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Ibérica por la libertad

Volumen 8, N.º 9, 15 de septiembre de 1960

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¡Corten esas emisiones, voto a Satanás!

IBÉRICA es un boletín de información dedicado a los asuntos españoles y patrocinado por un grupo de americanos que creen que la lucha de España por la libertad es una parte de la lucha universal por la libertad, y que hay que combatir sin descanso en cada frente y contra cada forma que el totalitarismo presente.

IBÉRICA se consagra a la España del futuro, a la España liberal que será una amiga y una aliada de los Estados Unidos en el sentido espiritual y no sólo en sentido material.

IBÉRICA ofrece a todos los españoles que mantienen sus esperanzas en una España libre y democrática, la oportunidad de expresar sus opiniones al pueblo americano y a los países de Hispano-América. Para aquellos que no son españoles, pero que simpatizan con estas aspiraciones, quedan abiertas así mismo las páginas de IBÉRICA.

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IBÉRICA is published monthly on the fifteenth of every month, except July-August when bimonthly, in English and Spanish editions, by the Ibérica Publishing Co., 112 East 19th St., New York 3, N. Y. All material contained in this publication is the property of the Ibérica Publishing Co., and may be quoted, but not reproduced in entirety. Copyright 1960, by Ibérica Publishing Co.

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ArribaAbajoEl milagro español (I)

Miguel Sánchez-Mazas


La Iglesia entra en juego. Las brigadillas de la Policía española -que, desde hace algún tiempo, vienen desplegando una notable actividad en los ambientes eclesiásticos- acaban de recoger, por orden del Gobierno, en los locales de Acción Católica y en las librerías religiosas de toda España, distintas publicaciones, folletos e impresos de variable importancia. Además del famoso manifiesto del Primero de Mayo de la Hermandad Obrera de Acción Católica (H. O. A. C.), que ya ha dado a conocer, y en parte reproducido, la prensa de todo el mundo, forman parte de este abundante material católico «subversivo» y prohibido a los ciudadanos españoles algunos millares de ejemplares de un documento trascendental que, a pesar de las torpes medidas policíacas, logrará la difusión y la influencia que merece. Un amigo diligente, recién venido del País Vasco, acaba de traerme un ejemplar, milagrosamente salvado de la incautación, a esta impía ciudad de Ginebra, y lo tengo ante los ojos. Al examinarlo, me explico perfectamente el sofocón del Gobierno, pues el escrito le hiere en su talón de Aquiles. Se trata, en efecto, del primer comentario eclesiástico extenso y documentado a la última declaración colectiva de los Obispos españoles sobre la situación económica y social de nuestro país, después de iniciado el Plan de Estabilización, que tantas inquietudes ha suscitado2. Es un libro breve y fácil de lectura, publicado por la Iglesia en la Diócesis de Álava e impreso en el propio Seminario diocesano de Vitoria por orden del Obispo. De este significativo escrito, obra de sociólogos sacerdotes que saben alternar, con sabio equilibrio, sus alusiones al Evangelio y a las Encíclicas con datos técnicos y citas del Informe de la OECE sobre España, creemos oportuno entresacar las siguientes manifestaciones doctrinales y políticas sobre los temas de perenne y siempre renovada actualidad de nuestro país

Sobre la opinión pública: «Nunca se podrá admitir como tolerable una situación social permanente en la que el control público manifestado y actualizado a través de la opinión pública, sea inexistente ... En nuestro país ese control sobre los diversos estamentos sociales no puede realizarse a través de la prensa y los otros medios de expresión... La Iglesia no puede temer mal mayor que el de ser infiel a sí misma, y lo sería si callara cuando debiera hablar».

Sobre la justicia de la actual situación social: «A la Iglesia toca, pues, descubrir la razón de pecado existente en una situación social que no es conforme a la justicia o en el comportamiento de todos aquellos que están comprometidos por las medidas gubernamentales ...Muchas conciencias están manchadas, aunque externamente no aparezca la injusticia».

Sobre el llamamiento del Gobierno a la sobriedad popular, mientras sigue el despilfarro y la corrupción en las altas esferas: «Poco o nada valdrá el llamamiento a la sobriedad en un país donde los que mandan no predican, ante todo, con el testimonio de su vida privada y pública. Y ésta es, precisamente, la triste realidad española de los últimos años... Los súbditos no han detectado afán de austeridad y moderación en sus jefes... La opinión colectiva acusa a muchas personas vinculadas al poder y a la administración pública de mezclarse en los Consejos de Administración de negocios pingües que, por esto mismo, se realizan en una situación de privilegio en relación con otras empresas; de haber favorecido el enriquecimiento de unos pocos abriendo las puertas de monopolios peligrosos en la importación o en el mercado interior; de haber producido fastuosos e innecesarios dispendios, encaminados, solamente, a mantener frente a la opinión general del país o del extranjero el prestigio político; de haber desorbitado ciertos presupuestos para la seguridad interior del Estado o para el mantenimiento de servicios políticos... Respecto a la vida privada de los gobernantes, las acusaciones son muchas, sencillamente porque el pueblo exige que, a la hora de ser sobrios, el sacrificio se reparta entre todos. El silencio o la poca información en orden a los gastos del Estado o el destino concreto de los presupuestos extraordinarios ha llevado a los que obedecen a una gran desconfianza respecto a la rectitud administrativa de los que están en el poder... La práctica viva y ejemplar de estas virtudes está en función del catolicismo que profesan nuestros gobernantes. Esta condición les obliga, ante todo, a cumplir más escrupulosamente los postulados de la justicia y de la rectitud en la administración pública. De lo contrario, los súbditos padecerán el escándalo de la religión complicada en lo que es más opuesto a ella: la injusticia y la falta de rectitud».

