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ArribaAbajoCapítulo XLVI

De los borkenes, leichonos, kharchkonos, syeberis y peyssennos


De allí marchamos en 4 días 24 millas (leguas)657 y llegamos a una nación llamada de los borkenes658; estos no esperaron nuestra llegada, sino que cuando ya estábamos nosotros muy cerca de su pueblo, con tiempo emprendieron la fuga, mas no lograron escapársenos; les pedimos, pues, de comer, y nos llevaron allá gallinas, gansos, ovejas, avestruces y venados, también lo demás que habíamos menester, con lo que quedamos bien satisfechos; permanecimos 4 días enteros entre ellos y tomamos razón659 de la tierra.

De allí marchamos nosotros 3 días enteros, 12 millas (leguas) hasta una nación que se llama de los leichonos660. Estos no tenían mayor cosa de   —256→   comer, porque la langosta les había devorado el fruto. Allí no quedamos más que hasta el otro día y marchamos de allí 4 días de viaje, 20 millas (leguas) hasta una nación llamada de los kharchkonos entre ellos también había habido langosta, mas no había hecho tanto daño como en otros lugares; [así] permanecimos nosotros sólo un día entre ellos y tomamos razón661 de la tierra, y nos dijeron ellos, que en 30 millas (leguas) no hallaríamos una gota de agua hasta dar con una nación llamada de los sieberis662.

Así tomamos nosotros 2 indios, que nos mostrasen el camino y llegamos en 6 días a los syeberís. Pero muchos de los nuestros murieron de sed, y eso que llevábamos agua con nosotros sacada de los dichos karckonos para el viaje. También encontramos nosotros en este viaje, y en algunos lugares, una planta que sale de la tierra, tiene hojas gruesas y anchas, llámase kardes663; y eso que cuando le llueve a la planta o a sus hojas, se conserva el agua en ellas y no puede salir, y ni consumirse, tal y como si estuviese en una tinaja664, y cabe casi una media medida de agua adentro en estas plantas. Así llegamos nosotros a las 2 de la mañana a los dichos syeberís, que se preparaban a huir de allí con mujeres e hijos; mas nuestro capitán les hizo anunciar por boca de un intérprete665   —257→   que se dejasen estar en sus casas en paz y toda seguridad, y que no había por qué nos recelasen. Estos syeberís también sufrían gran escasez de agua, y ni tenían otra cosa alguna que beber; hacía 3 meses que no les llovía, por eso se hacían una bebida de una raíz666 llamada manndopoere (mandioca)667, a saber, se toma la dicha planta, la machucan en un mortero; este jugo se parece a una leche. Pero si hay agua, entonces se puede hacer también vino con ella. En este pueblo solo había un manantial único, y había que ponerle guardia, para que se mirase por el agua y se diese cuenta y razón de ella; [también tuvo a bien el capitán encargarme del agua en ese tiempo] para que hasta el agua se arreglase y distribuyese según la medida impuesta por el capitán en aquel momento y para este fin. Porque grande era la escasez de agua, al grado que nadie averiguaba ni de oro, ni de plata, de comer ni de otra cosa alguna, sino sólo de agua. Así me gané en esta vez entre nobles y plebeyos, [y] de todos en general, la buena voluntad y favor, porque no les mezquinaba en esa ocasión; al propio tiempo tuve buen cuidado, que a mí tampoco me faltase agua. En todo el ancho y largo de esta tierra no se encuentra más agua que la que proporcionan las represas. Más, los syeberís hacen la guerra a otros indios por interés del agua.

Con esta nación nos quedamos 4 días, porque   —258→   nosotros no sabíamos lo que deberíamos hacer, si teníamos que marchar para atrás o para adelante; entonces tiramos a la suerte sobre los dos caminos, por saber si habíamos de marchar para atrás o para adelante; y fue que tocó la suerte de marchar adelante. A esto nuestro capitán pidió a los syeberís informe de la tierra y razón de toda ella; entonces contestaron ellos, que teníamos que marchar 6 días hasta llegar a una nación llamada peysennes668 y que en el camino encontraríamos que beber de 2 arroyuelos y de los antedichos kardes.

Así pues nos preparamos para la marcha y nos llevamos algunos syeberís para que nos mostrasen el camino. Mas cuando hubimos llegado a los 3 días de camino del pueblo de ellos, huyeron los dichos syeberís esa noche de allí, así que no los vimos más; de suerte que nosotros mismos tuvimos que dar con el camino y llegamos después de todo a los peyssennos, que se prepararon a la defensa y no quisieron ser nuestros amigos, pero poco fue lo que nos sacaron, antes bien, con el favor de Dios los vencimos y les conquistamos el pueblo y ellos se dieron a la fuga; no obstante nosotros hicimos algunos prisioneros en esta escaramuza, que nos contaron como habían tenido en su pueblo a 3 españoles, de los que uno, con el nombre de Jehronimus (Gerónimo), había sido trompa de thonn (don) Piettro Manthossa, los cuales 3 españoles había dejado Jann Eyollas   —259→   (Ayolas) enfermos entre los peyssennes de lo que se trató ya en la foja [22]669, en el tiempo que Jann Eyollas (Ayolas) marchó de regreso de esta nación; a estos 3 españoles los habían asesinado los peysennos 4 días antes de nuestra llegada, es decir, después que se anoticiaron de nuestro arribo por los syeberís; por lo que más tarde recibieron buen escarmiento a manos nuestras. Así nos acampamos 14 días enteros en el pueblo de ellos, y los buscamos y hallamos todos juntos cerca de un bosque, pero no a todos; a aquellos los matamos y tomamos prisioneros; ellos nos avisaron de todas las ventajas de la tierra, sobre la que nuestro capitán sacó muchas cosas de la relación670 de ellos, y nos dieron una buena noticia, a saber, que nos faltaban 4 días de camino o 1[6] millas (leguas) de camino para llegar a una nación llamada maigenos671.



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ArribaAbajoCapítulo XLVII

De los maygennos y karckhokíes y de las salinas


Después de esto marchamos nosotros a los maygennos y llegamos a su pueblo; que se dispusieron a la defensa y no quisieron ser nuestros amigos. El pueblo de ellos se hallaba sobre un cerrillo que estaba rodeado por cerco de espinas, muy tupido y ancho y tan alto que se necesitaba un hombre con un espadín672 para que alcance a la cima. Eso que nosotros los cristianos junto con nuestros carios atacamos a este pueblo por los dos costados, ellos, los maygennos, nos mataron 12 cristianos junto con algunos otros de los carios nuestros que ellos voltearon en la escaramuza, antes que nosotros ganamos el pueblo; cuando ya vieron que nosotros estábamos bien adentro de su pueblo, ellos mismos lo incendiaron y a toda prisa dispararon; allí tuvieron que dejar a algunos, como es de suponer.

Después que ya todo esto se había concluido, a los 3 días, los carios se mandaron mudar con tanto sigilo que nosotros no nos apercibimos de ello, y alzaron sus arcos y flechas, marcharon unas 2 ó 3 millas (leguas) de nuestro real, alcanzaron a los   —261→   fugitivos maygennos, pelearon estas 2 naciones una con otra allí con tal encarnizamiento que de los carios perecieron más de 300 hombres, y de los meygennos, sus enemigos, innumerables personas, como para no escribirlo; eran ellos tantos que llenaban una milla (legua) entera de camino. Entonces nuestros carios enviaron un correo a nuestro capitán en el pueblo y pidieron y suplicaron que fuésemos en su ayuda, que ellos estaban acampados en un bosque, que no podían moverse ni para atrás ni para adelante, y también que estaban rodeados por los maygennos.

Cuando nuestro capitán esto supo no perdió un momento e hizo reunir los caballos y 150 cristianos y 1.000 carios de los nuestros; el resto de la gente tenía que quedarse en el real y defenderlo, porque los maygennos nuestros enemigos no lo sorprendiesen durante nuestra ausencia; en seguida marchamos con los dichos caballos, 150 cristianos y 1.000 carios o indios en auxilio de los susodichos carios nuestros. Después que los maygennos nos vieron y observaron, abandonaron ellos su real y huyeron a prisa de allí; nosotros también los perseguimos, pero sin poderlos alcanzar. Mas como les fue al fin y al cabo, [eso que] marchábamos de regreso a nuestra ciudad, de donde habíamos salido, será asunto para después. Así pues llegamos a los carios y dimos con muchos muertos de ellos y de los enemigos maygennos, cosa que nos causó admiración; pero nuestros amigos los carios, que aun quedaban con vida, se alegraron   —262→   mucho porque habíamos llegado nosotros para ayudarlos. Después marchamos juntos con ellos de regreso a nuestro real y nos quedamos allí 4 días largos, y teníamos en este pueblo de los maygennos673 abundancia de comida y todo lo necesario.

Allí nos pareció bien a todos juntos llevar a cabo nuestro proyectado viaje, ya que se nos proporcionaba la ocasión de experimentar cómo era la tierra, por eso también nos pusimos en camino y marchamos 13 días largos, hay más o menos a nuestro juicio 72 millas (leguas) a una nación llamada karckhokies, y cuando estábamos en los primeros 9 días de este viaje llegamos a una tierra que tenía de largo y de ancho 6 millas (leguas) de camino, en que no había otra cosa que pura sal de buena calidad, tan gruesa que parece que hubiese nevado; la tal sal se conserva invierno y verano674.

En esta tierra de salinas permanecimos 2 días de tiempo, porque no sabíamos por donde salir ni por qué camino tomar para acabar con nuestro   —263→   ya emprendido viaje. Aquí nos favoreció Dios el Todopoderoso, así que tomamos el buen camino y llegamos, pasados 4 días de viaje, a los kharckhokies675; y cuando nosotros estábamos como a 4 millas (leguas) del propio pueblo, mandó allá 50 cristianos y 500 carios, para que preparasen losament (alojamiento). Después que nosotros ya habíamos entrado en el pueblo, encontramos allí una gran nación reunida, como no habíamos visto otra igual en este viaje, por lo que nos pusimos en bastante cuidado. Pero en este apuro hicimos que uno de los nuestros volviese atrás e hicimos saber al capitán el lance que nos esperaba para que viniese a socorrernos lo más pronto posible; y tan luego como nuestro capitán recibió el tal mensaje, se apareció esa misma noche con toda la gente y esa mañana entre 3 y 4 estaba ya con nosotros. Mas los karkhokhies ignoraban que tenían que habérselas con más gente que nosotros los de antes, y así no pensaban en otra cosa que en la derrota segura que nos esperaba. Pero después que ellos comprendieron y vieron que nuestro capitán había llegado con más gente allí, quedaron muy pesarosos, en seguida nos manifestaron su buena voluntad y pacífica intención en todo, porque otra cosa ya no podían hacer, sin exponer a sus mujeres, e hijos y a su pueblo; mientras tanto nos traían carne de venados, gansos, gallinas, ovejas (guanacos) avestruces ennden (antas), conejillos y más otras   —264→   piezas de campo y aves, de que había gran abundancia en la tierra.

