Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
IndiceSiguiente


Abajo

Los bandos de Sena

Lope de Vega



  -fol. 114r-  
Personas que hablan en ella.
 

 
TEODORA,   dama.
FABIO.
RUFINO.
POMPEYO.
FAUSTINO,   senador.
LISANDRO1,   su hijo.
LEONARDO.
DONATO.
ANGÉLICA,   dama.
CELIA,   criada.
BELARDO.
SIRENTO.
DARINTO.
PANCREDO.
SABINO.
Un CAPITÁN.
Criados.
Un ALCAIDE.
PERSIO.
SEVERO.




  -fol. 114v-  

ArribaAbajoActo I

 

Salen TEODORA, dama, en hábito de caballero, con una cruz de San Juan, FABIO y RUFINO.

 
FABIO
Esta es Sena.
RUFINO
¡Ciudad bella!
TEODORA
¡Y república estremada!
FABIO
¡Qué lustre se mira en ella!
RUFINO
¡Qué fuerte!
FABIO
¡Qué torreada!
TEODORA
¡Oh, cuánto me alegro en vella!5
RUFINO
Es la patria dulce cosa.
FABIO
Da su memoria placer.
RUFINO
Es el centro en que reposa.
TEODORA
Vaya Rufino a saber
de una posada famosa.10
FABIO
Parte, y dos cosas advierte.
RUFINO
¿Cuáles?
FABIO
Que sea limpia y clara.
RUFINO
Voy.

 (Vase.)2 

TEODORA
¡Oh ciudad noble y fuerte!
¡Oh patria! En fin, ¿quién pensara,
Sena, que volviera a verte?15
FABIO
Por hacerme igual favor
al que en Nápoles me hiciste,
Lelio3, mi amado señor,
y porque me prometiste,
satisfecho de mi amor,20
que luego, en llegando a Sena,
me dirías una historia,
de graves sucesos llena
que dieron fin a tu gloria
como principio a tu pena,25
te suplico la refieras,
pues que ya habemos llegado.
TEODORA
¡Ay, Fabio! Si consideras
cuánto te quedo obligado,
¿por qué mi quietud alteras?30
Quien descubre su secreto
de libre se hace sujeto,
mas, pues yo lo prometí,
escúchame atento.
FABIO
Di,
que nueva lealtad prometo.35
TEODORA
En esta ciudad famosa,
de tantos ingenios patria,
que con república libre
es tan célebre en Italia,
hubo dos linajes nobles,40
que su grandeza ilustraban
con mil notables varones
por las letras y las armas:
de Montanos era el uno,
sangre antiquísima y clara,45
y el otro de Salinuenes,
gloria y honor de su patria.
Quiso la varia fortuna
que se trazase una caza
entre los más principales50
destas dos ilustres casas.
Gallardos salen al campo,
que a competencia se a[r]maban
de plumas y de colores
e instrumentos de Diana;55
los caballos, de ligeros,
con adornos de oro y plata,
ser ciervos y no caballos
por el monte imaginaban;
los perros, de mil colores,60
saltando la yerba ensartan4
perlas de blanco rocío
en las agudas carlancas.
Todos gritan, todos corren,
-fol. 115r-
como al darse una batalla65
los soldados acometen
al son de trompas y cajas.
Matan un ciervo tan grande
que la cabeza enramada
veinte y dos puntas tenían,70
y allí entre todos le acaban.
Comienza luego entre todos
una cuestión ordinaria
sobre qué perro, y quién
fue dueño de aquella hazaña,75
y, sobre decir los unos
que era el lebrel de su casa,
y contradecir los otros,
vienen a malas palabras,
de palabras a las obras,80
pues, sacando las espadas,
más ha de veinte años, Fabio,
que no se han vuelto a las vainas.
Allí murieron algunos,
luego los amigos tratan85
de seguir a sus amigos,
y la ciudad desdichada
se divide en bandos toda,
matan hombres, queman cajas,
destruyen campos y haciendas,90
las calles en sangre bañan.
La familia Selinuena
venció la parte Montana
porque fue más poderosa
y fuerte que la contraria;95
mataron al padre mío
un Viernes Santo en la plaza,
porque apenas tales días
su privilegio gozaban;
Constancio, un hermano mío,100
con las dolorosas ansias
de ver en su sangre envueltas,
Fabio, las paternas canas,
con algunos deudos suyos
hizo tan crüel venganza,105
que el corazón del traidor
comió sin llegar la Pascua.
La ciudad, y el magistrado,
puesta aquella noche en arma,
quiso hacer un gran castigo110
en las dos sangres tiranas;
mi hermano se puso en cobro,
y al dejar su amada casa
tropezó conmigo (¡ay cielos!,
¡cuán tiranamente me ama!),115
y mirando que yo sola,
que soy mujer...
FABIO
¡Cosa estraña!
TEODORA
Repórtate.
FABIO
¿Qué me dices?
TEODORA
¡Fabio, escucha! ¡Fabio, calla!
FABIO
¿Mujer?
TEODORA
Guárdame secreto.
120
FABIO
Yo cumpliré la palabra
si me diesen mil tormentos.
TEODORA
En fin, viendo que quedaba
desamparada y mujer,
y que la patria contraria125
no perdonaba los niños
en los brazos de las amas,
de cinco años me sacó
de Sena, mi amada patria,
vistiome en hábito de hombre,130
y por Flandes y Alemania
me trujo, hasta que dio vuelta
después de algún tiempo a Italia.
Pasose a Malta después,
y en las galeras de Malta135
hizo tan honrados hechos,
que le dieron la Cruz Blanca;
era el caballero Lelio
su nombre, y yo me llamaba
Fabricio, mas la Fortuna140
tuvo envidia de su fama.
Murió Constancio, y yo, triste,
sus obsequias celebradas,
tomé sus propios vestidos
y pasé otra vez a5 Italia,145
y fingiendo ser mi hermano,
-fol. 115v-
todos, como ves, me llaman,
Fabio, el caballero Lelio.
FABIO
¿A qué efeto, o por qué causa?
TEODORA
Porque con este disfraz,150
segura de más desgracias,
veré en Sena qué fin tuvo
la enemistad destas casas,
si ha quedado algún pariente
o alguna hacienda de tanta155
como mis padres tenían,
o si los bandos se hablan,
de los que quedaron dellos,
las parcialidades guardan,
para que, si estoy segura,160
diga mi nombre a mi patria.
FABIO
Notable industria y disfraz
que nadie podrá entender,
y con que podrás saber
si hay guerra o si están en paz,165
si tienes hacienda o no,
o cuál amparo te queda.
TEODORA
Como descubrirme pueda
si la enemistad cesó,
viviré, Fabio, en mi tierra,170
y en mi traje natural.
¿Qué es esto?
FABIO
Entre este jaral,
que el paso a aquel monte cierra,
entró un perro, y me parece
perdiguero.
TEODORA
Sí será.
175
FABIO
A su dueño he visto ya.
¡Gallardo, por Dios, se ofrece
con un arcabuz al hombro!6
TEODORA
Habrá perdices aquí.
FABIO
¡Buen hombre de campo!
 

