea.240
[CELABO]
   El premio es agradarte, y satisfecho
cada cual de nosotros queda habiendo
en tu servicio este servicio hecho,
   del cual solo Menón la causa siendo,
a él solo, señor, todo se debe245
cuanto yo pude obrar obedeciendo.
MENÓN
   No es bien, Celabo, que el oído cebe
en esas tus corteses alabanzas,
sin que con cortesía las repruebe.
   Tú el premio, tú el honor, Celabo, alcanzas250
con tus fuertes y honrados compañeros.
NINO
Cesen los cumplimientos y crianzas,
   todos sois valerosos caballeros,
todos mostráis prudencia y fortaleza,
dos cosas contra quien no hay ofenderos,255
   y sepa yo quién fue de esta proeza
el inventor.
CELABO
Menón.
MENÓN
Señor, no ha sido
sino esta sierva tuya.
SEMÍRAMIS
Vuestra Alteza
   me dé la mano.
NINO
Levantaos. Yo os pido
que el caso me contéis estensamente,260
y quién es el que es hombre en el vestido,
y vos le dais el nombre diferente.
MENÓN
   Cuando tuve el gobierno de la Siria,
poderoso monarca y rey del mundo,
tus haciendas y tierras visitando,265
al lago de Ascalón llegué, do estaba
Sima, el gran mayoral de tus ganados,
en cuya casa, como me alojase,
a Semíramis vi, su hija única,
de la cual me pagué tanto, que luego270
la pedí por mujer al viejo padre,
que me la dio, con gran contento y gusto,
y yo la recibí con gozo y gloria.
De allí vine a servirte en esta guerra,
y a mi mujer de allí la envié a Nínive,275
donde ha estado, aunque sola, acompañada
de mis padres, mis deudos y mi alma.
No la quise traer comigo entonces,
así por escusarle los trabajos
del militar desasosiego, como280
por pensar que la guerra fuera breve.
Pero viendo alargarse la jornada
y crecer la pasión en mí de ausencia,
pedile que viniese a verme, y ella,
en este traje puesta, vino, a causa285
de venir más segura y desenvuelta.
Hoy llegó, y en llegando, como supo
de mí el asalto que se daba a Batra
y viese este lugar, ella dio el orden
que Celabo y los suyos han tenido290
para hacer la varonil hazaña,
y este es extensa y brevemente el caso.
NINO
Hame puesto, por cierto, maravilla.
Pero, Menón, antes que sea más tarde,
id a poner en orden el ejército,295
haciendo que la gente se retire
a sus alojamientos y que quede
la ciudad con la guardia que conviene.
Celabo y los demás que están presentes
vayan con vos, y en tanto en este puesto300
puede quedar Semíramis comigo.
MENÓN
Harase todo lo que mandas luego.
 

(NINO, SEMÍRAMIS.)

 
NINO
   ¿Que de Nínive llegáis?
¿Es posible? ¿Creerelo?
Por cierto en lo que mostráis305
antes creo que del cielo,
hermosa dama, bajáis.
   Y está muy claro de ver
que esa belleza y aviso
dan cierto indicio de ser310
un ángel del paraíso,
no, como fingís, mujer.
   Pero si sois verdadera
mujer, y yo devaneo,
pienso que sois lo que fuera315
un ángel, a lo que creo,
si un ángel cuerpo tuviera.
   Casi más que naturales
mil cosas en vos se ven,
con que dais claras señales320
de las que por fe se creen
de espíritus celestiales.
   Hasta aquí, en las más hermosas
lo más que visto se ha
es una mezcla de cosas,325
que son tenidas acá
por más lindas y preciosas;
   y estas con tanta belleza,
con tal orden y artificio
puestas por Naturaleza,330
que den admirable indicio
de su poder y grandeza.
   Mas es sobrenatural
cuanto en vos miro y contemplo,
y así creo, viéndoos tal,335
que sois verdadero ejemplo
del divino original;
   que en vos la descompostura,
cuánto más queráis usalla,
vencerá a la compostura,340
donde más perficionalla
naturaleza procura;
   y vuestra sombra será
luz más eficaz y clara
que la luz que ella dará345
a la más hermosa y rara
imagen que pintará.
   ¡Oh, cuán bienaventurado!
¡Oh, cuán de veras dichoso
es, señora, el que ha llegado350
a ser vuestro amado esposo,
a ser vuestro esposo amado!
   Y quizá, si a mano viene,
no lo sabrá conocer,
que ordinariamente aviene355
no saber hombre entender
la dicha cuando la tiene.
   ¡No fuera Nino Menón,
aunque Menón fuera Nino!

