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30

Se iza la enseña del Cid en Alcocer



Vino Pero Bermúdez,          que la enseña tiene en mano;
Púsola encima,          en todo lo más alto.
Habló mío Cid Ruy Díaz,          el Campeador contado:

Cid

¡Gracias a Dios del cielo          y a todos los sus santos!
Ya mejoraremos posadas          a dueños y a caballos.  615


31

Plan del Cid después de la victoria



Oídme, Álvar Fáñez,          y todos los caballeros:
En este castillo,          gran haber hemos hecho;
Los moros yacen muertos,          de vivos pocos veo.
Los moros y las moras          vender no los podremos,
Que los descabecemos          nada ganaremos;  620
Acojámoslos dentro          que el señorío tenemos;
Posaremos en sus casas          y de ellos nos serviremos.


32

El rey de Valencia envía fuerzas para recobrar Alcocer


Narrador

Mío Cid con esta ganancia          en Alcocer está;
Hizo enviar por la tienda          que dejara allá.
Mucho pesa a los de Teca          y a los de Terrer no place,  625
Y, a los de Calatayud,          sabed, pesando va.
Al rey de Valencia,          enviaron con mensaje:

Mensajero

Que a uno que decían          mío Cid Ruy Díaz de Vivar,
Airolo el rey Alfonso,          de tierra echado lo ha;
Vino a posar sobre Alcocer,          en un tan fuerte lugar;  630
Sacolos a celada,          el castillo ganado ha;
Si no das auxilio,          a Teca y a Terrer perderás;
Perderás a Calatayud,          que no puede escapar;
La ribera del Jalón          toda irá a mal;
Así será lo de Jiloca,          que está en la otra parte.  635

Narrador

Cuando lo oyó el rey Tamín,          de corazón le pesó mal:

Tamín

Tres reyes veo de moros,          en derredor de mí estar;
No lo retardéis,          los dos id para allá;
Tres mil moros llevéis          con armas de lidiar,
Con los de la frontera          que os ayudarán;  640
Prendédmelo con vida,          traédmelo delante;
Porque se me entró en mi tierra,          derecho me habrá de dar.

Narrador

Tres mil moros cabalgan          y piensan en andar;
Ellos vinieron a la noche          en Segorbe a posar.
Otro día de mañana,          piensan en cabalgar;  645
Vinieron a la noche          a Celfa a posar.
Por los de la frontera,          piensan de enviar;
No lo detienen,          vienen de todas partes.
Salieron de Celfa,          la que dicen del Canal;
Anduvieron todo el día,          que vagar no se dan;  650
Vinieron esa noche          a Calatayud a posar.
Por todas esas tierras,          los pregones dan;
Gentes se juntaron,          excesivas de grandes,
Con estos dos reyes          que dicen Fáriz y Galve;
Al bueno de mío Cid,          en Alcocer le van a cercar.  655


33

Los moros ponen sitio a Alcocer



Hincaron las tiendas          y prenden las posadas;
Crecen estas fuerzas,          que gentes son sobejanas.
Los centinelas,          que los moros sacan,
De día y de noche,          envueltos andan en armas;
Muchos son los centinelas          y grande es la almofalla;  660
A los de mío Cid,          ya les quitan el agua.
Las mesnadas de mío Cid          salir querían a batalla;
El que en buena hora nació          firme se lo vedaba.
Tuviéronsela en cerco          cumplidas tres semanas.


34

Plan de campaña: el Cid ordena a sus caballeros; Pero Bermúdez lleva valientemente la enseña



Al cabo de tres semanas,          la cuarta quería entrar,  665
Mío Cid con los suyos          tornose a aconsejar:

Cid

El agua nos han vedado,          nos faltará el pan;
Que nos queramos ir de noche          no nos lo consentirán;
Grandes son los poderes          para con ellos lidiar.
Decidme, caballeros,          cómo os place actuar.  670

Narrador

Primero habló Minaya,          un caballero cabal:

Minaya

De Castilla la gentil,          hemos venido acá;
Si con moros no lidiáremos,          no nos darán el pan.
Bien somos nos seiscientos,          algunos hay de más;
¡En el nombre del Criador,          que por nada quede ya!  675
¡Vayámoslos a herir          mañana sin más tardar!