Ellos los Indios se ponen una piedra redonda y azul del tamaño de una dama en los labios. Sus defensas o armas son dardes (dardos), arcos y flechas, y más, paveses hechos de annda (anta) o sean rodelas. Pero sus mujeres tienen un canutillo asegurado a los labios en el que meten ellas una piedra verde o gris. También visten un dipoe (tipoy)676, que se teje de algodón, del tamaño de una camisa, pero no tiene mangas; y son mujeres hermosas, porque no hacen otra cosa que coser y cuidar la casa; el hombre tiene que trabajar en el campo y procurar todo lo necesario.

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ArribaAbajoCapítulo XLVIII

De los machkaisíes y llegada al Perú


De allí marchamos nosotros a los dichos machkaisies y nos llevamos algunos de los korchkaykies para que nos mostrasen el camino; y cuando estábamos a 3 días de viaje de este pueblo, de allí los dichos karchkokies nos dejaron callados, no por esto dejamos de viajar y llegamos a un agua corriente llamada Machkaysies, que tiene milla (legua) y media de ancho, y cuando llegamos allá   —265→   no dábamos nosotros con un vado seguro para pasarlo; así pues, Dios, nuestro Señor, nos concedió su Divino favor, mediante el cual logramos pasar esta agua, es decir, en la forma que sigue: hicimos unas pequeñas balsas para cada 2, de palos y ramas, y nos dejamos llevar aguas abajo, esto mediante llegamos a la banda del agua; y en el pasaje este se ahogaron de la gente nuestra 4 personas de una de las balsas. ¡Dios nos favorezca [a ellos y] a nosotros! Esta agua da buen pescado, iten fieras como tigres muchas, y está a no más de 4 millas (leguas) de camino de los Machkaysís677.

Después que nosotros ya nos acercábamos a algo más que una milla (legua) larga de camino de los dichos machkaysis, allí nos salieron al encuentro y nos recibieron muy bien, y en seguida nos empezaron a hablar en español; nos quedamos fríos donde estábamos y acto continuo les preguntamos a quien estaban sometidos, o a quien tenían por señor; contestaron ellos a nuestro capitán y a nosotros, que eran súbditos de un caballero en España, llamado Peter Ansuless (Pedro Anzures)678 Entramos, pues, nosotros en el pueblo de ellos y encontramos que los chicos, como también algunos hombres y mujeres, estaban todos comidos de un insecto, que se parece a una pulga; éstos, si llegan a meterse entre los dedos de los pies de la   —266→   gente, salvando los respetos sea dicho, o cualquier otra parte del cuerpo, allí comen y penetran hasta que sale al fin un gusano allí, como los que se hallan en las avellanas; pero hay que sacarlos oportunamente, para que no se echen a perder las carnes; pero si se deja pasar demasiado tiempo, acaban por comerse los dedos enteros: mucho se podría contar sobre esto679. De nuestra tantas veces citada ciudad Nostra Singnora de Sunssión a este pueblo machkaysies, por tierra hay 377 millas (leguas)680 según la altnere (altura)681.

Ahora, pues, unos 20 días de tiempo estuvimos acampados en este pueblo de los mackaysíes. Por esos días nos llegó una carta de una ciudad llamada Lyeme (Lima) en el Perú; allí en aquella sazón se hallaba el gobernador682 principal por la Cesárea Majestad con el nombre de presente (presidente) o lizenziate (licenciado) de Cascha (La Gasca), quien por aquel entonces había hecho cortar las cabezas a Connsulo Presero (Gonzalo Pizarro) y a otros nobles y plebeyos que hizo decapitar junto con él, o condenar á galeras; es decir, que así lo hizo, porque el dicho Consulo Piesiero (Gonzalo Pizarro), ya finado, no quiso sometérsele al licenciado de Cascha (La Gasca), sino que se alzó   —267→   con la tierra contra la Cesárea Majestad; por esto el dicho presente de Cascha (presidente La Gasca), en nombre de la Cesárea Majestad, con demasiado rigor le dio su merecido; porque muchas veces sucede que uno hace más que lo que el mandato de su superior le faculta a hacer, y que lo que le ha encargado su señor, como suele suceder en el mundo. Yo tengo para mí que la Cesárea Majestad le hubiese perdonado la vida al dicho Connsulo Piesiero (Gonzalo Pizarro), si él en persona imperial lo hubiese prendido; esto le dolía, que se le impusiese señor en lo que eran bienes suyos; porque esta tierra del Perú era a todas luces delante de Dios y del mundo, de él Consulo Piesiro683, en razón de que él junto con sus hermanos Margose (el Marqués) y Ernando Piesieron (Hernando Pizarro), habían sido los primeros de todos que descubrieron y conquistaron la tierra del tal reino. Esta tierra con razón se llama tierra rica; porque todas las riquezas que posee la Cesárea Majestad salen del Perú y de Nove Hispaniam (Nueva España)684 y Terra firma (Tierra Firme)685. Pero la envidia y el odio son tan grandes en el mundo que el uno al otro no se quiere el bien; así también le aconteció al pobre Connsulo Piesiero, que un rey había sido, y después se le había hecho cortar la cabeza. ¡Dios lo favorezca! Mucho   —268→   habría que escribir sobre esto, pero el tiempo no lo permite.

Ahora esto era lo que la antedicha carta decía, que, en nombre de la Cesárea Majestad, nuestro capitán Marthín Domenigo Eyolla con su gente de guerra no se moviese de allí so pena de cuerpo y vida686, sino que esperase allí entre los maygosís hasta nuevas órdenes. Mas lo cierto del caso es probable que fuese, que el gubernator (gobernador) temía, que nosotros no hiciésemos algún alboroto contra él en la tierra juntándonos con los que se habían escapado de allí y habían huido a los chacos y a los cerros687; y eso es precisamente lo que también hubiese sucedido al habernos juntado, los unos con los otros; lo hubiésemos corrido de la tierra nosotros al gubernator (gobernador). Pero el dicho gubernator (gobernador) hizo un convenio con nuestro capitán y le dedicó un gran regalo, con lo que él lo tranquilizó y se aseguró la vida de aquel lance; nosotros la gente de guerra no sabíamos nada de estas componendas, que de haberlas sabido, lo habríamos atado de pies y manos a nuestro capitán y llevado al Perú688.

Después de lo cual nuestro capitán envió al Perú, al gubernator (gobernador), 4 mensajeros, y uno   —269→   capitán llamado Nufflo de Schaifess (Ñuflo de Chaves)689, el otro Unngate (Pedro de Oñate), el tercero Michel Pude (Miguel de Rutia), el cuarto Abai de Korthua (Rui García)690. Estos 4 compañeros llegaron al Perú en mes y medio, y primero a una ciudad llamada Poduesies (Potosí)691, en seguida a otra llamada Kuesken (Cuzco)692 la tercera Bille de le Platte (Chuquisaca) y la cuarta capital llamada Lieme (Lima); estas 4 son las más principales ciudades y más ricas del Perú.

Allá cuando estos 4 mensajeros llegaron a la primera ciudad Poduesis (Potosí)693 en el Perú, allí se quedaron los 2 llamados Michel Puedt (Miguel de Rutia) y Abaie por causa de debilidad, porque se habían enfermado en el viaje; y los otros dos Nueffle (Chaves) y Ungenade (Oñate) siguieron viaje por la posta y llegaron a Lieme (Lima)694 a lo del gubernator (gobernador); los recibió pues muy bien y les tomó relación695 de todo, de como se habían arreglado las cosas en la tierra del Río de le Platta, y mandó después que los alojasen bien y   —270→   los tratasen lo mejor posible, también les regaló a cada uno 2.000 ducados. Después de esto el gubernator encargó a Nueffle Schaifies (Ñuflo de Chaves) que le escribiese a su capitán, para que se estuviese él con su gente allá entre los marckkaysies hasta nueva orden, pero que no les tomase nada ni hiciese mal, no siendo cosa de comer que hubiese allí; porque nosotros sabíamos muy bien que había rescates de plata entre ellos; pero como eran súbditos y vasallos de un español no nos atrevíamos a perjudicarlos696.

Pero este correo697 del gubernator estando en viaje fue descaminado por un español, llamado Parnau698 que estaba en acecho por orden de nuestro capitán; porque éste desconfiaba que estuviese por llegar otro capitán del Perú a gobernar su gente, como que también ya por ese tiempo se había nombrado uno699; por esta causa mandó él, nuestro capitán, al dicho Pernau al camino y le ordenó que si fuese cosa que se tratase de carta, la trajese él consigo a los carios700; lo que a su tiempo se cumplió.



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ArribaAbajoCapítulo XLIX

De la tierra de los marchkhaysíes. -Regreso al Río de la Plata. -Alzamiento de Diego de Abreu


De tal modo se había manejado y tanto había hecho nuestro capitán allí con la gente, que en razón de víveres ya no podíamos permanecer más entre los marchkhaysíes; porque los víveres que teníamos no alcanzaban para un mes; mas si nosotros hubiésemos sabido, que se nos iba a proveer701 o nombrar un [nuevo] gubernator, no nos hubiésemos movido de allí, hubiésemos hallado harta comida y remedi (remedio) (a la cosa)702; pero en el mundo todo es picardía703. Después marchamos nosotros de regreso a los harchkokoes (corocotoquis)704. Debía705 yo haberos contado también, a saber, que los dichos machkaysis tienen una tierra tan fértil que no se había visto otra igual hasta entonces; por ejemplo, cuando un indio sale al monte o selva, y en el primer árbol que allí   —272→   encuentra abre un agujero con el hacha, de él saltan unas 5 ó 6 medidas de miel tan pura como almíbar; las tales abejas son muy pequeñas y no pican. La tal miel, que [es] de la buena, se puede comer con pan o con cualquier otra comida, se hace también de ella buen vino, como en esta tierra (Baviera) hidromiel; [es] aun mejor y más sabrosa al paladar706.

Cuando después de esto llegamos nosotros a los antedichos worckhobosíes707, todos ellos con mujeres e hijos habían huido de allí y se ponían a buen recaudo de miedo de nosotros; pero mejor les hubiese estado quedarse en su pueblo; porque al punto les envió nuestro capitán otros indios y les hizo decir que debían volver a sus pueblos y que se dejasen de tenernos miedo, que no se les irrogaría perjuicio alguno; mas ellos no quisieron hacer caso de ello sino que por contestación nos mandaron que despejásemos el pueblo, porque de no, nos arrojarían de allí a la fuerza.

Después que nosotros nos hicimos cargo de la tal cosa, nos dispusimos a toda prisa y marchamos contra ellos, no obstante que entre nosotros la gente de pelea había algunos708 cuyo parecer y deseo era que se mandase al capitán y se le hiciese decir, que no debía marchar contra aquellos, porque   —273→   ello podría ser causa de una gran hambruna en la tierra, de suerte que si se ofreciere pasar del Perú al Río delle Plata, no encontrarían allí nada de comer709; mas nuestro capitán710 y la comunitett (comunidad)711 no quisieron entrar por ello, sino que siguieron el antedicho propósito y marcharon contra los dichos wockhhobosíes (Corocotoquis)712, y cuando ya estábamos nosotros como a 1/2 milla (legua) de camino de ellos ya habían sentado sus reales al abrigo de 2 cerros y bosques a los 2 costados, porque, llegado el caso de que nosotros los venciésemos, pudiesen ellos escaparse de nosotros con más facilidad. Pero la cuenta les salió mal parada: aquellos que nosotros alcanzamos tuvieron que quedar allí o ser nuestros esclavos; así que en la tal escaramuza nos ganamos713 hasta unos 1.000, sin contar los que matamos hombres, mujeres y niños714.

