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ArribaActo III

 

[Calle con vista exterior de la casa de LUCINDA.]

 

[Escena I]

 

El CONDE y FERNANDO en hábito de noche.

 
FERNANDO
   No hay desdén que no se rinda
con servir y porfiar.
CONDE
Cansado estoy de ayudar
desaliños de Lucinda
FERNANDO
    Si Belisa ha conocido 5
con el ingenio mayor
del mundo, que ha sido amor
el de Lucinda fingido,
    no es prudencia darle celos
con ella; mejor sería 10
conquistar su valentía
con proseguir tus desvelos.
   Lucinda toma venganza
de don Juan con sus mentiras;
si la ayudas, ¿qué te admiras 15
de vivir sin esperanza?
CONDE
   Tienes razón, ya no quiero
celos, servirla es mejor
con amor y más amor,
con dinero y más dinero. 20
   Dar celos suele importar,
esto después de quererme,
para despertar quien duerme,
pero no para obligar.
   No hay armas para vencer 25
una mujer desdeñosa
como otra mujer, ni hay cosa
que tenga tanto poder
   como aquella información
de una amiga con su amiga; 30
esto las rinde y obliga.
Como de un género son,
   saben, para herir, tentar
la flaqueza de la espada.
¿No has visto a Eva pintada, 35
y que la viene a engañar
   con el rostro de mujer,
que la culebra tomó?
Pues este ejemplar les dio
para engañar y vencer40
   a mujeres con mujeres.
FERNANDO
Celia con Belisa vive;
estos días apercibe,
si obligar a Celia quieres,
    aquel gran conquistador 45
de voluntades, que llaman
oro, y verás si te aman.
CONDE
Ya sabe Celia mi amor,
    y me ha prometido hacer
cuanto pudiera por mí.50
FERNANDO
Dos hombres vienen aquí.
CONDE
Galanes deben de ser
    de Lucinda, que le rondan
la puerta, tarde han llegado,
pues dos veces he llamado, 55
y no hay orden que respondan.


[Escena II]

 

Salen BELISA y FINEA de hombre con sombreros de plumas, y ferreruelos con oro y dos pistolas.-[Dichos.]

 
FINEA
   Pienso que has perdido el seso,
y no debo de engañarme.
BELISA
Todo lo que no es matarme
no lo tengas por exceso; 60
    y ansí con tanta violencia
amor mi cuerpo desalma,
que no hay potencia en el alma,
que viva su misma esencia.
FINEA
   ¿Tú a la puerta de Lucinda 65
con estos necios disfraces?
Considera lo que haces,
por más que el amor te rinda,
       que si nos hallan ansí,
nos habemos de perder. 70
BELISA
En viendo que soy mujer,
¿qué podrán pensar de mí?
    Porque si agora me dan
mil muertes o mil enojos,
tengo de ver con los ojos 75
lo que me niega don Juan;
    y es justo que ver intenten
lo que temen y desean,
porque como ellos lo vean,
no dirá el alma que mienten.80
FINEA
    Cuantas has hecho hasta aquí,
bien pueden ser bizarrías;
éstas no, porque porfías
contra tu honor.
BELISA
¡Ay de mí!
FERNANDO

 (Aparte a su amo.) 

   Paréceme que has tomado, 85
señor, el medio mejor.
CONDE
Celia, dinero y amor
remediarán mi cuidado.
FERNANDO
    Da lugar a estos galanes,
que no llegan a la puerta 90
por nosotros.
CONDE
Verla abierta
merecen los ademanes
    con que miran de Lucinda
las rejas.
FERNANDO
Vidas perdonan,
valientes son, que pregonan 95
lo que se precia de linda.
 

(Vanse los dos.)

 


[Escena III]

 

[BELISA, FINEA.]

 
FINEA
    Si con ella está don Juan,
y te escribió aquel papel
de que se casa con él,
o por ventura lo están, 100
    ¿habemos de estar aquí
hasta que nos halle el alba?
BELISA
Ese papel fue la salva
del veneno que bebí,
    que no hay veneno más fuerte,105
que las letras de un papel,
pues tantas veces en él
bebe la vida la muerte.
    Díceme que se desposa
mañana, y que no hay lugar 110
para poderla acabar
una gala, por costosa,
    de soberbia guarnición,
que yo le preste un vestido:
bachillería que ha sido 115
mi locura y perdición.
    ¿Hay tal modo de pudrir?
¡Que con mis galas se quiera
casar!
FINEA
Gente viene, espera.
BELISA
¿Qué, sino sólo morir? 120


[Escena IV]

 

Salen DON JUAN y TELLO. [Sin ver a BELISA y FINEA.]