 [Aparte.] 

(Mas, ¡que poco corazón! 360
Si a serlo me determino,
¿quién hará contradición?
   Mas, ¿harele fuerza yo?
Sí, pues me la hace a mí
el amor, que me rindió.365
¡Qué presto que he dicho sí!
¡Qué cierto agüero de un no!
   Mas no es tiempo ya de estar
suspenso ni embelesado.
Quiérome aquí remediar,370
pues la fortuna me ha dado
ocasión, tiempo y lugar.)
   Bella Semíramis, veo...
SEMÍRAMIS
Señor, no me digas más.
Ya adivino tu deseo.375
NINO
Con adivinar harás
que crea más lo que creo,
   que es de potencias divinas
el adivinar. Mas di,
señora, lo que adivinas.380
SEMÍRAMIS
Adivino lo que oí
y entiendo lo que imaginas.
   Creo que quieres hacer,
contra toda ley y fuero,
aquesta triste mujer,385
de mujer de un caballero,
esclava de tu querer.
NINO
   No sufriré tal. Ahora
digo que adivinas mal.
Por mi esposa y mi señora390
te quiero, y hacerte igual
con esta alma que te adora.
SEMÍRAMIS
   Príncipe y señor, pues miras
a la obligación que tienes
y de la pasión retiras395
la razón, con que te avienes
en las obras con que admiras,
   y pues a tus pensamientos
tu generoso valor
dio siempre fines contentos,400
haciéndote vencedor
contra mil fieros intentos,
   ese valor tan profundo
no te falte ahora aquí,
si le quieres sin segundo,405
pues es más vencerse a sí
que vencer a todo el mundo.
   Y más que será notado
en un rey tan poderoso,
ya que así lo hayas pensado,410
hacerse por fuerza esposo
de esposa de su criado.
NINO
   No curéis de adelgazar
tanto lo que hace un rey,
pues es de considerar415
que su voluntad es ley,
y cual ley se ha de guardar;
   y más viendo que le fuerza
al rey otro rey mayor,
y en su pretensión se esfuerza,420
que es el poderoso Amor,
contra quien ni hay ley ni fuerza.
   Así que dejando aparte
livianos inconvenientes,
faltos de razón y de arte,425
tomad los casos presentes
como el amor los reparte,
   y no os duela de Menón,
que le daré por mujer,
en vuestra satisfación,430
quien no lo pudiera ser
sino por vuestra ocasión.
   A mi hija le prometo,
y aunque pierde más en vos
y él es valiente y discreto,435
no fueran pares los dos
sino por vuestro respeto.
   Así que él y vos y yo
ganamos, y siendo así,
pues el amor lo ordenó,440
justo es que me deis el sí,
y sería injusto el no.
   Dándome este sí, señora
de mis estados seréis,
y de esta alma que os adora,445
y estado al igual tendréis
del ánimo que en vos mora.
   Así vuestro ser tendrá
el grado que le conviene,
sin quien sin razón está.450
Mas Menón veo que viene,
y él por mí os lo rogará.
 

(NINO, SEMÍRAMIS, MENÓN.)