(Entre POMPEYO, como se pinta aquí.)7

 
TEODORA
Ansí
180
a los cazadores nombro.
¡Por mi vida que es galán,
y que el traje lo es también!
FABIO
¡Bien me agrada!
TEODORA
A mí también.
POMPEYO
¿Parados a ver me están?185
Yo quisiera, caballero,
ya que por verme os paráis,
con que a la caza mostráis
afición, que la que espero
hubiera salido aquí.190
TEODORA
Y yo me holgara de ver
un tiro a ese brío hacer.

  (Aparte.)8 

¡Mas no había de ser en mí!
POMPEYO
¿Sois aficionado?
TEODORA
Soy
en estremo aficionado.195
¡Buen arcabuz!
POMPEYO
Estremado,
y si os agrada os le doy,
que otros dos tengo tan buenos
para serviros.
TEODORA
No sé
qué agradecimiento os dé200
desa afición por lo menos,
y no habiendo precedido
el haberos obligado,
si no es con haber mostrado
sin haberos conocido205
a vuestro talle afición.
POMPEYO
Tengo a mucho esa merced.
Aunque soy pobre, creed
que tengo gran corazón.
TEODORA
¡Buena llave!
POMPEYO
Labra aquí
210
un lilio9 con gran primor.
Tomalde, por Dios, señor,
y servíos dél y de mí.
TEODORA
Cuando conmigo trujera10
algo a que poder ferialle,215
aun me atreviera a tomalle,
pero no de otra manera.
POMPEYO
Agravio me hacéis notable,
y el decir que os agradé
poco en no tomar se ve220
cosa tan vil.
TEODORA
No se hable
del valor de prenda tal,
que la estima de ser vuestra
-fol. 116r-
el mucho que tiene muestra,
y que no la tiene igual.225
FABIO
Una banda de perdices
se ha levantado.
POMPEYO
En el suelo
no las tiro.
TEODORA
¿Pues?
POMPEYO
Al vuelo.
TEODORA
Detente.
POMPEYO
¿Por qué lo dices?
TEODORA
Porque lejos han parado,230
y tengo qué te decir.
POMPEYO
Si hay en qué os pueda servir,
haré cuenta que he tirado.
TEODORA
Yo soy de Sena.
POMPEYO
¿Por Dios?
TEODORA
Es sin duda.
POMPEYO
Daros quiero
235
dos abrazos.
TEODORA

  (Aparte.11 

Yo primero
saber de cuál de los dos
es este hidalgo parcial,
porque yo soy Salinuene,
y si es Montano me viene240
para lo que pienso mal.)
¿Han por ventura cesado
dos bandos que en esta tierra
veinte años se12 hicieron guerra?
POMPEYO
Bien a mi costa han parado,245
pues de todo el bando mío
no hay más que yo, y una hermana
que tengo.
TEODORA
¡Cosa inhumana!
POMPEYO
Pero en el cielo confío,
que me ha de dar algún día250
venganza.
TEODORA
¿No está en vós muerto
el fuego?
POMPEYO
Sí está, por cierto,
que yo soy ceniza fría
de tanto incendio pasado.
TEODORA
¿Y el otro bando está bien?255
POMPEYO
Sangre le cuesta también,
pero mejor ha quedado,
porque hay tres o cuatro casas
de gente muy poderosa.
Mi padre, menos dichosa260
en estas montañas rasas,
esa casa me dejó
que miráis, en las postreras
de Sena, que en las primeras
de sus ciudadanos vio265
ese campillo, esos prados
solo en memorias se cuenta
de tanta grandeza y renta.
TEODORA
¿Qué valdrá?
POMPEYO
Dos mil ducados.
Destos como y visto agora,270
destos mi hermana sustento,
que es la lástima que siento.
TEODORA
¿Mora aquí?
POMPEYO
En la ciudad mora,
que allá tenemos los dos
una casa razonable.275
TEODORA

