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«ET ERAT JONAS IN VENTRE PISCIS TRIBVS DIEBVS. CP. 2»
dice la banderola escrita, cuyo extremo sostiene el Profeta entre su brazo derecho, como para recordarnos lo inolvidable de su vida, aludida también plásticamente en el fondo del cuadro, que representa el mar, en cuyas playas se halla una fantástica ballena arrojando a Jonás, y, en último término, la ciudad de Nínive -la pecadora.
El Profeta viste doble túnica: la interior, roja, larga y con ancha manga; la exterior, azul, algo más corta y sin mangas. Lleva, además, curiosa capa color siena natural, que forma un solo todo con el capuchón que cubre su cabeza. Los pies tiene descalzos. Se halla de perfil, pero vuelta su cabeza, en actitud de hablar con quien lo mira y llamarle la atención hacia la escena que con su mano izquierda señala, pintada en la parte superior del cuadro: los soldados judíos velando el sepulcro de Jesucristo, escena de la cual fueron imagen los tres días que permaneció Jonás en el vientre de la ballena.
La figura del Profeta es de las más vivas de esta colección que examinamos. Su cara es de notable factura y extrema sencillez, pintada de primera intención y acabada después con unas pocas y bien puestas veladuras.
Indudablemente, el manto llama la atención porque constituye una lección de composición y pintura de ropaje.
Llaman también la atención los pies del Profeta, de un hermoso y claro encarnado, que delatan la fidelidad de la copia del modelo, que los tenía, por lo visto, bien cuidados y calzados.
El grupo de la Sepultura de Cristo, lleno de un realismo ingenuo, es un trozo desenvueltamente bien pintado, con rasgos firmes, y dibujado con la misma punta de la brocha.
En cambio, el grupo de Jonás y la fantástica ballena, es insignificante.
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Figura 104.- El Profeta Jonás
(Foto Mera)
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Figura 105.- Cabeza del Profeta Jonás
(Foto Mera)
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Figura 106.- El Profeta Jonás. Detalle
(Foto Mera)