Sobre las tremendas desigualdades de la sociedad española: «Es ahora cuando aparece más claramente la deficiencia fundamental de una legislación que establece como salario base una cantidad que no llega ni al mínimo vital... Dicen que somos el segundo país del mundo, proporcionalmente, en gastos superfluos y que la industria de alta costura tiene en España el segundo cliente de consumo... Muchos católicos sinceros y padres de familia, no encuentran ajustados a una realidad cristiana los presupuestos escolares de multitud de colegios dirigidos por religiosos y religiosas... La democratización de la enseñanza constituye un urgente deber... Existe una mala distribución de las riquezas; los llamamientos anteriores no han encontrado todo el eco que se esperaba... Asunto particularmente grave en nuestra coyuntura político-social-económica, puesto que a favor del proceso inflacionista que hemos atravesado se ha realizado una redistribución de la renta en sentido contrario. Lejos de caminar hacia una más justa distribución, hemos conseguido que la parte de renta nacional correspondiente a los menos dotados haya disminuido».

Ilustración

Sobre la situación de desamparo económico, social y político de los trabajadores y la falsedad de los Sindicatos «verticales»: «Al oír a representantes de otros grupos sociales, se puede medir el abismo de incomprensión respecto a los derechos de los trabajadores ... No se admite normalmente que tengan algo que decir cuando se elaboran las estructuras fundamentales de la vida económica, social y política ... La decisión ha pertenecido siempre a los organismos del Estado, que han privado a los sindicatos de una de sus funciones esenciales ... La estructura económica, social y política española ha permitido una situación en que los beneficios han subido prodigiosamente en tanto se negaba al grupo social más numeroso una defensa eficaz de sus intereses mediante los organismos adecuados».

Sobre la incompetencia, el despilfarro y las desastrosas consecuencias económicas y sociales de la política de inversiones estatales: «Las inversiones realizadas, ¿han sido las más convenientes para el interés nacional o se han fundado quizás en ocasiones en un loco afán de autarquía incompatible a un tiempo con nuestros recursos y con los sanos principios de solidaridad humana, opuestos a todo nacionalismo estrecho? El Informe de la OECE habla de que "ha prevalecido una orientación autárquica que se ha reflejado en la rápida disminución de importaciones de productos industriales que no sean bienes de equipo". Y señala las graves consecuencias económicas que han producido. Todo ello entraña graves responsabilidades morales ... Constituye tema de comentario permanente el despilfarro en las obras emprendidas por el Estado o sus organismos dependientes, la escasa rentabilidad de muchas de esas empresas, que también recuerda el Informe de la OECE, etc., etc... Las inversiones estatales han superado la capacidad de ahorro del pueblo español y han provocado el proceso inflacionista».

Sobre las acusaciones de marxismo lanzadas a todo intento de sindicalismo libre y representativo: «Se cae en la hipocresía cuando se asimila a penetración marxista todo intento del sindicalismo para llegar a una sociedad más justa y respetuosa de los derechos fundamentales de los trabajadores en todos los órdenes. Poner en duda la validez y justicia de ciertas instituciones y costumbres de una sociedad, intentar noblemente modificarlas, no solamente no es marxista, sino que constituye una auténtica obligación para todo cristiano... En cualquier caso, el Sindicato debe servir para defender los intereses de los sindicados. Para ello necesita fundamentalmente: 1. Que se le conceda suficiente libertad y autonomía para ejercer sus funciones esenciales; 2. Que sea auténticamente representativo en los órganos de dirección ... Es preciso que todos, empresarios y trabajadores, puedan disponer libremente, bajo la vigilancia superior de la autoridad, de las instituciones a las que legítimamente tienen derecho. Y es verdad que el noble empeño de evitar luchas fratricidas ha dejado hasta ahora en inferioridad de condiciones a los trabajadores».

