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21

M.: «de». (N. del E.)

 

22

M.: «la». (N. del E.)

 

23

M. omite «todos eran del genero femenino». (N. de E.)

 

24

M.: «chiminea». (N. del E.)

 

25

M.: «a los ojos de la honesta y recatada Leonora». (N. del E.)

 

26

M.: «collacion». (N. del E.)

 

27

170-15. «Hay cierto género de gente -escribe Alonso del Castillo Solórzano, en las Aventuras del Bachiller Trapaza (Valencia, 1634; cap. XV)-, que llaman hijos de vecino. Éstos andan tan al uso, que no perdonan al estío, primavera ni invierno. Son los que primero estrenan los trajes, y con desproporción usan de ellos; los que inventaron en cimentar los mostachos con cabello de las mejillas, los que subieron las ligas a las rodillas, ajustaron las mangas, acortaron las faldillas de las ropillas. Estos pecan los más en valientes, y hablan grueso. Desdichada de la moza que se someta a su voluntad, que, a título de lindos, ayuna todo el año y viste de memoria; tendrá defensor en la persona de un hijo de vecino, mas no lo será de la escarcha del invierno, dándola que se vista; mantendrá cualquier pendencia por ella, pero no le dará mantenimiento; lo que suelen dar a menudo son bofetadas y coces, que es moneda que corre en éstos para con ellas, porque la que tiene las armas del rey, es para sus galas y para su juego, al que también son inclinados. Son los perpetuos cursantes de la comedia, no porque la penetren, sino por seguir el uso de sus mayores; y si uno destos es caudillo de la mosquetería, triste del poeta que le tuviese enojado, que perecerá con sus comedias.» (N. del E.)

 

28

M.: «respetos». (N. del E.)

 

29

M.: «con otros dos». (N. del E.)

 

30

M.: «sus conocidos y particulares amigos». (N. del E.)