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ArribaAbajo- I -


Marcha patriótica47



CORO

Abajo   Sean eternos los laureles
que supimos conseguir;
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

   Oid, mortales, el grito sagrado:  5
«¡Libertad!; ¡Libertad!; ¡Libertad!».
—12→
Oid, el ruido de rotas cadenas;
ved en trono a la noble Igualdad.
Se levanta en la faz de la tierra
una nueva gloriosa nación,  10
coronada su cien de laureles
y, a sus plantas, rendido un León.

   Sean eternos los laureles, etc.
-pág. 2-

   De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar;
la grandeza se anida en sus pechos,  15
—13→
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas
y en sus huesos revive el ardor,
lo que ve renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor.  20

   Sean eternos los laureles, etc.

    Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor;
todo el pais se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
—14→

   En los fieros tiranos la envidia  25
escupió su pestífera hiel;
su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.

   Sean eternos los laureles, etc.

    ¿No los veis sobre México, y Quito
arrojarse con saña tenaz?  30
¿Y cual lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y la Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
—15→
luto y llantos y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras  35
todo pueblo, que logran rendir?

   Sean eternos los laureles, etc.
-pág. 3-

   A vosotros se atreve, argentinos,
el orgullo del vil invasor48:
vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor.  40
Mas los bravos, que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
—16→
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.

   Sean eternos los laureles, etc.

    El valiente argentino a las armas  45
corre, ardiendo con brío y valor:
el clarín de la guerra, cual trueno
en los campos del Sud, resonó.
Buenos Aires se opone a la frente
de los pueblos de la ínclita Unión,  50
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo León.

   Sean eternos los laureles, etc.

    San José, San Lorenzo, Suipacha,
ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas  55
—17→
del tirano en la Banda Oriental49,
son letreros eternos que dicen:
«Aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló».  60

   Sean eternos los laureles, etc.
-pág. 4-

   La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio;
sus banderas, sus armas se rinden  65
por trofeos a la libertad,
y sobre alas de gloria alza el pueblo
trono digno a su gran majestad.

   Sean eternos los laureles, etc.

    Desde un polo hasta el otro resuena
de la Fama el sonoro clarín,  70
y de América el nombre enseñando
les repite: «¡Mortales, oíd!:
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud».
Y los libres del mundo responden:  75
«¡Al gran pueblo argentino, salud!».

   Sean eternos los laureles, etc.

Mayo 14 de 1813

VICENTE LÓPEZ Y PLANES



  —18→  


ArribaAbajo- II -


Oda50


ArribaAbajo   ¡Gloria al grande Balcarce: eterna gloria51
a su legión guerrera,
que enrojeció la espada carnicera,
-pág. 5-
con sangre de rebeldes! La memoria
de tan bravos campeones  5
tendrá por templo indianos corazones.

   Vive grande Balcarce: vive, y sea
Suipacha monumento,
que eternice tu honor; Suipacha asiento
te adquirió entre los héroes, y en la idea  10
—19→
de todo americano
sois más que el griego y el célebre, romano.

   Ninfas del Río hermoso de la Plata,
con angélico acento
celebrad el denuedo, y ardimiento  15
del caudillo inmortal: corona grata
de oliva inmarcesible
tejed para la sien del invencible.

   Amadores del suelo americano
llenaos de alegría,  20
pues a tiranos mil en solo un día
Balcarce derribó con fuerte mano:
en Suipacha miradlo,
y, déspotas hundiendo, celebradlo.

   ¡Usurpadores del Perú! Rivales  25
del que tiene por cuna
el suelo, que os brindó con la fortuna,
el paso detened: los inmortales
que a Suipacha guarnecen,
si dejáis el intento, paz ofrecen.  30
-pág. 6-

   Esa legión de indianos generosos
los aceros no esgrime,
sino en sostén del que oprimido gime.
Quebrantad esos grillos vergonzosos
de los pueblos peruanos,  35
y seréis respetados como hermanos.
—20→

   Mas resuena la alarma: los tiranos
llegan con planta osada;
ya la auxiliar legión bien alineada,
superior a aguerridos veteranos,  40
a la suerte altanera
enardecida, inimitable espera.

   El caudillo con alma imperturbable
los soldados ordena,
sus corazones de entusiasmo llena  45
a la voz de la patria; brilla el sable,
y sus tropas avanzan,
y fuego, y balas, y metralla lanzan.