Sobre el papel de las clases rectoras en la tensión social a punto de estallar: «Sería doloroso tener que reconocer que en el fondo de las aspiraciones -del movimiento obrero- existía una base de justicia que ha tenido que buscar medios violentos de manifestación, porque no había medios más normales y humanos al alcance de la mano. Todos, en conciencia, debemos evitar toda amenaza a la paz de la sociedad en que vivimos, lo cual quiere decir que no solamente los que se lanzan a la calle son los que atacan los fundamentos de la convivencia humana, sino también quienes con su comportamiento hacen inaguantable la vida de sus semejantes».

Estos severos juicios -significativos por su procedencia, después de un penoso silencio que ha durado varios lustros- trascienden francamente, por su amplitud y por su meridiana claridad, la esfera de lo anecdótico: disparan desde un emplazamiento privilegiado contra las bases mismas de la situación económica, social y política de la España actual, contra la mentalidad y los hábitos que sirven de cimiento, desde hace veinte años, al régimen de injusticia y profunda desigualdad social, oligarquía económica, incapacidad técnica, ficción política y religiosa que padecemos. Pero nadie crea, además, que tan duras críticas constituyen un ejemplo aislado y excepcional dentro del ambiente católico responsable. Por el contrario, nada tan característico del panorama español de estos últimos meses como la extensión y amplificación progresiva, por todo el país, del grito de advertencia y de protesta de un nuevo movimiento cristiano que rechaza el conformismo social y político de ayer, el servilismo ante un poder que proclamando servir a la Iglesia se sirve, sin embargo, de ella para la defensa de una doctrina oficial y de unos intereses de clase cuya parcialidad reconoce ya el país entero. Desde el gesto valiente y aislado de un cura de Campuzano3 o la heroica actitud precursora de un Julio Cerón y otros sindicalistas cristianos -cuya postura, hace apenas un año, resultaba extraña para la opinión católica mayoritaria- se ha andado mucho camino en dirección a lo que pudiera ser «la otra carta»4 de la Iglesia española. El sermón que Don Carlos María de Castañeda pronunció un día de mayo de 1958 en una humilde Iglesia del Norte de España aplicando con consecuencia evangélica el mandato de caridad y solidaridad a los trabajadores encarcelados, torturados o despedidos del trabajo, está haciendo más adeptos de los que el Gobierno quisiera y hoy se llenarían varios Monasterios si las autoridades pretendieran encerrar en ellos, en un gesto vengativo, a todos los párrocos que comparten ese espíritu. Por su parte, los sindicalistas cristianos se mueven con mayor seguridad cada día y proclaman en bloque -asistidos por eminentes sociólogos y sacerdotes- los principios del sindicalismo libre y del derecho a la huelga que llevaron a la cárcel a Cerón. Lo que pudo considerarse gesto extraño y excepcional es ya algo tan generalizado y del dominio público que nada menos que el Secretario General de la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos; Auguste Vanistandael, ha podido manifestarse en Ginebra, el 15 de Junio último, en una Conferencia de prensa, como representante de los trabajadores católicos del mundo ante la Conferencia Internacional del Trabajo, en unos términos que equivalen, por su dureza, a una ruptura definitiva de ese movimiento con el Régimen actual de España, si es que aun existían dudas al propósito. En efecto, después de referirse a la persecución de que han sido víctimas algunos sindicalistas cristianos en ciertos países de África, lanzó esta flor a nuestro «católico» Estado: «La situación es mucho más grave en España, donde varios dirigentes de los sindicatos cristianos han sido condenados a 15 y 20 años de cárcel. En junio de 1959, un miembro de la delegación gubernamental ante la Conferencia Internacional del Trabajo se vio obligado a volver de Ginebra a Madrid, reclamado por el Gobierno, para ser encarcelado en esta ciudad por su simpatía hacia la libertad sindical. El Primero de Mayo último, los dirigentes del movimiento de los trabajadores católicos, incluido el capellán, fueron detenidos por el delito de haber distribuido manifiestos en los que se exponía la situación económica de los trabajadores. Estamos examinando en estos momentos el modo de emprender, en colaboración con la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (C. I. O. S. L.) una acción conjunta para reclamar la libertad sindical en España». Toda la prensa suiza publicó esta grave declaración.

