Para
todo lo relacionado con este tema, véase el trabajo
de JOSÉ F. MONTESINOS, Algunas observaciones sobre
la figura del donaire en el teatro de Lope de Vega, en Estudios
sobre Lope, págs. 13-70.
83
Véase
el citado libro de J. ENTRAMBASAGUAS, Una guerra literaria...
84
Historia de las ideas
estéticas en España, edición nacional,
tomo II, págs. 294 y siguientes.
85
RAMÓN
MENÉNDEZ PIDAL, Lope de Vega. El arte nuevo y la nueva
biografía, en Revista de Filología Española,
XXII, 1935, páginas 377-398. Recogido en De Cervantes
y Lope de Vega, Madrid, Colec. Austral, nº 120.
86
Colec.
Austral, pág. 87.
87
Dividido
en dos partes el asunto,
ponga
la conexión desde el principio,
hasta
que vaya declinando el paso;
pero
la solución no le permita
hasta
que llegue a la postrera escena;
porque
en sabiendo el vulgo el fin que tiene,
vuelve
el rostro a la puerta, y las espaldas
al
que esperó tres horas cara a cara,
que
no hay más que saber que en lo que para.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
En
el acto primero ponga el caso,
en
el segundo enlace los sucesos,
de
suerte que hasta medio del tercero
apenas
juzgue nadie en lo que para.
Engañe
siempre el gusto, y donde vea
que
se deja entender alguna cosa,
dé
muy lejos de aquello que promete.
88
Acomode
los versos con prudencia
a
los sujetos de que va tratando.
Las
décimas son buenas para quejas,
el
soneto está bien en los que aguardan,
las
relaciones piden los romances,
aunque
en octavas lucen por extremo;
son
los tercetos para cosas graves,
y
para las de amor las redondillas...
89
No
porque yo ignorase los preceptos.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
... quien con arte agora las escribe
muere sin fama y galardón,
que puede,
entre los que carecen de su lumbre,
más
que razón y fuerza, la costumbre.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
y cuando he de escribir una comedia,
encierro los preceptos
con seis llaves,
saco a Terencio y Plauto de mi estudio
para que no me den voces...
90
Por
otra parte, en el Arte nuevo se dicen muy oportunas observaciones
sobre la verdad artística y sobre el contenido de
la comedia. Sirvan de guía estos escuetos consejos,
entresacados al azar: Quede muy pocas veces el teatro / sin
persona que hable...;/ Si hablare el rey, imite cuanto pueda
/ la gravedad real; si el viejo hablare, / procure una modestia
sentenciosa; y si formare quejas, siempre guarde / el debido
decoro a las mujeres; El lacayo no trate cosas altas; Los
casos de la honra son mejores; etc. Por todas partes vemos
acoplarse el Arte nuevo a lo que Lope había venido
haciendo.