   ¡Qué valor, qué denuedo y energía
inspiró a sus soldados!  50
Como si en leones fueran transportados
obraban todos en tan fausto día;
todos a par peleaban,
y horrible estrago a par ejecutaban.

   Corre toda la línea, corre y clama:  55
¡Oh, muerte, a la victoria!,
¡viva la patria, y Junta provisora!
Todo arde a aquesta voz, todo se inflama;
-pág. 7-
y en el momento se halla
teñido en sangre el campo de batalla.  60

   Más rápido que el rayo, los cañones
empeñoso investiga;
habla a todos, anima, incita, hostiga;
y al tremendo avanzar de sus campeones
desmaya el enemigo,  65
y huye a los cerros demandando abrigo.
—21→

   Armas, caudales, cajas y banderas
todo a sus plantas queda,
no hay orgullo, ni audacia que no ceda
a su arrogante brío; las laderas,  70
los llanos y quebrados
de trofeos do quier se ven sembrados.

   ¡Incomparable capital!, ¡gloriosas
provincias, que su alianza
con denuedo jurasteis! ¿Qué alabanza  75
bastará a las virtudes generosas
de vuestros defensores,
al hollar la cerviz de los traidores?

   ¿Quién podrá bosquejar esa grande alma,
que a todos impedía,  80
cuando vuestra salud se defendía?
Ceda Esparta en Termópilas la palma,
cédala a los Indianos,
que hallaron en Suipacha a los tiranos.

   Y tú, bravo Balcarce, cuyo brazo  85
cual rayo fulminante
-pág. 8-
fue sostén de la patria vacilante,
perdona el débil numen, y lo escaso
del don que te presento,
pues no mi numen, gratitud ostento.  90

   Inúndete el más plácido consuelo,
pues destruiste las penas,
los cadalsos, los grillos, las cadenas,
que amenazaban a tu patrio suelo;
—22→
vive siempre felice,  95
que la América toda te bendice.

   Mira las tumbas de la Paz; escucha
el lamentar profundo
de los que hoy son honor del nuevo mundo,
de aquellos héroes, que en gloriosa lucha  100
por la patria murieron,
y de un déspota cruel víctimas fueron.

   Repara a Potosí, mira a la Plata
sus cadenas rompiendo,
y tu mano besando y bendiciendo;  105
todos, en fin, con la expresión más grata
al nombrarte se inflaman,
y su inmortal libertador te llaman.

   Salve, pues, oh, mi heroico compatriota.
Vive largas edades,  110
y disfruta el loor, que las ciudades
te dan al ver su servidumbre rota:
salve, mi jefe amado,
pues la América toda has libertado.

VICENTE LÓPEZ Y PLANES



  —23→     -pág. 9-  


ArribaAbajo- III -


Canción patriótica52



CORO

ArribaAbajo   Sudamericanos,
mirad ya lucir
de la dulce patria
la aurora feliz.

   La América toda  5
se conmueve al fin,
y a sus caros hijos
convoca a la lid,
a la lid tremenda
que va a destruir  10
—24→
a cuantos tiranos
ósanla oprimir53.

   De la gloria el genio54
ardor varonil
infunda en los pechos;  15
su fuerza sentid.
Si el déspota impío
atentare vil
vuestra libertad,
al punto acudid.  20

   España fue presa
del Galo sutil,
porque a los tiranos
rindió la cerviz.
Si allá la perfidia  25
perdió a pueblos mil,
libertad sagrada,
y unión reine aquí.
—25→

   La patria en cadenas
no vuelva a gemir,  30
en su auxilio todos
la espada ceñid.
-pág. 10-
El padre a sus hijos
pueda ya decir:
gozad de derechos  35
que no conocí.

   De la patria al ceno
volando venid,
que el sol os preside55
en su alto zenit.  40
Bellas argentinas,
de gracia gentil,
os tejen coronas
de rosa y jazmín56.