Después de estos nos quedamos 2 meses largos en este pueblo que era tan grande como serían cualesquiera 5 ó 6 de los otros. Así, pues, marchamos adelante hasta el pueblo donde habíamos dejado los 2 antedichos navíos de que se trató en la f. (48)715 y estuvimos en el viaje año y medio, en que nosotros no hicimos más que guerrear con los   —274→   demás, y en este viaje nos hicimos de hombres, mujeres y niños hasta el número de 12.000 personas716 obligados a ser nuestros esclavos; también me tocaron por mi parte unas 50 personas entre hombres, mujeres y niños.

Y eso que nosotros llegamos a las naos717 nos avisó la gente que habíamos dejado en estos navíos bergentin (bergantines) de como, en nuestra ausencia, un capitán llamado Diego Abriegenn (Diego de Abrego)718 natural de Sievilla en Hispania, por propia cuenta, y un capitán con el nombre de thonn Fran. Manthossa (don Francisco de Mendoza)719, que nuestro capitán general Domenigo Marthin Eyolla (Irala) había nombrado para capitán de los 2 navíos y de la gente misma, habían armado un gran alboroto entre ellos, pretendiendo   —275→   éste que él y no otro debería mandar y gobernar en la ciudad, durante la ausencia, mientras que el dicho Diego de Abriego (Diego de Abreu o Abrego) quería mandar sólo; mas thonn Francisco Manthossa, como capitán delegado y lugarteniente de Marthín Domenigo Eyolla (Irala), no quería consentírselo720. A todo esto se armó una merienda de negros721 entre ellos, hasta que por fin Tiego de Abriego quedó dueño del campo, y derrotó y le cortó la cabeza a thonn Fran Manthossa.




ArribaAbajoCapítulo L

Motín de Abreu. -Schmídel recibe cartas de España


Entonces sin perder un instante puso a toda la tierra en alarma y quiso marchar contra nosotros aquí, y primero se fortificó en la ciudad; mientras esto llegamos nosotros con nuestro capitán Marthín Domenigo Eyolla (Irala), a las puertas de la ciudad, mas ni así quiso él dejarlo entrar a nuestro capitán, ni tampoco entregarle la ciudad, ni mucho menos reconocerle por señor.

Después que nuestro capitán se apercibió de la tal cosa, le pusimos nosotros cerco a la ciudad   —276→   Nostra Signora de Sunssión; después de lo cual la gente de pelea que estaba en la ciudad, cuando vieron que la cosa era de veras de parte nuestra, salían diariamente adonde nosotros estábamos en el campo y le pedían perdón a nuestro capitán.

Cuando el dicho Diego de Abriego (Abrego) conoció cuál era la conducta de su gente, y que no se podía fiar de ella, por otra parte recelaba que cualquier noche de esas tomásemos la ciudad por traición, que era lo más probable que allí aconteciese, se aconsejó él con sus mejores compañeros y amigos, y averiguó cuáles eran los que estaban dispuestos a salir de la ciudad con él; así se llevó consigo cerca de 50 hombres; los demás, tan luego como salieron de la ciudad los que iban con el Diego, se plegaron a nuestro capitán y le entregaron la ciudad y le pidieron perdón; así se los prometió el capitán y entró en la ciudad.

Mas el dicho Diego de Abriego (Abreu) merodeó con los 50 cristianos en unas 30 millas (leguas) de camino a la redonda, así que nosotros no pudimos vencerlos; y estos dos caudillos se hicieron la guerra el uno al otro durante 2 años enteros, de suerte que el uno por causa del otro no se contaba seguro; porque el Diego de Abriego (Abrego) no se quedaba mucho en lugar alguno; hoy allí, mañana en otra parte, y donde nos podía perjudicar no se descuidaba él, porque hasta se parecía a un salteador de caminos722. En suma723, si   —277→   quería nuestro capitán estar en tranquilidad tenía que buscar arreglo con el Diego, y pactó un casamiento con sus 2 hijas724 que dio él a los 2 primos del Diego (Abreu), llamados el uno Aluiso Richkell (Alonso Riquelme de Guzmán)725, y el otro Francisco [Vergara] (Francisco Ortiz de Vergara), y recién cuando se concertaron los tales casamientos conseguimos estar en paz entre nosotros.

Por el mismo tiempo me llegó una carta de Hispania por Sevilla y del factor de Fuckher, llamado Chriestoff Reysser, a saber, de como a la misma persona726 le habla escrito Sebastián Neithart, por pedido de mi finado hermano Thoma Schmidl, por si fuese posible que se me ayudase a regresar a mi tierra, lo cual él, el dicho Chriestoff Reysser, con toda diligencia de su parte había solicitado727 y tratado de cumplir, a lo que se debió que me llegó la carta, la cual recibí yo el año 1552, el día 25 de julio, o sea el día de Santiago728.



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ArribaAbajoCapítulo LI

El autor emprende viaje de vuelta. -Baja por el Río de la Plata y sube por el Paraná


Después que leí yo la carta, sobre la marcha pedí licencia a nuestro capitán Thomenigo Martín Eyolla (Irala), mas él al principio no quiso dármela; pero más tarde tuvo él que reconocer mi largo servicio prestado, desde que yo por tantos años había servido fielmente a la Cesárea Majestad en tierra, y que por él, capitán Eyolla (Irala) muchas veces había puesto en peligro cuerpo y vida y que jamás lo había abandonado; de esto debió acordarse él y me dio licencia, me encomendó también carta para la Cesárea Majestad, es decir, para que en ella hiciese él saber a Su Majestad cómo se estaba en la tierra Rio delle Platta, y qué era lo que en ella había acontecido durante el tal tiempo. Las tales cartas las entregué yo a los consejeros de la Cesárea Majestad en Sevilla, a quienes yo también de palabra hice relación y di buena cuenta de la tierra.

Y cuando yo ya tuve todas mis cosas dispuestas para el viaje, fue que me despedí amistosamente del capitán Marthin Domenigo Eyolla (Irala) y de los demás buenos compañeros y amigos; me llevé también 20 indios carios, que cargasen con lo   —279→   necesario para un viaje tan lejos; porque cada uno tiene que calcular lo que puede precisar para el camino.

Y 8 días antes que yo debía partir, llegó uno del Presiel (Brasil); trajo noticia, de cómo precisamente debió haber llegado allí un navío de Liesebonna (Lisboa) en Portugal, el cual pertenecía al muy honorable y discreto señor Johann von Hielst allá en Lisabona (Lisboa), un comprador o un factor del Erasmus Schezen en Amberes.

Y cuando yo hube averiguado cuanto tenía que decirme me puse en marcha en nombre de Dios el Todopoderoso el año 1552 a 26 de diciembre y día de San Esteban, y abandoné el Río delle Platta, partiendo de la ciudad Nostra Singnora de Sunssionn con 20 indios y 2 cananen (canoas), y primero llegamos a las 26 millas (leguas) a un pueblo llamado Juegrichsaibe (Yeruquihaba)729; allá en ese pueblo se me juntaron 4 compañeros, 2 españoles y 2 portugueses, los mismos que no traían licencia del capitán. De allí marchamos juntos y llegamos como a las 15 millas (leguas) a un pueblo grande llamado Barey730; de allí marcharnos 4 días de viaje, 16 millas (leguas), hasta   —280→   llegar a un pueblo llamado Gebareche; de éste marchamos nosotros 9 días de viaje, 54 millas (leguas), hasta un pueblo llamado Barode731. Allí nos quedamos 6 días largos, porque buscábamos víveres732 y cannanen (canoas); visto que teníamos nosotros que navegar 100 millas (leguas) aguas arriba del Parnau (Paraná)733; y llegamos a un pueblo, llamado Gienge734, allí quedamos 4 días. Hasta aquí en este pueblo todo obedece a la Cesárea Majestad, y es tierra de carios735.




ArribaAbajoCapítulo LII

Pasan por los tupí. -Su descripción. -Llegan al pueblo de Juan Kaimunnelle (Ramallo)


Ahora empieza la tierra del Rey de Portugal, a saber, la de los thopiss (Tupí); ahí tuvimos que dejar el Parnau (Paraná) y las cannanon (canoas), y marchar por tierra a los thopis (Tupí), y caminamos 6 semanas largas por desiertos, cerros y valles, en que [por miedo] de las fieras del campo no podíamos dormir tranquilos; y hay entre el susodicho pueblo gienge y los thopis 126 millas (leguas,   —281→   de camino. Estas naciones thopis se comen a la gente, cuando es enemiga; no hacen otra cosa que andar siempre en guerra, y cuando vencen a sus enemigos, conducen ellos los prisioneros a su pueblo tal y como en la tierra aquí (Baviera) se dispone una boda; y cuando es llegado el tiempo en que quieren acabar con los prisioneros o matarlos, se preparan ellos una gran ceremonia con este fin; pero hasta tanto por lo que es el hombre prisionero, se le da cuanto se le antoja o que puede desear, como ser mujeres con quienes holgar o cosas de comer, lo que el corazón le pida, hasta que llega la hora en que tiene (de morir)736. Su gusto y su encanto está en la guerra perpetua. Iten [ellos] beben, y comen y están día y noche borrachos; también son amigos del baile, y llevan a tal extremo la vida de adulterio, que no es para contada; es una gente fiera, ambiciosa y soberbia; hacen vino del trigo turco (maíz) con el que se llenan, tal como cualquiera aquí se toma el mejor de los vinos; tienen idioma parecido [al de] los carios, con los que bien poca es la diferencia que hay737.

De allí llegamos nosotros a un pueblo llamado karieseba738, son también thopis, están de guerra con los cristianos, mas los anteriores son amigos de los cristianos; eso que llegamos el Domingo   —282→   de Palmas a 4 millas (leguas) de un pueblo, nos convencimos que teníamos que guardarnos bien de los karieseba; y esta vez, con ser que estábamos en tanta escasez de bastimento739, tuvimos sin embargo que caminar un poco más en busca de comida, pero no pudimos contener a 2 de nuestros compañeros, que a pesar de nuestro buen consejo se metieron en el pueblo; les prometimos pues esperarlos, lo que allí también se cumplió. Pero ni bien entraron ellos al pueblo fueron muertos y comidos en seguida. ¡Quiera Dios apiadarse de ellos! Amén.

Después de esto se nos presentaron estos mismos indios en número como de 50 hombres a distancia de 30 pasos; traían puesta la ropa de los cristianos y se pararon y platicaron con nosotros; pero es costumbre entre estos indios, que si alguno se para a pocos pasos de su enemigo y platica con él, nada de bueno le está urdiendo. A esto cuando lo advertimos, nos preparamos lo mejor que pudimos con nuestras armas y les preguntamos a donde habían quedado nuestros compañeros, allí dijeron ellos que estaban en su pueblo y que nosotros también deberíamos pasar allá; mas nosotros no lo quisimos hacer, porque bien les conocimos la mala intención. Enseguida nos hicieron disparos con sus arcos, pero no nos resistieron mucho tiempo, sino que dispararon a su pueblo y al punto trajeron de allí hasta unos 6.000 contra   —283→   nosotros; pero nosotros en tal apuro no teníamos más amparo que un bosque grande y cuatro arcabuces740 junto con 20 (60) indios de los carios, que nos habíamos traído de la ciudad Nostra Singnora de Sunssión; así, pues, nos sostuvimos allí unos 4 días con sus noches, en que nos hacíamos continuas descargas, y en la cuarta noche con todo sigilo abandonamos el bosque y marchamos de allí, porque no teníamos mucho que comer, y los enemigos también empezaban a llevarnos ventaja; como dice el refrán: porque son muchos los perros muere la liebre.