Narrador

Dijo el Campeador:

Cid

A mi guisa hablasteis;
Os honrasteis, Minaya,          como de vos cabría esperar.
Todos los moros y las moras          afuera los manda echar,
Que no supiese ninguno          esta su puridad.  680
El día y la noche,          piénsanse en preparar.
Otro día de mañana,          el sol quería apuntar;
Armado está mío Cid          con cuantos con él hay.
Hablaba mío Cid,          como oiréis contar:

Cid

Todos salgamos afuera,          que no quede nadie,  685
Sino dos peones solos          para la puerta guardar;
Si nos muriéremos en el campo,          en el castillo nos entrarán;
Si venciéremos la batalla,          riqueza nos crecerá;
Y vos, Pero Bermúdez,          la mi enseña tomad;
Como sois muy bueno,          la tendréis con lealtad;  690
Mas no aguijéis con ella,          si yo no os lo mandare.

Narrador

Al Cid besó la mano,          la enseña va a tomar.
Abrieron las puertas,          afuera salto dan.
Viéronlo los vigías de los moros,          a la Almofalla se van a tornar.
¡Qué prisa hay en los moros!,          y se tornaron a armar.  695
Ante el ruido de tambores,          la tierra quería quebrar;
Veríais armarse moros,          aprisa entran en haz.
De parte de los moros,          dos enseñas hay caudales
E hicieron dos haces de peones mezclados,          ¿quién los podría contar?
Los haces de los moros          ya se mueven adelante  700
Para a mío Cid y a los suyos          a manos los tomar.

Cid

Quedas sed, mesnadas,          aquí, en este lugar;
No se mueva ninguno          hasta que yo lo mande.

Narrador

Aquel Pero Bermúdez          no lo pudo aguantar;
La enseña tiene en mano,          empezó a espolear:  705

Bermúdez

¡El Criador os valga,          Cid Campeador leal!
Voy a meter vuestra enseña          en aquel mayor haz;
Los que el deber tenéis,          veremos cómo la socorráis.

Narrador

Dijo el Campeador:

Cid

¡No sea por Caridad!

Narrador

Repuso Pero Bermúdez:

Pero Bermúdez

¡Por nada quedará!
 710

Narrador

Espoleó al caballo          y metiole en el mayor haz;
Los moros le reciben          por la enseña ganar;
Danle grandes golpes,          mas no le pueden falsear.
Dijo el Campeador:

Cid

¡Valedle, por caridad!


35

Los del Cid socorren a Pero Bermúdez que lleva la enseña al grueso de los moros


Narrador

Embrazan los escudos          delante los corazones;  715
Bajan las lanzas,          envueltas de los pendones;
Inclinaron las caras,          arriba de los arzones;
Íbanlos a herir          con fuertes corazones.
Con grandes voces llama          el que en buena hora nació:

Cid

¡Heridlos, caballeros,          por amor de caridad!  720
¡Yo soy Ruy Díaz,          el Cid Campeador de Vivar!

Narrador

Todos hieren en el haz          donde está Pero Bermúdez;
Trescientas lanzas son,          todas tienen pendones;
Sendos moros mataron,          todos de sendos golpes;
A la tornada que hacen,          otros tantos son.  725


36

Descripción de la batalla



¡Veríais tantas lanzas          bajar y alzar;
Tanta adarga          horadar y traspasar;
Tanta loriga          romper y desmallar;
Tantos pendones blancos          salir bermejos de sangre;
Tantos buenos caballos          sin sus dueños andar!  730
Los moros llaman:

Moros

¡Mahoma!

Narrador

Y los cristianos:

Cristianos

¡Santi Yague!

Narrador

Caían en un poco de lugar          moros muertos mil y trescientos ya.


37

Mención de los caballeros que luchan con el Cid



¡Qué bien lidia          sobre dorado arzón
Mío Cid Ruy Díaz,          el buen lidiador!
Minaya Álvar Fáñez,          que Zorita mandó;  735
Martín Antolínez,          el burgalés de pro;
Muño Gustioz,          que su criado fue;
Martín Muñoz,          el que mandó a Montemayor;
Álvar Álvarez          y Álvar Salvadórez;
Galín García,          el bueno de Aragón;  740
Félez Muñoz,          sobrino del Campeador.
Desde allí adelante          cuantos allí son,
Socorren la enseña          y a mío Cid el Campeador.