 
TELLO
   Yerras, por Dios, en intentar hablalla.
DON JUAN
Pues, Tello, ¿qué he de hacer, cuando imagino
que ha hecho algún celoso desatino,
aunque Belisa calla,
por donde la he perdido, y me ha tratado 125
con rigor tan cruel, que me ha cerrado
las puertas y ventanas de tal suerte,
que piensa retirada, y hecha fuerte,
que puede entrar mi amor a ver su olvido,
en átomo del aire convertido?130
TELLO
Como la sirve el Conde, ser podría
que se enojase, y nunca el que es prudente
hizo pesar al hombre poderoso
por no dar en sus manos algún día;
que el desigual lo que es posible intente135
tengo por aforismo provechoso.
DON JUAN
¡Oh qué necio Catón!, ¡oh qué grosero
Séneca! Yo no quiero
quitar su gusto al Conde,
sino hablar a Lucinda
TELLO
Si responde
140
como mujer celosa y agraviada,
vendrá a parar en «fuese y no hubo nada».
BELISA

  (Aparte a FINEA.) 

Finea, ¿no conoces
estos galanes?
FINEA
Quedo, no des voces.
BELISA
¡No me engañaba yo! ¡Pierdo el sentido! 145
 

([DON JUAN] llama en casa de LUCINDA.)

 
FINEA
Parece que no llama de marido,
que si marido fuera,
la puerta con la aldaba deshiciera.
BELISA
No habrá tomado posesión, agora
llamará de galán.
FINEA
Mira, señora,
150
que no es bien que te vea.
BELISA
Yo callaré, mas no podré, Finea.


[Escena V]

 

Salen OCTAVIO y JULIO con otros dos hombres.

 
OCTAVIO

  [Bajo a JULIO.] 

Julio, hasta agora me duró la herida;
curéla en fin, mas no curé el agravio.
JULIO
Esperando ocasión se venga el sabio. 155
OCTAVIO
Éste es don Juan, llamando está a la puerta
de Lucinda ¡Pues no ha de verla abierta!
Yo no vengo a reñir, a matar vengo.
TELLO

  [Aparte a DON JUAN.] 

El Conde es éste. Gran sospecha tengo
que te viene a matar con sus criados. 160
DON JUAN
Tello, no hay más: morir como soldados.
TELLO
Cuatro son, dos me caben. No hayas miedo
que me divida de tu lado un dedo.
DON JUAN
Pues, Tello, aquí veré si eres valiente.
BELISA

  [Aparte a FINEA.] 

A matar a don Juan viene esta gente.165
A su lado me pongo.
FINEA
Y yo te sigo.
BELISA
Finea, defender al enemigo
fue siempre gran fineza y bizarría.
OCTAVIO
¡Ah, caballeros! Esa puerta es mía.
DON JUAN
Pues pase, si pudiere.
 

[Desenvainan las espadas DON JUAN y TELLO; BELISA y FINEA apuntan sus armas de fuego a OCTAVIO y compañeros.]

 
JULIO
¡Octavio, tente!
170
Cuatro, y los dos con escopetas.
OCTAVIO
Creo,
que burlan mis desdichas mi deseo.
JULIO
Vuélvete y no acometas.
OCTAVIO
¿En Madrid escopetas?
¡Caso, por Dios, terrible! 175
JULIO
A quien quiere matar todo es posible.
 

(Vanse JULIO y OCTAVIO.)

 


[Escena VI]

 

[BELISA, FINEA, DON JUAN, TELLO.]

 
TELLO
Todos se han ido con temor del plomo.
DON JUAN
La vida debo a aquestos caballeros.
TELLO
Huyeron los villanos escuderos;
de que el Conde no fue, sospechas tomo. 180
DON JUAN
Señores, si es posible conoceros,
sepa a quién debo defender mi vida
de tantos enemigos perseguida.
 

(Vanse las dos.)

 
TELLO
Volvieron las espaldas sin hablarte,
ni quitar los embozos.


[Escena VII]

 

[DON JUAN, TELLO.]

