Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

51

Para el tópico del fastidium, véase Curtius 1955: vol. I, 130 y ss.

 

52

«Exordium est orado animum auditores idonee comparans ad reliquam dictionem; quod eveniet si eum benivolum, attentum, docilem confecerit» (Cicerón, De Inventione,1949: I, XV, 20). Véase también Rhetorica ad Herennium (1954:1, iv, 6). Como hemos visto, la partición asume aquí el ya mencionado tópico del mundo al revés.

 

53

«Adtentos habebimus, si pollicebimur nos de rebus magnis, novis, inusltatis verba facturos, aut de iis quae ad rem publicam pertineant, aut ad eos ipsos qui audient, aut ad deorum immortalium religionem; et si rogabimus ut adtente audiant» (Rhetorica ad Herennium 1954: I, iv, 7). Véase también Curtius 1955: vol. 1, 131-132.

 

54

Véase Curtius (1955: vol. I, 133-135). Tanto esta como la cita anterior recuerdan la frase de Juvenal, «difficile est saturam non scribere» (Sátira I, v. 30).

 

55

Para el benevolum parare, véase Rhetorica ad Herennium (1954: I, v).

 

56

«Conquestio est oratio auditorium misericordiam captans [...] Id locis communibus efficere oportebit, per quos fortunae vis in omnes et hominum infirmitas ostenditur» (Cicerón, De Inventione, 1949: I, lv, 106).

 

57

Para la conclusión en Ercilla véase Goic 1971.

 

58

Es notorio a la vez que, al elaborarse extensamente las partes del exordio y la conclusión, el poema de Rosas de Oquendo transgrede preceptos poéticos y mucha práctica satírica de la época: se rechaza, por ejemplo, la formulación del ya mencionado Alonso López Pinciano, quien afirmaría que la sátira «no tiene parte alguna ni principio ni fin: entra do se le antoja y comiença de adonde quiere, ex-abrupto, como dize el latino» (López Pinciano 1973: vol. 3, 240). Otro neoaristotélico de la época, Francisco Cáscales, en su Tablas poéticas (1617) asume una posición semejante, aunque reconoce una suerte de introducción: «debajo de aquella entrada, que haze repentina, va dissimulando un exordio que llama el rectórico insinuasión, y ésta es el principio de la sátira; que como este poeta viene a reprehender, y nadie gusta de ser reprehendido comienza cautelosamente y como quien haze otra cosa, va culebreando hasta dar en el vicioso que pretende morder» (1975: 182-183). La idea de Cáscales probablemente viene del ephodus o aproximación sutil del exordio (véase Rhetorica ad Herennium 1954: I, v, 6). Rosas elude esto ya que elabora una larga y explícita introducción.

 

59

Véase Rhetorica ad Herennium 1954: II, xxx, 47-50 y Cicerón, De Inventione 1949: I, lii.

 

60

Para la metáfora náutica, entre otros ejemplos, véase el soneto XXV de Lope de Vega, en sus Rimas Sacras (1969).