38

El Cid socorre a Álvar Fáñez y lucha contra Fáriz



A Minaya Álvar Fáñez,          matáronle el caballo;
Bien le socorren          mesnadas de cristianos;  745
La lanza ha quebrado,          a la espada metió mano;
Aunque de pie,          buenos golpes va dando.
Violo mío Cid,          Ruy Díaz el castellano,
Arrimose a un alguacil,          que tenía buen caballo,
Diole tal golpe de espada          con el su diestro brazo,  750
Cortole por la cintura,          el medio echó en el campo;
A Minaya Álvar Fáñez,          íbale a dar el caballo:

Cid

¡Cabalgad, Minaya,          vos sois el mi diestro brazo!
Hoy en este día,          de vos habré gran amparo.
Firmes están los moros,          aún no se van del campo.  755

Narrador

Cabalgó Minaya,          la espada en la mano,
Por estas fuerzas          firmemente lidiando;
A los que alcanza,          valos matando.
Mío Cid Ruy Díaz,          el Campeador contado,
Al rey Fáriz,          tres golpes le había dado;  760
Los dos le fallan          y el uno le ha alcanzado;
Por la loriga abajo,          la sangre destellando;
Volvió las riendas          por írsele del campo.
Por aquel golpe          el ejército es derrotado.


39

Martín Antolínez lucha contra Galve. Huida de los moros



Martín Antolínez          un golpe dio a Galve;  765
Los rubíes del yelmo          echóselos aparte;
Cortole el yelmo,          que llegó a la carne.
Sabed, el otro          no se atrevió a esperarle.
Derrotado es          el rey Fáriz y Galve.
¡Tan buen día          para la cristiandad  770
Pues huyen los moros          de una y otra parte!
Los de mío Cid          hiriendo en alcance;
El rey Fáriz          en Terrer se fue a entrar,
Y, a Galve,          no le acogieron allá;
Para Calatayud,          cuanto puede se va.  775
El Campeador          íbalo en alcance;
Hasta Calatayud          duró el acosar.


40

Álvar Fáñez cumple su voto. Fin de la batalla. Reparto del botín. El Cid envía el primer donativo al rey



A Minaya Álvar Fáñez,          bien le anda el caballo;
De estos moros,          mató a treinta y cuatro;
Espada tajadora,          sangriento trae el brazo,  780
Por el codo abajo,          la sangre destellando.
Dice Minaya:

Minaya

Ahora soy pagado
Que a Castilla          irán buenos mandados,
Que mío Cid Ruy Díaz          lid campal ha ganado.

Narrador

Tantos moros yacen muertos          que pocos vivos han dejado,  785
Que en alcance          sin duda les fueron dando.
Ya se tornan          los del Campeador contado.
Andaba mío Cid          sobre su buen caballo;
La cofia fruncida,          ¡Dios, cómo es bien barbado!
El almófar a cuestas,          la espada en la mano,  790
Vio a los suyos          cómo van llegando.

Cid

¡Gracias a Dios,          aquel que está en alto,
Cuando tal batalla          hemos ganado!

Narrador

Este campamento,          los de mío Cid luego lo han robado
De escudos y de armas          y de otros haberes largos;  795
De los moriscos,          cuando son llegados,
Hallaron          quinientos diez caballos.10
Grande alegría hay          entre esos cristianos;
Más de quince de los suyos          de menos no hallaron.
Traen oro y plata,          que no saben cuánto;
Con esta ganancia,          rehechos son todos esos cristianos.  800
A sus castillos, a los moros          dentro los han tornado;
Mando mío Cid          aún que les diesen algo.
Gran gozo ha mío Cid          con todos sus vasallos.
Dio a partir estos dineros          y estos haberes largos;
En la su quinta,          al Cid caen cien caballos.  805
¡Dios, qué bien pagó          a todos sus vasallos,
A los peones          y a los encabalgados!
Bien lo dispone          el Campeador contado,
Cuantos él trae,          todos son pagados.

Cid

¡Oíd, Minaya,          sois mi diestro brazo!  810
De esta riqueza,          que el Criador nos ha dado,
A vuestra guisa          tomad con vuestra mano.
Enviaros quiero          a Castilla con mandado
De esta batalla          que hemos ganado.
Al rey Alfonso,          que me ha airado,  815
Quiérele enviar en don          treinta caballos;
Todos con sillas          y muy bien enfrenados;
Sendas espadas          de los arzones colgando.

