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41

Cf. JOSÉ MUÑOZ SENDINO, La escala de Mahoma. Traducción del árabe al castellano, latín y francés, ordenada por Alfonso X el Sabio, Madrid, 1949; y DOROTHEE METLITZKI, The matter of Araby in Medieval England, Yale University Press, 1977.

 

42

La espiritualidad de Algazel y su sentido cristiano, Madrid-Granada, 1975, t. 3, p. 279.

 

43

Cf. También el estudio de la simbología de la iluminación en los espirituales occidentales (Dante, Jacopone di Todi, San Agustín, Santa Catarina de Génova, etc.) en el capítulo «The illumination of the self» del citado Mysticism de Evelyn Underbill.

 

44

Illuminations in Islamic mysticism, Princeton University Press, 1938, p. 12.

 

45

Curiosamente, el paralelo escapa a Asín y a Antonio Márquez (Los alumbrados. Orígenes y filosofía: 1525-1559, Madrid, 1972). El vocablo «alumbrado» merece más estudio. Ahora se aplica en castellano el apelativo de «alumbrado» a un borracho (¿tenue recuerdo de esta secta a menudo delirante de «embriagados» espirituales?). También no deja de ser peculiar el uso de vocablos de sentido orientalizante para la «borrachera»: una «curda», una «turca».

 

46

AL HUŶWIRI, op. cit., p. 384.

 

47

Juan de Valdés (1498-1541). Su pensamiento religioso y las corrientes espirituales de su tiempo, Universitatis Gregoriana Romae, 1957, p. 17.

 

48

I'h' con punto inferior (cursiva)yā’ 'ulum al-Din, Livre XXXV, París, 1959, p. 381.

 

49

Mafajir, 97, 199 apud ASÍN, Šadilīes..., pp. 259-260; cf. también el caso de Ahmad al-Kharrāz, apud M. SMITH, The Sufi..., pp. 121-122.

 

50

La concepción exacta del qalb o centro más profundo del alma es muy compleja entre los sufíes. Algunos lo conciben como un órgano a la vez físico y espiritual y capaz de conocer a Dios. También suelen subdividir el órgano de la comunicación espiritual en distintos grados o centros profundos donde se experimentan diferentes momentos del proceso místico. Nūrī de Bagdad, por ejemplo, subdivide el «corazón» (o este proceso extático) en cuatro grados, que culminan con el lubb o «corazón más profundo». Comenta A. Schimmel que, sin embargo, «Sufis often add the element of sirr, the innermost heart in which the divine revelation is experimented» ( Mystical..., p. 192, cf. también R. A. NICHOLSON, op. cit., p. 97).