ESTEBAN DE LUCA



  —26→  


ArribaAbajo- IV -


Canción heroica57


En que se describe la situación de Montevideo, y la ruina que aguardaba a su tirano por el valor de las tropas de Buenos Aires58


ArribaAbajo   ¡Helo al déspota atroz, del ardor patrio,
que el heroísmo domeñó! ¡cuál fiero
conmina en vano ante sus puertas mismas
al Indo dulce, que ha excedido al griego!
¡Oh, cual hoy azoradas sus legiones,  5
espectadoras del marcial denuedo,
su asombro ocultan en el débil muro,
-pág. 11-
ni hay provocarlas, a la lid temiendo!
—27→
Bambolean sus murallas, al embate
del plomo matador, y el fatal eco,  10
que raudo gira la ciudad rebelde,
pavor infunde en sus cobardes siervos.
Sus escuadras sutiles, las intrigas
de Salazar, de Ponce y sus perversos,
estallan ora, y de la hueste el paso  15
fausto preside de la gloria el genio.
Prez inmortal, ilustres vencedores
de San José y Las Piedras: tanto esfuerzo
a vuestro nombre reservó el destino,
gozaos en la obra, y este loor sea eterno.  20

   Los campos del Oriente, dominados
del tirano opresor, el monumento
serán de la constancia, del arrojo
del argentino heroico, y de su fuego.
Ellos derramarán por todas partes  25
la abundancia y la vida, dando el feudo
al auxiliar, que ya a su carro ha uncido
la guerra, la fortuna, el mundo, el tiempo.
—28→
Salud una y mil veces, campeones,
y la patria del solio descendiendo,  30
y el néctar suave de su boca os dando,
plegue que os diga: «Libertad: los pueblos
confiesan hoy la independencia indiana;
vivid felices, que mi honor es vuestro».
-pág. 12-
En tanto que el patricio, del futuro  35
se abre a la emoción dulce, y goza el precio,
el último tirano que nos resta,
la copa apura, que entronó el ibero;
acá, grita atrevido gobernante;
allá, entre sus satélites protervos,  40
perpetuar trata su poder precario,
y aquí, fascina estrepitoso al pueblo.
Vedlo ya en los horrores de una guerra,
su rostro hundido, doblegado el cuello,
ora gemir famélico a sus solas,  45
ora fingir victorias, y refuerzos.
El corre... ¿Mas qué veo? Héroes invictos,
que esgrimís bravos el cortante acero,
a la lid furibunda. Marte os guía,
y brío os infunde bonanzoso el cielo.  50
—29→
A la lid otra vez; ya sus espíritus
reviven a la paz, y al monstruo horrendo
entre sus brazos para ahogarlo corren,
y ya su sangre ha inficionado el suelo.
Exánime, expirante, de su crimen  55
dado a la imagen pavoroso, vedlo
girar en torno su nublosa vista,
y prorrumpir por fin: «Montevideo,
yo fui tirano de los hombres libres,
tu opresión ya cesó: vencieron ellos».  60

JUAN RAMÓN ROJAS



  —30→     -pág. 13-  


ArribaAbajo- V -


Oda a la excelentísima Junta Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata el cuartel número IX59


