Gioconda Belli militó muy tempranamente en las filas del FSLN realizando misiones clandestinas que la llevaron al exilio hasta el derrocamiento de Somoza en 1979. Tras esa fecha trabajaría activamente para el gobierno sandinista y, tras la derrota electoral de 1990, sus relaciones con la cúpula del FSLN se irían deteriorando paulatinamente hasta llegar a la ruptura definitiva a mediados de los 90, como ocurrió también con otros intelectuales nicaragüenses.
Ernesto Cardenal es, sin duda, una de las voces claves de la cultura nicaragüense; así, además de la importancia de su obra, hay que recordar la influencia ejercida en otros autores, entre los que se cuenta la propia Gioconda Belli. Por otra parte, hay que señalar que en 1979 fue nombrado Ministro de Cultura, poniendo en marcha los Talleres de Poesía, experiencia que no estuvo exenta de polémica pero que es ilustrativa del peso que la poesía posee en la cultura del país.
Jorge Eduardo Arellano, Panorama de la literatura nicaragüense, Managua, Nueva Nicaragua, 1982, p. 169 y ss.
Daisy Zamora, La mujer nicaragüense en la poesía, Managua, Nueva Nicaragua, 1992, pp. 31-32.
A su vez estas poetas tienen como precursoras a Carmen Sobalvarro (1908), a María Teresa Sánchez y a Mariana Sansón Argüello, ambas nacidas en 1918. Vid., Daisy Zamora, «La mujer nicaragüense en la poesía», Revista Iberoamericana, octubre-diciembre de 1991, pp. 936-941.
Ibid., pp. 246-247.
Mencionamos este dato porque Ernesto Cardenal va a tener una gran influencia en la obra de estas poetas.
Vid., Carmen Alemany Bay, Poética coloquial hispanoamericana, Alicante, Universidad de Alicante, 1997.
Carmen Alemany Bay, «Realidad, amor e historia en la creación de Gioconda Belli», Mujeres: escrituras y lenguajes (Sonia Mattalía y Milagros Aleza, eds.), València, Universitat de València, 1995, p. 76.