 (Aparte.13 

¡A mi fortuna mudable
estoy temiendo, por Dios!
Mas, pues es fuerza, sabré
si es mi parte, que me agrada
de suerte que estoy turbada.280
¡Tiemblo del cabello al pie!
Deseo que sea contrario
y que pariente no sea,
no porque mi sangre vea
libre de incendio tan vario,285
sino porque aquí dejé
otros hermanos pequeños
entre mal seguros dueños,
y si aqueste dellos fue,
pesarame que los ojos290
hayan al alma engañado,
pues que por ellos ha entrado
a darme dulces enojos,
que, desde que peregrino
con algún entendimiento,295
no he tenido pensamiento
que de amor siga el camino.)
En fin, señor, vuestro bando
ha14 parado solo en vós,
pero cuál es de los dos300
saber estoy deseando,
que soy dellos y salí
muy niño desta ciudad.
  -fol. 116v-  
POMPEYO
¿Que desta parcialidad
procedisteis?
TEODORA
Señor, sí.
305
POMPEYO
Pues sabed que soy Montano,
si sois Salinuene15 vós.
TEODORA
De un bando somos los dos.
Deteneos, dadme la mano.
POMPEYO
¿Montano sois?
TEODORA
Es sin duda.
310
POMPEYO
¿De quién sois hijo?
TEODORA
Después
os lo diré, si no es
que la fortuna se muda,
y con igual libertad
ricos y pobres hablamos.315
POMPEYO
¿Que otra columna tengamos
de nuestra parcialidad
en mancebo como vós,
tan caballero y soldado?
Seáis mil veces bien llegado.320
TEODORA
Mil años os guarde Dios.
POMPEYO
Volveré a mi hermana loca
si os llevo, hacedme placer,
que nos vamos a comer
juntos. La sangre os provoca.325
¡No me lo neguéis, por Dios!
TEODORA
¿Quién fue vuestro padre?
POMPEYO
Enrico
Montano.
TEODORA
Tened, os suplico,
que somos primos los dos,
que fui hijo de su hermano330
Silvio Montano.
POMPEYO
¿Hay ventura
tan grande? Mi bien procura
el cielo.
TEODORA
Lelio Montano
es mi apellido.
POMPEYO
Y yo, primo,
Pompeyo Montano soy,335
y pues vós lo sois desde hoy,
mucho más mi nombre estimo.
Seguidme.
TEODORA
Aguardo un criado.
POMPEYO
Enviarémosle a llamar.
TEODORA

 (Aparte.16 

¡Qué buen modo de engañar340
y de jugar al trocado!
Su pariente finjo ser,
su enemigo soy mortal,
pero este ser natural
tiene más fuerza y poder.345
El mancebo es a mi gusto,
gallardo, cortés, galán.
Si allá matándose están,
amar al prójimo es justo.)
¿Fabio?
FABIO
¿Señor?
TEODORA
Esto es hecho;
350
Lelio Montano me llama.
FABIO
Si tenemos mesa y cama
será invención de provecho,
que no quedan cien ducados
del dinero que sacaste.355
TEODORA
Este es pobre, eso se gaste.
FABIO
Bueno. ¿Y después de gastados?
TEODORA
Pedir otros.
FABIO
¿Con qué luz?
TEODORA
Por esta cruz los darán.
FABIO
¿No será cruz de San Juan?360
TEODORA
¿Pues qué?
FABIO
Demanda de cruz.
 

(Vanse. Entre[n] FAUSTINO, senador viejo, y LISANDRO, su hijo.)

 
LISANDRO
Has hecho un edificio que le alaba
toda Sena, señor, y en fin es digno
de un senador patricio, como eres.
FAUSTINO17
No estoy, Lisandro, muy contento agora.365
LISANDRO
Pues, ¿qué puede tener que no te agrade?
La fábrica es bellísima, y el sitio
confina con el muro, que es grandeza
-fol. 117r-
de una casa de campo, los jardines,
los Elíseos que pintar solía370
la ciega antigüedad, las claras fuentes
guardan sus perlas y cristales limpios
en casas de alabastro, jaspe y pórfido.
No sé qué falte para darte gusto,
si no es el ser ajena, porque a serlo375
no dudo que en estremo te agradara.
FAUSTINO
Quisiérale añadir, Lisandro, un poco
de huerta hacia la puerta de los álamos,
que es darle más grandeza al edificio,
porque a mi parecer, ya que es en campo,380
no escusa de tener alguna fruta,
y un pedazo de bosque me agradara.
Tras esto, ya tú sabes que confina
la casa, la heredad, huerta y hacienda
de Pompeyo Montano con la mía;385
recibo pesadumbre en que me vean
desde sus corredores, que, en efeto,
las casas en el campo deso sirven,
que es retirarse un hombre sin testigos,
pues que por eso soledad se llama390
y el concurso popular difiere.
LISANDRO
Pompeyo es pobre, y tiene, según dicen,
una hermana; yo creo que es forzoso
que venda su heredad para casalla.
Comprarla puedes tú, pues, siendo tuya,395
en romper la pared de medianía
meterás en tu casa aquella hacienda,
que tiene huerta, bosque y otras cosas
que harán ilustre el edificio nuestro.
FABIO
Aconséjasme bien. Por vida mía,400
Lisandro, que me des contento en esto:
vele a llamar, y trata de la venta,
y en sabiendo su precio podéis juntos
venirme avisar, que pagaré contado.
LISANDRO
Voyle a buscar.
FABIO
Si la heredad me vende
405
te mando cien escudos con que hagas
una gala famosa, o calza, o cuera.
LISANDRO
Vivas mil años. En palacio espera.
 

