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Sobre la historicidad de la leyenda ya decía el padre Enrique Flórez: «Muy controvertido anda todo lo que pertenece a San Severo: pues no solo discrepan los Autores sobre el tiempo, si fue el de los Gentiles, si de los Godos; si padeció por pública o particular persecución, si fue uno, si hubo dos, etc. sino que en nuestros días ha salido a luz la novedad de que no hubo en Barcelona Obispo San Severo, pues el celebrado aquí solo fue Obispo en Ravena, mal creído de Barcelona. Contra esta novedad escribió el P. Mateo Aymerich, Jesuita, y después más nerviosamente el R. P. Doctor Don Jacobo Caresmár, del sagrado Orden Premostratense, en un docto libro sobre este asunto: y aunque se hallan especies de que algunos confundieron al Santo de Barcelona con el de Ravena, atribuyendo al de acá sucesos del de Italia, no prueba eso que no hubo en Barcelona Obispo San Severo: porque muchas veces vemos atribuir a un Santo las cosas de otro por más conocidas, sin que de allí se infiera que no hubo más que uno: v. g. a San Fulgencio Español le atribuyeron algunos lo que solo convino al Africano: y no por eso debe excluirse el de España, porque hay varias pruebas de la diferencia entre los dos. Así aunque a San Severo de Barcelona le aplicasen algunos el que fue Tejedor, casado, y la aparición de la Paloma sobre la cabeza (sucesos del de Ravena) no excluye esto, que hubo acá un Obispo del mismo nombre, pero diverso en realidad, o bien porque se muestre no ser propias del de Barcelona las cosas tomadas del Ravenate; o por convencer con otros medios la diferencia: y esto es lo más breve y más seguro: y se declara por el medio de que siempre ha venerado Barcelona a su San Severo como Mártir: y nadie aplica el martirio al Tejedor, y casado de Ravena. Son pues diversos en realidad, aunque algunos les acomoden unos mismos sucesos», en España sagrada. Tomo 29: contiene el estado antiguo de la Santa Iglesia de Barcelona, Madrid, Antonio Sancha, 1775, p. 52.

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