Nada da tanta fuerza y valor a la palabra como un ancho fondo de silencio, como un largo silencio anterior. De todas las fuerzas políticas españolas, ninguna ha callado tan largamente como la vinculada a la Iglesia. Ante los graves problemas de la justicia social, de las libertades esenciales, de la corrupción del Estado, de la dignidad del hombre y del ciudadano, la poderosa Iglesia de España se ha pasado veinte años sin hablar nunca con voz propia, con voz independiente: los sonidos que a veces salían de los labios de algún Capellán castrense, de algún Asesor eclesiástico de Sindicatos, de algún Profesor de religión a sueldo del Ministerio, de algún Obispo miembro de la junta Política del Partido único, eran sonidos de una voz prestada, sonidos de la voz del poder, de la voz de su amo, de un amo ventrílocuo que movía a su antojo a un muñeco mudo e inerte. Además de ser esta una verdad evidente para los españoles, es muy conveniente que, en estos momentos, los demócratas que deseamos la paz civil y la armonía entre los ciudadanos de nuestra patria, en el futuro que se acerca, lo reconozcamos así públicamente y demos al grito, para muchos inesperado, de la gran sordomuda de antaño el valor y el eco que se merece. Como ejemplo de la fuerza de la palabra de los habitualmente mudos, se cuenta que al incendiarse un día un inmenso convento y haberse agotado todos los medios normales de apagar las llamas, el superior decidió, en último recurso, llamar a un hermano lego de más de 100 años, que hacía ochenta que no pronunciaba una palabra; éste lego se limitó entonces a lanzar un grito -¡agua!- y ese grito, potenciado por el silencio de casi un siglo, fue para las llamas como una tromba gigantesca de agua real, que apagó el incendio. No es imposible que la palabra, que se va haciendo día a día clamor angustioso y desesperado, de millares de católicos escrupulosos, de sacerdotes con conciencia profesional, y aún de Obispos y mitrados Abades, en favor de ese mínimo de libertad y de justicia que hasta los Papas exigen y por debajo del cual, no obstante, se hallan desde hace decenios pueblos «occidentales» y «cristianos» como la República Dominicana y España, tenga, gracias precisamente al tremendo silencio anterior -en el que hemos de ver la complicidad culpable de unos, la prudencia de otros, la impotencia de muchos-, una fuerza de novedad escandalosa y agresiva a la que la oposición desesperada y de siempre de demócratas y socialistas, con tanta frecuencia olvidados y renegados por las democracias del mundo, difícilmente podríamos aspirar.

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¿Cuáles son las verdaderas, íntimas causas de ese fenómeno esencialmente nuevo? ¿Se trata de un descubrimiento espontáneo y casual de la injusticia, de la tiranía, de la trágica farsa española, producido al llegar al pleno uso de sus facultades una nueva generación de sacerdotes, no implicados en el espíritu de la «Cruzada»? ¿O más bien de una acción calculada y política, meticulosamente prevista -como sugieren sin ironía, agudos y experimentados observadores de nuestra vida política, es decir, de un intento in extremis por salvar lo salvable de la Iglesia española y de su influencia en el pueblo, ante la eventualidad de un posible derrumbamiento del Régimen por la presión popular- eventualidad que sugieren los recientes episodios de Corea y Turquía, dictaduras «estratégicas» como España, barridas por movimientos populares que inicialmente no eran sino un puñado de estudiantes y profesores desarmados? Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que la Iglesia está entrando en juego en defensa de unos valores y de unos derechos que, desde hacía varios lustros, parecía haber renunciado a defender en España, y que los testimonios de este sorprendente -y, para muchos, inesperado- fenómeno moral y político se multiplican en la actualidad, adoptando las más variadas formas. Además del repetido manifiesto de la H. O. A. C. y del documento relativo a la última declaración colectiva de los obispos españoles sobre la situación económica de España, a la que nos hemos referido, es de subrayar la posición claramente acusadora de todo un sistema que se desprende del texto preciso y políticamente irreversible de la famosa carta de 349 párrocos y sacerdotes representando el deseo de la región vasconavarra, publicado en estas mismas columnas en el número julio-agosto del presente año.

Estas piadosas lecturas son muy adecuadas para llevar a muchos españoles y extranjeros, católicos o no, a diez minutos de intensa meditación sobre este tema: ¿Qué ha ocurrido en España en los últimos tiempos para que sectores importantes y responsables de la Iglesia española se atrevan de este modo a apoyar y a hacer suyas, a cara descubierta, y sin temor a la cárcel con que fueron castigados en su día tantos curas vascos ni a las calumnias de la prensa de Arias Salgado, algunas de las más profundas aspiraciones de los demócratas, de los sindicalistas, de los socialistas españoles, que a tantos nos ha llevado a manos de la Policía, al exilio, a la ruptura de nuestra vida familiar y profesional? ¿Ha surgido algún acontecimiento nuevo de suficiente importancia como para destruir la larga unanimidad clerical en torno a ese Estado cuyo espíritu se ensalzó como espíritu de «Cruzada», sin la protesta audible de un modesto grupo de párrocos? No. No hay ningún acontecimiento nuevo que registrar en la vida política española, capaz de cambiar esencialmente el carácter del sistema de Franco y justificar un cambio correlativo en el juicio del mismo por parte de los católicos. El estado franquista sigue igual a sí mismo y donde únicamente hay que registrar un hecho es en la conciencia popular, o, mejor, en parte de ella, que aun vivía hasta hace poco en la equivocación, la duda o la esperanza. Ha ocurrido algo muy simple: en todos los sectores españoles ha llegado a arraigar, como una adquisición definitiva, la evidencia del «milagro español» de estos veinte años de Régimen salvador, la clara comprensión de la naturaleza de ese «milagro español» del que -como decía con la mayor seriedad Franco en su último discurso de fin de año- podemos hablar con más razón que del milagro de otras naciones (por ejemplo Alemania). Y como quien más entiende de milagros es precisamente la Iglesia, hemos creído muy conveniente abrir nuestro modesto estudio del mismo con algunos recientes juicios eclesiásticos. Estos juicios tienen, por otra parte, el inconfundible sello y estilo de Roma que consiste, como es bien sabido, en comenzar a doblar las campanas cuando se está, efectivamente, en presencia de un cadáver.

