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Valor, fortuna y lealtad

Segunda parte de los Tellos de Meneses


Lope de Vega



PERSONAJES
 

 
ALFONSO III,   rey de León.
TELLO EL VIEJO.
TELLO,   su hijo.
GARCI-TELLO,   niño.
DON ARIAS,   conde.
DOÑA ELVIRA,   infanta.
LAURA,   su prima.
INÉS,   villana.
MENDO,   gracioso.
SANCHO,   villano.
UN CURA.
Soldados.
Criados.
Música.
Moros.
Villanos.
Acompañamiento.
 

La acción pasa en las montañas de León y en esta ciudad.

 




ArribaAbajoActo I


Escena I

 

Campo en las montañas de León.

 
 

LA INFANTA, DOÑA ELVIRA y LAURA, con sombreros y rebociños; VILLANOS, MÚSICA. Tocan, cantan y bailan.

 
MÚSICA
Quien se levanta hermosa
y con salud, parida,
algo adivina.
Quien puede levantarse
con bríos montañeses, 5
volver quiere a enfermarse
por otros nueve meses.
Quien hoy a su Meneses
le pareció tan linda,
algo adivina. 10
LAURA
Por muchos años, señora,
de la cama te levantes
a dar envidia a la aurora,
cuando con tiernos diamantes
baña los campos de Flora. 15
Por pizarras desiguales,
viendo que a los campos sales,
tropieza en su misma prisa
la nieve, deshecha en risa,
para que pises cristales. 20
Las flores de la ribera
salen a verte a porfía;
todo se esmalta y espera
de tus ojos alegría
y de tus pies primavera. 25
Todo tu salud lo viste
de contento, hermosa infanta;
hasta la tórtola triste
parece que alegre canta
después que al prado saliste. 30
No hay ave que de su empleo
no muestre dulce deseo;
que, con ser justa su pena,
aún no llora Filomena
los amores de Tereo. 35
Las hiedras, que en verdes techos
prenden acopados colmos,
de ramas y de hojas hechos,
con abrazos más estrechos
han enredado los olmos. 40
Aquesas voces suaves,
que, ya risueñas, ya graves,
con naturales acentos
suenan en dos elementos,
son las fuentes y las aves. 45
INFANTA
Laura mía, esos amores
no parecen de cuñada.
LAURA
Pues ¿de quién serán mejores
que de una prima, templada
al gusto de tus favores? 50
¡Dichoso Tello, que fue
digno de tan bella esposa!
INFANTA
Paso, prima; que vendré
a estar de entrambos celosa.
LAURA
Ahora, Elvira, ¿por qué? 55
Ocho años han pasado
que yo los tuve de ti;
pero en viéndole casado,
con las esperanzas di
al vago viento el cuidado. 60
Yo confieso aquel deseo
de que tan lejos me veo;
digno fue de tu valor,
porque le guardaba Amor
para más dichoso empleo. 65
A mucho te aventuraste;
por este bárbaro suelo
muchos trabajos pasaste;
pero ya, gracias al cielo,
en sus brazos descansaste. 70
INFANTA
Al mísero navegante
truecan, Laura, en un instante
la alegre color de celos
en tanto luto los cielos,
que no parece un diamante. 75
Sus claraboyas serenas
escupen balas de hielo,
truenan nubes de horror llenas,
que, desquiciando su velo,
van arrastrando cadenas. 80
El uno y el otro polo
parecen que sacudir
quieren la máquina, y sólo
entre nubes de zafir,
no sabe su aurora Apolo. 85
Sube hasta el cielo arrogante
del mar el profundo abismo,
porque no hay sol que le espante;
y cayendo de sí mismo,
es fulminado gigante. 90
Y ansí con las luces bellas
traslada la tempestad
la furia del mar, que entre ellas
ven los peces si es verdad
que los hay en las estrellas. 95
Mas luego en tanta ruina
corre la oriental cortina
la aurora bañada en hielo,
y el sol, corazón del cielo,
la turbia mar ilumina. 100
Así yo tantas crueldades
padecí de mis desdichas
entre aquestas soledades,
hasta que el sol de mis dichas
serenó las tempestades. 105
Así del mar inhumano
mi pobre barca salió,
dándome el cielo su mano,
aunque mi padre murió,
y me aborrece mi hermano. 110
Dos hijos tengo ya, en quien
tengo el alma dividida,
dando su parte también
a Tello, porque no hay vida
adonde los tres no estén; 115
que esa necia presunción
de don Arias es locura.
LAURA
Cuéntame por qué razón
volver contra ti procura
león al rey de León. 120
INFANTA
A la margen de esa fuente,
que se queja y no lo siente,
quiero contarte su historia,
aunque ofenda la memoria
tan enojoso accidente. 125
LAURA
Los necios son atrevidos.
INFANTA
De todos le diferencio,
si amaron aborrecidos.
LAURA
Pide a la fuente silencio
mientras te doy los oídos. 130
INFANTA
Presto verás que a ninguna
tanta desdicha importuna,
pues, ni villana ni infanta,
me dejó con fuerza tanta
de perseguir la fortuna. 135

 (Vanse.) 



