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301

El primero de los grandes educadores de América, pág. 25.

 

302

José María Vargas. Cultura de Quito Colonial, pág. 11.

 

303

Ob. cit., págs. 39-40.

 

304

Todavía en 1750, en muchas parroquias se utilizaba el canto en la doctrina. El P. Recio cuenta con entusiasmo el efecto que le causaron los indios de la parroquia de San Miguel, cuyo cura era don Aguado, acaso el mismo que abrió el célebre «socavón» de Tumbaco: «Acuérdome con ternura, que estos indios al despuntar el alba, cantaban a coro el alabado. Esto se reduce a unos versos llanos y muy devotos, con voz muy elevada, y una tonada tan grave y tierna, que no me acuerdo haberla oído tal en España. Acaban diciendo... Dios nos dé muy buenos días, y amanezcamos con bien; Gracia con que le sirvamos. Por siempre jamás. Amén». (Compendiosa Relación..., pág. 193).

En las iglesias que tenían los dominicanos en el Litoral, se acostumbraba asimismo a los montubios al canto, sobre todo durante las misas. (Id. 257)

 

305

Compte, Varones Ilustres, Tomo I, pág. 40 y siguientes.

 

306

Col. V. G. 4.ª Serie, Vol. 18, pág. 495.

 

307

Rel. Geogr., Tomo III, pág. 51.

El Ilmo. señor González Suárez, da una explicación diferente de la clausura de la escuela: «Doña Francisca Colón, esposa del Oidor Don Diego Ortegón, quejóse a su marido contra el clérigo Sánchez, diciendo que habiéndose encontrado con ella en la calle, no la había saludado; tan leve motivo bastó para que el empecinado Oidor persiguiera tenazmente al Sacerdote y quisiera castigarlo poniéndole preso en la cárcel pública: Garcí Sánchez se refugió en la casa del Obispo Peña, pero ni allí estuvo seguro; pues el Oidor resolvió sacarlo y reducirlo a prisión, a pesar de las representaciones y protestas del Obispo: como la venganza de Ortegón no se calmara, tuvo el eclesiástico que salir ocultamente de estas provincias e irse de fuga a Lima: con lo cual la enseñanza de Gramática cesó por completo en esta ciudad». (Historia General. Tomo III, pág. 330). La Iglesia creaba planteles: el Poder Civil los cerraba.

 

308

González Suárez, Historia General, Tomo III, págs. 100 y siguientes. J. T. Medina. Historia del Tribunal del Santo oficio de la Inquisición de Lima, Tomo I, págs. 57 y siguientes.

 

309

Cultura de Quito colonial, pág. 36.

 

310

Carta al Rey de 12 de octubre de 1594.

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