 
DON JUAN
¿Por qué parte
185
llegaron estos hombres? ¿Si han bajado
del cielo en mi favor?
TELLO
Mas del tejado,
porque si ángeles fueran,
sin escopetas pienso que vinieran,
que no las hay allá.
DON JUAN
Necia porfía,
190
truenos y rayos son artillería.
TELLO
Verdad, por Dios, y que mostrarse quiso
el ángel, que guardaba el Paraíso
con espada de fuego.
DON JUAN
¡Qué necio estuve y ciego! 195
¡Tal me tiene Belisa!
TELLO
Fueron con tanta prisa,
que con razón te han dado
ocasión al milagro imaginado,
que si en forma de espíritus bajaran, 200
las alas de penachos coronaran,
pero no los sombreros.
DON JUAN
Ángeles son tan nobles caballeros.
Esta puerta me avisa
del peligro que tengo; 205
mejor es ir a ver las de Belisa,
así la noche paso y entretengo.
TELLO
Bien fuera, si te abriera.
DON JUAN
Ella me las abriera, si me oyera.
TELLO
Una tapia muy baja el jardín tiene,210
que no es para subir dificultosa.
DON JUAN
¿Podré yo entrar por ella?
TELLO
Ser podría.
DON JUAN
Pues vamos antes que lo estorbe el día,
que se traslada de zafir en rosa.
TELLO
Mejor fuera salir de tanto empeño 215
con trasladarle de la cena al sueño.
 

(Vanse.)

 


[Escena VIII]

 

[Sala en casa de BELISA.]

 
 

(Salen BELISA, CELIA, FINEA.)

 
BELISA
¿Guardaste las escopetas?
CELIA
Ya, Belisa, están guardadas.
BELISA
¡Sin alma vengo!
CELIA
No es mucho,
pues también fuiste sin alma, 220
y me has tenido sin ella;
porque de locura tanta
¿qué pudiera prometerme
que no fuera tu desgracia?
¿Estaba don Juan, por dicha, 225
a la puerta desa dama?
Aunque dentro es lo más cierto,
pues que mañana se casan.
BELISA
Apenas, Celia, a la puerta
de la dicha dama estaba 230
(que dicha le viene bien,
pues que ninguna le falta)
cuando-a su casa venía
cercado de gente y armas
cierto agraviado enemigo: 235
si yo no llego, le matan;
temieron las escopetas,
y volviendo las espaldas,
desistieron de la empresa.
CELIA
Heroica y dichosa hazaña, 240
que fue, mirándolo bien,
una locura bizarra.
BELISA
Reñísteme con lisonja
de lo que fui temeraria.
CELIA
Acuéstate, que se ríe 245
de tus cosas la mañana,
cuyos celajes azules
embisten rayos de plata.
BELISA
No es tan tarde como piensa
tu sueño.
CELIA
Estoy desvelada.
250
BELISA
Harto más lo vengo yo
de tanta celosa rabia;
responder quiero a Lucinda
la que mañana se casa,
la discreta, la dichosa,255
la linda, la bien tocada,
que me ha pedido un vestido
mientras sus galas le acaban,
para que de sus vitorias
sean despojos mis galas; 260
que tal linaje de burla
sólo pienso que se usara
conmigo, de quien amor,
con razón, toma venganza.
CELIA
¿Pues no hay mañana lugar? 265
BELISA
¿No has visto que cuando tratan
dos hacer un desafío,
el agraviado no aguarda
que salga primero el otro?
Déjame tomar la espada, 270
y matar esta mujer...
CELIA
Finea, avisa que tañan.
BELISA
¡Conmigo doña Lucrecia,
por necia, que no por casta!
FINEA
¿Escribir quieres agora? 275
BELISA
Pon, Finea, en esa cuadra
una bujía y papel,
tinta y pluma.
FINEA
Pienso que anda
por esos aires tu seso.
BELISA
¡Corre esta cortina! ¡Acaba! 280


[Escena IX]

 

Corriendo una cortina se descubre un aposento bien entapizado, un bufetillo de plata, y otro con escritorios, una bujía y el CONDE a un lado.-[Dichos.]

 
BELISA
¡Jesús! ¿Qué hay aquí?
FINEA
¡Ay, señora,
un hombre!
CONDE
Quedo, no hagas,
Belisa, extremos. Yo soy.
BELISA
¿Vueseñoría en mi casa
a tales horas? ¡Ay, Celia! 285
¡Buen cuidado, gentil guarda!
¿Tú pones en mi aposento
al Conde, y junto a mi cama?
¿Dónde se vio tal traición?
CELIA
Si yo salgo a ver quién llama,290
y en abriendo se entra dentro,
y poderoso amenaza
mi vida, ¿qué puedo hacer?
BELISA
Decírmelo cuando entrara,
y volviérame a salir 295
donde esta noche pasara
en casa de alguna amiga.
CONDE
No estéis, señora, turbada,
que si amor me puso aquí,
en viendo vuestra desgracia, 300
él me mostrará también
la puerta por donde salga.
De noche entré, sin pensar
que tanto el sol se tardara
de amanecer a mis ojos; 305
detuviéronme mis ansias
hablando con Celia en vos,
y como las horas pasan
tan apriesa por el gusto,
sin que las sienta quien ama, 310
cuando ya me quise ir,
llamastes vos, y esperaba
a salir sin que me viesen.
BELISA
A tan corteses palabras
rindo todos mis enojos. 315