De allí marchamos nosotros 6 días seguidos por bosques desamparados, como que en mis días (y eso que he andado la seca y la meca) no he visto iguales, ni he viajado por camino más enmarañado; tampoco teníamos que comer, y por eso había que remediarnos con miel y raicecillas que encontrábamos; también se apoderó de nosotros desconfianza de que el enemigo nos alcanzase, si nos permitíamos aunque no fuese más que el tiempo para cazar alguna salvajina del campo.

Así llegamos a una nación llamada biessaie (mbiaçá)741, allí paramos 4 días largos e hicimos bastimento, mas no nos atrevimos a entrar en el pueblo, siendo nosotros los pocos que éramos. Cerca de esta nación está un agua (río) llamado Urquaie (Uruguay)742; allí vimos víboras o serpientes,   —284→   llamadas en su lengua de indios schue éyba thuescha743; es de 14 pasos de largo y 2 brazadas de grueso en el medio; hacen mucho daño, por ejemplo, cuando se baña la gente, o bebe una fiera de la misma agua o se pone a nadar sobre el agua, así se le arrima una serpiente de éstas debajo del agua, nada hasta donde está el hombre, o la fiera, y lo envuelve en la cola, zambulle en seguida bajo del agua y se lo come; porque siempre se mantiene con la cabeza a flor de agua y observa a ver si se presenta algo que sea hombre o bestia, que pueda matar y envolver744.

De allí marchamos nosotros adelante un mes largo y seguido, 100 millas (leguas) de camino, y llegamos a un pueblo grande llamado Scherebethuebá745, allí nos quedamos 3 días y estábamos muy rendidos; no nos había sobrado de comer, porque nuestro principal alimento era miel, con lo que estábamos todos sin fuerzas; así, pues, cualquiera puede con lo dicho hacerse cargo de los peligros y de la pobre y mala vida que fue la nuestra en tan dilatado viaje, muy particularmente en lo tocante a la comida, bebida y dormidas; la cama que cada uno traía consigo, pesaba 4 ó 5 libras, (y) era de algodón746; se hacen en forma de red, se atan a 2 árboles, y allí se echa encima cada uno; esto se hace en el bosque bajo del azulado cielo;   —285→   porque si no son muchos los que juntos marchan por tierra en Indiam (Indias), es más seguro sacarla bien en el bosque que en las casas o pueblos de los indios.

Ahora marchamos nosotros a un pueblo que pertenece a los cristianos, en que el principal se llama Johann Kaimunnelle (Juan Ramallo)747 y por suerte nuestra no estaba en casa, porque este pueblo me pareció una cueva de ladrones; fue que el dicho principal estaba en casa de otro cristiano en Vincendo (San Vicente)748 y estos desde ya antes estaban por entrar en un arreglo entre sí; estos 800 cristianos, pues, en los 2 pueblos dependen del rey de Portugal, y del dicho Kaimunnelle (Ramallo), quien según él mismo lo asegura hace ya 40 años largos que ha vivido, mandado, peleado y conquistado en tierra de indias, razón por la que quiere seguir mandando en la misma con preferencia a cualquier otro, cosa que el otro tal no se la consiente, y por lo tanto se hacen entrambos la guerra; y este más nombrado Kaimunnelle (Ramallo) puede en un día reunir 50.000 indios, mientras que el rey no reúne 2.000; tanto es el poder y el prestigio de que él goza en la tierra.

Pero sucedió que el hijo del tantas veces nombrado Kaimunnelle (Ramallo) había estado allí cuando llegamos nosotros al susodicho pueblo,   —286→   quien nos recibió bien, aunque nosotros teníamos que desconfiar más de él que de los indios; mas como aquí nos fue bien, demos siempre gracias a Dios el Creador por Cristo Jesús, su único Hijo, que hasta aquí tanto nos ha favorecido y de todos modos nos ha amparado.




ArribaAbajoCapítulo LIII

Llegada a San Vicente. -Viaje a España. -Maravillas del mar


Ahora marchamos algo más adelante a una pequeña ciudad llamada S. Vicendo (San Vicente)749, 20 millas (leguas) de camino; allá llegamos el año 1553 anno Domini, el 13 de junio, en día de San Antonio y dimos con un navío portugués, que estaba allí cargado con azúcar, palo de Brasil y algodón, y pertenecía al honorable Schezen; su factor está en Lisabonna (Lisboa), se llama Johann vonn Huessen, quien a más tiene otro factor allí en Vincendo (S. Vicente), llamado Petter Rosel.

Iacute;tem los antedichos señores Schezenn y Johan von Halsen tienen allá en la tierra muchos pueblos y villorrios azucareros, en que se hace azúcar año redondo. Así, pues, me recibió el susodicho Petter Rossel muy amistosamente y me trató muy en   —287→   grande; él también me recomendó a la tripulación con que tenía que navegar, y les pidió que se quisiesen poner a mis órdenes, lo que después cumplió con exactitud el capitán este, y [yo] confieso que es así; así nos quedamos aún 11 días en la ciudad Vincendo (S. Vicente), para prepararnos y proveernos de todo lo necesario que puede a uno hacerle falta en alta mar. Ítem echamos 6 meses largos, de la ciudad Nostra Singnora de Sunssión hasta la ciudad S. Vincenndo en Presiell (Brasil) y hay 476 millas (leguas) de camino.

Después nos hicimos a la vela, enseguida de habernos despachado de lo que había que hacer, y salimos de la ciudad S. Vincenndo el año 1553, anno Domini, el 24 de junio, día de San Juan; así mismo estuvimos nosotros 14 días largos en el piélago o mar, sin alcanzar un viento favorable, antes al contrario tormentas y tiempo horrible sin tregua, así que no podíamos atinar adonde estábamos; a todo esto se nos tronchó el mástil del navío, que empezó a hacer mucha agua, así que tuvimos que acercarnos a tierra y llegamos a un puerto o bahía llamada ciudad Spiritu Sanntto (Victoria), está en Presil (Brasil) en Inndia (Indias)750, pertenece al rey de Portugal, hay cristianos en la ciudad, con sus mujeres e hijos hacen azúcar, tienen algodón y palo de Brasil751 y de otras clases que por allí se encuentran.

En estos lugares del mar entre S. Vicenndo y   —288→   Spiritu Sannto es donde más se encuentra la ballena o cetáceo752; hacen mucho daño, por ejemplo, cuando se quiere navegar de un puerto al otro en pequeños navíos, que al fin son algo mayores que los navíos grandes de aquí en esta tierra (Baviera), allí se presentan estas ballenas en mesnada y arman batalla entre sí, y si en esto se encuentran con el navío, allí lo hacen zozobrar con gente y todo. Estas ballenas vomitan o arrojan agua constantemente por la boca, y una que otra vez tanta cuanta cabe en un buen tonel de Francia; y el tal golpe de agua lo produce ella cada y cuando mete la cabeza bajo del agua y la vuelve a sacar: esto hace ella día y noche y quien por primera vez lo ve se hace de cuenta que tiene un peñasco a la par. Mucho habría que escribir del pez este.

Iacute;tem hay también cantidad de otros peces raros y maravillas del mar, de las que todo lo que se puede decir y contar, por más detallado que fuese, sería poco. Hay otro pez muy grande, se llama en español sumere753, esto es en alemán schnub-huet vischs (pez sombrerero de paja); es este un pez del que todo lo que se diga y escriba es poco; tal es de grande, de fuerte y de poderoso el tal pez; en algunas partes perjudica mucho a los navíos; porque siendo que no corra viento, y que por ello están los navíos encalmados sin poder marchar ni para atrás ni para adelante; cuando el pez embiste   —289→   a navío con un golpe tan recio, que todo él tiembla y se estremece, entonces al punto hay que arrojarle del navío una o dos grandes pipas; y así el dicho pez se apodera de las barricas, deja al navío y juega con ellas.

Iacute;tem más otro pez muy grande, llamado pesche spaide (pez espada), esto es en alemán vischsmesser o schwertmesser, hace gran daño a los demás peces, y cuando aquellos se pelean entre sí, es la cosa como cuando en tierra se juntan 2 caballos bellacos y se acometen uno al otro: lo cual es divertido ver en la mar; mas cuando los peces pelean entre sí, por lo general sobreviene mal tiempo en la mar. Ítem más hay otro pez grande y malo, que supera a todos en aquello de pelear o batirse; se llama en español serre pesche (pez sierra), en alemán sägvischs754. Hay otros peces más cuyos nombres no los sé. Ítem peces voladores y otros peces grandes llamados doninnen (toninas).

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ArribaAbajoCapítulo LIV

Llegada a Lisboa y Sevilla. Pasa a Cádiz. Escapada de un naufragio


Así pues navegamos 4 meses largos seguidos en la mar, sin que viésemos tierra alguna, y conducíamos mercaderías del dicho puerto Spíritu Sancto.   —290→   Después llegamos a una isla llamada Iesle de Terzero (Isla Terceira)755, allí volvimos a tomar víveres, pan, carne y agua y lo demás que nos faltaba y nos quedamos allí 2 días enteros; pertenece al rey de Portugal.

De allí navegamos a Lisebonna (Lisboa) a los 14 días, año 1553, anno domini, setiembre 30; el día de Sannt Jerónimo arribamos allí y nos quedamos 14 días largos en la ciudad de Lisebonna. Allí se me murieron 2 indios que traía yo conmigo de la tierra (el Paraguay). De allí viajé per postam (por la posta) a Sevilla en 6 días -son 72 millas (leguas)-; y me quedé unas 4 semanas largas hasta que estuviesen listos los navíos; después salí de Sevilla por agua y llegué en 2 días a la ciudad de S. Lucas (San Lúcar de Barrameda) donde me quedé hasta el otro día. De allí viajé yo un día de camino por tierra y llegué a una ciudad llamada Portta S. Marie (Puerto de Santa María), de donde anduve 8 millas (leguas) de camino por agua y llegué a la ciudad Calles (Cádiz)756, allí a la sazón estaban los navíos holandeses, que debían partir para los Países Bajos; los mismos que eran unos 25, todos navíos grandes, que se llaman hulckhenn (urcas).

