Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

91

En este verso he cambiado, por un lado, "destos" por "de estos" y, por otro lado, "traduzgan" por "traduzcan". (N. del E.)

 

92

En este verso en concreto he modificado "del" por "de él" y, de otra parte, "induzgan" por "induzcan". (N. del E.)

 

93

En resumidas cuentas, creo que este poema es una especie de desafío literario y de ingenio a la academia de don Francisco de Mendoza. En él, Alarcón (o alguien que habla por él) menciona por qué no quiere hacer frente en persona a los miembros de la academia y les desafía, además, a que descubran un mensaje oculto dentro del poema. Ese algo, supuestamente, es el problema que le aflige y, para decodificar el mensaje, los miembros de la academia deben traducir al latín uno de los diez versos de los que se compone el enigma. Por otro lado, es fácil ver que, a pesar de que el poema está escrito en primera persona, es muy poco probable que fuera Alarcón el que lo escribió. (N. del E.)

 

94

El encabezamiento de este poema es mío. (N. del E.)

 

95

Este poema intenta responder al desafío planteado en el poema anterior. En ese sentido, uno de los diez versos de los que se componía el enigma anterior es traducido al latín, o al menos a una versión burlesca del latín (por eso seguramente lo llama "latín limado"). Concretamente, "corazón, ¿adónde voy?" es traducido como "cor, ¿quo vado?". "Cor" por supuesto recuerda la palabra latina para el corazón, y "quo vado" quiere decir "¿adónde voy?". Esto, que, en principio, parece absurdo, en su conjunto, trae a la mente la palabra "corcovado" que es, en definitiva, el motivo por el que todos se burlan del autor mejicano.

 

96

El que responde al poema anterior, evidentemente en tono de burla, niega ser sátrapa, que es lo que supuestamente usaba Alarcón para referirse a los miembros de la academia.

 

97

El poema termina diciendo que lo que le aflige al autor es el paso del tiempo y su joroba (similar a la que algunos ancianos desarrollan). Ambas cosas, unidas, son las le recuerdan la inevitable muerte y, por lo tanto, le producen temor.