Miguel León-Portilla, Literaturas indígenas de México, Madrid, Mapfre, 1992, p. 20.
En La mujer habitada, por ejemplo, los ciclos naturales marcan la temporalidad de la trama: la novela comienza el primer día de trabajo de Lavinia, justamente a primeros de año y concluye con la muerte de este personaje en diciembre. Por otra parte, Timothy Richards establece claramente el paralelismo existente entre el crecimiento del naranjo-Itzá y la evolución política de Lavinia; op. cit., pp. 212-215.
En este ámbito cobran un especial sentido las apreciaciones arquitectónicas de Lavinia o la configuración urbana de Waslala.
Esto concuerda con las reflexiones de Miguel León-Portilla, quien subraya como principales señas de identidad de un pueblo el idioma, las tradiciones, las creencias, la visión del mundo, su orientación moral y, muy especialmente, la conciencia histórica que, como vimos, tiene una especial relevancia en la obra de Belli; Miguel León-Portilla, Culturas en peligro, México, Alianza Ed., 1976 (1.ª ed.), p. 17.
Trad. de Ángel María Garibay, de Romances de los Señores de Nueva España en La literatura de los aztecas (Ángel María Garibay, ed.), México, Joaquín Mortiz, 1964.
José Alcina Franch, Mitos y literatura azteca, Madrid, Alianza Editorial, 1994, p. 18.
Miguel León-Portilla, Culturas en peligro, p. 5.
Historia de la literatura náhualt (Ángel M.ª Garibay K., ed.), México, Porrúa, 1992, p. 477.
Miguel León-Portilla, Literatura del México Antiguo, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1978, p. 154.
Encontramos un ejemplo muy similar en el poema de Ernesto Cardenal titulado precisamente «In xóchitl in cuícatl»: «¿Pero como las flores perecen nos iremos?/ Al menos flores, al menos cantos/ No terminarán aquí las flores, no terminarán los cantos», op. cit., p. 46.