ODA

ArribaAbajo   Júpiter dijo a Venus: «La bella Ilia,
vestal de regia sangre, los halagos
de Marte consintiendo, dos mellizos
a luz dará. Ya Rómulo adornado
con la bermeja piel de aquella loba  5
que alimento le dio, tomará el mando;
y establecida la ciudad de Marte
formará de su nombre el de Romanos.
Soberanía inmensa les concedo,
sin prescribirles límite, ni plazo.  10
Y aun la implacable Juno que hoy excita
—31→
en cielo, en mar, y en tierra sobresaltos,
con más prudente acuerdo, ha de ayudarme
a promover las dichas del togado
pueblo de Roma, del señor del orbe.  15
Esta es mi voluntad60. Por largos años
imperará feliz. Solo reservo
para manifestar el sumo grado
de mi poder, hacer más poderosos
-pág. 14-
a los pueblos del suelo americano.  20
Estos países hasta hoy desconocidos,
de la soberbia Europa al fin hallados,
provocarán de España la codicia.
Ella armará bajeles y soldados,
y atravesando por buscar riquezas  25
la extensión formidable del oceano,
arribará del Paraná a las costas,
allí a plomo, y cuchillo derramando
la sangre de sencillos moradores,
arrancará de sus inermes manos  30
el natural dominio, y extendiendo
el suyo con las armas, a su mando
sujetará dichosa dos imperios,
que el nuevo mundo llamará, no en vano.
Dará leyes en él, hará ciudades,  35
y cerca de tres siglos dominando,
gozará de riquezas cuantas puede
solicitar el genio más avaro.
Pero entonces Europa conmovida
abortará en la Córcega un tirano,  40
que excediendo ambicioso a los guerreros
—32→
que le habrán precedido, en luto y llanto
volverá su fortuna, victorioso
casi todos sus reinos conquistando,
y haciendo de los reyes más temidos  45
siervos humildes, míseros esclavos.
Rendida España por la enorme fuerza
del déspota opresor, al duro carro
de sus sangrientos triunfos será uncida
-pág. 15-
con sus reyes legítimos; mas cuando  50
desde los altos Alpes ya sus miras
en la América ponga, el pueblo sabio,
mi predilecto pueblo (a quien los hombres
llamarán Buenos Aires) de las manos
de los ministros que venderla intenten,  55
arrancará debidamente el mando.
Pondralo a cargo de patriotas fieles;
y estos dignos varones esforzados,
modelos de valor y de prudencia,
levantarán el edificio sacro  60
de la perpetua libertad augusta
que a la América toda yo preparo.
En vano los satélites impíos
del despotismo del gobierno hispano
promoverán la división a intento  65
de que sus propios hijos destinados
a la felicidad e independencia,
de España sigan el destino infausto;
pues no habrá dado el luminoso Febo
por la celesta esfera un giro anuo,  70
cuando ya los ejércitos valientes
de mi elegido pueblo, colocados
sobre los altos Andes harán verse,
y a un mismo tiempo en los feraces campos
—33→
de la banda oriental de su distrito,  75
invencibles rindiendo a sus contrarios,
imponiendo terror a los rebeldes,
y en libertad poniendo a sus hermanos.
Removidas serán por mí las causas,
-pág. 16-
que opongan a mis fines los humanos;  80
y, tranquilo ya todo el continente,
elegirá gobiernos justos, sabios.
No habrá en ellas jamás la tiranía,
que Europa tantas veces ha llorado,
ni déspotas crueles que atropellen  85
los derechos del hombre más sagrados.
Buenos Aires, unido a sus provincias,
el primero será que combinando
un sistema benéfico y virtuoso,
su gobierno establezca. Los aplausos  90
en breve llevará del orbe entero.
Las ciencias y las artes desertando
de la afligida Europa, harán asiente
entre aquellos dichosos ciudadanos.
Verase entonces al comercio activo  95
sus puertos y bahías frecuentando,
la agricultura haciendo que dependan
de sus frutos los reinos más lejanos,
y la abundancia pródiga sus bienes
en aquel hemisferio derramando,  100
hará que de la América los hijos
se propaguen sin número. Los lauros
de Marte todos, ceñirán sus sienes;
y en grandezas, poder, ciencias y fausto,
excederán los tiempos más felices  105
de atenienses, de griegos y romanos.
Harán piadosos memorable el día
—34→
en que la dulce libertad hallando,
a sus pies caigan rotas las cadenas,
-pág. 17-
que atrás ligaban sus robustos brazos.  110
Y los nombres excelsos y gloriosos,
de los varones próvidos y sabios,
que habrán de dirigir el templo augusto
de la felicidad del suelo patrio,
esculpidos en mármoles y bronces,  115
admirables serán, y respetados
de las posteridades más remotas.
La historia y la poesía, en prosa y cantos,
perpetuarán sublimes su memoria.
Sus nietos con magnífico aparato  120
honrarán sus cenizas, ofreciendo
de gratitud sobre sus huesos, llanto.
Y ya concluidos sus heroicos hechos
recibirán el premio de mi mano.
Estos son los arcanos del destino».  125
Dijo así el sumo Jove; y Venus dando
humildemente un ósculo a su diestra,
en señal de respeto a sus mandatos,
gozosa descendió del alto empíreo,
y fuese a presenciar los holocaustos,  130
que en mil aras ofrecen cada día
al ciego dios, los débiles humanos.