[Escena X]

 

Salen DON JUAN y TELLO [asomándose por una puerta.-Dichos.]

 
DON JUAN
Entra quedito, que hablan
en la cuadra de Belisa
TELLO
Por Dios, que no era muy baja
la tapia del dicho huerto.
DON JUAN
Difícil era la tapia, 320
si amor no me diera el pie,
o me subiera en sus alas.
TELLO
Como no me ayudó a mí,
por Dios que traigo quebrada
la ausencia de la barriga. 325
DON JUAN
Hombre habla, ¡cosa extraña!
TELLO
¿Hombre aquí, y a tales horas?
DON JUAN
Tello, ¿quién lo imaginara?
TELLO
¡Ah, señor! Cuántas de aquéstas,
que se nos hacen gazapas 330
con los ojitos de miz,
tienen el zape en el alma;
las más ricas del honor
quiebran tal vez, y se pasan
como mal papel, que deja 335
en cada letra una mancha.
DON JUAN
Loco estoy: escucha atento,
pues este cancel nos tapa.
TELLO
Nadie se fíe en cancel,
si hablare mal en la sala. 340
BELISA

 (Al CONDE.) 

Yo creo a Vueseñoría,
mas pues Lucinda le agrada,
¿para qué me busca a mí?
CONDE
Para escucharos, ingrata.
BELISA
¿Después de tantos paseos, 345
Prado y Fuente Castellana,
viene a darme este disgusto?
Mas debe de ser la causa,
que le ha dejado por otro
su condición, o se engaña.350
TELLO

 [Aparte a su amo.] 

¡Por la tribuna de Dios,
que es el Conde, y que se abrasa
Belisa de celos!
DON JUAN
¡Cielos!
No me dejaba sin causa
Belisa El Conde la goza.355
Hoy hizo fin mi esperanza.
TELLO
Vámonos de aquí, señor,
que si esto adelante pasa,
te han de sentir, y vendréis
los dos a sacar la espada. 360
DON JUAN
¿Hay más que matarle?
TELLO
¿Cómo?
¿Matar? ¡Eso que no es nada!
Y después a caballito
huyendo por las Italias,
o por dicha, tú en teatro 365
lutífero, yo en la hamaca,
que llaman finibus terrae,
cantando con media cara
al sol, el remifasol
con dos pasos de garganta. 370
CONDE
   Belisa, yo no he querido
a Lucinda, porque fue
su enredo contra mi fe,
sus celos contra mi olvido;
y porque veáis que he sido 375
tan galán como señor,
desde aquí dejo el amor,
sin admitirle jamás,
que no es bien que pueda más
mi gusto, que mi valor. 380
    Y, aunque sea a mi despecho,
si vos pretendéis casaros,
como decís, estorbaros,
siendo quien soy, no es bien hecho.
Hoy haré salir del pecho 385
mi esperanza, sin que espere
mas que el bien que vuestro fuere;
porque no quiere, ni es justo,
el que quiere más su gusto,
que el honor de lo que quiere. 390
    Hoy viene al suelo la torre
de mi necio y loco amor,
que contra vuestro rigor
el ser quien soy me socorre;
que también amor se corre 395
de ser mal agradecido,
viendo, señora, que he sido,
sobre necio y porfiado,
para galán, desdichado,
y grande para marido. 400
    Palabra os doy de ayudaros
con el que lo fuere vuestro,
con que presumo que os muestro
tanto amor como en dejaros;
con esto pienso obligaros, 405
sin volveros a cansar,
que un hombre, que con amar
nunca pudo merecer,
cuanto cansa con querer,
obliga con olvidar. 410
 

(Vase.)

 
BELISA
    Alumbra a su Señoría,
Finea.
CELIA
¡Valor notable!
CONDE
¿Quién está aquí? Alumbra.
BELISA

 (A FINEA.) 