Entre estos 25 navíos había uno nuevo, grande y muy lindo, que sólo había hecho un viaje de Andorff (Amberes) a Hispaniam; así pues me aconsejaron los comerciantes que debía yo embarcarme   —291→   en este navío nuevo; y el patrón757 se llamaba Heinrich Ses; era un hombre honorable y capaz, con él traté758 yo y arreglé mi pasaje, también la comida y las demás cosas que faltaban para este viaje, por todo esto cerré yo trato con él. Esa misma noche acabé yo de aprestarme de todo, e hice llevar mi botín, vino, pan y cosas por el estilo, también los papagayos que había yo traído de India (Indias), todo al navío; y por último convine con el patrón759 que para complacerme me haría anunciar la hora de partir, lo que el patrón me prometió, y que no se iría sin mí, sino que con toda seguridad me haría avisar. Ahora sucedió que el dicho patrón760 esa misma noche tomó algo de más, así que (por suerte mía) se olvidó y me dejó en la posada, sucedió que 2 horas antes de amanecer, el timonel, que era quien manejaba el navío, hizo que se levase el ancla, y allí se hizo a la vela. Y cuando yo de mañana fui a buscar el navío, ya estaba este una milla (legua) larga de camino distante de tierra; en seguida tuve que buscarme otro navío y cerrar trato con otro capitán, al que tuve que darle lo mismo que al anterior; así partimos al punto de allí con los otros 24 navíos y tuvimos viento favorable los primeros 3 días, mas después nos vino un viento fuerte y contrario761, de suerte que no podíamos seguir navegando; estuvimos, pues, 5 días largos siempre en   —292→   gran peligro esperando bonanza; pero cuanto más nos demorábamos más brava se ponía la mar, hasta que ya no nos fue posible esperar más mar afuera, sino que tuvimos que regresar para atrás por el camino que habíamos traído.

Ahora es costumbre en práctica de la mar, que los marineros y patrones762 hagan un capitán general entre ellos, que en español se llama almerando (almirante); este manda a todos los navíos, y lo que él quiere eso se ha de hacer, eso se ha de cumplir, en alta mar; y ellos, los marineros y patrones, tienen que jurarle que ninguno de ellos se ha de querer separar de los demás; porque la Cesárea Majestad había ordenado y mandado que menos de 20 navíos no deberían emprender viaje de España a los Países Bajos, por causa del Rey de Francia, mientras duraba la guerra entre ellos. Fuera de esta hay otra costumbre más en alta mar, que un navío no ha de navegar a más de una milla (legua) de distancia del otro, y cuando se pone o entra el sol, también los navíos tienen de juntarse y los patrones han de saludar al miranndo (almirante) con 3 ó 4 tiros, y todos los días 2 veces; también por la otra parte el miranndi (almirante) ha de colgar del navío suyo 2 linternas hechas de hierro, que se llaman farall (faroles)763 [y] las ha de dejar prendidas toda la noche, así los demás han de seguir al navío, en que está la luz, y no se han de separar por nada.

  —293→  

Iacute;tem más el mirando (almirante) les avisa cada noche a los navegantes el rumbo que piensa tomar, porque si llega el caso de sobrevenir un temporal en alta mar puedan ellos saber el rumbo o viento que ha seguido [el] mirannd (almirante), y así no se aparten los unos de los otros.

Y eso que tuvimos que regresar y volvernos atrás, como se dijo, allí estaba el navío del susodicho Ha[i]nrich Schezen, en que tenía yo todo mi botín, el mismo me había dejado en Calless (Cádiz), el postrero de los demás navíos, y cuando ya nos aproximamos como a una milla (legua) de camino de la ciudad de Calless (Cádiz) allí se nos hizo obscuro y anocheció; así que el almirandos (almirante) tuvo que mostrar un farol, mediante el cual se le arrimasen los navíos. Y cuando ya hubimos llegado a la ciudad Calless (Cádiz), cada patrón largó su ancla al agua y el mirando (almirante) también retiró su farol. Mientras esto se hizo una lumbre en tierra sin dañada intención, mas le fue funesta para la suerte de Hainrich Schezen y su navío; ahora la lumbre procedía de cerca de un molino, como a un tiro de arcabuz de la ciudad de Calless (Cádiz), y así el antedicho Hainrich Schez se encaminó derecho a ella, porque se le puso que era el farol del miranndo (almirante)764, y cuando él con su navío estaban ya muy cerca de la luz, dio con toda fuerza sobre un peñasco, que estaba allí dentro del agua, y su navío se hizo cien   —294→   mil pedazos y se fueron a pique gente y carga, en menos de un medio cuarto de hora, y no quedó un palo sobre otro; también de 22 almas765 solo se salvaron el patrón y el timonel, que escaparon sobre un madero grueso; también se perdieron 6 baúles con oro y plata perteneciente a la Cesárea Majestad y gran cantidad de mercancía más de propiedad de los comerciantes. Por lo cual doy yo a Dios mi Redentor y Salvador por Cristo Jesús alabanzas, honor, loas y gracias por 7, siempre, porque esta vez más tan misericordiosamente me dirigió, defendió y amparó por cuanto yo en la primera vez no alcancé el navío.




ArribaAbajoCapítulo LV

Vuelve a embarcarse el autor en Cádiz. -Llegan a Inglaterra y de allí a Amberes


Después de esto paramos 2 días quietos en Khalliss (Cádiz), y el día de San Andrés volvimos a emprender viaje para Anntorff (Amberes), tuvimos en este viaje tan mal tiempo y tan terribles vendavales, que los mismos patrones decían que en 20 años, o sea en todo el tiempo que habían navegado por los mares, no habían visto ni oído   —295→   decir de tormenta tan horrible ni que dure tanto tiempo.

Así ahora arribamos a Inglaterra, a un puerto llamado Viedt (Isla de Wight)766, no nos quedaba en nuestros navíos una sola welle (vela), esto es, una lona que se extiende en el palo, ni tampoco velamen767, ni aparejo, ni la menor cosa a bordo de los navíos; y si el tal viaje hubiese durado un poco más, no se hubiese salvado uno de estos 24 navíos; sólo Dios el Señor nos sacó bien por otro lado.

Ahora para colmo de todo lo demás, siendo ya el día de año nuevo del año 1554, el día de los 3 Santos Reyes, 8 navíos se perdieron desgraciadamente con vidas y haciendas, cosa que daba pena de ver; porque lo cierto es que no salvó uno solo de allí.

Esto aconteció entre Francia e Inglaterra. Dios el Todopoderoso quiera favorecerlos y a nosotros con su misericordia, por Cristo su único Hijo. Amen.

Así nos quedamos 4 días en el dicho puerto Viedt (Wight) en Inglaterra y de allí navegamos a Probannt (Brabante), y a los 4 días arribamos a Arnmu[id]a que es una ciudad en Sehelandt768 adonde están surtos los navíos grandes; está a 74 millas (leguas) de camino de Viede (Wight), y de allí navegamos a Anntdorff (Amberes), que está a   —296→   24 millas de camino. Y llegamos allí el 26 de enero, año 1554.

Sí. ¡Alabado y loado sea Dios por siempre porque tan misericordiosamente me deparó tan próspero viaje! Amen.





  —297→  


ArribaAbajoEpílogo

Del traductor D. Samuel A. Lafone Quevedo


  —299→  

Se ha llegado al fin de la tarea. Se ha tratado de conservar algo del colorido y sabor acriollado del original, sin cargar demasiado la mano en los idiotismos del dialecto de la época y del autor, y se ha dejado para otros, que puedan hacer investigaciones in situ, la tarea de identificar naciones y lugares en Bolivia, Paraguay y Brasil. El lector nos dirá hasta qué punto el éxito ha correspondido a la buena intención. Una cosa habrá que conceder, que ni se ha aceptado la relación de Utz Schmídl sin beneficio de inventario, ni se le ha sacado como el más mentiroso de todos los viajeros que nos pueden servir para la historia del descubrimiento y de la conquista del Río de la Plata. Sea por la razón que se fuere, ha embrollado los nombres de los protagonistas en este famoso drama, al grado de hacerse el blanco de tiros certeros asestados por los que conocen la documentación de la época al dedillo; pero con esto y todo, si nos faltase nuestro Ulrico Fabro, ello dejaría un vacío irreparable entre las crónicas de su época.

Hoy ofrecemos al estudiante de la materia un   —300→   Schmídel que podrá utilizarse con todos los resguardos del caso, y se facilita la tarea para el que quiera mejorar la edición.

Tengo que agradecer al Doctor Manuel Domínguez, del Paraguay, muchas y valiosísimas advertencias y correcciones, y sin el giro que él dio a este estudio, acaso no hubiese salido yo del camino trillado por los historiadores del siglo XIX.

Y si agradezco a un amigo su eficaz cooperación, tengo que lamentar el malogrado fin de otro amigo, el artista explorador Guido Boggiani, con quien contaba para comentar con pleno conocimiento de causa la entrada de Irala al país de los chamacocos. Otra vez más el Chaco Boreal ha sido la tumba sin nombre de otro mártir de la ciencia. La tierra le sea leve, y no nos olvidemos nunca de ese hombre humanitario que no veía en el indio una salvajina más a quien privar de su libertad, de su hogar y de su vida.

Si el trabajo no ha resultado más pulido y más perfecto, concédaseme siquiera que el original está escrito en estilo casero, que era tanto lo que había, que enderezar, que algo debía quedar para otros. Hoy Buenos Aires poseerá el Schmídel de las ediciones y MSS. originales y no el Schmídel de las glosas y traducciones. Como tal y como primicias de nuestra junta de Historia y Numismática Americana lo ofrezco a los estudiantes del siglo XX.



  —301→  

ArribaAbajoApéndices

  —303→  

ArribaAbajoApéndice A

Carta de Francisco de Villalta


[Importante documento inédito utilizado por Herrera en su Historia. (Ver Dec. V, lib. 9, cap. X y lib. X, cap. XV. Madero también lo cita sin publicarlo). Hasta aquí puede llamarse único, por lo que respecta a la última expedición de Ayolas. La copia de que me he servido la debo a la amabilidad del señor Enrique Peña.]

Biblioteca de la Real Academia de la Historia
Colección de Muñoz.
-Tomo 80 Folio 331 a 341. -1536-56.

RÍO DE LA PLATA
Simancas. -Ordenanzas. -Escrituras
DEL RÍO DE LA PLATA.

1. Muy Illustrísimo Señor: Por otras que V. S. é escrito é dado cuenta de lo succedido hasta la data dellas pero i por que no me acuerdo haver dicho ni informado de los travajos que en esta Tierra se han pasado despues que en esta Tierra se conquistó y gano por esta sabra V. S. que partió Don Pedro de Mendoza Gobernador desta Probincia por el año de 35 i llegó á la Isla de San Gabriel entrante año de 536.

2. Llegado á la Isla que arriba digo el Gobernador   —304→   mandó poblar el pueblo de Vuenos Aires ques de la otra vanda del Rio que dicen el Paraña esta tierra se llama Cabo Blanco es tierra despoblada, porque en más de 60 leguas no ai Indios que sean amigos sino son unos que llaman en otras Indias Carabes estos comen carne Humana son enemigos de Cristianos i lo han sido todos de la parte.

3. Despues de haber poblado el Gobernador el pueblo de Buenos Aires con 1800 hombres que traia en armada mandó se diese de racion 6 onzas de Viscocho á la gente con las quales i con Cardos que de los canpos traian se sustentaban i pasaban como la Racion que les daban fuese tan poca y los trabajos Centinelas y Guardias y malos tratamientos juntamente con el Inbierno que sobre benia comenzó la gente á la flaqueza i morir.

4. Visto por el Gobernador la necesidad que la Gente padecia, aunque no por istenso por estar malo en cama, mandó á Don Diego de Mendoza su hermano fuese á vuscar Indios para que truxesen Bastimento y probision el qual topo con cierta Gente que se llaman Quirandres, los quales es Gente que handa á noche i meson, ia algunos ellos abian dado vista al pueblo i entrado en él, i como estos sean Gente mobida ibase i aloxabase de los confines del Pueblo.