Escena II

 

Salón del alcázar real de León.

 
 

El REY, DON ARIAS, acompañamiento.

 
DON ARIAS
La muerte del invicto Ordoño, padre
de vuestra alteza, y el debido llanto
a sus claras virtudes, vence tanto
ser vos el heredero,
príncipe soberano 140
de la parte mejor del reino ibero,
que ya el bramido del león hispano,
resucitando en vos su heroico hijo,
las lágrimas convierte en regocijo.
Vos, Alfonso, seréis (en Dios lo espero) 145
de vuestro reino padre y la defensa
de España, vuestra madre,
que oprime el moro con injusta ofensa.
La religión, la paz y la justicia,
la ciencia y la milicia, 150
se verán abrazadas,
de pacífica oliva coronadas.
Vivid siglos, vivid, y ¡plega al cielo
que oyendo el justo celo
y el ánimo devoto, 155
vuestras banderas pongan en el remoto
margen del mar de España,
que las colunas baña
que el tebano llamó fin de la tierra;
pues ya tenéis la torre en que se vían 160
las fuertes naves de la Gran Bretaña
cuando el mar discurrían,
amenazando guerra! Sólo resta
que nos deis sucesión, que os ha faltado
de nuestra gran señora, 165
y un sol leonés de castellana aurora.
REY
Ese cuidado solo me molesta,
don Arias, por vivir desconfiado;
y así, prometo al cielo
visitar con piadoso heroico celo 170
al gran Patrón de España,
a cuya espada debe tanta hazaña;
y desde aquí le ofrezco,
si tanto bien merezco,
labrar la parte que a su templo falta. 175
DON ARIAS
La sucesión esmalta,
como al gobierno público las leyes,
las coronas y cetros de los reyes.


Escena III

 

SANCHO; MENDO, con una carta; dichos.

 
MENDO

  (Aparte a SANCHO al salir.)  

Ya no tengo aquel temor,
Sancho, que tener solía 180
cuando labrador vivía;
que ya no soy labrador.
Con reyes trato en efeto;
verdad es que a Dios y al rey
no por tratarlos es ley 185
que se les pierda el respeto.
Quiero decir que he llegado
a hablallos con libertad.
SANCHO
¿No es hombre la majestad?
MENDO
Sí; pero es hombre endiosado: 190
un rey es Dios en la tierra.
SANCHO
Llega, que es buena ocasión,
pues en su coronación
a nadie las puertas cierra.
MENDO
invictísimo Señor, 195

 (Arrodíllase.) 

que guarde y prospere el cielo...
REY
¿Quién sois? Levantaos del suelo.
MENDO

  (Aparte.) 

Cobrándole voy temor.
Criados somos de Tello,
vuestro cuñado.
REY
¿De quién?
200

  (Vuelve a MENDO la espalda.) 

SANCHO

  (Aparte a MENDO.)  

No escucha el cuñado bien;
enderezóse de cuello.
MENDO
Cuñado, aunque suele ser
tal vez amistad segura,
dicen que es añadidura 205
que dan con propia mujer.
De suerte que es como hueso
del matrimonio un cuñado,
que siempre viene forzado
para hacer cabal el peso. 210
SANCHO
Vuelve a hablar.
MENDO

  (Al REY.) 

Tello, señor,
con esta carta, te envía

 (Dásela.) 

el parabién deste día;
y en prendas de justo amor,
Tello el viejo, y padre suyo, 215
un presente montañés,
que, aunque indigno de tus pies,
ya viene en nombre de tuyo.
Diez potros, que pueden ser
por lo corpulento padres, 220
y cuatro yeguas sus madres,
que las pudiera poner
al carro de oro Faetonte,
a haber moras en el cielo;
porque del áfrico suelo 225
las trasladó nuestro monte.
Trocando el color a veces,
dos son cisnes y dos cuervos,
aunque al correr fueran ciervos,
a no ser por los jaeces; 230
aunque los pies como truenos
corren, y vuelan también;
que apenas ellas se ven,
cuanto más sillas y frenos.
Y un caballo para ti, 235
que parece hijo del toro:
tales son las manchas de oro,
que puedo decirlo así.
Con blanco en lo rojo bebe;
porque, para más belleza, 240
jugando, Naturaleza
le tiró pellas de nieve.
Como liso terciopelo
el pelo vino a quedar,
y sobre lo rojo a estar 245
fondo en oro el blanco pelo.
Y don Tello de Meneses
el mozo, señor, te envía
seis alfanjes de ataujía,
diez jacos, veinte paveses. 250
Los jacos, por más decoro,
tienen, menudas y juntas,
por los collares y puntas,
un dedo de mallas de oro.
Los paveses, todos nuevos, 255
traen pintado el blasón
de Castilla y de León,
y las tortillas de huevos,
para memoria de aquella
en que le puso su hija 260
del rey la oculta sortija,
y sus desdichas en ella.
Diez jaeces recamados
de aljófar y oro...
REY
No más;
que parece que me das 265
los dos presentes pintados.
¡Qué gracioso embajador!
Como del dueño en efeto.
MENDO
No le hubo allá más discreto
en todo el monte, señor. 270
REY
Leed, don Arias, la carta.
DON ARIAS
Tello el viejo firma aquí.
REY
Pues leelda.
DON ARIAS
Dice ansí.
MENDO

 (Aparte.) 