¿Cómo?
¿Gente en mi casa?
DON JUAN
No saque
la espada Vueseñoría. 415

 (Empuña la espada y tercia la capa.) 

CONDE
¿Cómo no, viendo esperarme
detrás de un cancel dos hombres?
Belisa, ¿traiciones tales
con un hombre como yo?
BELISA
¿Hay desdicha semejante? 420
Celia, ¿qué es esto?
CELIA
Que al Conde
puse yo donde le hallaste,
es verdad, no los demás.
DON JUAN
Señor Conde, no os espante
esta locura de amor. 425
CONDE
Amor no puede espantarme,
que juzga mal de la culpa
quien en ella tiene parte.
Admírome de Belisa,
que con tantos ademanes 430
y melindres, en su casa
tenga hombres a horas tales,
escondidos en canceles.
Y así para no empeñarme
en más de lo que es razón,435
porque no es justo que os mate
por delito de marido,
y guardaos de que os halle
por casar, que ¡vive Dios,
que todo el mundo no baste 440
a defenderos la vida!
DON JUAN
Pues, señor, sin escucharme...
CONDE
Es presto para paciencias,
y para disculpas tarde.
 

(Vase, y CELIA con él.)

 


[Escena XI]

 

[BELISA, DON JUAN, TELLO, FINEA.]

 
DON JUAN
¿Es ésta, ingrata Belisa, 445
la causa para matarme?
Justamente enmudecías,
cuando yo llegaba a hablarte;
justamente me cerrabas
las puertas; pero sin llaves 450
supo entrar amor a ver
los agravios que me haces.
Paredes abren los celos,
cuando ven que no les abren;
que, como los llaman linces, 455
no hay cosa que no traspasen.
Jurisdicción son de amor
todos los verdes lugares;
al jardín debo el que tuve;
tanto un desengaño vale. 460
A las cuatro de la noche,
si es bien que noche se llame,
cuando ya llama el aurora
a las puertas orientales,
¿un señor, en quien concurren 465
tan notables calidades,
en tu aposento? ¿A estas horas,
de tu casa el Conde sale?
Si en tu calle no hay vecino
que ahora esté por levantarse, 470
y echas en la calle un hombre,
¿cómo quieres tú que calle?
En la calle no hay secreto,
que en llegando a despejarse
tanto el honor, no presumas475
que guarden secreto a nadie.
Si amabas a don Enrique,
di, ¿para qué me engañaste?
Que nunca fue valentía
ser las mujeres mudables. 480
Dejárasme con Lucinda;
mal por mal, nunca tan tarde
hombres en su casa hallé
de quien pudiese quejarme.
Desde tu casa me voy 485
a Aragón, para olvidarte.
¡Dios me libre de Castilla!
Para conocerla baste,
que el ejemplo de tu amor
me castigue y desengañe. 490
Si volviere a verla, ¡cielos!,
traidora espada me mate,
o el más amigo me venda,
y el más obligado pague
con malas mis buenas obras, 495
y a mi enemigo se pase.
Perdone el hábito el Rey,
que ya, con tantos pesares,
me han dado Santiago celos,
y es mejor morir en Flandes.500
BELISA
¿Acaba vuesa merced
su plática lamentable?
¿Tiene esa larga oración
epílogo que la ensarte?
¿Ha de haber: «no has visto», y esto 505
con que acaban los Romances
para vulgar chacota
que llaman versos finales:
«cuanto apacible severo
cuanto tierno inexorable 510
cuanto rendido tirano
y cuanto humilde arrogante?»
Prosiga vuesa merced.
DON JUAN
¿Burlas en veras tan grandes?
¿Cuando agravios, niñerías515
y cuando rabias, donaires?
BELISA
Gentilhombre aragonés,
el de la ley del encaje,
Juan por la gracia de Dios,
Cardona por lo picante: 520
si habemos de hablar de veras,
si se han de tratar verdades,
si descubrirse los pechos,
si las almas declararse,
diga, rey, si vino aquí 525
su ninfa, que Dios le guarde,
aquella a quien sólo faltan
las alas para ser ángel;
aquella que escribe en culto
por aquel griego lenguaje, 530
que no le supo Castilla
ni se le enseñó su madre;
aquella, en fin, cuyos ojos
llaman a tantos galanes,
que es el búho de la corte 535
(quiera Dios que se los saquen),
y me dijo que le rompe
las puertas con ansias tales,
y con ruegos tan humildes,
que de lástima le abre; 540
que se desmaya en su estrado
(no es mucho que se desmaye,
pues llora con bigotera,
y hace pucheros infantes).
¿Cómo quiere el buen Cardona, 545
y con la boda que añade
en este papel su ninfa,
que sufra yo que se case,
porque mañana ha de ser,
y me pide la ignorante 550
vestidos para la boda,
mientras los suyos se acaben?
Váyase vuesa merced,
que ya es de día, a acostarse,
porque para desposado 555
sin ojeras se levante,
y para hacerse la barba,
que es capítulo inviolable
para ser más mozo el novio,
y la señora enrizarse.560
Y sepa que he sido ejemplo
entre mujeres leales,
porque la que sale firme,
es roca al mar, palma al aire.
No truje al Conde a mi casa, 565
que, ausente yo, pudo entrarse
en ella; si culpa tuvo
Celia, entre los dos la saben.
La prueba de estar ausente
es haber ido a buscarle,570
y deberme ya dos vidas,
que porque no le matasen,
la mía puse a peligro,
con cuatro espadas delante,
con las armas que temieron 575
los que quisieron matarle.
¿Es esto, como presume,
echar en la calle amantes?
¿Es esto mudar de fe?
¿Es esto ser inconstante? 580
¿Es esto tener yo culpa
de ausentarse y de casarse?
¿Por mí se vuelve a Aragón,
y desde Aragón a Flandes?
La joya le di a Lucinda 585
de aquel fénix de diamantes,
que para mí mueren fénix,
y para Lucinda nacen.
¿No responde?
DON JUAN
¡Apenas puedo!
TELLO

