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31

Cuando se alza la hostia.

 

32

Cuando se escucha el nombre de Jesús o el de María y cuando en el credo se dice: verbum caro factum est.

 

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Cuando se alza la hostia recomienda que se diga: Adoramos te Señor ihesucristo que por tu sancta cruz redimiste el mundo; Yo creo señor que tu eres hijo de Dios biuo: dios mío: e señor mío. Cuando se alza el cáliz: Adoro te señor que por tu preciosa sangre redemiste e salvaste el humanal linaje. En el momento del Sursum corda invita a elevar los corazones y los pensamientos al Señor correspondiendo a las palabras pronunciadas: alzados los tenemos al señor.

 

34

Las respuestas que muestra son: al Orate fratres - Reciba nuestro señor tu sacrificio (es interesante destacar que la respuesta de los fieles esté en castellano); al Sursum corda - Habemus ad dominum.

 

35

Cf. ibidem, p. 114. En el Tractado de lo que significan las cerimonias de la misa describe en que consiste este «pan bendito»: representa las veces que el Redemptor Nuestro de poquitos panes hartó muchas compañas en el desierto, de lo cual hace mención cuando lo bendice. E porque lo tomemos é lo gustemos con devoción, es de saber que cuando lo bendicen ruega el sacerdote á Nuestro Señor que todos los que dellos gustaren reciban santidad del ánima é del cuerpo. Representa eso mesmo la comunión cotidiana; é después de domingo á domingo, que en el comienzo de la fe cristiana los fieles recibían. Nos entonces reguemos á Nuestro Señor que de sí mesmo, que es pan bivo é celestial, nos quiera por siempre en su gloria hartar (p. 91). J. A. Jungmann nos describe su origen: En Occidente, donde más ha arraigado esta costumbre del pan bendito [...]. Aparece por primera vez en el siglo VI, y en el IX está sólidamente arraigado el mandar a los sacerdotes distribuir este pan los domingos y días de fiesta a los que no comulgantes después de la comunión. La costumbre se extendió por todo Occidente y se mantuvo durante algunos siglos (El sacrificio de la misa, Madrid, 1963, pp. 1.024-1.025.

 

36

L. Resines, La «Breve Doctrina»..., p. 114.

 

37

Hernando de Talavera, «Memorial a los moradores del Albaicín», en A. Gallego y Burin y A. Gamir Sandoval, Los moriscos del reino de Granada según el sínodo de Guadix de 1554, Granada, 1968, p. 162: Que tengáis en vuestras casas, en lugares honestos y limpios, algunas imágenes de Nuestro Señor o de la santa cruz o de nuestra señora la Virgen María o de algún santo o santa y que, cerca de aquella imagen, tengáis colgada la candela bendita que vos bendicen el día de Nuestro Señor, que se dice Santa María Candelaria, y, de la otra parte, el ramo bendito que vos bendicen el día de Ramos: todo esto susodicho pertenece al servicio de Dios Nuestro Señoro y a la buena guarda de nuestra fe católica.

 

38

Ha de bendecir a nuestro señor al comienço e al acabar del yantar e del cenar: diciendo la bendición que para ello es ordenada: o a lo menos Pater noster e Aue Maria: e santiguarse. L. Resines, La «Breve Doctrina»..., op. cit., p. 115.

 

39

La oración del «Ave María» se estaría refiriendo al Angelus donde se rezarían tres veces la oración Ave María de rodillas y una vez la del Padre nuestro.

 

40

Op. cit., p. 115. Para comprender las celebraciones tanto del Miércoles de Ceniza como la de Ramos en la época: cf. J. M. Sierra López, El misal toledano de 1499, Toledo, 2005, pp. 76-86.