Carta y presente descarta.

 (Lee.) 

DON ARIAS  «Hijo, por muchos años os coronéis rey de León: pareceos a vuestro padre, y seréis buen rey, imitando sus virtudes, para que sea más alegre vuestro reinado. Hoy os ha nacido otro sobrino, hermano de Garci-Tello, que hoy también cumple ocho años; de suerte, que ya tenéis dos sobrinos, y yo dos nietos. La infanta, vuestra hermana y mi hija, irá a veros luego que tenga salud. Dios os haga buen rey y Santiago os ayude. -Tello de los Godos y Meneses».

REY
Hombres...
MENDO
Señor...
REY
Decid a los dos Tellos
275
que estoy muy ocupado;
que me alegré, como se alegran ellos,
de los hijos y nietos que han honrado
su casa con la mía;
y a mi hermana decid que no sería 280
razón que a León viniese
sin que yo la avisase y lo supiese.
MENDO
Prospere el cielo tu real persona,
y ponga un mundo al pie de tu corona.
SANCHO

  (Aparte a MENDO.) 

No queda muy contento. 285
MENDO
Siempre del alma el rostro fue argumento.
SANCHO
Como no tiene hijos, le fatiga
esto de los sobrinos.

 (Vanse SANCHO y MENDO.)  



Escena IV

 

El REY, DON ARIAS, acompañamiento.

 
REY
¡Por qué varios caminos
la fortuna enemiga 290
trueca la gloria en pena!
¿Qué vida fue tan próspera y serena,
que bien con tal exceso,
que sin alteración de algún suceso
llegase hasta su fin gloriosamente? 295
¡Hijo me llama a mí Tello insolente!
¡Oh, cuánto erró mi padre!
Pues no es posible que al gobierno cuadre
ni a la razón de Estado
haber tan mal casado 300
con Tello de Meneses
mi hermana, aunque blasonen sus paveses
de las reales armas de los godos.
DON ARIAS
Señor, si era voz pública de todos
que Tello el mozo...
REY
Basta.
305
Si él fue atrevido y doña Elvira incasta,
cortalle la cabeza era justicia.
Demás, que siempre fue vulgar malicia
árbitra en los sucesos licenciosa;
que Elvira fue muy santa y virtuosa, 310
y sólo erró en amalle.
¡Un pobre labrador, señor de un valle,
con dos hijos que heredan mi corona,
y yo sin ellos!
DON ARIAS
Gran Señor, perdona,
si que fue te dijere necio acuerdo 315
de un rey prudente y cuerdo.
Pero pienso que puedes remediallo,
si quieres, fácilmente;
que no te han de heredar injustamente
hijos de tu vasallo; 320
que puesto que ya son de doña Elvira,
siempre la sucesión al padre mira.
REY
Por la razón de más perfecto, al padre
da la filosofía
más parte que a la madre, 325
que nueve meses al infante cría.
Pero, conde, los hijos de Meneses
¡han de ser reyes en León!
DON ARIAS
Querría
que algún remedio en tanto mal pusieses.
REY
Vamos; que yo daré remedio.
DON ARIAS
El día
330
que se determinare vuestra alteza,
tendrá firme el laurel en la cabeza.

 (Aparte.) 

(¡Oh Elvira! Muerto Tello, serás mía,
y a pesar de las partes más contrarias,
rey de León don Arias. 335
Terrible cosa emprendo; pero es loco
quien piensa, que lo mucho cuesta poco.)

 (Vanse.) 



Escena V

 

Vista exterior de la casa de los Tellos.

 
 

TELLO EL VIEJO, vestido de negro; TELLO.