 
MENÓN
   Queda, señor, como mandaste en orden
la gente del ejército y del pueblo:
la una por cuarteles dividida,455
y la otra rendida ya y sujeta.
Hay un cuerpo de guardia en cada plaza
de aquel cuartel que cada nación tiene,
y en el Alcázar alojé tu guardia,
y allí Creonte, su capitán, queda460
repartiendo las guardas y las postas.
Allí también, porque en estremo es grande
el Alcázar real y fuerte y rico,
la gente de tu casa y corte alojan.
Al fin todos están bien repartidos,465
y todo está en el orden que conviene.
Yo llegué a tiempo, cuando fui al Alcázar,
que pude entrar con la primera gente
que al saco de él entraba cudiciosa,
y subiendo el primero, en una cuadra,470
después de unos hermosos corredores
y de dos grandes salas, entré, y hallo
en ella una visión horrenda y brava,
un horrendo espetáculo espantoso;
al príncipe Alejandro, desarmado,475
vi, tinto en sangre desde el pie a la frente,
sin espada ni daga, sino sola
esta soga cruel, con que ahorcado
estaba de las verjas de una reja,
que a aquella cuadra sale de un retrete.480
Al tiempo que yo entré, aun vi las piernas
y los brazos moverse, y sentí un grito
ronco, triste, espantoso y mal formado.
Corrí volando y con la espada al punto
corté la soga para dalle vida,485
pero por presto que lo hice, tarde
fue para el desdichado de Alejandro,
que sin alma cayó ante mí, poniendo
terrible horror y lástima y espanto
a los que vimos el doliente caso.490
Esta es la soga que quité al cuitado,
que la traje comigo para ejemplo
de los crueles casos de fortuna.
NINO
También quiso mostrarnos Alejandro
su furor diabólico en la muerte495
como en la vida. Justa paga tiene
de sus soberbios y arrogantes hechos.
Pero dejemos estas cosas y oye,
Menón querido, una en que mi gusto,
mi contento y mi gloria se atraviesan.500
MENÓN
No es otro mi deseo y mi cuidado
sino que tú, señor, de cualquier suerte,
de gloria y de contento y gusto goces.
NINO
   Ya sabes el aviso y la belleza
de Sosana, mi hija tan amada,505
ya de su estado y sangre la grandeza
está, Menón, bien claro averiguada,
y que de mis tesoros la riqueza
por dote para ella está guardada.
A ella, pues, con cuanto la enriquezco,510
en trueco de Semíramis te ofrezco.
   Quiero decir, Menón, que a tu querida
Semíramis me des por mujer mía,
y tomes tú a Sosana, enriquecida
de toda mi riqueza y monarquía;515
y es justo de ti ser agradecida
esta mi petición y cortesía,
pues, siendo yo tu rey, te pido aquello
que de potencia puedo yo tenello.
   Las gracias de Semíramis me han hecho520
tan suyo, ¡oh, mi Menón!, que te prometo
que consumiera mi encendido pecho
si te tuviera mi deseo secreto.
Haz por tu rey este amoroso hecho,
con voluntad, pues eres tan discreto.525
Dame un sí por respuesta, pues en pago
mi yerno y mi gobierno y rey te hago.
MENÓN
   Aunque suspenso, atónito y pasmado
me tiene tu demanda, señor mío,
y si es o no de veras lo tratado530
no sepa ni distinga mi albedrío;
y aunque en confusas dudas engolfado
de acertar a salvarme desconfío,
en vez del «sí», que pides por tal gusto,
a darte un «no» me fuerza el amor justo.535
   Y digo que aunque el cielo me atormente
con sus mayores fuerzas y tormentos,
y tú, señor, airado e inclemente,
pruebes en mí mil fieros pensamientos,
y aunque me abrase el fuego eterno, ardiente,540
y un caos hagan de mí los elementos,
y aunque vuelva a no ser, que es mayor mengua,
no podrá dar tal «sí», jamás mi lengua.
NINO
   ¡Oh, villano, grosero, mal nacido,
torpe, bárbaro, vil desventurado!545
¿Tal respuesta me das? Al fin ha sido
respuesta de villano vil, rogado.
Mas, pues tan locamente has respondido,
quedarás de tu loco osar pagado
con llevarme a Semíramis sin darte550
de ella, de mí, ni de mi hija parte.
MENÓN
   Rey y señor, escucha, atiende, espera.
NINO
No me repliques, quédate, y advierte
que ha de ser esta vez la vez postrera
que he de hablarte, que he de oírte o verte.555
Juro por Dios de darte la más fiera,
la más cruel, la más amarga muerte
que pueda dar un rey, si con destierro
no purgas tú la culpa de este yerro.
SEMÍRAMIS
   Rey, mira que es injusto lo que haces.560
NINO
Ven tú conmigo.
SEMÍRAMIS
¿Dónde, sin mi esposo?
NINO
Donde tenga tu ser lo que merece.
SEMÍRAMIS
¡Oh, injusto apartamiento!
NINO
Basta, vamos.
 