Narrador

Dijo Minaya Álvar Fáñez:

Minaya

Esto haré yo de grado.


41

El Cid quiere cumplir el voto a Santa María


Cid

He aquí          oro y plata,  820
Una bota llena,          que nada no le menguaba.
En Santa María de Burgos,          pagad mil misas;
Lo que sobrare          dadlo a mi mujer y a mis hijas,
Que rueguen por mí          las noches y los días;
Si yo les viere,          serán dueñas ricas.  825


42

Álvar Fáñez se prepara para ir a Castilla


Narrador

Minaya Álvar Fáñez          de esto es pagado;
Para ir con él          hombres son designados.11
Ahora daban cebada,          ya la noche era entrada;
Mío Cid Ruy Díaz          con los suyos se acordaba:


43

El Cid se despide de Álvar Fáñez


Cid

¡Os vais, Minaya,          a Castilla la gentil!
A nuestros amigos,          bien les podéis decir:  830
Dios nos valió          y vencimos la lid.
A la vuelta,          si nos hallareis aquí,
Si no, do supiereis que estamos          a buscarnos id.
Por lanzas y por espadas          hemos de subsistir;
Si no, en esta tierra angosta,          no podríamos vivir.  835


44

Venta de Alcocer


Narrador

Ya está dispuesto,          por la mañana se fue Minaya;
Y el Campeador          quedó con su mesnada.
La tierra es angosta          y extremada de mala.
Todos los días,          a mío Cid espiaban
Moros de las fronteras          y unas gentes extrañas.  840
Sanó el rey Fáriz,          con él se aconsejaban.
Entre los de Teca          y los de Terrer la casa,
Y los de Calatayud,          que es más honrada,
Así lo han acordado          y registrado en carta:
Les ha vendido Alcocer          por tres mil marcos de plata.  845


45

El Cid reparte las ganancias



Mío Cid Ruy Díaz          a Alcocer ha venido.
¡Qué bien pagó          a sus vasallos mismos!
A caballeros y a peones,          hechos los ha ricos;
En todos los suyos,          no hallaréis un mezquino.
Quien a buen señor sirve          siempre vive en regocijo.  850


46

El Cid deja el valle del Jalón y entra en las tierras del Jiloca



Cuando mío Cid          el castillo quiso dejar,
Moros y moras          pusiéronse a quejar:

Moros

¿Te vas, mío Cid?          ¡Nuestras oraciones váyante delante!
Nos contentos quedamos,          señor, de la tu parte.

Narrador

Cuando dejó Alcocer          mío Cid el de Vivar,  855
Moros y moras          empezaron a llorar.
Alzó su enseña,          el Campeador se va;
Pasó Jalón abajo,          aguijó hacia adelante;
Al salir del Jalón,          hubo muy buenas aves.
Plugo a los de Terrer          y a los de Calatayud más;  860
Pesó a los de Alcocer          que pro les hacía grande
Aguijó mío Cid,          íbase hacia adelante;
Allí se asentó en un poyo          que está sobre Monreal;
Alto es el poyo,          maravilloso y grande;
No teme guerra,          sabed, de ninguna parte.  865
Metió en paria          a Daroca antes;
Después a Molina,          que está a la otra parte;
La tercera, Teruel,          que estaba delante;
En su mano tenía          a Celfa la del Canal.


47

Embajada de Minaya. El Rey acepta los regalos y perdona a Minaya, mas no al Cid



¡Mío Cid Ruy Díaz,          de Dios haya su gracia!  870
Ido es a Castilla          Álvar Fáñez Minaya,
Treinta caballos          al Rey los presentaba;
Violos el Rey,          hermoso se alegraba:

Rey

¿Quién me los dio estos?          ¡Así os valga Dios, Minaya!

Minaya

Mío Cid Ruy Díaz,          que en buena hora ciñó espada,  875
Venció dos reyes de moros          en esta batalla;
Sobejana es señor,          la su ganancia.
A vos, rey honrado,          este presente manda;
Bésaos los pies          y las manos ambas;
Que le hagáis merced,          ¡así el Criador os valga!  880

Narrador

Dijo el Rey:

Rey

¡Mucho es mañana,
Hombre airado,          que de señor no ha gracia,
Para acogerlo          al cabo de tres semanas!
Mas, ya que de moros fue,          tomo esta manda;
Aún me place de mío Cid          que hizo en tal ganancia.  885
Además de todo esto,          a vos libro, Minaya,
Honores y tierras          tenedlas condonadas;
Id y venid,          desde aquí os doy mi gracia;
Mas, del Cid Campeador,          yo no os digo nada.
Además de todo esto,          deciros quiero, Minaya:  890


48

El Rey autoriza a los guerreros a ir con el Cid



De todo mi reino,          los que quisieren marchar,
Buenos y valientes,          para mío Cid ayudar,
Suéltoles los cuerpos          y líbroles las heredades.