  (A FINEA.) 

¿Y tú, no tienes que darme 590
alguna disculpa?
FINEA
Tello,
pellejo de zorra traes.
Con la barbada mesura,
con el cansado desaire,
que habiendo sido de Fabia 595
pretensor fregonizante,
¿me pides que dé disculpa?
TELLO
¿De Fabia yo?
FINEA
¿Pues negarme
quieres la verdad?
TELLO
¿Yo?
FINEA
Sí.
TELLO
Plega a Dios que me desgarre 600
un oso las pantorrillas,
o que mi dinero en parte
le ponga que esté dudoso,
pues hay cofres que le guarden;
o que, sacando un vestido, 605
me pida después el sastre
más seda y más guarnición;
o que, por Diciembre, pase
en un rocín sin espuelas
por la calle de Getafe, 610
y que de lerdo y mohíno
en cada mesón me pare;
o que tenga un pleito, en quien
paciencia y dineros gaste;
que es maldición, en que todas 615
cuantas tiene el mundo caben.
DON JUAN
    Oh, Belisa, ¿qué habrá que no se intente
con celos? Yo estoy ya desengañado,
si tú lo estás. Su necia envidia aumente
amor, que tantas penas te ha costado. 620
La vida, que te debo justamente,
mientras viviere me tendrá obligado.
Tú mira cómo quieres, y en qué parte
pueda, satisfaciéndote, vengarte.
    Que como agora sale el claro día 625
por la boca del sol, y va rompiendo
la obscura sombra de la noche fría,
abriendo flores y cristal luciendo,
a tus ojos saldrá la verdad mía,
la noche de Lucinda descubriendo;630
y entonces los regalos, los amores,
unos serán cristales, y otros flores.
    ¿Puedo hacer más, que pueda tu deseo
hacer de mí?
BELISA
Yo quedo satisfecha,
y que es enredo de Lucinda creo.635
Mas todo sin vengarme, ¿qué aprovecha?
Que en el estado que mis cosas veo,
y para deshacer toda sospecha,
tú has de ser dueño, en fe de mi esperanza,
de la satisfacción y la venganza. 640
    Yo te diré el engaño que he pensado
para salir de todo con vitoria.
DON JUAN
A obedecerte estoy determinado,
en celos, en amor, en pena, en gloria.
BELISA
Pues vete, y vuelve, y ten de mí cuidado.645
DON JUAN
¿Cómo podrá faltar de mi memoria?
BELISA
¡Adiós, don Juan!
DON JUAN
Muriendo me desvío.
TELLO
¡Adiós, zampoña!
FINEA
¡Adiós, tabaco mío!
 

(Vanse.)

 


[Escena XII]

 

[Sala en casa de LUCINDA.]

 
 

(Salen el CONDE, LUCINDA y FABIA.)