 
TELLO EL VIEJO
Mas ¿que me quieres quitar
el seso con estas cosas?
TELLO
Siempre te son enojosas 340
las que me pueden honrar.
TELLO EL VIEJO
¡Coche has hecho! ¿Estás en ti,
sabiendo tú que en León
no hay más que el del rey?
TELLO
No son
esas leyes para mí. 345
Y si es la infanta, su hermana,
mi esposa, aunque mi señora,
¿será bien que viva ahora
como cuando fue villana?
Mas son achaques en ti 350
sólo por verme gastar;
que no te puede pesar
de que yo la sirva así.
La iglesia que se acabó
está lejos de tu casa, 355
y el arroyo que se pasa,
ni quiero ni gusto yo
que lo pase en un pollino.
Y en las mulas, di, ¿qué vienes
a gastar, si ciento tienes? 360
TELLO EL VIEJO
Para tan breve camino,
¿coche es menester?
TELLO
Y el día
que al campo quiere salir,
¿en un pollino ha de ir
una infanta y mujer mía? 365
TELLO EL VIEJO
El diablo nos infantó;
mejor nos iba sin ella.
TELLO
Cosa tan discreta y bella
y tan santa ¿te cansó?
TELLO EL VIEJO
¿Cuánto te costó la caja? 370
TELLO
Cien reales.
TELLO EL VIEJO
¡Cien reales!
TELLO
Pues,
y a las carretas que ves
apenas hace ventaja.
Esto y labrar la madera,
clavazón y tafetán 375
otros ciento costarán.
TELLO EL VIEJO
¿Otros ciento?
TELLO
Y más.
TELLO EL VIEJO
Espera;
que lo quiero averiguar.
TELLO
¡Qué gracia!
TELLO EL VIEJO
¿A cómo costó
el tafetán?
TELLO
No se halló,
380
después de regatear,
menos que a real la vara.
TELLO EL VIEJO
¡A real el tafetán!
Perdidas las cosas van.
¡Jesús, qué cosa tan cara! 385
TELLO
¿Santiguaste?
TELLO EL VIEJO
Si compramos
para tu madre un jubón,
cuando con la bendición
de la iglesia nos juntamos,
dos varas de terciopelo, 390
de lo mismo que sacó
la reina el suyo, y costó
(así goce ya del cielo)
a dos reales, y aún vive,
¿no quieres tú que me espante? 395
TELLO
No siendo cosa importante,
pues gusto Elvira recibe.
TELLO EL VIEJO
De suerte que costará
el coche docientos reales
sin mulas.
TELLO
Sí hará, y cabales.
400
TELLO EL VIEJO
Acabarme quieres ya.
TELLO
Señor, cuando labradores,
aunque godos, justo fuera,
que a ese modo se viviera;
no cuando somos señores. 405
TELLO EL VIEJO
¡Ah Tello! ¡Pluguiera a Dios
que en aqueste verde muro,
sin reyes, a lo seguro,
descansáramos los dos!
Conozco tu gran fortuna; 410
pero dime: ¿a quién levanta,
puesto que ponga la planta
en la frente de la luna
(que aquellas manchas que ves
pienso que pisadas fueron 415
de dichosos, que pusieron
sobre su rostro los pies),
que no le haya derribado
antes de acabar la empresa?
Que si del coche me pesa, 420
no es por lo que haya costado,
mas porque de mala gana
paso desde labrador
a imitar con el señor
la grandeza cortesana. 425
Que mirando sus cuidados,
¿no sabes, Tello, que pierdes,
en ciudades campos verdes,
y por vasallos ganados?
Si a la mañana, entre gente 430
tan lucida como ingrata,
se lava en fuente de plata,
¿qué más plata que esa fuente?
Si escuchando aduladores,
oye lisonjas suaves, 435
¿qué más dulce que esas aves,
que se están diciendo amores?
Si le dan manjares varios
los cocineros curiosos,
¿cuándo fueron provechosos, 440
sino a la salud contrarios?
Un capón cuando le mates,
y una manida perdiz
come el señor, con telliz
de azúcar y disparates; 445
mas, cuando a comer te sientes,
aunque te falte limón,
¿qué ha menester un capón
sino buena gana y dientes?
Pues a la noche acostarse 450
mil hombres alrededor,
¿te parece que es mejor
que a sí mismo desnudarse?
¿Qué importa que mil acudan?
Mancos o imágenes son 455
los que otros sin ocasión
los visten y los desnudan.
Blasone el señor bizarro;
que nunca salió en rigor
cometa por labrador, 460
ni se dio veneno en barro.
TELLO
Padre, de consejos tales
ya no os tengo qué decir:
ese modo de vivir
no es de hombres, es de animales. 465
Hasta ahora, desde Adán,
que el mundo estaba en mantillas,
y les daban las orillas
agua y las bellotas pan,
estudiaron policía 470
los hombres; las soledades
trocaron por las ciudades,
hubo rey y monarquía.
Las leyes fueron también
instituto celestial 475
para castigar el mal
y para premiar el bien.
Mal cumplieran con sus nombres,
ni fuera entre humanos ley
que hubiera entre abejas rey, 480
y les faltara a los hombres.
Y creed que no es compás
de almas nobles, de hombres buenos,
estarse siempre a ser menos,
y no llegar a ser más. 485
Si están cerca vuestros nietos
de ser reyes de León,
la villana imitación
¿será de hidalgos discretos?
TELLO EL VIEJO
Tello, yo estoy viejo ya; 490
de la paz hablo, y quisiera
que aquesta paz no saliera
de la humildad en que está.
Haz lo que fuere tu gusto.


Escena VI

 

La INFANTA, LAURA, INÉS, dichos.

 
INFANTA

  (Aparte a LAURA.) 