Año de 1811

JUAN RAMÓN ROJAS



  —35→     -pág. 18-  


ArribaAbajo- VI -


Una joven argentina aficionada a las musas61


consagra al virrey don Francisco Xavier Elío las siguientes


DÉCIMAS


ArribaAbajo   Un virrey sin nombramiento,
sin autoridad elegido,
que tiene el juicio perdido
es mi único argumento.
De Bardaxi el instrumento62  5
—36→
falsa conclusión preveo;
solo en Montevideo
que hay tantos locos tenaces,
sarracenos pertinaces
lo negarán, ya lo veo.  10

   Pero que por eso sea
menos cierta mi aserción;
que no es una irrisión
Elío virrey se crea;
y que cese la tarea  15
de su orgullo y devaneo,
despreciado su deseo
(persuadido de Acevedo)63
con generoso denuedo;
no lo creo, no lo creo.  20

   Que la Junta lo repela
-pág. 19-
con interés y justicia;
que intercepte la malicia
como sabia centinela;
que cuidadosa y en vela  25
no la adormece Morfeo;
ni de casa el Galileo
saldrá en la última hora
si quiere ser vencedora;
ya lo veo, ya lo veo.  30
—37→

   Pero que Elío no venga,
girándose alegre cuenta,
solo que se ponga en venta
con su despacho, es arenga.
Como mejor le convenga  35
piensa conseguir trofeo,
levantando un mausoleo
a la sarracena fama;
Que aquí tengamos en calma;
no lo creo, no lo creo.  40

Año 11



  —38→  


ArribaAbajo- VII -


Marcha patriótica64


ArribaAbajo   Que viva la patria
libre de cadenas,
y vivan sus hijos
para defenderla.

   La América tiene  5
ya echada su cuenta,
-pág. 20-
sobre si a la España
debe estar sujeta.

   Ésta lo pretende,
aquélla lo niega,  10
porque dice que es
tan libre como ella.

   Si somos hermanos
como se confiesa,
—39→
vivamos unidos,  15
mas sin dependencia.

   A nada conduce
la obediencia ciega
que pretende España
se le dé por fuerza.  20

   Es una injusticia
semejante a aquélla
de que España hasta ahora
tanto se lamenta.

   Si el Corso es injusto,  25
no lo es menos ella;
pues ambos usurpan
posesión ajena.

   Por una ceguera
o terquedad necia,  30
pierde los auxilios
que tanto desea.

   Porque empleados todos
-pág. 21-
en hacer la guerra,
lo que se ahorraría  35
se vuelve contra ella.

   No porque entre hermanos
uno mayor sea,
—40→
tiene más derecho
a toda la herencia.  40

   ¿Por qué pues España
pretende grosera
que el americano
su parte le ceda?

   Él quiere guardarla  45
para aquél que sea
su dueño, y si no
quedarse con ella.

   Pues para esto siempre
juró la obediencia  50
al rey, no a la España
como ella se piensa.

Año 1811



  —41→  


ArribaAbajo- VIII -


Oda a la apertura de la Sociedad Patriótica65

ArribaAbajo¿Será que vuelva a respirar el hombre66
      o, fluctuando afanoso,
-pág. 22-
debe correr tras un fantasma vano,
hoy, que se ha abierto a la impulsión glorioso?
¡Despotismo implacable!, tú, que el nombre  5
del candor usurpaste al ciudadano,
      labra aun la tiranía
con que a tu carro le aherrojaste un día.
Su venda arranca, la ignorancia ciega
      que el fiero error le ha atado;  10
la rasga, se disipa el caos eterno,
y al ver, fallece nuestro honor fijado;
mina no obstante la opinión; se allega
—42→
al mortal libre; se estrelló al gobierno;
      y el monstruo pavorido,  15
llora el imperio de opresión perdido.
Mas ¡ay! le acorre la nocturna intriga,
      la intriga que ominosa
aun tocara el bienhadado pecho.
¡Cuál halaga impudente!, ¡cuál facciosa  20
al magistrado prostituido liga67,
que hace traición, a quien le dio el derecho!
      Al fin triunfa malvada,
el pudor santo y la razón hollada.
Pero echemos un velo a la cadena  25
      de crímenes, tejida
en el de 5 abril; y su memoria
sea, y su autor, en el abismo hundida.
Sagrado sea este día: pueda a la escena
del ostracismo, enmudecer la historia,  30
      y el Club, hoy renovado,
sea de patriotas sociedad llamado.
-pág. 23-
Asamblea literaria, monumento
—43→
      del genio independiente,
que abre del tiempo la fugaz carrera,  35
y de su ser el alto precio siente:
bajo tu auspicio, el raudo pensamiento
posará fijo, en su sublime esfera,
      a su despliegue ufano
subiendo el libre, que hundirá al tirano.  40
Aquí la mente, absorta en la grandeza
      del provenir, reposa,
y en sus arcanos al Creador sorprende;
allá, las leyes complicadas glosa
de la ardua ciencia en que a iniciarse empieza;  45
penetra el santuario, el paso tiende
      por el templo de Palas,
y a la dea bate sus lumbrosas alas.
¡Oh, expresión del placer que así dilata
      al ínclito argentino,  50
y desde el Bóreas lo llevó a la Aurora!
Ya, abandonados al feliz destino,
forman nación los pueblos de la Plata.
Indos vivid... y tu obra ilustradora,
      ¡ay! electriza el bando  55
que está en su daño, tu poder minando.
Execración al pérfido egoísta,
      que ve, espectador frío,
la causa augusta, emanación del cielo:
no hay profanar, liberticida impío,  60
el país que así degrada; y el que exista,
o el plan sostenga, o abandone el suelo.
-pág. 24-
      Y el vil, el enervado,
vaya entre esclavos, muera encadenado,
y tú, del sabio inspiración fecunda,  65
      academia sublime
—44→
de la virtud, de América esperanza,
muy más que un sello, la igualdad imprime;
derrama ese torrente. El libre funda
su prez en ti, no burles su confianza.  70
      Salve fausto instituto,
gózate, madre patria: éste es tu fruto.

