Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —[283]→  

ArribaAbajoReseñas

  —[284] [285]→  

ArribaAbajoJosé Romera, Alicia Yllera, Mario García-Page y Rosa Calvet: Escritura autobiográfica. Actas del II Seminario Internacional del Instituto de Semiótica Literaria y Teatral

Agustina Torres Lara


(Madrid: Visor Libros, 1993)

El presente volumen recoge los trabajos presentados en el II Seminario Internacional del Instituto de Semiótica Literaria y Teatral de la UNED, dirigido por el profesor José Romera Castillo. Dicho seminario se celebró en Madrid durante los tres primeros días de junio de 1992 sobre el tema monográfico «Escritura autobiográfica», el cual convocó y dio cita a teóricos, críticos e historiadores de la materia. La publicación de sus Actas representa un hito más en ese despertar editorial que en los últimos lustros ha experimentado la autobiografía.

La obra se vertebra en tres partes. Por un lado, tres conferencias leídas en sesiones plenarias por los profesores Darío Villanueva, Ángel G. Loureiro y Francisco Hernández; por otro, 46 comunicaciones, en las que se plantean reflexiones que van desde las consideraciones de carácter teórico sobre la autobiografía, hasta la lectura crítica de textos autobiográficos españoles y extranjeros en sus diversas manifestaciones   —[286]→   (memorias, diarios, epistolarios, autorretratos, novelas autobiográficas, etc.), pasando por la vinculación que la autobiografía guarda con otras parcelas como la filosofía, la psicología e incluso el arte. Pone el broche de oro el apéndice que recoge un selecto repertorio bibliográfico de la escritura autobiográfica en España en los últimos veinte años, elaborado por José Romera, el cual puede ser de gran utilidad para futuros investigadores o incluso para simples interesados.

El trabajo de Darío Villanueva titulado «Realidad y ficción: la paradoja de la autobiografía», versa sobre la estructura paradoxal de la autobiografía desde una dimensión pragmática del género, anteriormente esbozada por E. Bruss y P. Lejeune. Para ello parte de la consideración de la tesis lacaniana del estadio en el espejo, lo que le lleva a afirmar que «la autobiografía como género literario posee una virtualidad creativa, más que referencial. Virtualidad de poiesis antes que de mimesis» (p. 22), ideas que comparte con otros teóricos de la autobiografía como Paul John Eakin o Paul de Man. Sostiene, por otra parte, que «el realismo es el fundamento de toda literatura, entendido no como principio genético o como mera solución formal, sino fenomenológica y pragmática» (p. 25), para lo que apela a la perspectiva del lector, ya que «El texto fictivo resulta, pues, de modificaciones intencionales efectuadas por agentes, emisor y receptor de la acción comunicativa» (p. 36).

Ángel G. Loureiro, en su trabajo acerca de las «Direcciones sobre la teoría de la autobiografía», propugna el estudio de ésta «como un paradigma para una teoría de la textualidad que, estableciendo nuevos puentes entre texto y mundo, filosofía y literatura, puede ofrecernos una nueva visión de la naturaleza de la historia, del yo y del lenguaje» (p. 33). A continuación, y tras señalar las diferentes concepciones de la autobiografía en relación con el autos, bios y grafé, el autor pasa a delinear las coordenadas fundamentales de algunas de las más importantes tendencias teóricas por las que discurren los estudios autobiográficos hoy día, que van desde las radicales teorías feministas, hasta las deconstruccionistas, pasando por la pragmática.

«Stendhal: la autobiografía perpetua» es el título de la aportación de Francisco Javier Hernández, quien aborda el tema de la escritura autobiográfica en la obra stendhaliana, centrándose en las Marginalia, donde el autor nos da cuenta tanto de su evolución emocional e intelectual como de sus luchas internas; y la Vie de Henry Brulard, culminación autobiográfica en la obra del escritor. El profesor Hernández insiste a lo largo de estas páginas en el carácter constante de la escritura autobiográfica de Stendhal considerada por éste como «una segunda   —[287]→   naturaleza, indisociable del placer de escribir» (p. 49), para autoconocerse. Ideas, por otra parte, no contrariadas sino complementadas por Juan Bravo (pp. 107-117), quien además incide en señalar el concepto de modernidad de la autobiografía stendhaliana.

En relación con la teoría de la autobiografía han versado algunos trabajos llevados a cabo con encomiable rigor crítico. Entre ellos, el que José Domínguez Caparrós dedica a exhumar las ideas de Bajtín sobre autobiografía; el que Fernando Cabo consagra a conciliar las nociones de autor y autobiografía; y el de M.ª Luisa Maillard sobre el tiempo de la confesión en María Zambrano. Otra serie de cuestiones teóricas han sido elucidadas a lo largo de estas páginas como la focalización en el relato autobiográfico, que estudia Fernando Castanedo; o las tipologías de las instancias narrativas, de las que se encarga Salustiano Martín.

