«Mientras
ellos hablaban de esto, envió el rey Búcar a decir al
Cid que dejase Valencia y se fuese en paz; si no, que le
pagaría cuanto allí había hecho. El Cid dijo a
aquel que le trajera el mensaje: "Id a decir a Búcar, a
aquel hijo de enemigo, que antes de tres días le daré
yo lo que él pide".
»Al
día siguiente, mandó el Cid armar a todos los suyos y
salió contra los moros. Los infantes de Carrión
pidieron entonces la delantera; y, después que el Cid hubo
ordenado las haces, don Fernando, uno de los infantes, se
adelantó para ir a luchar contra un moro que se llamaba
Aladraf. El moro, cuando lo vio, fue a su vez contra él; y
el infante, por el gran miedo que tuvo de él, volvió
las riendas y huyó; que ni siquiera se atrevió a
esperarle.
»Pero
Bermúdez, que iba cerca de él, cuando vio aquello,
fue a herir al moro y luchó contra él y lo
mató. Después tomó el caballo del moro y se
fue en pos del infante que iba huyendo y le dijo: "Don Fernando,
tomad este caballo y decid a todos que vos matasteis al moro de
quién era el caballo, y yo lo acreditaré con
vos".
»El infante
le dijo: "Don Pero Bermúdez, mucho os lo agradezco lo que
decís"».
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