A agradecerle venía 495
el coche, y está aquí el viejo.
TELLO EL VIEJO
¿Por qué, Elvira, te retiras?
INFANTA
Antes, a besarte vengo
la mano, y Laura mi prima,
por el presente y la carta 500
que al rey, mi señor, envías.
TELLO EL VIEJO
Ya estará de vuelta Mendo.
LAURA
Es menester que le escribas
que venga a honrar el bautismo
y saque el niño de pila. 505
TELLO EL VIEJO
No sé si me atreva, Laura;
no porque el rey no vendría,
mas porque darle aposento
entre estos robles y encinas
a tan grande majestad, 510
atrevimiento sería.
INFANTA
Cómo respondiere el rey,
que ya tendrá más altiva
la condición, trataremos
(pues que lo fue de García 515
su padre) escribir que sea
padrino de Ordoño.
TELLO EL VIEJO
Admiras
la mudanza con razón;
que puede ser que no admita
rey lo que príncipe hiciera. 520
INÉS
Mendo y Sancho a toda prisa
bajan la cuesta del monte:
prevenidles las albricias;
que de las yeguas se apean.
TELLO EL VIEJO
Dárselas el rey podía: 525
que ya le tengo contadas
cuatro mil doblas, que habitan
el limbo de un cofre, a quien
decendieron desde niñas.
TELLO
Pues, dasle cuatro mil doblas 530
al rey heredero, y ¡miras
en que con un coche yo
a Elvira y a Laura sirva,
que cuesta veinte ducados!
TELLO EL VIEJO
Necio, ésas son demasías, 535
y estotras necesidades;
porque son las más precisas
cuando los reyes heredan.


Escena VII

 

MENDO, SANCHO, dichos.

 
MENDO

 (Dentro.) 

Los frenos sólo les quita,
y echarásles de comer. 540

 (Salen MENDO y SANCHO.) 

Guarde el cielo vuestras vidas.
TELLO EL VIEJO
Seas bien venido, Mendo.
¿Que hay del rey?
MENDO
¿No lo adivinas?
Pues no es tan malo de ver,
por corto que estés de vista; 545
que al rostro triste o alegre
llamaron papel sin firma.
La corona de León,
de Austrias y de Galicia
la frente adornaba apenas, 550
bellísima infanta Elvira,
a don Alfonso tu hermano,
que de cinco que tenías,
quedó sólo, y fue el mayor;
cuando, puesto de rodillas 555
a la majestad humana,
imagen de la divina,
le doy la carta y refiero
de los presentes la lista,
hurtando pluma y pinceles 560
al que escribe y al que pinta.
El rey (la causa él la sabe)
mal me escucha y peor me mira;
y quien no escucha a quien habla,
claro está que se fatiga. 565
Mandó que abriese don Arias
la carta, y como decías
Hijo en el primer renglón,
parecióle cosa indigna
de la grandeza de un rey, 570
aunque amorosa caricia,
que, sin ser padre, un vasallo
hijo le nombre y escriba.
Así leyó lo demás;
y me mandó que te diga 575
que responderá a su tiempo,
y que la infanta desista
de la venida a León;
todas parecen enigmas.
Bajamos yo y Sancho al campo 580
del palacio, en que relinchan
los mal empleados potros,
murmurando la venida
de sus libres y anchos prados,
donde a su gusto mordían, 585
ya las yerbas, ya las flores,
bebiendo en sus fuentes limpias
con tal gusto, que el villano
que al agua los conducía
pudiera contar de espacio 590
los tragos en las barrigas;
murmuraban finalmente
ver que a la Corte venían
a estar con fuertes aldabas,
que de libertad los privan. 595
Ellos, las yeguas, las armas,
paveses y jacerinas,
con los bordados jaeces,
entrego al conde Favila;
y sin comer en León, 600
como un alarbe en la silla
salto sin arzón, y vengo
a deciros que la envidia
de Garci-Tello y Ordoño,
hijos de la hermosa Elvira 605
y forzosos herederos,
alguna cosa, imagina;
porque verse el rey sin ellos,
y imposible a Geloíra,
su esposa, hará que aborrezca 610
Alfonso su sangre misma.
INFANTA
¿Eso respondió mi hermano?
INÉS
Sancho, ¿es verdad o es mentira?
SANCHO
Lo menos te ha dicho Mendo.
INFANTA
¿Es posible que en el día 615
que se corona, aún no sepa
templar Alfonso la ira?
TELLO
Conmigo debe de ser
el enojo.
TELLO EL VIEJO
Como vivan
mis hijos y nietos, Tello, 620
para que a Dios y al rey sirvan,
hacienda tenéis y tierra
adonde paséis la vida
siendo reyes, sin ser reyes.
Pero, porque no reciba 625
como los potros las doblas,
no las verá si no envía
con muchos ruegos por ellas.
A la fe que de otra guisa
me trataba a mí su padre 630
cuando a estos montes venía.
Ea, no hay más que aguardar.
Hoy Ordoño se bautiza:
sea padrino su hermano.
Vístele de gala, Elvira, 635
y cíñele espada y daga.
INFANTA
Ven, Laura...

 (Aparte a ella.) 

(Que mi alegría
no la ha de templar el rey
con la envidiosa malicia
de don Arias, pues ya entiendes 640
por los pasos que camina
a tan necias pretensiones.)
LAURA
¿Qué importan las fantasías
de sus locos pensamientos?

 (Vanse la INFANTA, LAURA e INÉS.)  



Escena VIII

 

TELLO EL VIEJO, TELLO, MENDO, SANCHO.