(MENÓN.)

 
MENÓN
   ¡Oh, bárbaro inhumano,
ingrato a mis servicios,565
cruel, tirano, inico, injusto y fiero!
Con rigurosa mano
en medio de tus vicios,
mostrándose el gran Júpiter severo,
te ponga en este miserable trago,570
y me dé con tu muerte justo pago.
   Cansada y triste vida,
vida cansada y triste,
que como nave de contrarios vientos,
acá y allá traída,575
nunca jamás pudiste
llegar a puerto con tus pensamientos,
sino por un inmenso mar de penas
corriendo has ido con las velas llenas,
   no hagas resistencia,580
no me impidas mi intento,
no me persigas más, no me atormentes,
huye de mi presencia,
deja ya tu aposento
a la remediadora de las gentes,585
a la muerte dulcísima, que es sola
quien en mi bien las armas enarbola.
   Alma desventurada,
si de la cárcel fuerte
en que estás, con tan ásperas prisiones,590
prendida y amarrada,
libre deseas verte,
no aguardes, si estas pierdes, ocasiones;
está donde la muerte el dardo vibra,
y de tu muerte y tu pasión te libra.595
   Sin vos, cabello de oro,
sin vos, nevada frente,
sin los arcos del cielo, sin los soles,
que al inmenso tesoro
vencen del rico Oriente,600
y a las luces del cielo y arreboles,
y sin vos, boca, que ganáis la raya
en olores a Arabia y a Pancaya,
   sin vos, pecho de armiño,
adonde albergan junto605
Mercurio, Marte, Júpiter, Diana
y el poderoso niño,
teniendo ahí en su punto
cuanto bien da naturaleza humana;
y sin las manos que en las blancas palmas610
tienen mil corazones y mil alma.
   Y, al fin, sin ti señora,
que eres mi alma y vida,
no puedo yo vivir, no, no es posible.
Llegue, pues, ya la hora615
de la muerte querida,
en que yo salga de este mal terrible.
Y tú, dulce Semíramis, si tienes
acuerdo aún de mis pasados bienes,
   si de aquella dulzura,620
si de aquel gozo y gloria,
y si de aquella firme confianza,
que en esta desventura
hacen tan triste historia
y entonces eran bienaventuranza,625
y, al fin, si te acordares del constante
y rico amor de tu primer amante,
   con lágrimas siquiera
celebra mi martirio,
y al alma que tu cielo solo quiere630
no le seas austera,
cuando en el suelo asirio
sin ella el cuerpo de Menón cayere,
sino con tu piadoso pecho dale
albergue tal que con su fe se iguale.635
   Vos, lazo, que sacastes
de estas miserias tristes
al discreto Alejandro, en vos fiado,
el bien que le causastes,
la vida que le distes,640
dalda también a aqueste desdichado,
pues, sin duda, el traeros fue que el cielo
quiere que vos me deis este consuelo.
   Vos, lazo, que instrumento
sois para mi remedio,645
no os conjuréis con mi contraria suerte,
sino cumplid mi intento,
sedme propicio medio
para que salga de esta triste muerte,
de esta muerte que llama vida el mundo,650
con ceguedad y con error profundo.
   Soldados valerosos,
que cada paso y punto
ponéis la vida en manos de la muerte,
y en mil hechos famosos655
el alma y vuestro punto
entregáis al rigor de vuestra suerte,
siguiendo los furores y los gustos
de estos crueles príncipes injustos;
   discretos cortesanos,660
que con honrado intento
y con el alma de esperanzas llena
seguís estos tiranos,
sírvaos a todos mi rabiosa pena,
pues harto bien hará mi mala suerte665
si a otros causa vida y a mí muerte.
   Recibe, amada esposa,
mi alma con la tuya,
y tú, lazo, recibe esta garganta
con vuelta presurosa,670
para que en breve huya
el alma de pasión y pena tanta;
y vos, aire, no deis el cuerpo amigo
a la tierra do reina mi enemigo.
   Semíramis querida,675
esposa mía amada,
gloria mía, llegaos, llegá la mano,
y en huyendo mi vida,
esta alma, dedicada
a solo vuestro cielo soberano,680
téngala en él la mano poderosa
que me distes, Semíramis, de esposa.
   Ya voy, ya parto, espera,
señora, no te alejes;
Semíramis, no huyas de tu esposo,685
y a la luciente esfera,
sobre los altos ejes,
donde tienes tu trono suntuoso,
pues con tan grande fe te llamo y sigo,
llévame, mi Semíramis, contigo.690
 