 
LUCINDA
    ¡Notable resolución!
CONDE
Si me sucedieran bien.650
Mas fue mayor su desdén
que su atrevida afición.
LUCINDA
El oro en toda ocasión
es el primer movimiento.
CONDE
Celia, en su mismo aposento655
me dio bastante lugar,
pero no supe igualar
mi dicha a mi atrevimiento.
    Pero ¿quién pudiera creer
que fuera de casa estaba 660
Belisa, cuando llegaba
la noche a dejar de ser?
No tuvo qué defender
de mis locos desatinos,
que nací, cuando mis sinos 665
fueron encontrados bandos,
donde enloquecen Orlandos,
donde no fuerzan Tarquinos.
    Cual suele un desafiado,
que a su contrario esperó, 670
que hasta que venir le vio
blasonaba confiado,
y en viéndole, de turbado
mudarse descolorido;
pues así mi amor ha sido 675
hasta que a Belisa vi,
que en viéndola me rendí,
antes de haberme rendido.
    Salí muy necio, en efeto,
y es porque entré confiado,680
aunque un hombre despreciado,
¿cómo puede ser discreto?
Hallé, escuchando en secreto
al salir, vuestro don Juan,
disculpa los dos me dan, 685
si deste nombre se llama,
tener en casa la dama
a media noche el galán.
    Enojéme con razón,
mas llegando a conocer 690
que se pudiera ofender
su crédito y opinión,
no puse en ejecución
con entrambos mi pesar,
que ni a él le dejé hablar, 695
ni a ella después mentir,
porque no queda qué oír
en no habiendo qué esperar.
LUCINDA
   Yo me canso injustamente.
Él la adora, ¿qué porfío? 700
CONDE
¡Ay del pensamiento mío,
que mayor agravio siente!
FABIA
Si no parece que miente
sombra de imagen incierta,
tu don Juan está a la puerta.705
LUCINDA
¿Qué don Juan?
FABIA
El de Cardona.
LUCINDA
¿El mismo?
FABIA
El mismo en persona.
LUCINDA
Esté mil veces abierta.


[Escena XIII]

 

[DON JUAN, TELLO.-Dichos.]

 
DON JUAN
    Huélgome de hallar aquí,
señor, a Vueseñoría,710
no para disculpa mía,
si es que anoche le ofendí,
    sino porque de Belisa
traigo a los dos un recado.
LUCINDA
Buen mensajero ha buscado.715
CONDE
¿Qué me manda?
LUCINDA
¿Qué me avisa?
DON JUAN
   Díjome que en un papel
que Lucinda le escribió,
que por eso me llamó
para darme parte dél, 720
   la escribe, que hoy se desposa,
que a tanta ventura tengo,
que yo propio a daros vengo
las gracias, Lucinda hermosa,
    y que en razón del vestido, 725
que le honréis tiene a favor
sus galas, con el mejor,
y que nunca le ha servido.
    Y os envía a suplicar,
que, de su mano tocada, 730
salgáis a ser envidiada,
y a no tener qué envidiar;
    y que si también queréis
(tanto desea obligaros)
en su casa desposaros, 735
de ser madrina la honréis.
LUCINDA
    Para deciros verdad,
picarla fue mi deseo,
pero ya después que veo
la vuestra y su voluntad, 740
    hallo que lo que ha de ser,
por de burlas que se intente,
viene a ser por accidente.
CONDE
Y yo acabo de entender,
    que Belisa no tenía 745
a don Juan amor perfeto,
porque todo ha sido efeto
de su misma bizarría;
    que su extraña condición
la obligaba a darle celos 750
a Lucinda
DON JUAN
De los cielos
era justa obligación
    favorecer mi verdad.
LUCINDA
Por obligaros ha sido
fingir mi amor tanto olvido 755
y desdén tanta lealtad.
    ¡Oh, cuánto en amor alcanza
la porfía y la razón,
pues convierte en posesión
la más perdida esperanza! 760
    Iré en casa de Belisa,
pues, de hacerme tal favor
con tan buen embajador,
por más crédito, me avisa.
    Y suplico al señor Conde, 765
que se halle a honrarme también.
CONDE
Con daros el parabién
mi obligación corresponde.
    Juntos nos podemos ir.
LUCINDA
Dadme la mano, don Juan770
TELLO
Novio y padrino se van.
¿Tienes algo que decir?
FABIA
   Que envidio los desposados,
Tello, por quererte bien.
TELLO
Dame la mano también. 775
Dios nos haga bien casados.


[Escena XIV]

 

[Sala en casa de BELISA.]

 
 

(Sale BELISA, muy bizarra, y CELIA.)