 
TELLO EL VIEJO
Tello, parte y solicita 645
lo que fuere necesario.
TELLO
¿Sacarán las fuentes ricas?
TELLO EL VIEJO
Y cuando fueran tan grandes
como las que se derivan
de la nieve de esos montes, 650
¿es cosa de cada día
bautizar un nieto, y nieto
de un rey?
TELLO
Yo voy.
TELLO EL VIEJO
Date prisa.
 

(Vase TELLO.)

 
Y vosotros, Mendo y Sancho,
descansad, porque querría 655
que el bautismo se celebre
de manera, que se escriba
por cosa rara en León.
MENDO
Tú verás que regocijan
los bailes y luminarias 660
campos, valles, caserías,
pastores, árboles, aves,
cuantos la montaña habitan.

 (Vanse MENDO y SANCHO.) 



Escena IX

 

TELLO EL VIEJO, solo.

 
TELLO EL VIEJO
La pena que me ha dado
la respuesta del rey áspera y dura, 665
puesto que me ha turbado,
disimulé con prudencial cordura;
que, si a entenderla diera,
mayor cuidado el de mis hijos fuera.
¡Oh Tello! ¡Cuán seguro 670
vivías tú, señor de la montaña
que con eterno muro
defiende y fortalece el mar de España!
¿Qué engaño entre tus bueyes
aposentó caballos de los reyes? 675
Aquí ¿no te alabaste
que despertabas con la blanca aurora,
a ver el verde engaste
de la voz de cristal, fuente sonora,
en el trigo los grillos, 680
y en la selva pintados pajarillos?
¿No alabaste las noches,
las horas sin reloj siempre quietas?
¿Quién vio rodando coches
por los sulcos de frágiles carretas, 685
que, rompiendo pizarras,
imitarán sus ruedas las cigarras?
¿No decías que hallaba
su paz el alma en soledad? ¿Quién trujo
la Corte donde estaba 690
de los yermos de Tebas el dibujo?
Y ¿quién en triste día,
engirió con el vos la señoría!
Pues, Tello, haced paciencia:
si os quisisteis meter a caballero 695
con tanta inadvertencia,
sabed que la inquietud es lo primero;
que es la caballería
dulce cansancio, envuelto en cortesía.


Escena X

 

GARCI-TELLO, niño, con espada; TELLO EL VIEJO.

 
GARCI-TELLO
Mi madre dice que ya 700
está prevenido todo.
TELLO EL VIEJO
¡Oh buen nieto! ¡Oh fuerte godo!
¡Qué bien la espada os está!
GARCI-TELLO
Sólo a vuestra señoría
aguardan.
TELLO EL VIEJO
No me llaméis
705
señoría aunque podéis,
pues que ser señor solía.
¡Por mi fe, que os tiene puesto
galán Elvira!
GARCI-TELLO
Señor,
Díos sabe con el temor 710
que me ha vestido y compuesto.
TELLO EL VIEJO
¡Temor! Pues ¿de qué, García?
GARCI-TELLO
De que os soléis enojar,
y a los vestidos llamar
excusada demasía. 715
TELLO EL VIEJO
La seda no me molesta,
nieto; que lo que me enfada
es la seda acuchillada,
que está antes rota que puesta.
Y con vos no hay intereses 720
de hacienda, sábelo Dios;
que os quiero yo mucho a vos,
sí, por vida de Meneses.
Era yo de vuestra edad
como ahora os vengo a ver... 725
Fue muy linda mi mujer,
y mujer de calidad...

 (Llora.) 

Hoy la tengo el mismo amor.
GARCI-TELLO
¿Lloráis?
TELLO EL VIEJO
No.
GARCI-TELLO
Pienso que sí.
TELLO EL VIEJO
¿Hay alguno por ahí 730
que nos vea?
GARCI-TELLO
No, señor.
TELLO EL VIEJO
A fe, que os he de abrazar.
GARCI-TELLO
Pues ¿qué doncella soy yo?
TELLO EL VIEJO
No quiero que piensen, no,
que me podéis obligar 735
a mudar la condición
de la aspereza pasada;
y abrazaros con espada
no ha sido sin ocasión;
que me habéis dado placer 740
en el pesar de algún daño;
porque, si yo no me engaño,
presto la habréis menester.
Y advertid que al ser tan bello
lo fuerte igualéis.
GARCI-TELLO
Sí haré.
745
TELLO EL VIEJO
No digáis que os abracé
a vuestra madre ni a Tello,
y poneos esta cadena.

 (Dale una.) 

GARCI-TELLO
Bésoos la mano, señor.
TELLO EL VIEJO
Y si Elvira mi valor 750
de miserable condena,
mil ducados os señalo
cada año para vestiros;
tanto, de veros y oíros
tan hombre, ya me regalo. 755
GARCI-TELLO
Son tan nobles alimentos,
abuelo, como de vos.
TELLO EL VIEJO
¡Abuelo! Pues vive Dios,
que os añada otros quinientos.
GARCI-TELLO
Señor, en tantos favores, 760
uno os quiero suplicar.
TELLO EL VIEJO
Lo que tardéis en hablar
dejarán de ser mayores.
GARCI-TELLO
Los mozos de nuestra casa
quieren correr seis novillos; 765
no se atreven a pedillos,
no porque juzgan escasa
vuestra mano liberal,
pero porque yo los pida.
TELLO EL VIEJO
¿Quién hay, nieto, que os impida 770
serlo vos en fiesta igual?
GARCI-TELLO
También os pido licencia
para torear, señor.
TELLO EL VIEJO

 (Aparte.) 