MIGUEL SÁNCHEZ-MAZAS




ArribaAbajoMomento cultural de España5

Aldo Torres


Vicente Aleixandre

Vicente Aleixandre, nacido en 1898, publica su primera colección poética, Ámbito, en 1928. Desde entonces, su caudal creador no cesa, fluye sin cesar, alumbrando volúmenes pletóricos de contenido personal y trascendente. Una atenta lectura de La destrucción del amor, de Sombra del Paraíso o de Historia del corazón, favorecerá el conocimiento profundo del poeta. La obra suya en prosa, Encuentros, publicada no hace mucho, dará fácil acceso al recinto dramático de su momento histórico; permitirá contemplar las instancias decisivas de su integración intelectual, de su relación gradual con las principales figuras de su época.

Nadie como Vicente Aleixandre, cuya personalidad comienza a desplegarse alrededor del avatar gongorino de 1927, para explorar, mediante su palabra serena y apasionada, el campo poético de la España actual. La causa eficiente para esto nos la proporciona otro escritor español, el novelista y periodista Esteban Salazar Chapela, hace años residente en Londres. Una carta suya nos abre, en Madrid, las puertas de la casa y de la intimidad del poeta.

-¿Podría decirnos -le interrogamos después de las preliminares expresiones de rigor- cuándo, en qué circunstancias tuvo usted los primeros barruntos de su condición poética?

-Ocurrió -nos dice- cuando cayó en mis manos por primera vez un libro de un gran poeta: una antología de Rubén Darío. Yo era en mi adolescencia un gran lector de prosa, pero por un prejuicio rehusaba la poesía. Para mi juvenil espíritu madurado por la lectura literaria aquel descubrimiento fue más que eso. Una visitación iluminadora y hasta la revelación de un destino.

-¿Recuerda su primer poema, el tema o el asunto de él?

-Un primer poema mío no existe hoy, pues pertenece a un gran montón que destruí en la guerra española.

-Entre un ser humano corriente y un poeta, ¿cómo definiría usted a este último?

-Pues, mire usted, para mí, poesía es comunicación.

En pocas palabras le diré que el poeta es un hombre como los demás que además hace versos.

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-A menudo se habla de mensaje con respecto a un poema o al total de una obra poética. ¿Qué diría usted acerca de esto?

-En realidad, como le he dicho a usted, la poesía no pretende tanto alcanzar belleza, como cuanto lograr propagación, comunicación profunda del alma de los hombres. De modo que, ante todo, el poeta es representación de ellos y por eso no es como un ente absoluto, eviterno, que está más allá del tiempo, sino que es la expresión del hombre histórico, que no hay otro, y será, por tanto, síntesis, en cierto modo, de su época: de las preocupaciones y sentires del hombre del tiempo en que le tocó vivir. Sólo a través de ello toca lo esencial humano y sólo así tiene algunas garantías de sobrevivir.

-También suele hablarse de una misión del poeta o de la poesía. Nos interesa conocer su pensamiento acerca de esto.

-La poesía es siempre un complejo conceptual-afectivo-sensorial. En las épocas en que predomina lo conceptual (aunque, naturalmente, le hayan de acompañar el sentimiento y la sensación), lo que llamamos el contenido se hace más evidente y entonces se habla de mensaje. Por ejemplo, en la época de la decadencia política española, el poeta en que esto se hizo conciencia es, sobre todo, Quevedo, en quien es evidente eso que podría llamarse mensaje moral. Un siglo después, en el dieciocho, se hace, sobre todo, poesía de pensamiento y, entonces, también el contenido moral adquiere primacía. Hoy asistimos a una crisis de la conciencia histórica y por eso se habla tanto de mensaje. Y parece que no satisface del todo sino aquella poesía que lo lleva implícito o manifiesto. La misión de la poesía de hoy, más que nunca, me parece la ayuda al hombre: servicio y expresión. Nunca he sentido más que el poeta, en último término, es una conciencia de solidaridad humana puesta en pie.

-¿Qué relación establecería usted entre la personalidad y la obra de un poeta, y el medio histórico en que ambas se desenvuelven?