JUAN RAMÓN ROJAS



  —45→  


ArribaAbajo- IX -


Loa al Superior Gobierno de las Provincias Unidas del Gran Río de la Plata68


Excelentísimo señor:


ArribaAbajo   Los aciertos mayores
ya son de vuestra mano espectadores
Minerva realiza
lo que la independencia le precisa;
restaura Marte con su heroica espada  5
estos dominios de la patria amada.

   Las últimas noticias
al corazón inundan de delicias:
Goyeneche, el tirano,
desesperado de su intento vano,  10
vencido ya se mira, y destrozado.
¡Oh, libertad! ¡vos sola habeis triunfado!
—46→
-pág. 25-

   Del Perú las victorias
sostiene que no sean transitorias
el pueblo generoso,  15
Buenos Aires, que en fuerzas poderoso,
revindicando el pais de las riquezas
lo coronan de honor tantas proezas.

   Ea, tropas valientes,
acabad de destruir tan viles gentes,  20
porque nuevos tiranos
no vuelvan a atacar a los peruanos.
Legión que del sistema sois garante,
mantén la libertad siempre triunfante.

   Canción, justo desvelo,  25
himnos eleve hasta el dorado cielo,
que las provincias al gobierno unidas
nunca serán del opresor vencidas.

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ



  —47→  


ArribaAbajo- X -


Canción patriótica en celebración del veinticinco de mayo de 181269


ArribaAbajo   A las armas corramos, ciudadanos.
-pág. 26-
Escúchese el bronce y óigase el tambor,
convocado a la lid generosa
a nuestros hermanos en alegre unión.

    Volvió otra vez el venturoso día,  5
en que libre la patria del tirano,
nos produjo brillante la alegría.

   Hoy a la sombra de un gobierno humano
renacerá la unión en nuestro suelo,
y el despotismo abatirá su vuelo.  10


CORO

—48→
   Émulos de atenienses y espartanos
nuestro nombre elevemos hasta el cielo,
imitando el valor de los romanos.

   Defendamos la causa con desvelo,
sin duda lograremos la victoria,  15
siendo de Europa horror, del Perú gloria.


CORO

   De pasadas hazañas no olvidados,
al luso resistamos atrevidos,
vuelva el fiero a su hogar escarmentado.


CORO

   Todos para la empresa reunidos  20
las órdenes sigamos del gobierno,
y el argentino nombre será eterno.


CORO

   Tomad pues el fusil, ceñid la espada,
argentinos leales y valientes,
quede la libertad asegurada.  25

   Sed unidos, benignos y obedientes,
acudid de la patria a la defensa,
y mueran los que fueren en su ofensa.


CORO

   Que aun entre las cenizas del sistema,
Fénix, la libertad se reproduzca,  30
muera el tirano, y su ruina tema.
—49→

   Y al templo de la gloria nos conduzca
el sabio tribunal del Triunvirato
del honor y justicia fiel retrato.