5. Topado con ellos Don Diego de Mendoza ovo cierta diferencia entre los Cristianos y los Quirandies sobre los hacer volber en tal manera que obieron de venir á las manos, y como los Cristianos estubiesen flacos, i los Indios fuesen pláticos en su tierra, dieronse tan vuena maña que mataron á Don Diego de Mendoza i á Pedro de Venabides su sobrino i á otros bien Quantos, y los demás fueron huiendo aunque heran de Acaballo, i sino fuera por la infanteria que atrás benia que los socorrió, todos quedaran en el Campo por ser como   —305→   heran los Indios tan ligeros i tan diestros en atar los caballos con bolas que traian.

6. Buelta la Gente desta Ida á buscar estos Indios que he dicho mandó el Gobernador á un Caballero deudo suyo fuese con ciertos Navios á descubrir ciertas Islas en las quales le habian dado noticia avía Indios en esta Armada fui io, idos i partidos los Nabios, y Gente el camino fué tan largo de causa de andar buscando las Islas de Rio en Río, i la comida tan poca, que no se nos daba de Racion más de 3 honzas de Viscocho, de cuia causa murió la tercia parte de la Gente que en los Nabios iba que serian hasta 200 hombres todos los que en los Nabios iban, por cuia necesidad nos fué forzado dar buelta i sino fuera por unas Rosas de indios que allamos, las quales ia estaban cojidas i algunos allaban algun maiz i con él se sustentaban, antes que llegaramos al Pueblo de Vuenos Aires todos acabaramos, dejo (digo) los soldados, porque los Capitanes i allegados á ellos estos nunca pasaron necesidad.

7. Llegados al Pueblo los Bergantines i poca Gente que beniamos hallamos que hera tanta la necesidad i hambre que pasaban que hera espanto, pues unos tenian á su Compañero muerto 3 i 4 días i tomaban la racion por poderse pasar la vida con ella, otros de berse tan Ambrientos les aconteció comer carne humana, i así se bido que asta 2 ombres que hicieron justicia se comieron de la cintura para abaxo.

8. Vista la necesidad que tenian y la Gente que habiamos venido de causa que todos no se acabasen mandó el Gobernador á Juan de Aiolas con 3 nabios fuese á buscar Indios á Santispiritus, ó de las Hullas (Islas), con los quales llebó 90 Cristianos en cada uno.

9. En este camino fué tanta la necesidad que   —306→   pasamos por no llebar mas de una Pipa de Harina en cada Nabio que certifico á V. S. que murieron casi 100 hombres de pura hambre, por que no les daban sino 6 onzas de Viscochos y algunos cardos ierbas que algunos de los campos traian.

10. En este camino se pasaron ecesivos trabajos y hambres por ser como hera en la mitad del Inbierno i ir la Gente flaca bogando y toando por el Rio sin tener otro refresco más del que he dicho á V. S. i algunas Culebras, lagartos, Ratones y otras Sabandijas que á dicha por los campos se topaban.

11. Con estos trabajos i afanes llegamos á una laguna en la qual allamos i salieron con Nosotros en canoas unos Indios los quales se llaman Tambús en este camino estabamos i tardamos 50 dias en los quales certifico á V. S. que no se probó ninguno de toda la Gente probar una gota de Agua ni beber sino fueron los Capitanes que estos como dicho tengo lo pasaban mui bien.

12. Llegados los Indios á nosotros estaba la gente tan flaca y tan debilitada que apenas se podia tener en los pies, por lo qual fué mandado que todos estobiesen en sus Ranchos asentados con sus Armas en las manos i los alcabuceros las mechas encendidas, porque los Indios no biesen la necesidad y flaqueza de la Gente, los quales traxeron algun Pescado i Maiz con lo qual comenzó la pobre Gente alegrarse, i así fuimos á sus casas aunque con arto trabajo, porque certifico á V. S. que hera tanto i tanta flaqueza tenían que apenas la gente se podia valer ni llegar del Rio á sus casas aunque estaban mui cerca de la Plaia.

13. Llegados á las casas de los Timbúes i Carcarás que juntos estaban Juan de Aiolas, que por jeneral avia ido, hizo con los Indios que le diesen la mitad de una casa que tenia en la qual cupieron todos, porque estabamos tales que en poco espacio   —307→   podiamos muy bien caber; puestos allí Timbúes i Carcarás nos probeian no tan solamente á nosotros pero proveieron á Juan de Aiolas de mucha comida con la qual decendió el pueblo de Vuenos Aires por Don Pedro de Mendoza que halla abia quedado.

14. Hido Juan de Aiolas por Don Pedro de Mendoza como he dicho á V. S. los Capitanes y personas que mandaban heran tan pláticos que luego mandaron que toda la Gente saliese de casa de los Indios i fuesemos á hacer un asiento i pueblo desviado de los Indios do luego se hizo con belas y algunas Esteras de Junco Marino que los Indios hacen; en este asiento i pueblo se pasó artos trabajos i necesidades porque de causa destar algo desviados de los Indios i vivir por Rescate muchas veces no hiban á pescar, porque desto viven, i como no mataban pescado no lo comiamos. Otras veces de ser mal hablados nos lo daban.

15. Con estos trabajos y otros maiores pasamos 40 dias en los quales Juan de Aiolas quedo de dar buelta de pueblo de Vuenos Aires á do estabamos i sino biniese que entrasemos la Tierra adentro do quisiesemos. Estando en esto vino á nosotros un Cristiano el qual hera y havia quedado que en aquella Tierra de la Armada de Sebastian Gaboto Piloto Maior de S. M.

16. Llegado el Cristiano, el qual se decia Gerónimo Romero, fué hablado i preguntado por el Capitan i algunos soldados de las poblaciones y tierra adentro el qual dió mui larga i copiosa relacion así de vista como de oidas de Indios de la riqueza della, la qual ha parescido ser verdad por lo que acá nos han dicho de la riqueza que se ha llevado á estos Reinos de Chile.

17. Con esta relacion y noticia que teniamos de la tierra adentro fué determinado, visto que el término   —308→   que Juan de Aiolas á grandado hera pasado, dias abia y estaba algo conbalecida la gente, de entrar en demanda de la noticia i tierra tan fértil como por noticia de Gerónimo se tenia y abia dado.

18. Puestos casi en camino llegó Don Pedro de Mendoza con azás travajos y hambres que en el viaje avía tenido, que fueron tantos que certifico á V. S. que hechó á la mar en término de 60 leguas más de 200 hombres los quales todos abian muerto de pura hambre.

19. Llegado Don Pedro y gente fue forzado Remedialla en tal manera que fué forzoso no tan solamente pescar los Indios para nuestra sustentacion pero aun Cristianos y todo porque con todo apenas nos podiamos baler y visto que los Cristianos tornavan ia el modo i vivir de la tierra por los Capitanes acordaron de aconsejar á Don Pedro hiciese otro pueblo más abajo de do estaba este, que podrá haver 4 leguas más abajo, en una tierra caba i empantanada que certifico á V. S., i de Mosquitos apenas dexaban reposar á nadie dexaban.

20. Como el pueblo estubiese lejos del asiento de los Indios i los Indios aian sido y fuesen mal domados i pereçosos muchas veces no traian la probisión pa la gente que hera necesario de cuia causa se pasaba aquella sazon tanto trabajo que vino á dar de dos á dos dias un pescado que hapenas podia tener una libra el qual estaba tan molido que quando se pensaba que teníamos algo se nos habia tornado todo en agua.

21. Con estas i con Cardos, ierbas que de los Campos traian, i aun algunas Sabandijas que la probe gente buscaba se Remediaba y pasaba a vida aunque trabajosamente.

22. Puestos en estos trabajos y necesidades los Capitanes, que conformes nunca estaban, determinaron de difirir en la entrada porque unos querian   —309→   ir á descubrir por dó Gerónimo Romero abia dicho i otros á descubrir este Rio del Paraguay dó al presente estamos.

23. Puestos en esta confusión Don Pedro de Mendoza que todavía su enfermedad le fatigaba determinó de desandarse al Pueblo de Vuenos Aires para irse en España llebando consigo los Enfermos i gente más flaca que en el Pueblo de [Buena E]espe [ranza]769 estaba, dejando allí mando al thesorero Albarado, porque antes quél partiese Juan de Aiolas, que su lugar theniente que hera, se havía partido antes770 Nabios é ciento e sesenta hombres en ellos en demanda de su Rio del Para Guay.

24. Que Ido Juan de Aiolas i Don Pedro de Mendoza como ya he contado á V. S. quedó el thesorero Alvarado mando en Vuena Esperanza i para haver de quedar obo de ser de tal manera que Don Pedro de Mendoza me obo de mandar quedase con él en el dicho pueblo do pasamos tantas necesidades que por esta no lo se contar hasta tanto que obimos de mudar el Pueblo otra vez al asiento i tierra de los Timbúes.

25. El viaje i camino que Juan de Iolas llebó certifico á V. S. que se pasaron muchas necesidades porque el camino fué largo i sin guía teniendo poca comida de causa que la tierra por do pasaban hera poco poblada i los Indios huian en ver gente nueba i que nunca habian visto, y de causa de ser como sartehadores i sus nabios mui pequeños i libianos y los nuestros grandes i pesados no nos podía unos (sic) ansi á probeder dellos.

26. Con estos trabajos i algunos malos tiempos que tubieron porque á esta sazón heran tan abominables i malos los tiempos que en esta tierra hacia que visiblemente parecia que en los aires hablaban   —310→   los Demonios, i con estos trabajos subieron hasta casi el Para Guay do perdió un nabio de los 3 que llebaba con un temporal el qual fué tan recio que hapenas pudieron escapar los demas nabios, sino fuera Dios serbido que tomaron un Rio ó laguna do los dos se repararon hasta otro dia que abonanció el tiempo i recojió la gente del nabio que se le perdió.

27. Perdido el nabio y recojida la gente en los otros como he dicho á V. S. no podian navegar seguros de causa que se tenian la gente marítima de las turbunadas y furacanes que avia y visto esto por Juan de Aiolas hechó la gente de la Carabela perdida en una Isla hasta poder tomar tierra firme la qual allo á una jornada.

28. Hallada la tierra i legado á ella dejó la gente de su Nabio en tierra firme i dió buelta á tomar la otra que en la Isla havia quedado, y dió buelta á dó la demás estaba en tierra firme, y puestos todos juntos se determinó que unos fuesen por tierra y otros á por el Rio en el qual viaje segun me certificaron algunos que en él se hallaron fue tal y an trabajoso i peligroso qual nunca hombres pasaron, i así llegaron hasta la boca del Paraguai que podria haber camino de 30 á 40 leguas.

29. Llegados á la boca del Paraguay fué menester atrabesar el Rio á la banda del Sol Poniente i allí dejaron parte de la gente como ia á V. S. he recontado i dieron buelta por la demás para la traer de la otra do estaba.