-La de una inserción del uno en el otro, con unas reacciones y reflejos recíprocos y variantes. El poeta está en cierto modo condicionado por el medio histórico y al mismo tiempo tiende a influirle, cuando no a transformarle, con su palabra. Por otra parte, si la poesía es comunicación hay que convenir en que no existe el poeta «solirio». La poesía supone por lo menos dos hombres y este segundo, el lector, puede ser uno o un millón.

-Hay poetas que se consideran intuitivos, algo así como los demás. El que el poeta utilice más o menos se consideran, en cierto modo, factores de él. ¿Cuál es su posición a este respecto?

-Nunca he creído en esa separación. El poeta está inmerso en la totalidad de la vida humana y la cultura forma parte de ella y el poeta la vive esencialmente como los demás. El que el poeta la utilice más o menos directamente sólo es cuestión de grado, y no le califica. Por lo demás, los supuestos de la cultura están de un modo ineludible yacentes en la obra del poeta y sin esos supuestos ni siquiera sería inteligible esa misma obra.

-¿Qué opina de las influencias, sean éstas en lo externo o en el contenido ideológico de una obra? -Las verdaderas influencias son las formativas, las que enriquecen tanto el espíritu del poeta (pensamiento y vida) como su propio oficio. Luego, las sucesivas etapas del poeta, desde la vida compartida, van condicionando y, en cierto modo, predeterminando sus indagaciones posteriores. En ese sentido, yo diría que el poeta no se repite, como no se repite el río, y como él se alimenta, suma y acrece.

-El lenguaje es un caudal instrumental que el poeta hereda de sus indiscriminados ascendientes. ¿Considera usted que ese caudal heredado puede influir, como una entidad autónoma, en el desarrollo de una ejecutoria poética?

Yo creo que el lenguaje es inseparable de la poesía en cuanto es su medio comunicante y, por lo tanto, la evolución del poeta y de su espíritu expresador irá también determinando el desarrollo o evolución consiguiente del medio idóneo de la palabra expresiva. En este sentido, forma y fondo son inseparables, el desarrollo de la primera se une con el desarrollo del segundo. Por otra parte, el depósito de la lengua es una entidad viva, con movimiento y transformación. Si es cierto, como usted dice, que el poeta hereda ese caudal, no lo es menos que él, a su vez, verdadero creador de lengua, es uno de los que más influyen en ese proceso evolutivo del lenguaje.

-A menudo se le asocia a usted con el surrealismo o con la llamada poesía pura. ¿Está usted de acuerdo con alguna de estas asociaciones?

-Cuando yo empecé a escribir, por los años 20, predominaba en España el clima de la poesía pura y en él creció mi primer libro, Ámbito, aunque estimo que ya apuntaba en sus páginas algo de lo que había de ser la visión del mundo del poeta. El segundo libro, Pasión de la tierra, establece una ruptura violenta con ese clima cristalino, de una parte de la poesía del tiempo. El poeta de ese segundo libro buscaba calor humano, sangre, pudiera decirse, por otra vía. Se acentuaron los poderes irracionales de la creación poética. Pasión de la tierra y Espadas como labios son los libros míos más próximos al superrealismo, pero ni aun entonces el poeta se sintió superrealista. Entre otras cosas, porque no creyó nunca en la abolición de la conciencia artística en el acto de la creación poética, dogma primero de la escuela llamada superrealismo.

-¿Cómo calificaría usted la línea de la poesía de su generación y el sentido de la obra de los jóvenes poetas de hoy?

-La poesía de mi generación no constituyó una escuela, sino que en ella coexistieron tendencias y formas muy diversas, armonizadas por un entendimiento afín de lo que era el trabajo del poeta, su limpia entrega, sus aspiraciones y dedicación. En la época actual no prima el concepto de generación. Una misma tónica alcanza a las diferentes promociones de poetas. Desde la más madura hasta la más joven creo que están insertas en lo que podría llamarse un realismo ético.

-¿Cuáles serían el centro y los límites de ese realismo ético a que usted se refiere?

-Ante la crisis del mundo actual, la mirada de «los otros», desde lo que une y no desde lo que separa: tal parece ser el centro a que usted alude. Esa tendencia hacia la solidaridad ante el destino crítico (informada en muchos por una gran esperanza) es de raíz ética y está en lo hondo de las motivaciones del poeta de hoy, que nunca ha soñado menos, atenido como pocas veces a la entrañable realidad del hombre y su limitación aceptada.

-Al comienzo de esta conversación usted me dijo algo relacionado con los poetas andaluces y Castilla, sobre la absorción que la meseta ejercería sobre ellos...

-No, no. No es eso lo que yo le dije.

-Pues... Me gustaría tomar nota exacta de sus palabras.