(Váyanse.)

 
  -fol. 117v-  
 

(Vanse, y entre[n] LEONARDO, caballero, y DONATO.)

 
LEONARDO
Busca, Donato, ocasión
con que puedas entrar dentro.410
DONATO
Mira que es fuerte ocasión,
y que puede algún encuentro
ser azar de tu afición.
LEONARDO
¿Por qué, siendo tú discreto?
DONATO
Que no lo soy te prometo,415
ni tú lo debes de ser:
yo en quererte obedecer,
o tú en perderle el respeto.
Aunque ella tiene belleza,
es de tu enemigo hermana:420
buscarla es poca nobleza,
quererla es cosa liviana,
solicitarla es bajeza.
Tus muertos padres y abuelos
a manos de sus mayores425
destos enemigos celos,
destos tus locos amores,
se están quejando a los cielos.
¿Sangre habías de querer
deste linaje Montano,430
aún estando fresca ayer
la de aquel tu padre anciano?
¡De mármol debes de ser!
¿El hermano que perdiste
y la bellísima hermana435
no te mueven más?
LEONARDO
¡Ay, triste!,
¿a la violencia tirana
de Amor, qué mortal resiste?
Bien sé que soy Salinuene,
y la obligación que tiene440
cualquiera deste apellido,
mas culpa a quien me ha traído,
que dentro del alma viene.
Bien sabes que la belleza
de Angélica, mi enemiga,445
a conocer la grandeza
con admiración obliga
la misma naturaleza.
Yo la vi, y en aquel punto
el odio, y enemistad,450
troqué en amor.
DONATO
Pues pregunto:
¿amor es necesidad,
que todo lo rinde junto,
o cierto consentimiento?
Queda el alma en confianza455
del fin que al entendimiento
promete aquella esperanza
que fabrica el pensamiento.
LEONARDO
Amor es un accidente
que a los principios consiente460
el alma.
DONATO
Pues no consientas,
para que agora no sientas
lo que tu espíritu siente.
LEONARDO
Donato, yo no querría
remedio, pues no le espero465
en tanta filosofía,
pues tan llanamente quiero
la bella Angélica mía.
Sea sangre del linaje
que la del mío acabó,470
sea deshonra, sea ultraje,
su hermosura me mató,
que es cielo en humano traje.
Yo quise un ángel en velo
mortal, que a rendir obliga475
todas las almas del suelo;
yo no adoro a mi enemiga:
amo un ángel, amo a un cielo.
Ya me resistí, y entré
en mí, y a solas conmigo480
nuestra enemistad traté,
pero amar a mi enemigo
es justa ley de mi fe.
Llega, procura que vea
mi Angélica, no repares485
que sangre enemiga sea.
  -fol. 118r-  
DONATO
Que a tanto mal te declares,
¿quién ha de haber que lo crea?
LEONARDO
Necio, enfermo estoy de amar.
Todo el mal, y más el mío,490
curan contrarios mejor:
con calor se cura el frío,
y el frío cura el calor.
Ve y harás lo que te digo.
DONATO
Aquí sale una criada.495
 

(Entre CELIA.)

 
CELIA

 [Aparte.] 