30. Juntos toda la gente fueron caminando como he dicho unos por tierra pasando muchas lagunas i cienegas en cantidad i los del Rio atoando i Remando en tal manera que heran los trabajos que se pasaban insoportables, porque la necesidad i falta de comida los apretava en tal manera que casi apenas me parece que si mucho se tardara de   —311→   topar Indios ninguno de todos los que fueron en el dicho viaje podian escapar.

31. Llegado á los Indios que se dIcen Cinamecaes los quales viben de Pesquería les dieron en cantidad pescado con que se probeieron todos los que con Juan de Aiolas iban i ansi mesmo obieron destos Indios algunas Canoas en las quales llevaron la Gente que por tierra benia de causa de no caber en los Bergantines i así fueron caminando con hartos trabajos hasta que llegaron á esta Tierra do al presente estamos, ques tierra de los Indios Caribes771 que en otras Indias se llaman Caribes.

32. Estos Indios Caribes salieron á los Cristianos de paz y les dieron mucha comida de maiz i batatas y algunas abas por sus Rescates por ques gente labradora i acostumbran á labrar i criar i desto vibe esta gente.

33. Con esta comida questos Indios dieron á Juan de Aiolas i á los que con el Iban caminaron por este Río arriba hasta los Paiajuaes, ques camino de 100 leguas, los quales los recibieron de paz i hicieron algun buen tratamiento.

34. Llegado á estos Indios i tierra determinó Juan de Aiolas de entrar la tierra adentro en demanda i descubrimiento de la noticia de metal que se tenía con hasta ciento i treinta cristianos i algunos indios Paiajuaes quel Prencipal dellos le Dió.

35. Llegado Juan de Aiolas dejó mandando al Capitan Domingo Martinez de Irala en los Bergantines i con 30 hombres mandó que de allí no se partiese i le esperase sino fuese que los Indios amigos que le dejaba se le lebantasen i le dexasen de probeher i que en tal caso pudiese des[cender] á los Indios Caribes á probeerse de bastimento i luego tornarse á lo esperar do lo dexó, por quel abía de acudir allí.

  —312→  

36. Entrado Juan de Aiolas la tierra adentro i Don Pedro de Mendoza a llegado al Puerto de Vuenos Aires visto que la venida de Juan de Aiolas se tardaba determinó de inbiar en su seguimiento al Capitan Juan de Salazar despachó con 2 Nabios é 60 ó 80 hombres en ellos los quales con muy grandes trabajos llegaron al Puerto do abia quedado el Capitan Vargara772 con los Nabios i Gente que Juan de Aiolas le habia dexado, é Don Pedro partió 1537 para esa probincia dejando mando en el Puerto de Vuenos Aires á Francisco Ramírez773 Galan el qual mandó i mandaba ansí el dicho Puerto como en la gente questaba en Buena Esperanza do io á la sazon estaba.

37. Llegado el Capitan Salazar como tengo recontado é dicho arriba é junto con el Capitan Vagara de quien supo i se informó de la entrada de Juan de Aiolas i bista é sabida su entrada determinaron de entrar en su seguimiento estando á pique para hacer su biaje queriéndose aprobechar de los Indios que Juan de Aiolas abia quedado en el Capitan Vergara por amigos allaron que estaban de no buen propósito de serbir á los Cristianos é lebantados cansi mesmo aquella sazon estaban las aguas mui llenas é desta causa se dejo de hacer la jornada é su gozo que tenian concertado he obieron de se decender á esta tierra de los Indios Carios que en otras tierras llaman Caribes.

38. Llegados á esta tierra determinaron de hacer una casa fuerte do todos se metieron é luego determinaron de buscar comida entre los Indios los quales no la querian dar sino hera por puro Rescate ni hacer ninguna cosa de Serbicio á los Cristianos de cuia causa con muy gran trabajo é necesidad   —313→   traiendo los palos acuestas los Cristianos hacian la casa que dicho tengo.

39. Luego que obo alguna comida etubo Reparado é hecho do dejase 20 Christianos determinó de ir la buelta de Vuenos Aires á dar quenta á Francisco Ruiz de lo que en la tierra abía allado é dejaba el qual llegó á Buen Esperanza con harto trabajo é necesidad de comida é allí se reparó de pescado seco por que otra cosa al presente no habia ni los Cristianos tenian más que le dar el qual se supo todas las cosas arriba contadas.

40. Obrada está Comida se descendió al Pueblo de Buenos Aires el qual dió á Francisco Ruiz que allí mandaba como dicho tengo quenta i Razon de todo lo sucedido y sabida por Francisco Ruiz con mui gran brevedad determinó de subir arriba en socorro é vusca de Juan de Aiolas con 6 Nabios é 200 hombres de todos que en estos entraran los que en Buena Esperanza estabamos.

41. En este biaje é Camino se pasaron mui grandes necesidades porque no se daba mas de á 6 onzas de Racion á cada uno e llegados á esta Tierra é casa de la Asuncion abia tanta necesidad en la Tierra de Comida entre los naturales é Cristianos que apenas se hallaba i era tanta que de hambre se morian los naturales por los caminos de cuia causa fue forzoso andalla á buscar por la Tierra adentro en algunas partes que la habia é con estos trabajos andubimos quitando la comida i quitándola por fuerza é peleando con los naturales de la Tierra adentro porque no nos querian darla por ninguna cosa.

42. Como la necesidad fuese tanta en la Tierra en aquel tiempo que apenas los naturales se podian sustentar que no se acabase toda la gente de perder determinó Francisco Ruiz de bolberse á los Timbús i asi lo hizo dejando algun bastimento á   —314→   la gente que quedó en la casa en este camino nos daban 4 onzas de maiz tan solamente por la gran necesidad de comida que llebabamos.

43. Llegados á los Timbúes i hecho al asiento é Pueblo por algunas cosas que le mobieron á Francisco Ruiz contra los Indios ó naturales mando matasen á cierta cantidad dellos i ansi los cercaron secretamente estando en sus casas é mataron que mucha cantidad de Indios; muertos estos Indios Fran.co Ruiz se descendió al Puerto de Vuenos Aires dexando 100 hombres en el Pueblo i palizada questaba en los Tinbues.

44. Bisto por los Timbúes los pocos Cristianos que alli quedamos doliéndose de la gente que les habian muerto i queriendo bengar la muerte de sus Parientes determinaron de hacer gran junta de gente é pidiendo socorro al que allí mandaba para contra otros Indios contrarios no recelándose de lo que les podian benir les dió 50 hombres á los quales como salieron al Campo mataron é muertos vinieron con mui gran alarido á querernos acabar i así estubimos algunos dias cercados defendiéndonos é peleando con ellos en la qual Refriega murieron de nuestra banda el Capitan é irieron á todos los más i dellos murieron muchos i muchos eridos.

45. Desta manera que tengo contado estabamos quando llegaron 2 Bergantines quel Capitan Francisco Ruiz del Puerto de Vuenos Aires enbiaba á ver la gente que habia dejado en los Timbúes, llegados é bisto el desmanque que habia sucedido nos obimos de embarcar en los nabios, do como llegamos aliamos un nabio que habia arribado al puerto de Buenos Aires con tormenta que ia el estrecho para pasar á los Reinos del Perú i no pudo, é dé á pocos dias que obo entrado llegó Alonso Cabrera Vehedor de Su Magestad el qual luego como llegó comensó á tener pasiones i Rebueltas   —315→   con Francisco Ruiz que en el Pueblo estaba mandando i fueron tales que obieron de mandar ambos á 2 porque sobresto heran las pendencias cuando obieron de partir del Puerto pa sobir á hesta Ciudad de la Asuncion que ia dicho tengo en la cual estaba el Capitan Salasar; y salió con 250 hombres ansí de los de Alonso Cabrera como de los que Pan Caldo que hera la nao que he contado que entró antes que Alonso Cabrera viniese é de los que acá estaban.

46. Llegados á esta Ciudad á pocos dias que llegaron ansi Alonso de Cabrera como los demás oficiales de Su Magestad derrocaron e descoapusieron á Francisco Ruiz del mando que tenia y efigeron e nombraron al Capitan Vergara por un Capitulo de una instruccion que Juan de Aiolas teniente general le dexó al tiempo que entró la tierra adentro.

47. Derrocado Francisco Ruiz é puesto en el mando el Capitan Vergara determinó de hacer entrada i hizola por más abaxo de do Juan de Aiolas entro en la qual entrada se hallaron tantas aguas y Pantanos que de ber quan crecidos estaban y no se poder la tierra badear porque apenas se hallaba tierra enxuta pa dormir ni hacer Candela obieron de dar buelta i nos bolbinos tardando en el camino 27 dias la qual buelta fué de causa de la tierra estar empantanada i de la poca comida que teniamos; llegamos al Rio fué acordado que pasasemos de la otra banda y llegados á la tierra se oieron voces i vieron venir nadando una persona la qual fué socorrida i puesta ante el Capitan Vergara comenzó de ablar en nuestra lengua ciertas cosas por las quales dió á entender como hera de la tierra adentro i habia venido con Juan de Ayolas al tiempo que de su tierra vino i que los Paiaguás lo habian muerto por no hallar los Vergantines do mandó estubiesen.

  —316→  

48. Con estas nuebas i enformacion nos decendimos 20 leguas mas abajo do hallamos un Indio interprete i lengua de los Paiaguás, el qual pregunto é ablo á 4 indios Paiaguás que traiamos presos los quales obimos tomado al tiempo que subimos por este Rio apretados los Paiaguás de la lengua i puesto delante el Indio chané confesaron la muerto de Juan de Aiolas i Cristianos que con el abian venido, que serian hasta 120 hombres y la causa de su muerte fué no hallar nabios en el Puerto.

49. Con esta Informacion nos decendimos á esta Ciudad i puerto do luego mandó el Capitan Vergara fuesen á Rescatar comida 3 bergantines en los quales no embió sino á los que más flacos estaban i malos, los quales de los trabajos que habian pasado i como el Inbierno venia i estaban desarropados al tiempo que los embió á Rescatar murieron casi 50 hombres de todos los unos i los otros.

50. Bueltos los nabios i gente de Restacar enbió 2 nabios que fuesen adelante del al Puerto de Buenos Aires i poblado quedaba al tiempo que Francisco Ruiz del partió i despues fue el Capitan Vergara e lo deshiso i truxo toda la gente que en el estaba é los subió á esta Ciudad de la Asuncion dexando el pueblo de Vuenos Aires despoblado.

51. Sobido á esta Ciudad determinó de hacer entrada por el rio arriba i estando á pique para la hacer llegó á esta Ciudad Albar Nuñez Cabeza de Vaca con Provisiones de Su Magestad por las quales lo hacía Gobernador en caso que Juan de Aioias fuese muerto, que fué por el año de 542.

52. Llegado que llegó el Gobernador Cabeza de Vaca fué recebido, como Su Magestad lo mandaba i los conquistadores que en esta tierra estaban los adbergaron en sus casas i dieron de comer i los fueron á Recibir i traer á esta Ciudad cierta gente quel Gobernador abia enbiado en 2 balsas el Paraná   —317→   abaxo i sino fueran socorridos ninguno biniera.

53. Y luego de á pocos dias que llegó embió a descubrir este Rio 3 Bergantines i 200 hombres de los unos y de los otros i fueron asta el Pueblo de los Reies i de allí dieron buelta en la Relacion que se halló.