 
CELIA
   No te espante que pregunte
para qué es tan nueva gala,
y vestirse a tales horas.
BELISA
Celia, mis locuras andan 780
por acabar de una vez
con esta necia esperanza.
Nací con inclinación
a todo amor tan contraria,
que no pensé que en mi vida 785
a querer la sujetara
discreción y gentileza;
pero no hay soberbia humana
sin contradición divina.
Fundé mi loca arrogancia 790
en que no hubiese mujer
que no rindiese las armas
a mi libre entendimiento;
y estoy tan desengañada,
que no sólo amor castiga 795
con tantas celosas ansias
mi libertad, pero ha hecho
que se burle la ignorancia
de mi altiva presunción,
de suerte que no me agravia 800
tanto en quitarme a don Juan,
como en que piense muy vana
que rinde mi entendimiento;
y si agora no me falta,
de los dos agravios pienso 805
hacer a un tiempo venganza.
CELIA
No sé si aciertas.
BELISA
Yo sí.
CELIA
Ya te dije la mañana
que fuimos las dos al Soto,
que el amor te castigaba 810
tanto desdén y desprecio.
BELISA
Coche a nuestra puerta para.
Si la desposada viene,
ninguna ventura iguala
a sacar burla de burla 815
y venganza de venganza.


[Escena XV]

 

[FINEA.-Dichas.]

 
FINEA
Una galera de tierra,
con clavos de oro por jarcias,
cortinas por altas velas
de tela riza de nácar,820
y por remos que le mueven
cuatro cisnes de Alemania,
con la señora Lucinda
en tu portal desembarca.
BELISA
¿Viene muy hermosa?
FINEA
Viene
825
contenta.
BELISA
Bien dices, basta:
no hay mujer alegre fea,
ni triste hermosa.
FINEA
Ya amainan.


[Escena XVI]

 

Salen LUCINDA, FABIA, el CONDE, DON JUAN, ELLO y criados acompañando.-[Dichas.]

 
BELISA
Vuesa merced, mi señora,
honre aquesta humilde casa 830
mil veces en hora buena.
LUCINDA
Vuesa merced otras tantas
favorezca mi humildad.
BELISA
Tan bien vestida y tocada,
ya no querrá que la sirva 835
con cuidado ni con galas.
LUCINDA
No ha sido por no tener
del favor desconfianza,
mas por escusaros pena.
CONDE
Todo cumplimiento cansa.840
Resta, señora Belisa,
pues aquí nos acompañan
tantos criados, que sean
testigos de que se casan
Lucinda y don Juan
BELISA
¿Quién? ¿Cómo?
845
CONDE
Lucinda y don Juan
BELISA
¡Extraña
novedad! ¿Quién os lo dijo?
LUCINDA
¿Cómo quién? Agora acaba
de decírnoslo don Juan
BELISA
Don Juan, o el sentido os falta, 850
o no me entendistes bien,
que yo a decir enviaba
que viniese a ser madrina
quien viene a ser desposada.
LUCINDA
¿Madrina? ¿De quién?
BELISA
De mí.
855
Y que al Conde suplicaba
me honrase y favoreciese
como me dio la palabra.
¿Díjeos esto?
DON JUAN
Así es verdad,
mas mi turbación fue tanta, 860
que erré el recado, mas tengo
disculpa, si me la pasan
por la necedad primera.
LUCINDA
Ha sido necia venganza,
pero yo la tomaré 865
de los dos; sólo me espanta
que esto sufra el CONDE
CONDE
Yo
tengo, Lucinda, empeñada
la palabra. Deteneos,
y pues que también me agravian, 870
consolaos conmigo, y dalde
por mí, pues ya los aguarda
el parabién con los brazos.
LUCINDA
Más vale volver burlada
que corrida. Yo los doy. 875
BELISA
Yo a vos también con el alma.
Quedemos las dos amigas;
y el señor don Juan, que calla,
me dará la mano a mí,
pues que con tan buena gracia 880
erró el recado.
DON JUAN
Yo hice
lo que mi dueño me manda.
TELLO
Y yo me agarro a Finea.
Perdone, señora Fabia,
que he menester esta alcorza. 885

 (A FINEA.) 

Con esta mano te llama
mi amor, ¿qué aguardas?
FINEA
¡Ay, Tello!,
¿ésa es mano o es patata?
BELISA
Senado ilustre, el poeta,
que ya las Musas dejaba,890
con deseo de serviros
volvió esta vez a llamarlas,
para que no le olvidéis.
Y aquí la comedia acaba.