-Bien. Lo que yo le dije es que la mayoría de los poetas andaluces que se han distinguido, en este siglo, han nacido en Andalucía y al cabo de unos cuantos años, unos antes y otros después, se han trasladado a Castilla. Y aquí han dado su pleno rendimiento, hallado entre su raíz andaluza y su nuevo ámbito castellano. A algunos de ellos, sin perjuicio de la profundidad andaluza, Castilla les da una nueva dimensión metafísica.

-He leído, no recuerdo dónde, que usted no sería un poeta andaluz.

-Ah, sí. Alguna vez se ha dicho eso. Yo me considero un poeta andaluz mediterráneo. No soy lo que suele llamarse, técnicamente, un poeta andaluz, en el sentido de escuela, pero sí sé que, sin toda mi infancia andaluza, la mayoría de mi poesía no se hubiera escrito. Andalucía tiene muchos modos de dar poetas y uno de ellos soy yo.

José Hierro

Hemos sentido la necesidad de dar una forma de resonancia o de sucesión discursiva a las formulaciones de Vicente Aleixandre. En beneficio de ello establecemos contacto con un representante genuino de las nuevas generaciones poéticas peninsulares, dentro de las cuales, entre otros, campean, con rasgos definidos, Gabriel Celaya o Blas de Otero. Un llamado telefónico a la Editora Nacional, donde gana el pan de los suyos y el propio, nos pone al habla con José Hierro.

Nacido en 1922, es autor de buena cantidad de libros. Bástenos señalar Alegría, Con las piedras, con el viento, Cuanto sé de mí. Sus Poesías escogidas verán pronto la luz pública, lanzadas por la Editorial Losada de Buenos Aires.

Nos reunimos en un sitio situado en el corazón de Madrid. Una taza de café, más o menos auténtico, propicia el desarrollo de la charla, en la cual, por parte de Hierro, resaltan acentos combativos y polémicos.

A fuer de incurrir en algo que pudiera tacharse de lugar común en demasía, le preguntamos:

-¿Qué es poesía para usted?

Y nos responde en forma lacónica y sentenciosa: -Para mí, poesía es fe de vida.

-Así como se habla -proseguimos- del capital y el trabajo en los medios políticos, también suele hablarse de las relaciones entre sociedad y literatura. En este sentido, ¿qué papel le atribuye usted al poeta dentro de la colectividad humana?

-El poeta, para mí, es testigo de su tiempo. Gracias a él la sociedad, de que es una parte, y su tiempo supervivirán después de su desaparición física.

-¿Podría decirnos cuál es su generación y qué lazos existen entre ella y, pongamos por caso, la de Aleixandre y Gerardo Diego?

-Pertenezco, en verdad, a la generación que comienza a publicar, una vez superado el neoclasicismo inicial, en la posguerra española. La relación con los poetas que usted cita es la que existe entre padres e hijos literarios. Ellos nos formaron, de ellos lo aprendimos todo; pero ellos vivieron en un mundo feliz que nosotros vimos derrumbarse. Ellos eran poetas que se dirigían a otros poetas. Nosotros, en cambio, somos hombres que tratamos de llegar a todos los hombres a través de la poesía. Para ellos, el arte era un fin; para nosotros constituye un medio, un vehículo.

-¿Cuál sería, si hay alguno, el denominador común de los poetas de su promoción?

-Acaso ese denominador común consista en el afán de lograr una poesía de gran radio de acción, en que se viertan los problemas, las experiencias y los sentimientos de nuestro tiempo histórico; una poesía clara, inteligible, llena de verdad y de vida. Cada poema, como quería Unamuno, ha de hablar como un hombre de carne y hueso, en vez de ser un objeto bello creado por el poeta.

-Hemos observado, en los momentos actuales de la vida literaria española, una preocupación constante por la vida y la obra de poetas como Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. ¿Querría explicarnos el porqué de esto?

-Rubén Darío, por así decir, es el tronco; Juan Ramón, Antonio Machado y Unamuno son las tres ramas poderosas que nacen de él. Nosotros, los poetas de hoy, forzosamente, hemos de hacer nuestro nido en cualquiera de las tres ramas. En efecto, hablamos su mismo idioma poético, aunque lo hayamos acomodado a nuestras necesidades expresivas. Aparte de la indudable importancia histórica y de la vigencia lírica de estos maestros, hay otro aspecto que nos los aproxima físicamente: su magisterio personal, directo, sobre los poetas posteriores a ellos. Por esto, su vida y su obra pesan sobre nosotros.

-¿Habría, entonces, algún tipo de influencia del espíritu del 98 en los poetas actuales, entendiendo por actuales los posteriores a la Guerra Civil?

-Sí, la hay. Y esa influencia se caracteriza por el acento pesimista, por la vuelta a un arte antirretórico, antiformalista y antioratorio. Esa influencia se resumiría en la fórmula siguiente: El problema de España...

-Se habla mucho de una función social del arte en general. ¿Considera esto válido para la poesía contemporánea española? ¿Hay algún poeta del cual pudiera decirse que encarna tal principio?