¡Buen huésped! Dios me es testigo
que estabas bien empleada.
DONATO
Hablando viene consigo.
¡Ah, mi señora!
CELIA
¿Quién llama?
DONATO
Una palabra.
CELIA
Y de presto,
500
que hay dos huéspedes de fama
y tengo de echar el resto
en limpia comida y cama.
DONATO
La cama envidio si alguno
la piensa ocupar con vós.505
CELIA
De eso irá el huésped ayuno.
DONATO
A mal tiempo...
LEONARDO
¿Cómo?
DONATO
Hay dos
huéspedes.
LEONARDO
¡Quién fuera el uno!
Pregunta quién son.
DONATO
Sí haré.
¿Qué huéspedes hay en casa?510
CELIA
¡Gallardos son, por mi fe!
DONATO
¿Acaso es gente que pasa?
CELIA
¿Qué os va en que pase o que esté?
Un primo de mi señor,
del hábito de San Juan,515
es de los dos el mayor.
DONATO
¡Qué mal tus negocios van!
LEONARDO
Así es condición de amor.
DONATO
Caballero mozo y primo,
de Cruz Blanca y de buen talle,520
es el huésped.
LEONARDO
Desanimo,
y porque estoy en la calle
la voz y quejas reprimo,
mas, pues hay buena ocasión,
dale a Celia mi papel,525
no esperando galardón,
mas porque tenga por él
noticia de mi pasión.
DONATO
No le vendrán, dama hermosa,
bien los huéspedes sospecho530
a vuestro dueño.
CELIA
No hay cosa
que pueda a su noble pecho,
si es justa, ser enojosa.
DONATO
Pompeyo es pobre.
CELIA
No es rico.
DONATO
¿Huéspedes a un pobre es bueno?535
CELIA
¿Y si es primo?
DONATO
No replico;
parece que das veneno
con ese despacho y pico,
y así te dé Dios ventura
cuando guises, cuando friegues,540
cuando en toda coyuntura
sacudas, limpies, estriegues
o vacíes en noche obscura,
cuando laves y jabones,
cuando tiendas y almidones,545
cuando hagas o deshagas
la cama, que satisfagas
mi alma de dos razones:
la primera, si has sabido
desto que llaman Amor,550
por otro nombre Cupido,
y si su dulce asador
te ha penetrado el sentido;
la otra, si admitirás
un hombre de algunas prendas,555
mis ojos, si libre estás.
CELIA
Oye, que quiero que entiendas
mi pensamiento no más.
Así te dé Dios ventura
cuando al caballo regales,560
cuando en lacayil figura
con tus espaldas iguales
su blanca frente en altura,
cuando le eches, como debes,
la cebada en su lugar,565
-fol. 118v-
cuando el alcacer le lleves,
cuando le lleves a herrar,
cuando puesto el mandilejo
rasques, sea bayo o sea rucio,
con la almohaza el pellejo570
más resplandeciente y lucio
que limpio cristal de espejo,18
cuando el cabo de la vela,
pegando al negro rincón
con hambre, que es buena espuela,575
cenes la corta ración,
que no tengo qué me duela
ni lo que llaman Cupido:
en la corte anda perdido,
en poderosos porfía,580
entre negros fantasía
y entre doncellas marido
me ha dado con asador,
ni con flecha, ni con flecho,
ni sé qué es gusto o rigor,585
porque tengo a prueba el pecho
a mosquetazos de amor.
DONATO
Pues admite en tu servicio
un caballero.
CELIA
¿Quién?
DONATO
Yo.
CELIA
¿Ese es tu oficio?
DONATO
Es mi oficio.
590
CELIA
¿Que no andas a pie?
DONATO
Yo no.
CELIA
¡Bravo vicio!
DONATO
Estoy de vicio.
CELIA
¿Retócale el alcacer
del rocín de su señor,
di, a oficial de placer?595
DONATO
Más me retoca tu amor.
CELIA
Adiós, que tengo qué hacer.
DONATO
Oye.
CELIA
¿Qué quieres?
DONATO
Que des
este papel a tu ama.
CELIA
Si me dices de quién es.600
DONATO
Leonardo, amiga, se llama.
CELIA
¿Dónde te veré después?
DONATO
En tu calle me hallarás
rondando con mi señor.
CELIA
¿Es este?
DONATO
El que viendo estás.
605
CELIA
El de la cruz es mejor;
no hay duda, querranle más.
Tarde llego, porque creo
que anda entre los dos que digo
el amor hecho correo.610
DONATO
¿Qué?, ¿es galán?
CELIA
Dios me es testigo
que arrastra cualquier deseo,
tanto, que yo...
DONATO
Dilo todo.
CELIA
... le quiero.
DONATO
Ponte de lodo.
CELIA
¡Ay, que tiene un rostro bello,615
que apenas el primer vello
cubre el labio!
DONATO
¿De qué modo?
CELIA
¿Nunca has visto una camuesa?
DONATO
De tu mal gusto me pesa,
y de que no te alborote620
mas un gallardo bigote
que todo el rostro atraviesa.
CELIA
¡Quita allá!
DONATO
Detente.
CELIA
Adiós.

 (Vase.) 

DONATO
Yo pienso que has escuchado
lo que pasa entre los dos.625
LEONARDO
Abrasado estoy, y helado,
vós por otro y yo por vós.
¡Ay de mí, Donato amigo!,
que mayor venganza he dado
a Pompeyo, mi enemigo,630
con haber su hermana amado,
que en tanta muerte y castigo
hasta aquí me ha muerto amor,
agora me matan celos.
Mas veré al competidor635
si no me privan los cielos
del heredado valor.
Llama, y di que un caballero
busca al señor capitán.
DONATO
¿Qué capitán?
LEONARDO
Así espero
640
que el de la cruz de San Juan
salga a ver lo que le quiero.
DONATO19
¿Y después qué le dirás?
LEONARDO
Preguntaré por un hombre
que no haya visto jamás.645
  -fol. 119r-  
DONATO
Pues piensa entretanto el nombre.
LEONARDO
Llama aprisa.
DONATO
Loco estás.
Quedo, que vienen aquí.
LEONARDO
Y mi Angélica también.
¡Ay, cielos, doleos de mí,650
que lo que mis ojos ven
ya me ha muerto!
DONATO
¿Estás en ti?
 

(ANGÉLICA, dama, CELIA, criada, POMPEYO, su hermano, TEODORA, con su hábito de San Juan, y FABIO.)