Narrador

Besole las manos          Minaya Álvar Fáñez.

Minaya

Gracias, Rey,          como a señor natural;  895
Esto haces ahora          más haréis adelante.


49

El Cid hace incursiones desde El Poyo. Luego, lo abandona y se asienta en el pinar de Tévar. Regreso de Minaya


Rey

Id por Castilla          y os dejen andar, Minaya;
Sin ningún estorbo,          id a mío Cid a buscar ganancia.

Narrador

Quiéroos decir          del que en buena hora ciñó espada:
Aquel Poyo,          en él tomó posada,  900
Mientras que sea el pueblo de moros          y de la gente cristiana,
El Poyo de mío Cid,          así le dirán por carta.
Estando allí,          mucha tierra saqueaba.
El valle del río Martín,          todo lo metió en parias;
A Zaragoza,          sus nuevas llegaban;  905
No place a los moros,          firmemente les pesaba.
Allí estuvo mío Cid          cumplidas quince semanas.
Cuando vio el caboso          que se tardaba Minaya,
Con todas sus gentes          hizo una trasnochada.
Dejó El Poyo,          todo lo desamparaba;  910
Allende Teruel,          don Rodrigo pasaba;
En el pinar de Tévar,          don Ruy Díaz posaba;
Todas esas tierras,          todas las depredaba;
A Zaragoza,          metido la ha en parias.
Cuando esto hubo hecho,          al cabo de tres semanas,  915
De Castilla,          ha venido Minaya;
Doscientos con él,          que todos ciñen espada;
No son en cuenta,          sabed, las peonadas.
Cuando vio mío Cid          asomar a Minaya,
Corriendo el caballo,          lo va a abrazar sin falla;  920
Besole la boca          y los ojos de la cara.
Todo se lo dice,          que no le encubre nada.
El Campeador          hermoso se alegraba:

Cid

¡Gracias a Dios          y a las sus virtudes santas!
Mientras vos viviereis,          bien me iré a mí, Minaya.  925


50

Alegría entre los del Cid por el regreso de Minaya


Narrador

¡Dios, cómo fue alegre          todo aquel fonsado,
Que Minaya Álvar Fáñez          así era llegado,
Trayéndoles saludos          de primos y de hermanos,
Y de sus compañas,          aquellas que habían dejado!


51

Regocijo del Cid



¡Dios, qué alegra está          la barba bellida,  930
Que Álvar Fáñez          pagó las mil misas,
Y que le trajo saludos          de su mujer y de sus hijas!
¡Dios cómo fue el Cid pagado          y mostró gran alegría!

Cid

¡Ya, Álvar Fáñez,          viváis muchos días!


52

Incursiones sobre Alcañiz


Narrador

No lo tardó          el Campeador contado;  935
Tierras de Alcañiz          negras las va dejando;
Y, en derredor,          todo lo va depredando.
Al tercer día,          donde salió allí ha tornado.


53

Las incursiones extienden la fama del Cid entre los moros



Ya va el mandado          por las tierras todas;
Pensando va          a los de Monzón y a los de Huesca;  940
Porque dan parias,          place a los de Zaragoza,
De mío Cid Ruy Díaz          que no temían ninguna deshonra.


54

El Cid se asienta en el puerto de Alucat. Siguen las incursiones por Huesca y Montalbán



Con estas ganancias          a la posada tornando se van;
Todos están alegres,          ganancias traen grandes;
Plugo a mío Cid          y mucho a Álvar Fáñez.  945
Sonriose el caboso          que no lo pudo aguantar:

Cid

Ya, caballeros,          os diré la verdad:
Quien en un lugar mora siempre          lo suyo puede menguar;
Mañana por la mañana,          pensemos en cabalgar;
Dejad estas posadas,          e iremos adelante.  950

Narrador

Entonces se mudó el Cid          al puerto de Alucat;
Desde allí, corre mío Cid          a Huesca y a Montalbán.
En esta corrida,          diez días vinieron a tardar.
Fueron los mandados          a todas partes:
Que el salido de Castilla          así los trae tan mal.  955
Los mandados son idos          a todas partes.


