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198-31. Seguidilla. Las expresiones «hombres de
seguida» y «mujeres de seguida», para indicar rufianes y
daifas, léense en la
Tragedia Policiana (1547). Y, en efecto,
según Gonzalo Correas, en su
Arte grande de la lengua castellana (1626;
edición del conde de la Viñaza; Madrid, 1903; pág. 272),
las seguidillas son acomodadas al cantar alegre «de la jente de la
seguida i enamorada, rufianes i sus
consortes, de qienes en particular nuevamente se les ha pegado el nombre a las
seguidillas, i ellos se llaman
de la seguida, i
de la siga,
de la vida seguida i
de la vida airada, porqe siguen su gusto i
plazer i vida libre sin lei...»
Las hay del siglo XV. Según
Correas, «desde el año de 1600 a esta parte, han
revivido»
.
Véase también el magistral estudio de Federico Hanssen, titulado La Seguidilla, y publicado en los Anales de la Universidad de Chile (Santiago de Chile, 1909). (N. del E.)
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200-10. El texto: tonido. (N. del E.)
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M. omite «les». (N. del E.)
54
M.: «mucho mas». (N. del E.)
55
M.: «y sin merecello nosotras». (N. del E.)
56
M.: «y particularmente». (N. del E.)
57
M.: «vn tan solo». (N. del E.)
58
M.: «mezclarselos». (N. del E.)
59
M.: «el». (N. del E.)
60
M.: «assi». (N. del E.)