¡Cómo se asoma el valor
a prestar de sí experiencia! 775
GARCI-TELLO
¿Este principio os admira,
señor, sabiendo quien soy?
TELLO EL VIEJO
Venid; que licencia os doy
si quieren Tello y Elvira.

 (Vanse.) 



Escena XI

 

Sala en casa de los Tellos.

 
 

SANCHO, INÉS.

 
SANCHO
¿No fuiste al bautismo, Inés? 780
INÉS
Quedéme a guardar la casa.
SANCHO
A la montaña se pasa
la corte del rey leonés.
No se ha visto fiesta en ella
de tan grande autoridad. 785
INÉS
No pienso que la ciudad
puede competir con ella.
SANCHO
¿Hay cena de ostentación?
INÉS
No hay grandeza que no excedan;
sin caza pienso que quedan 790
las montañas de León.
El bautismo de García,
con ser el hijo mayor,
fue con aplauso menor,
aunque con más alegría. 795
Mendo viene de la fiesta.
¿Qué hay, Mendo? ¿Acabaron ya?


Escena XII

 

MENDO, dichos.

 
MENDO
Un cielo imitando está
la iglesia, nueva y compuesta.
Salió el bautismo, por estar tan lejos 800
el nuevo templo de la Ester dichosa,
la que tuvo de Dios tantos reflejos,
que, ya que no fue sol, fue luna hermosa,
adornando el camino verdes tejos,
por la senda más fácil y arenosa, 805
en caballos famosos que los prados
a tanta juventud dieron prestados.
Después de aquesta gente, que sería
de treinta mozos, luz de la montaña,
Pelayo un rico aguamanil traía, 810
que fue del rey restaurador de España.
Tras él, Lain con Almendar venía;
dos fuentes llevan, donde el sol se baña,
que daba con su luz, nadando en ellas,
ondas de rayos, agua de centellas. 815
Cubría un velo de brillante plata
el capillo, la vela y el salero,
en que la fe evangélica retrata
las armas del cristiano caballero;
y luego, sobre un paño de escarlata, 820
blasón de Tello, en un caballo overo,
un mazapán que de León trajeron,
que deudas monjas de la infanta hicieron.
No hay mapa, que mejor ciudad describa,
que el azúcar formaba un baluarte, 825
almenas, muros, pórticos, y arriba
un moro con un bárbaro estandarte:
éste cercado de muchachos iba,
con esperanza de alcanzar su parte;
que desta fruta y género de roscas, 830
son con los ojos importunas moscas.
Aquí vieras el coche, que el camino,
por novedad, parece que rehusaba,
en que Rosenda al niño cristalino
con el desnudo pecho regalaba; 835
los dos Tellos, la infanta y el padrino,
no el rey, como su hermana lo esperaba;
pero no menos Garci-Tello airoso,
lo que faltó de rey, sobró de hermoso.
Llegaron a la iglesia, en cuya puerta 840
el nuevo cura estaba revestido.
Allí la fe, que el alma le despierta,
le abrió con sal la boca y el oído,
Laura, por parecer dama, tan muerta
como sabéis, cuando mudó vestido, 845
al cura, que lo estuvo más de oído,
por responderle volo, dijo birlo.
A la pila en efeto le llevaron,
y Ordoño, por su abuelo, le pusieron,
en el Jordán del cielo le bañaron, 850
y con el olio soberano ungieron.
A su madrina Laura le entregaron,
y la comadre y ella le envolvieron,
encargando al padrino y la madrina,
después del Evangelio, su dotrina. 855
Llevaba el mazapán muy sin recato
el sacristán, entre él y un monacillo;
pero, como tocaron a rebato,
ganaron los muchachos el castillo;
y aunque el entralle no salió barato, 860
no le quedó muralla ni portillo;
que aun la sobrepelliz desde este día
servirá para bandas de sangría.


Escena XIII

 

TELLO EL VIEJO, la INFANTA, LAURA, INÉS. TELLO, GARCI-TELLO, de padrino; el CURA del bautizo, y acompañamiento, con fuentes; dichos.