55

El conde de Barcelona se entera de que el Cid le corría la tierra amparada bajo su protección


Narrador

Llegaron las nuevas          al conde de Barcelona:
Que mío Cid Ruy Díaz          que le corría la tierra toda.
Tuvo gran pesar          y túvoselo a gran deshonra.


56

Bravatas y desafío del conde catalán y respuesta del Cid



El conde es muy follón          y dijo una vanidad:  960

Conde

Grandes tuertos me hace          mío Cid el de Vivar;
Dentro en mi corte          me hizo ofensa grande:
Hiriome el sobrino          y no lo enmendó más;
Ahora me corre las tierras          que en mi protección están.
No lo desafié,          ni le torné enemistad;  965
Mas, cuando él me lo busca,          se lo iré yo a demandar.

Narrador

Grandes son las fuerzas          y aprisa se van llegando;
Muchas gentes se le allegan          entre moros y cristianos;
Adeliñan tras mío Cid,          el bueno de Vivar;
Tres días y dos noches,          piensan en andar.  970
Alcanzaron a mío Cid          en Tévar y el pinar;
Así viene esforzado el conde          que a manos le pensó tomar.
Mío Cid don Rodrigo          trae ganancia grande;
Baja de una sierra          y llegaba a un valle.
Del conde don Remón          le ha venido mensaje.  975
Mío Cid, cuando lo oyó,          envió para allá:

Cid

Decid al conde          no lo tenga a mal;
De lo suyo no llevo nada,          déjeme ir en paz.

Narrador

Repuso el conde:

Conde

¡Esto no será verdad!
Lo de antes y de ahora          todo me lo pechará.  980
¡Sabrá el salido          a quién vino a deshonrar!

Narrador

Tornose el mandadero          cuanto pudo más;
Entonces lo conoce          mío Cid el de Vivar
Que a menos de batalla          no se pueden de allí escapar.


57

Arenga del Cid a sus tropas


Cid

Ya, caballeros,          aparte dejad la ganancia;  985
Aprisa guarneceos          y meteos en las armas;
El conde don Remón          nos dará gran batalla;
De moros y de cristianos,          gentes trae sobejanas;
A menos de batalla          no nos dejaría por nada.
Pues adelante irán tras nos,          aquí sea la batalla;  990
Apretad los caballos          y vestid las armas.
Ellos vienen cuesta abajo          y todos traen calzas,
Y las sillas ligeras          y las cinchas aflojadas;
Nosotros cabalgaremos sillas gallegas          y botas sobre calzas;
Cien caballeros          debemos vencer a aquellas mesnadas;  995
Antes que ellos lleguen al llano,          presentémosles las lanzas;
Por uno que hiráis          tres sillas irán sin carga.
¡Verá Remón Berenguer          tras quién vino a dar caza
Hoy, en este pinar de Tévar,          por quitarme la ganancia!


58

El Cid vence al conde de Barcelona y gana la espada Colada


Narrador

Todos están preparados,          cuando mío Cid esto hubo hablado;  1000
Habían tomado las armas          y estaban sobre los caballos.
Vieron cuesta abajo          la fuerza de los francos;
Al pie de la cuesta,          cerca está del llano,
Mandolos herir mío Cid,          el Campeador contado.
Esto hacen los suyos          de voluntad y de grado;  1005
Los pendones y las lanzas          tan bien los van empleando;
A los unos hiriendo          y a los otros derrocando.
Ha vencido esta batalla          el Campeador contado;
Al conde don Remón          a prisión le han tomado.
Allí ganó a Colada,          que vale más de mil marcos.  1010


59

El conde cae prisionero y empieza una huelga de hambre



Allí venció esta batalla          por lo que honró su barba.
Apresolo al conde,          para su tienda lo llevaba;
A sus servidores,          guardarlo mandaba.
Afuera de la tienda,          un salto daba;
De todas partes,          los suyos se juntaban;  1015
Plugo a mío Cid,          pues grandes son las ganancias.
A mío Cid don Rodrigo,          gran comida le adobaban;
El conde don Remón          no se lo precia nada;
Llévanle los manjares,          delante se los presentaban;
Él no lo quiere comer,          a todos los rechazaba:  1020

Conde

No comeré un bocado          por cuanto hay en toda España;
Antes perderé el cuerpo          y dejaré el alma,
Pues que tales malcalzados          me vencieron en batalla.