Han sido más atentamente consideradas en estas páginas las diferentes modalidades de la literatura íntima. Comencemos por los relatos autobiográficos de ficción, que son los que más colaboraciones han suscitado y de los que importa destacar por su originalidad y penetración el estudio que Elide Pitarello dedica al proceso de enajenación como pérdida de la individualidad que experimenta en su obra el poeta Juan Larrea; o la lectura crítica que Robin Lefere hace del proceder de la práctica autobiográfica en los escritos de Claude Simon.

Merecen, igualmente, nuestra atención las lecturas críticas de textos como Penúltimos castigos, de Carlos Barral (Cecilio Díaz); Luis Álvarez Petreña (Virgilio Tortosa) y Declaración de un vencido (M.ª José Navarro), de Max Aub; o la «Pequeña autobiografía» subtitulada «Carta a Ramón Gómez de la Serna», de Edgar Neville (M.ª Luisa Burguera).

Los relatos autobiográficos de ficción extranjeros están representados por Livret de famille, de Patrick Modiano (Margarita Alfaro); Stop Time, de Frank Conroy (M.ª Antonia Álvarez); La autobiografía de Alice B. Toklas, de Gertrude Stein (M.ª Jesús Fariña y Beatriz Suárez); y Viernes de dolores, de Miguel Ángel Asturias (Lourdes Royano).

Los textos autobiográficos de mujeres, que por lo general vienen siendo víctimas del olvido, reciben tratamiento en estas páginas. Destacan los estudios de Ángela Holguera sobre Christine de Pisan como ejemplo de autobiografía literaria femenina en la Edad Media; o el de Emilia Cortés acerca de las autobiografías y memorias de Pilar de Valderrama, Josefina Manresa y Felicidad Blanc.

  —[288]→  

Tiene cabida en estas Actas otro grupo de trabajos que, participando del buen sentir de Darío Villanueva para quien la autobiografía puede darse en verso o en prosa siempre que exista narración, no dudan en calificar de autobiográficos algunos textos poéticos. Tal es el caso del poema de Juan Ramón Jiménez, La transparencia, Dios, la transparencia, tratado por Ana Recio desde la óptica de la transtextualidad; o el texto poético que abre la colección antológica de Gloria Fuertes, Obras incompletas, del que se ocupa Mario García-Page, el cual hace una lectura autobiográfica del poema desde un enfoque pragmalingüístico.

Otras modalidades autobiográficas son también atendidas en la obra. Entre ellas las memorias, en las que los contextos adquieren más relevancia que lo individual (aspecto que destaca Francisco Abad en su estudio sobre las Memorias de Baroja). Su importancia radica en el valor documental que poseen, convirtiéndose así en testigos de excepción del mundo cultural y literario de época (según ha visto Francisco Gutiérrez en su análisis de las memorias de Julio Nombela), característica esta última que comparte con los epistolarios (como parece haber visto Agustina Torres al tratar de las colecciones de cartas de autores publicadas en las dos últimas décadas).

Características diferentes presenta otra modalidad autobiográfica, el autorretrato lírico, cuyo objetivo consiste, según Juan Herrero, «en presentar a un destinatario determinado (externo o interno) los rasgos más significativos que constituyen la personalidad del sujeto enunciador desde una perspectiva lírico-existencial» (p. 249).

Otra serie de trabajos versan acerca de la relación que la autobiografía guarda con otras parcelas como la antropología (Manuel González), la psicología (Carlos Soldevilla) o la crítica de arte (excelente trabajo de Anne M.ª Reboul).

Otros asuntos confieren interés a estas Actas: el documentado estudio sobre el yo oblicuo en la lírica medieval de Antonio Domínguez Rey; el trabajo que, consagra Matías Barchino a las narraciones autobiográficas de nuestro Siglo de Oro, el dedicado al epifonema en las Sonatas, de Emilio Pastor; el análisis durante el período modernista de la figura del poeta, de M.ª Dolores Romero; la semiótica autobiográfica en Amores y Arte de Amar, de Juan Antonio González; y el estudio sobre la influencia que el espacio físico ejerce en el individuo de Antonio Bueno.

Un excelente colofón pone fin a la obra. Se trata del apéndice elaborado por José Romera, que nos ofrece un muy completo repertorio   —[289]→   bibliográfico sobre la escritura autobiográfica en España en los últimos veinte años, que recoge tanto los textos de autores españoles y extranjeros en sus diferentes tipologías, como las críticas vertidas sobre ellos; además de la compilación de una serie de trabajos teóricos y críticos sobre la materia. Ello no hace sino poner de manifiesto que va siendo hora de arrinconar el tópico, siempre traído a colación, sobre la relativa escasez de escritos autobiográficos en España, en contraste con la profusión de tales obras en otros países con mayor tradición autobiográfica.

Agustina Torres Lara