(MENÓN, ZOPIRO, CELABO.)

 
ZOPIRO
   Notables casos, admirables hechos,
horrendos espetáculos se han visto
hoy en esta ciudad, Celabo amigo.
CELABO
Estoy, Zopiro, atónito y pasmado,
que con haber tantas batallas visto,695
tantos sacos y asaltos de ciudades,
digo que, cuanto he visto junto, es menos
de lo que hoy ha pasado de miseria
en este miserable y triste pueblo.
ZOPIRO
¡Qué lástima era ver las damas bellas700
tratadas por mil bárbaros soldados
tan rigurosa, tan violentamente!
¡Qué compasión el grito de los niños,
qué terneza los llantos de los viejos,
qué horror la muerte de los fuertes mozos,705
qué temor la braveza y furia airada
de la crueles armas vencedoras
de las gentes, indómitas, feroces,
qué confusión el diligente saco,
el bullicioso ardiente y fiero robo710
de la cruel y cudiciosa gente,
qué espanto, qué recelo el fuego airado
que se prendía por los altos techos,
qué terror, qué fiereza los rumores,
las altas estampidas y estallidos715
que las casas y templos, muro y torres
daban, viniendo con su peso abajo!
¡Oh, soberano artífice del mundo,
y en cuán inormes formas se ha mostrado
la sangrienta crueldad en este día!720
CELABO
Zopiro, ya es razón que demos vuelta
hacia palacio, que Menón no dudo
sino que ya estará en su alojamiento
gozando de Semíramis a solas.
ZOPIRO
Según la deseaba y según la ama,725
no hay duda en eso. Vamos, como mandas.
CELABO
¡Eterno Dios!, ¿es ilusión, es sueño,
es fantasma, es demonio lo que veo?
ZOPIRO
¡Ay, Celabo, querido, no es fantasma,
no es ilusión, no es sueño ni demonio,730
sino Menón! ¡Menón, el sin ventura!
CELABO
¿Quién le ha podido dar tan fiera muerte?
¿Quién a un hombre tan bueno así ha tratado?
ZOPIRO
¿Qué consejo tendremos en tal caso?
¿Qué debemos hacer, Celabo amigo?735
CELABO
Quitémosle de aquí, que es lo más justo,
y al rey le presentemos, pues es cierto
que, según lo que el rey le debe y ama,
hará pesquisa y ejemplar castigo
de maldad tan inorme y tan horrenda.740
ZOPIRO
Dices muy bien.
CELABO
Desátale.
ZOPIRO
Sostenle.
CELABO
Tenle tú de los pies.
ZOPIRO
Ya tengo.
CELABO
Vamos.

 
 
FIN DE LA PRIMERA JORNADA
 
 

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