 
ANGÉLICA
No es lisonja encarecer,
señor primo, lo que estimo
verme honrar de tan buen primo.655
LEONARDO
Donato, no hay más que ver.
DONATO
¿Cómo?
LEONARDO
El de la cruz es tal,
que a su talle y compostura
rindo mi corta ventura.
DONATO
No te rindas, que haces mal,660
porque si aqueste es mejor,
es justo que consideres
que las señoras mujeres
siempre escogen lo peor.
En peligro están los buenos,665
y si juzgan desta suerte,
es fuerza que han de quererte,
siendo el que mereces menos.
TEODORA
Prima, porque vós sabéis
cuán sin méritos estoy,670
nombre de lisonja doy
a la merced que me hacéis.
De vuestra parte yo creo
que suple vuestro valor
mis faltas, no de mi amor,675
donde es gigante el deseo,
pero de mi humilde ser,
aunque, pues soy sangre vuestra,
ella misma el valor muestra
que por vós viene a tener.680
POMPEYO
Yo quiero poner en paz
estas vanas cortesías.
ANGÉLICA
Verdades eran las mías.
TEODORA
Soy de ese bien incapaz.
LEONARDO

 [Aparte.] 

Perdime. ¡Gentil presencia!685
¡Justos celos! ¡Lindo talle!
¿Cómo quiere amor que calle
quitándome la paciencia?
¿No bastaba pretender
una mujer, mi enemiga,690
sino que a temer me obliga
que ha de ser de otro mujer?
DONATO
¿No eres necio?
LEONARDO
Pues no.
DONATO
¿No ves que los desta cruz
no se casan?
LEONARDO
¡Oh!, ¿qué luz
695
a mi noche amaneció?
Como sol has ilustrado
la escuridad del sentido,
pero para ser querido,
¿qué importa el no ser casado?700
Demás que podrá dejalla
para casarse con ella.
DONATO
¿La cruz dejará por ella?
LEONARDO
Si amor le obliga a gozalla,
y sí hará por tal mujer.705
Ya se escureció mi luz.
DONATO
Y dirá: «Arrima esta cruz,
que este son no has de perder»,
que así dizque lo decía
el sacristán de Paradas710
cuando la danza de espadas
en las procesiones vía.
LEONARDO
Quiero hablalle, mas no puedo.
DONATO
¿Qué temes?
LEONARDO
Hame vencido
en la guerra del sentido,715
y tengo a sus armas miedo.
DONATO
Llega, que si amor es luz.
¿Qué importa el vano temor?
LEONARDO
Es demonio este mi amor
que se espanta de la cruz.720
Llegaré pues.
POMPEYO
¿Qué es aquesto?
-fol. 119v-
¿Hombre Salinuene aquí?
No ha quedado sangre en mí
ni el corazón en su puesto.
¿Qué es esto, Angélica?
ANGÉLICA
Yo,
725
¿qué puedo saber, Pompeyo?
LEONARDO
La fama, el común plebeyo
comendador, me avisó
de vuestra buena venida,
y porque en Malta he tenido730
cierto amigo, y este ha sido
parte de mi sangre y vida,
vengo a informarme de vós,
si Pompeyo da lugar.
POMPEYO
Por mi bien os puede hablar.735
LEONARDO
Seguro vengo, por Dios,
que a esta casa yo le guardo
más que a mi sangre respeto.
POMPEYO
Que no os ofende prometo
su dueño, señor Leonardo,740
y así podréis informaros
de mi primo muy seguro.
LEONARDO
Saber de este hombre procuro,
sin ánimo de enojaros.
TEODORA
¿Tiene la cruz ese hidalgo?745
LEONARDO
Sí, señor.
TEODORA
El nombre espero.
LEONARDO
Otavio.
TEODORA
Ese caballero,
si para testigo valgo,
está cautivo en Argel.
LEONARDO
¡Gran desdicha!
TEODORA
¿Aquesto pasa?
750
LEONARDO
¿Podré venir a esta casa
de espacio a informarme dél?
TEODORA
Podéis cuando vós queráis,
y el cielo os guarde.
LEONARDO
Y a vós
gran maestro os haga Dios.755
TEODORA
Para que de mí os sirváis.
LEONARDO
Ven, que voy muerto, ¡ay de mí!,
de celos del capitán.
DONATO
Tus enemigos están
más muertos de verte aquí.760
LEONARDO
Será matarle gran prueba
de mi amor.
DONATO
La cruz es blanca.
LEONARDO
Yo la haré roja si es blanca.
Para su entierro la lleva.
 

(Vanse.)

