Posteriormente, Gioconda Belli se afilió al recién creado Movimiento Renovador Sandinista (MRS), entre cuyos militantes también se cuentan Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez, antiguos compañeros de Belli en el FSLN.
«Algunos compañeros llevaron estilos de vida que contrastaban con las condiciones difíciles que enfrentaba la mayoría de nuestra población.»; Envío, Managua, año 9, n.º 105, julio 1990, p. 40.
«Luego llegó la corrupción y el abuso de poder de unos pocos sandinistas que se sirvieron con cuchara grande antes del cambio de Gobierno en 1990 la famosa piñata»; Tania Montenegro, «La Revolución que se quedó chavalita», EL PAÍS, domingo 18 de julio de 1999.
Lo que está criticando Gioconda Belli es la postura beligerante que el FSLN adoptó tras la derrota de las elecciones en vez de tratar de amoldarse al nuevo contexto político del país que les era adverso ideológicamente pero que, al fin y al cabo, era el resultado de un proceso democrático.
Ernesto Cardenal, «Mayapán, Los ovnis de oro. Poemas indios, Nicaragua, Nicarao, 1991, p. 86.
M. Audrey Aaron, Contemporary Chilam, apud., Paul W. Borgeson Jr., Hacia el hombre nuevo: poesía y pensamiento en Ernesto Cardenal, London, Thamesis Books, 1984, p. 173.
«Las ciudades perdidas», Ernesto Cardenal, op. cit., p. 76.
Paul W. Borgeson Jr., op. cit., p. 72.
En este sentido, señala Henry Cohen que Belli transforma al «buen salvaje» en el «buen revolucionario». Sin embargo, hay que matizar esta aseveración, puesto que los revolucionarios de Belli no son prototipos ideales, sino que poseen sus propias debilidades, por lo que se trata de personajes más creíbles y humanos. Henry Cohen, op. cit., p. 45.
Recordemos en este sentido la función que los poetas asumen es el ideario de la autora.
En este sentido podríamos señalar el paralelismo existente entre la función de guías de su pueblo de los ancianos y el compromiso que, según manifiesta la autora en su obra, han de adoptar necesariamente los escritores e intelectuales.