54. Bueltos los nabios i gente determinó de hacer entrada i quasi la hizo llevando 300 hombres i 20 Caballos i Indios amigos en harta cantidad i partió desta Ciudad de la Assuncion el dia de Nuestra Señora de Setiembre del año de 43 partió desta Ciudad i llegado al Puerto de los Reies entró la tierra adentro para Calalla i descubrilla i dé á pocos dias que obo caminado obo de dar buelta de causa de la poca comida que habia sacado del Puerto i allar la Tierra despoblada.

55. Vueltos otra vez al Puerto determinó de embiar á descubrir más adelante i ansí fueron hasta una Nacion que se dizen los Xaries é de allí truxeron comida i mui gran noticia de la Tierra adentro.

56. En este medio tiempo questa gente abia ido á descubrir adoleció el Gobernador é mucha parte de la gente i visto su Enfermedad dado caso que aunque malo queria hir á los Xaries se obo de bolber á esta Ciudad de causa de un Requerimiento que los Oficiales de Su Magestad le hicieron.

57. Llegado á esta Ciudad que fue por en fin de Quaresma del año 544 á pocos dias de que obo llegado estando malo en su cama los Oficiales de Su Magestad le prendieron segun ia V. S. tenia mui entera noticia de todo esto.

58. Preso el Gobernador determinaron de le embiar á Su Magestad como lo llebaron ansí á el como al Capitan Salasar su teniente que por haber estado en estas partes ante Su Magestad á V. S. no me alargaré en quanto á esto á decir más.

  —318→  

59. Idos de la tierra como dicho tengo sucedieron muchas pasiones entre los oficiales de Su Magestad i el que aora manda, las quales queriendo ser V. S. abisado é informado lo podrá saber de Pedro Vergara i Diego Rodriguez i de otros que allá ban i de Diego Tellez dEscobar.

60. Pasadas estas pasiones vinieron á ser amigos i conformarse i conformados fueron de parezcer de hacer entrada la qual hicieron por el Puerto de San Fernando i por allí calaron i descubrieron hasta los confines del Perú como ia es á V. S. notorio.

61. Puestos en los confines del Perú por ciertas Diferencias que allí tubieron obieron de dar buelta y ansi bolbieron traiendo hartos Indios naturales de aquella tierra i Probincia á esta Ciudad.

62. De las Pasiones i despues obieron i an pasado no escribo á V. S. porque alla ban presonas que daran larga quenta las quales pasiones fueron entre Diego de Abreg i el que aora manda.

63. Despues desto determinó de ir otra vez hacer otra entrada á la qual llebaba 100 Cristianos de pié e de Caballo i aió hasta los Maiaes i allí se obo de bolber de causa de la tierra hallar despoblada, en este biage perdió mucha copia de Indios Naturales de la Tierra de Hambre y Frío.

64. Bueltos á esta Ciudad y Reformados tornaron á querer hacer entrada i estando [...] pa salir [...] tanto este frio que empantanó mucha Gente de la tierra por do abia de caminar, i bisto que el Inbierno sobrebenia i las aguas no abajaban determinaron de dejar el biaje i á pocos dias vinieron nuebas como su Alteza hacia Gobernador y Capitan General desta probincia al Capitan Domingo Martinez de Irala benidas estas nuebas desde ha poco tiempo vino á esta Ciudad Bartolomé Justiniano el qual traia las probisiones que Su Alteza por ellas lo mandaba.

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65. Obedecido y puesto en el mando, mando fuesen á empadronar la tierra para la Repartir lo qual hizo por una carta que de esos Reinos vino la qual quieren dezir haber escritos [...] por la qual le abisaban que si la Tierra no estaba Repartida la Repartiese.

66. Venidos los Empadronadores i todo junto la Repartió entre muchas personas que no se hallaron á la ganar, quitándola aquellos que la conquistaron i derramaron su sangre por ganalla porque certifico a V. S. que al que más destos dió daria hasta 50 Indios porque á otros daría á 30, i á 20, i á 15, hestos heran los que el Gobernador no [...] ni a por amigos i aliados, porque estos á 100 i á 200 y dende arriba no dice los que dió á los oficiales de Su Magestad i puso en su Cabeza i otros que dió a franceses i á ingleses y estrangeros y portugueses i á otros que del Perú binieron que se hallaron con Gregorio774 Pisarro segun es fama i así mesmo a otros que nuevamente an benido.

67. Desta manera se á repartido en esta Probincia la tierra como á V. S. he contado lo qual me paresce que fué mas para acabarlos del todo los naturales ques para Reformallos porque están tan esquilmados i tan probes ansi los naturales como los Señores dellos que me parece que si no pasasen los repartimientos de 400 á 500 Indios por conquistador no podrían reacerse segun la gran Falta de Indios que en la tierra ai

68. Querer abisar á V. S. de la Justicia i como se hace abia menester aberlo estudiado para entenderlo pero diré á V. S. quel Gobernador puso por su teniente i Alcalde maior á un Caballero ierno suyo el qual se dise el Capitan Gonzalo de Mendoza i su Alguasil maior es otro Yerno suio el   —320→   qual tiene 5 Alguaciles menores que traen baras e otro Alcalde Yerno suio el qual se nombró con otro por una provision que su Alteza mandó para que se eligiesen 2 Alcaldes ordinarios el uno de estos es Yerno del Gobernador como dicho tengo. Vera V. S. si ai harta Justicia para tan poca gente como en este Pueblo ai porque al Presente no ai otro en esta Probincia no digo tanto esto por las baras que ai quanto por la Justicia que se administra de lo qual V. S. se puede informar de los que alla ban.

69. Decir á V. S. del Regimiento y como se rige esta Ciudad es antes tenernos en poco que no lo acemos de vuena Policia del Pueblo pero diré que Su Magestad mandó que en esta tierra aia tan solamente 12 regidores i al presente no ai mas que 6 i destos son los dos oficiales de Su Magestad i los 4 amigos i allegados del Gobernador por manera que lo que hel quiere eso se hace en cabildo i no otra cosa.

70. Seis Regimientos saltan hasta ahora de la tasa que Su Magestad tiene mandado suplico á V. S. si en algunas personas se obiere de probeher acatando los trabajos que en esta tierra los Conquistadores Viejos han pasado tenga V. S. por bien que en ellos i no en otros se provea por que entrellos ai Caballeros Hijos de Algo que haran y cumpliran al Servicio de su Magestad i al bien de la República.

71. Despues de todo esto llegó á esta Ciudad por quaresma desde presente año el Obispo Don Frai Pedro de la Torre y llegado fué recibido como cosa que todos deseabamos, i dé á pocos dias de su llegada se leieron ciertas probisiones queMartin de Vre truxo.

72. Destos que an benido en la Armada que Su Alteza á esta Probincia enbió an dicho como traian probision para el Gobernador i oficiales de Su Magestad no tobiesen Indios en encomienda esta no   —321→   se á bisto por que los que más Indios tienen son ellos i sus amigos i allegados como ia á V. S. tengo dicho.

73. Al tiempo que Don Pedro de Mendoza á esta Probincia bino por istruciones que Su Magestad dio ansi á el como á sus oficiales les mando cobrasen los Diesmos como se cobran en la Isla Española, Cuba y Gamaica y que llebasen la declaracion de la Casa de la Contratacion de Sebilla, i ellos por lo que les podria benir entra ella ó no no la an querido traer puesto que á seis partes cuido i aora emos visto como Martin de Vre pidió en nombre de algunos desta Probincia que le dieron poder su Alteza les hiciese alguna gracia en lo que tocaba á los diesmos como se ha hecho en otras partes, lo qual fué por no sacar á sus oficiales desta causa á estado este Pueblo mui desasosegado por que les piden los diesmos conforme á España haciendo sus comidas y labores con mugeres Naturales desta tierra, i ansi mesmo por la merced que Su Magestad les tiene hecha y concedida antes que en esta tierra entrasen suplico á V. S. sea serbido de mandar que esta istrucion y declaracion se traiga y sobrella probision y sobre carta para que se Guarde segun i como Su Magestad lo tiene mandado porque reabitan los Conquistadores mui gran Merced i cobran ánimo para poder labrar las tierras en lo qual esta Probincia de cada dia será más ennoblecida i las rentas de Su Magestad aumentadas.

74. En lo que toca á las minas del Metal del Oro i Plata no digo ninguna cosa, porque el Obispo más largamente abisará á Su Magestad i á V. S. de lo que ai en la tierra.

75. En esta tierra se hacen muchos agrabios a los Conquistadores Biejos que en esta tierra fueron los primeros que entraron, en no ostante los trabajos   —322→   que an pasado de nuebo tomanlos á percibir para viajes i los hacen ir á ellos por fuerza i contra su voluntad i dado caso que aia alguna suelta es dando un ombre que á su costa baia en lo qual me parecia que Dios ni Su Magestad es dello serbido, suplico á V. S. que pues Nuestro Señor le puso la paz tan preminente para amparar los suditos y basallos de Su Magestad i deshacerlas fuerzas i agrabios que sus suditos i naturales reciben sea serbido deprober y mandar sobresto en tal manera que ninguno de los que mandaren, Gobernador ó otra persona por su Magestad, no los pueda hacer ir á ninguno de los Conquistadores viejos acatando los trabajos tan ececibos que an pasado por que en esto Dios i Su Magestad seran dello serbidos.

76. Sabrá V. S. que de las entradas que se han hecho se ha abido noticia de la Sierra i Cordillera de los confines del Perú. Ase sabido que ai alguna Cosa en aquella tierra i por ser Indios velicosos no ai nadie que ose hir entre ellos, por comer como comen carne humana é ser indomitos i porque entre estos ques de su nacion mentado, i sé ia las costumbres dellos por el largo tiempo que en esta tierra estado, i por tener Hijos é Indias su Generacion, me atrebo á suplicar á V. S. tenga por vien de mandar la Tierra para ir á poblalla llebando desta tierra i Probincia 100 hombres de los que quisieren ir i algunas lenguas i para esto por V. S. me será mandado con probision que ninguna persona ansi el Gobernador como otro ó otros que en esta tierra i provincia mandaron no me lo puedan impedir á mi ni á ellos con grabes penas, por que en ello aliende de ser las Rentas de Su Magestad acrecentadas los vecinos i naturales de los Reinos de Perú Recibirán mui gran merced en tener seguros sus Repartimentos i Gentes. De la Guerra questos Indios les hacen.

  —323→  

77. S. á V. S. é hescrito por 2 beces acerca de los malos tratamientos [...] han hecho y hacen a los Indios desta tierra i por parescerme que [...] las abra i á abido no me alargo en esta á contallo i porque de lo que van será Informado.

78. Por otras que á V. S. é escrito he suplicado á V. S. me hiciese merced de la Alcaldía de minas para Antonio Martin es caso ques uno de los Conquistadores biejos i á pasado en esta Tierra muchos trabajos; suplico á V. S. la reciba en me hacer merced por que todo es para serbir á V. S. Nuestro Señor la mui Ilustrísima Persona de V. S. guarde i en vida acrecente como por sus serbidores é criados es deseado desta Ciudad de la Asuncion á 22 días del mes de Junio de 1556 años.

Mui Illustrísimo Señor

El Serbidor i criado que sus Ilustrísimas manos vesa.

FRANCISCO DE VILLALTA.