 
POMPEYO
¿Es posible que llegue atrevimiento,765
Angélica, al de aqueste mi enemigo?
TEODORA
Ser yo la causa deste enojo siento,
mas parece que viene como amigo.
POMPEYO
¿Qué amistad puede haber, qué fundamento
de amor, de fe ni de lealtad conmigo,770
si de padres, hermanos, si de abuelos
la sangre clama a los airados cielos?
¡A mi casa Leonardo Salinuene,
hijo de aquel traidor y de otro hermano!
TEODORA
Este es mi hermano, Fabio.
FABIO
Aquí conviene
775
fingirte en sangre y en valor Montano.
TEODORA
¿Que este villano a tus umbrales viene,
ensangrentados de su propia mano?
¿Quieres que cuando vuelva le matemos?
ANGÉLICA
Primo, ¿qué es esto? ¿Vós hacéis extremo?780
¿Vós queréis renovar la desventura
de vuestra sangre? ¿Vós le dais consejo
-fol. 120r-
a Pompeyo, en que intente esa locura?
TEODORA
Soy hombre, soy soldado y no soy viejo.
¡Vive Dios que en su rostro me figura,785
no como limpio, mas sangriento espejo,
el estrago pasado en mi linaje!
ANGÉLICA
¡Quedo, por Dios! La cólera se ataje.
TEODORA
Por esta cruz del precursor de Cristo,
que fue luz del Jordán, voz del desierto,790
que por vós solamente me resisto
de no le haber con la que ciño muerto.
¡Aquí viene el infame!
ANGÉLICA
No le he visto,
aunque es vecino en este umbral, por cierto.
Primo, aunque sois soldado, ya no es justo795
que renovéis nuestro mortal disgusto.
Mirad que la república de Sena
tiene mandado, pena de la vida,
que ninguno debajo desta pena
pueda hablar a persona forajida,800
que si el hablar, como sabéis, condena,
¿qué pena no tendremos merecida,
si sacas de la vaina aquella espada
que ha veinte años y más que está envainada?
Viva Leonardo, porque alegre pueda805
vivir Pompeyo, que si fue atrevido,
es porque al rico es bien que se conceda
más libertad que al pobre y abatido.
TEODORA
¿Que, pena de la vida, hablar se veda,
Angélica, a cualquiera forajido?810
ANGÉLICA
Así por la República se manda.
TEODORA
Mucho ese bando mi rigor ablanda.

  (Aparte.20 

¿Qué haré, que por Pompeyo estoy perdida?
Y Leonardo me dicen que es mi hermano;
declararme será perder la vida.815
¡Qué variedad del pensamiento humano!
Pero por dicha he sido conducida
del cielo aquí, para que por mi mano
estas parcialidades enemigas
vengan a estar en paz, y a estar amigas.)820
CELIA
A hablarte viene el hijo de Faustino.
POMPEYO
¿Quién es Faustino?
CELIA
Senador de Sena.
  -fol. 120v-  
POMPEYO
Di que entre.
 

(Sale LISANDRO.)

 
LISANDRO
Porque escuses el camino
que, para hablarte, el Senador ordena,
yo vengo en su lugar.
POMPEYO
Yo soy indigno,
825
y así como esta casa estaba ajena
de tal merced en tan alegre día,
no os salí a recebir como debía.
 

(Mira LISANDRO a ANGÉLICA.)

 
LISANDRO
Señor, mi padre, un hombre que en efeto...

  (Túrbase.) 

Es mi padre, y yo... porque... cuando...830
POMPEYO
¿Traéis algún21 disgusto?
LISANDRO
Sois discreto,
cierta pasión me estáis adivinando.
En efeto mi padre, dando efeto
a lo que está mi padre deseando,
cuando con atención mira las cosas835
que el cielo hizo en tanto extremo hermosas,
sucede que no puede el sentimiento.
POMPEYO
¿Qué me decís?
LISANDRO
Que perdonéis os ruego,
que aparte os hablaré.
POMPEYO
Por Dios que siento
que estéis con tan mortal desasosiego.840
LISANDRO

  (Aparte.)22 

Divino rostro, el alma, el pensamiento
me habéis llevado a vuestro dulce fuego,
la razón he perdido, y el sentido,
y así el discurso fue también perdido.
¡Gentil embajador mi padre envía845
para negocio que le importa tanto!
¡Ay divina mujer!, ¡ay sol de un día!,
que me abraso para volverme en llanto
libre de veros, donde estoy venía.
¡Estraña turbación! ¡Terrible espanto!850
Ninguna cosa en término tan breve
con más poder que la hermosura mueve.
Por el cielo divino que me mira,
que me quedé como si a un rey hablara,
-fol. 121r-
y la primera vez dicen que tira855
rayos de luz y de temor su cara.
Ser la fama de Angélica mentira,
y que es mayor, la vista lo declara,
pues apenas la vi cuando perdido
apenas de sentir tengo sentido.860
POMPEYO
¿Qué será aquesto que suspende a este hombre?
LISANDRO
Pompeyo, el Senador mi padre dice,
que ya sabes el gusto con que hace
aquella casa que a la tuya alinda,
parécele que queda el edificio865
corto y estrecho; dice que le vendas
tu casa y huerta, y que le pongas precio.
Perdona el no te haber primero hablado,
que venía con cierta pesadumbre,
que me ha dado un criado que tenía870
por más fiel de lo que agora veo,
pues me lleva a Milán algunas cosas
que estimaba en más precio que valía.
POMPEYO
De tu disgusto, mi Lisandro, tengo
el que es razón. En lo demás que toca875
a vender a tu padre aquella hacienda,
respondo que, aunque soy pobre, y tan pobre
que no tengo más renta, era bajeza,
siendo reliquias de tan noble padre,
y ya como solar de su hidalguía880
borrar con ella el nombre de Montanos,
y así por ningún precio puedo agora
servir al Senador.
LISANDRO
Vente conmigo,
que tiene tanto gusto de compralla
que no me atreveré darle respuesta,885
que ha de sentir como la muerte misma.
Allá podrás de espacio persuadille
con razones tan justas y conformes
al valor heredado de tus padres.
POMPEYO
Lelio.
TEODORA
Primo.
POMPEYO
Los dos a hablarle vamos.
890
TEODORA
Yo quiero acompañarte.
FABIO
¿Iré contigo?
TEODORA
Ven, Fabio, porque busques a Rufino.
POMPEYO
Adiós, hermana.
TEODORA
Prima, adiós.
ANGÉLICA
El cielo
os guarde.
CELIA
¿De qué estás suspensa y triste,
después que al caballero Lelio viste?895
  -fol. 121v-  
ANGÉLICA
Celia, aqueste caballero,
si en dos palabras lo digo,
me ha muerto como enemigo,
y como amigo le quiero.
¡Pluguiera a Dios que mi hermano,900
de mi desventura ajeno,
no me trujera el veneno
que hoy me da amor de su mano!
Pero pues él trujo aquí
lo que no entiende ni ve,905
de lo que ella causa fue,
no me ponga culpa a mí.
CELIA
Tres cosas te han sucedido
notables hoy.
ANGÉLICA
¿Cuáles son?
CELIA
De tu primo la pasión,910
que las demás daño han sido,
la de aqueste caballero
que agora se va de aquí,
pues en los ojos le vi
lo que en tu amor considero,915
y otra cosa que te puede
mover a risa.
ANGÉLICA
¿Y cuál es?
CELIA
Como palabra me des
de que sepultado quede
su amor en eterno olvido,920
te daré un papel de un hombre
que para decir su nombre
mil veces perdón te pido.
ANGÉLICA
¿Es que el mayor enemigo
que tengo me quiere bien?925
CELIA
De que te adora también
es este papel testigo.
Leele, por vida mía.
ANGÉLICA
¿Que le lea?
CELIA
¿Por qué no?
¿A ese talle le obligó930
a amar lo que aborrecía?
ANGÉLICA
Muestra, que me has persuadido.
CELIA
Eres mujer, y deseas
saber.
ANGÉLICA
Cuando no lo leas
me dirás que yerro ha sido.935
 