CORO

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ



  —50→     -pág. 27-  


ArribaAbajo- XI -


Loa al excelentísimo Cabildo70

ArribaAbajo   Al que es de las virtudes ornamento,
y padre de este pueblo tan glorioso,
es muy débil señores mi instrumento
para encomiar su celo laborioso:
templa la lira, y desde el firmamento  5
veloz desciende Apolo luminoso
por elogiar en el divino coro
a este sabio Cabildo con decoro.

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ



  —51→  


ArribaAbajo- XII -


Loa a los jefes de las tropas71

ArribaAbajo   El valor por sí solo no corona,
sin ser de honor y religión dotados,
a los hijos de Marte y de Belona
en disciplina y sumisión probados:
mirad la desunión cómo pregona,  5
destruyó en el Perú nuestros soldados;
la patria espera quede vindicada
por el noble furor de vuestra espada.

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ



  —52→  


ArribaAbajo- XIII -


Canto al cumpleaños de nuestro patriótico gobierno72

ArribaAbajo   Señor, la dulce memoria
de aquel memorable día
-pág. 28-
que fijó nuestra alegría,
reproduce vuestra gloria:
él es una ejecutoria  5
del fiel y constante anhelo
con que labra vuestro celo
nuestra común libertad.
Señor, la dicha fijad
de este venturoso suelo.  10

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ



  —53→  


ArribaAbajo- XIV -


Canto a los europeos españoles73

ArribaAbajo   ¿No parece desatino
que la unión del europeo,
se mire como un trofeo
del implacable destino?
Me decido y la combino  5
que el tiempo con lentitud
la rendirá a la virtud
de los nuevos espartanos,
que son los americanos
libres de la esclavitud.  10

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ



  —54→  


ArribaAbajo- XV -


Viva al gobierno74

ArribaAbajo   A una voz rendimos reverentes
a la Junta Suprema que gobierna
nuestros votos de amor, pobres presentes
de nuestra gratitud, que será eterna:
-pág. 29-
¡pueblo feliz, afortunadas gentes,  5
de una dominación tan dulce y tierna!
Viva el gobierno, viva su memoria
para hacer nuestro honor y nuestra gloria.

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ



  —55→  


ArribaAbajo- XVI -


Loa dedicada por el pueblo a los reverendos padres de la orden militar de Nuestra Señora de la Merced la noche del 26 de mayo75


ArribaAbajo   Si buscas al patriotismo
el más fino y acendrado,
aquí está todo esmaltado
en un insondable abismo.
El estado en parasismo  5
por los males más furiosos,
unos héroes religiosos
a su alivio se dedican;
y la libertad predican
de la patria victoriosos.  10

   Yo diré quienes son, pues me complazco,
los inmortales hijos de Nolasco,
esos que de cautivos redentores,
hoy son nuestros ilustres defensores.

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ



  —56→     -pág. 30-  

ArribaAbajoSonetos76




ArribaAbajo- XVII -


1.º


ArribaAbajo   En llanto amargo América gemía
bajo opresores grillos agobiada
sujeta ¡oh, Dios! a venerar postrada
los tiránicos golpes que sufría.

Su dolor al Olimpo enternecía,  5
mas el ibero con injusta espada
la libertad le niega suspirada
por sostener su orgullo y tiranía.

   ¡Oh, duro estado! Mas llegó el momento
y día veinte y cinco reservado,  10
en que cayó de un golpe aquel cimiento

   que al despotismo tubo entronizado,
y en que la libertad subió a su asiento,
y a un trono por tres siglos usurpado.

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ

  —57→  


ArribaAbajo- XVIII -77


2.º


ArribaAbajo   Veinte y cinco, feliz hoy tu victoria
derrocó la soberbia de un tirano,
y levantó con triunfo soberano
a nuestra patria al colmo de su gloria.

La época empezaste de una historia,  5
en que pudo el humilde americano
desatar la cadena de su mano,
llenando de grandeza su memoria.

   ¡Oh, día grande, heroico, y memorable!
-pág. 31-
¡Oh, día de virtud! ¡Qué regocijo  10
al oír tan solo tu renombre amable

de la América siente el ínclito hijo!
Tú mereces loores, cuanto es dable,
pues que el dios de la patria te bendijo78.

FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