60

El Cid exhorta al conde a que coma


Narrador

Mío Cid Ruy Díaz          oiréis lo que dijo:

Cid

Comed, conde, de este pan          y bebed de este vino;  1025
Si lo que digo hiciereis,          saldréis de cautivo;
Si no, en todos vuestros días,          no veréis cristianismo.


61

El conde sigue la huelga de hambre


Narrador

Dijo el conde don Remón:

Conde

Comed, don Rodrigo, y pensad en holgar,
Que yo me dejaré morir,          que no quiero yantar.

Narrador

Hasta el tercer día,          no le pueden acordar;  1030
Ellos repartiendo          estas ganancias grandes,
No le pueden hacer comer          un bocado de pan.


62

Al fin, come el conde y el Cid le da la libertad



Dijo Mío Cid:

Cid

Comed, conde, algo,
Que, si no coméis,          no veréis cristianos;12
Y, si vos comiereis          como yo sea agradado,
A vos          y a dos hijosdalgo,  1035
Os libraré los cuerpos          y os daré de mano.13

Narrador

Cuando esto oyó el conde,          ya se iba alegrando.

Conde

Si lo hiciereis, Cid,          lo que habéis hablado.
Tanto cuanto yo viva,          seré de ello maravillado.

Cid

Pues, comed, conde,          y cuando hubiereis yantado,
A vos y a otros dos          os daré de mano.  1040
Mas, cuanto habéis perdido          y yo gané en el campo,
Sabed, no os daré a vos          un dinero malo;
Mas cuanto habéis perdido,          no os será dado,
Pues lo necesito          para éstos mis vasallos,
Que conmigo andan lacerados;          y no os será dado.  1045
Tomando de vos y de otros          nos iremos reparando;
Tendremos esta vida          mientras pluguiere al Padre Santo,
Como quien ira tiene de rey          y de tierra es echado.

Narrador

Alegre está el conde          y pidió agua para las manos,
Y pónenselo delante          y diéronselo apresurados.  1050
Con los caballeros          que el Cid le había dado,
Comiendo va el conde,          ¡Dios, qué de buen grado!
Cerca de él estaba          el Campeador contado:

Cid

Si bien no coméis, conde,          hasta ser de mi agrado,
Aquí haremos la morada,          no nos partiremos ambos.  1055

Narrador

Entonces dijo el conde:

Conde

¡De voluntad y de grado!

Narrador

Con estos dos caballeros          aprisa va yantando;
Contento está mío Cid,          que lo está mirando,
Porque el conde don Remón          tan bien movía las manos.

Conde

Si os agradare, mío Cid,          para ir estamos preparados;  1060
Mandad darnos las bestias          y cabalgaremos privado;
Desde el día que fui conde,          no yanté tan de buen grado;
El placer que de ello tengo          no será olvidado.

Narrador

Danle tres palafrenes          muy bien ensillados
Y buenas vestiduras          de pellizones y de mantos.  1065
El conde don Remón          entre los dos ha entrado;
Hasta el fin de la albergada,          los escoltó el castellano:

Cid

Ya os vais, conde,          a guisa de muy franco;
En gracia os lo tengo          lo que me habéis dejado.
Si os viniere en mente          que quisiereis vengarlo,  1070
Si me viniereis a buscar,          hallarme podréis,
y, si no, mandadme buscar:          o de lo vuestro me dejaréis
O de lo mío          llevaréis algo.

Conde

Holgad ya, mío Cid,          estáis en vuestro salvo;
Pagado os he          por todo este año;  1075
De veniros a buscar,          ni aún será pensado.


63

Partida recelosa del conde


Narrador

Aguijaba el conde          y pensaba en andar;
Tornando va la cabeza          y catando hacia atrás;
Miedo iba teniendo          que mío Cid se arrepentirá;
Lo que no haría el caboso          por cuanto en el mundo hay;  1080
¡Una deslealtad          que no la hizo a nadie!
Ido es el conde,          tornose el de Vivar;
Juntose con sus mesnadas,          comenzose a alegrar
De la gran ganancia que han hecho          maravillosa y grande.

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