(Salen TEODORA y FABIO.)

 
TEODORA
Luego que salí de aquí
Pompeyo ir solo acordó,
y que no volviese yo
por no dar sospecha en mí.
Procedió como discreto,940
que yo llevaba temor
que me viese el Senador,
que esto es mentira en efeto,
y cuando el que tiene vara
pregunta al más atrevido,945
turba y confunde el sentido
y mira el alma en la cara,
porque en el error la voz
sale del alma a decir
que comiencen a escribir,950
con que confiesa el temor.
Angélica y Celia están
viendo un papel. ¡Bien, por Dios,
escondeisle!
ANGÉLICA
No de vós.
TEODORA
¿Es secreto?
ANGÉLICA
Y de un galán.
955
No os disgustéis, mas sabed,
que Leonardo, mi enemigo,
anda de amores conmigo.
Si lo queréis ver, leed.
TEODORA

 ([Aparte.] 

¡Oh, qué notable contento!960
Mi hermano la tiene amor,
y yo a Pompeyo, el mayor
que ha tenido pensamiento.
Fingirme quiero celoso.)
¡Dichoso el que ha merecido965
ser con vós tan atrevido!
No quiero decir dichoso.
  -fol. 122r-  
ANGÉLICA
Si fuera en rostro un ángel de los cielos,
o, como fue Absalón, Leonardo fuera,
si su frente más oro enriqueciera970
que al rojo dios que adornan Delfo y Delo
y si con más doseles y más velos
que el monarca mayor se descubriera,
y si las armas y piedad tuviera
que a Dido dieron fuego, a Juno celos,975
cuando tuviera de Sansón la trenza,
el brazo de Héctor, del Amor la aljaba,
de Jasón la ventura y la vergüenza,
por la sangre que apenas hoy se lava
no le tuviera amor, que amor comienza980
por amistad, aunque en disgusto acaba.

 (Vase.) 

TEODORA
Enojada se partió.
CELIA
Aborrece a su enemigo.
TEODORA
Si pretende ser su amigo,
injusto nombre le dio.985
CELIA
Sospecho que os tiene amor.
TEODORA
¿A mí? ¿Por qué?
CELIA
Porque el cielo
cubrió de ese humano velo
la cifra de su valor,
que sois tal, que estoy temblando990
de mirarme junto a vós.
TEODORA
¿Quiéresme bien?
CELIA
Sí, por Dios.
TEODORA
Fabio nos está escuchando.
Venme aquesta noche a ver,
y fíngeme descalzar,995
que quiero darla un pesar
y quiero hacerte un placer.
CELIA
Porque Fabio no lo entienda
no te doy dos mil abrazos.
Adiós, alma destos brazos.1000
TEODORA
Adiós, mi querida prenda.

 (Vase.) 

FABIO
¿Qué es lo [que] esta te decía?
TEODORA
Quiéreme esta noche hablar.
FABIO
¿Cómo hablar?
TEODORA
En mi lugar,
Fabio, ponerte querría,1005
que importa al suceso mío
agradar esta crïada.
FABIO
Pues dala por engañada.
TEODORA
En la escuridad confío,
que detrás de la cortina,1010
Fabio, escondido estarás.
FABIO
Agora me obligas más.
Tu amor a servirte inclina.
TEODORA
No me lo has de agradecer,
Fabio, pues que mujer soy,1015
porque en efeto te doy
lo que no puedo comer.
Verás sucesos gallardos
dando la noche favor.
FABIO
Sí, que de noche, señor,1020
todos los gatos son23 pardos.

 (Vase.) 


IndiceSiguiente