 
TELLO EL VIEJO
Sentaos, que vendréis cansados;
y en estas fuentes nos traigan 865
colación; que el señor cura
tendrá sed, porque son largas
las oraciones.
CURA
Señor,
nunca lo que obliga cansa,
demás de haberos servido; 870
y ¡plegue a Dios que de España
veáis reyes estos nietos!
TELLO
Cuando esa dicha, alcanzaran,
no os hubiera estado mal.
INFANTA
García, ¿en qué emplearas 875
al señor cura?
CURA
Señora,
hablad, por Dios, como infanta,
y no como labradora.
INFANTA
La dignidad es tan alta
que más honor se le debe. 880
GARCI-TELLO
Si yo, señores, reinara,
hiciera al cura arzobispo.
CURA
La mano en mercedes larga,
como por la posesión,
os beso por la esperanza. 885
MENDO
Y a mí, señor, ¿qué me hicieras?
GARCI-TELLO
Hiciérate del alcázar
de León alcaide.
MENDO
Es poco.
GARCI-TELLO
Mendo, menos arrogancias.
De los reyes, el que sirve 890
tiene por ley cortesana
tornar sin quedar quejoso.
LAURA
¿Qué dieras, sobrino, a Laura?
GARCI-TELLO
Acechárate dos días
a qué fidalgo mirabas, 895
y casárate con él.
LAURA
¿Ese es premio a tu crianza?
GARCI-TELLO
¡Qué desdicha de los reyes,
que por mas que den, no acaban
de contentar los quejosos! 900
INÉS
Y a mí, ¿no me dieras nada?
GARCI-TELLO
A Mendo te diera, Inés.
MENDO
Señor, si todos los casas,
más eres cura que rey.
TELLO EL VIEJO
Dad colación mientras cantan. 905

 (Mientras cantan, sacan los criados la colación en las fuentes y suena dentro ruido.) 

TELLO
Paso, no cantéis; oíd.
INFANTA
Gran gente llega con armas
a nuestra casa. ¿Qué es esto?
TELLO EL VIEJO
¡Con armas a nuestra casa!
GARCI-TELLO
Abuelo, ¿ahora es el tiempo 910
en que he menester la espada?
TELLO EL VIEJO
No, nieto, hasta ver qué es.
MENDO
Señor, el rey y don Arias.


Escena XIV

 

REY, DON ARIAS, dichos.

 
REY

 (Dentro.) 

Queden los soldados fuera.
 

(Sale el REY y con él DON ARIAS.)

 
TELLO EL VIEJO
Señor, ¿qué ocasión, qué causa 915
a mi casa os ha traído
con tanta gente de guarda?
¿Deciendo yo de traidores?
¿Ha quedado alguna raza
de moros en estos montes? 920
Esos paveses y lanzas
que mis paredes adornan
¿tienen las armas hurtadas?
¿No me las dieron los godos?
Por menos que reyes llaman 925
mis ascendientes Meneses.
REY
Tello, no gastéis palabras.
Yo no vengo por sospechas;
que pusiera a las montañas
fuego, si tuviera alguna; 930
sólo vengo por mi hermana:
no quiero que esté con vos.
TELLO EL VIEJO
Pues, señor, con vos se vayan
ella y su esposo en buen hora;
pero en honra de mis canas, 935
dejadme de dos un nieto.
REY
Tello, no es ésa la causa.
Yo sólo a mi hermana quiero;
que, puesto que está casada
con Tello, no está a mi gusto. 940
A León quiero llevarla;
que ya me han dicho letrados
que puedo por muchas causas
disolver el matrimonio.
TELLO
No habiendo en la sangre falta 945
ni en los hijos ni en la fuerza,
¿a nulidad puede darla
causa en las leyes divinas
ni en las razones humanas?
REY
Después lo veréis, Meneses. 950
TELLO
Si mi señora la infanta
tiene disgusto conmigo,
sin pleito puede apartarla
de mis brazos vuestra alteza.
INFANTA
Necio temor os engaña. 955
Y admírome, hermano mío,
que a diez años de casada
digas que apartarme puedes;
que todos los que se apartan,
mienten a Dios, aunque al mundo 960
parezcan verdades claras;
que cuando sin voluntad,
como sucede, los casan,
después consienten, pues tienen
una mesa y una cama. 965
Los letrados juzgan bien,
que juzgan por la probanza;
pero Dios, de otra manera,
que está dentro de las almas.
Si yo quiero a mi marido, 970
y él me quiere, ¿hay ley que valga
para que me aparte dél?
REY
Ser él Tello, y vos la infanta
de León, y yo sin hijos;
y si la razón es alma 975
de la ley, y es en los reyes
la voluntad la que basta
para hacer razón, ya es ley
querer un rey lo que manda.
Yo no vengo por Elvira, 980
ni a dar razón de llevarla,
sino a llevarla no más.
El rey soy, y ella mi hermana:
dame la mano.
INFANTA
Señor,
¿a qué tigre le quitaran 985
dos hijos y su marido?
¡Ah consejos de don Arias!
DON ARIAS
¿Yo, señora? El rey lo quiere;
que yo bien seguro estaba.
Si de mí tenéis ofensa, 990
iréme a Lugo mañana.
Yo sólo sirvo a su alteza.
INFANTA
Que ya os conozco. Adiós, Laura;
adiós, esposo; adiós, hijos;
adiós, Tello.
TELLO EL VIEJO
¡Quién pensara
995
tal pesar en tal placer,
y en tal gloria pena tanta!
¿Por qué no le hablas, nieto?
GARCI-TELLO
Porque callaban las canas,
y no es bien que hablen nueve años 1000
adonde setenta callan.
TELLO
Voy a ver mi muerte, y ver
cómo me llevan el alma.
INÉS
¿Qué te ha parecido, Mendo,
de tan notable mudanza? 1005
MENDO
Inés, en cosas de reyes
más vive quien menos habla.



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