-Yo no diría que la poesía «también» persigue un fin social; más bien diría que la poesía, «a diferencia» de la pintura y la música, persigue un fin social. Entre paréntesis, quiero hacerle notar que la música se plantea hoy, en España, problemas post-seria-listas, y la pintura propugna y realiza un decidido informalismo. Volviendo a nuestro tema, la poesía no sólo es un arte que se dirige deliberadamente a la sociedad, sino que toma, en muchos casos, a la misma sociedad y su problemática como materia del poema. De ahí la poesía social que realiza la mayoría de nuestros poetas. El caso más ejemplar de esta tendencia puede considerarse que lo constituye Gabriel Celaya, para quien la poesía es «un instrumento, entre otros, para transformar al mundo».

-A modo de conclusión, ¿podría decirnos cuál sería el lugar de la poesía española en el amplio cuadro de la poesía europea?

-Aunque no conozco suficientemente bien la poesía europea, me parece que a la poesía española le cabe el honor de haber iniciado, hace veinte años, la vuelta a lo humano, huyendo del arte puro. En nuestra poesía, esta transformación importantísima ha significado, por lo menos sobre el papel, un acercamiento de la poesía a las grandes mayorías, sin que ello implique, como piensan muchos estetas, que el arte haya de prostituirse. El cambio de rumbo ha hecho también que, en plena juventud, aparezcan nuevos maestros que tomen la antorcha de manos de los maestros mayores.

ALDO TORRES




ArribaAbajoSin permiso de la censura

Información de nuestro corresponsal en España


Hay que contar con la oposición

Este mes de julio que en apariencia debía ser tranquilo y permitir un «respiro» al gobierno del Caudillo, ha estado dominado, sin embargo, por la preocupación manifiesta de éste de polemizar con la oposición. El fenómeno no es minúsculo y vale la pena de reseñarlo. Cuando todo va muy bien, se habla de las grandes realizaciones, de los proyectos, etc. Cuando las cosas se enturbian puede hablarse de la oposición usando los tiempos del pretérito: sobre el nefasto liberalismo y la no menos nefasta República. Pero cuando se actualiza el fenómeno y se arremete contra los que hoy aun defienden la tan maldecida República, es que las cosas son más serias que pudiera parecer a un observador superficial.

El discurso pronunciado por el Caudillo al inaugurar el monumento a Calvo Sotelo, además de contener una serie de inexactitudes históricas, es un ataque contra el peligro actual de una vuelta a «aquella desdichada República -cito las palabras del Caudillo- que padecimos, que al cabo de veinte años algunos de sus seguidores pretenden presentárnosla como dechado de virtudes cívicas». Y que estas palabras no eran fruto del azar lo demuestra que el Sr. Castiella, en su desventurada conferencia ante sesenta parlamentarios conservadores de Gran Bretaña -tras ver fallido su propósito de presentarse en los Comunes- se dedicó con análogos bríos a combatir ese peligro republicano que, a juzgar por lo que dicen los gobernantes españoles, parece bastante actual.

Cualquier observador pensaría que si la oposición es sólo de un matiz, el problema es menos grave que si va ganando las distintas capas sociales y sectores políticos. Pero resulta que el propio Caudillo, dos días después, al inaugurar el nuevo edificio del Ministerio del Trabajo, la emprende con la oposición católica, diciendo que para católico él y nadie más (género de polémica que ya ha dado a conocer el Sr. Acedo Colunga). Resulta curioso que el Caudillo reconozca que «se le puede tachar de autoritario», pero no de falta de catolicidad ni de ser el primer valedor de la Iglesia. Claro, el Caudillo, como tantos otros, padece lamentables confusiones sobre catolicidad, espíritu cristiano y función de la Iglesia. En el orden político, las recientes manifestaciones de Barcelona y la carta firmada por la mayoría del clero vasco, le han creado una de las mayores preocupaciones que ha tenido en su ya largo «reinado». Por eso ha decidido pasar a la contraofensiva con la mayor intensidad posible. En primer lugar, ha obtenido un apoyo decidido del Vaticano, expresado por la actividad, que ya es de verdadero propagandista, desplegada por el Nuncio, Monseñor Antoniutti. Este prelado, empezó con la homilía de Vitoria y ha proseguido en sus declaraciones de Santander y en otras posteriores. No ha faltado nada en los «mítines» de Monseñor Antoniutti. Desde los ataques al presidente Azaña hasta contra «algunos hijos extraviados de la Iglesia de España» y, naturalmente, las exhortaciones a la obediencia debida a los obispos.

Movilización de las jerarquías

Esta operación ha sido perfectamente orquestada y puesta en marcha en múltiples lugares a la vez. Los obispos del País Vasco, después de estar «meditando» durante cinco semanas, publicaron una notita rechazando el documento del clero vasco, en la que acusan a sus propios sacerdotes de «haberse convertido en objeto de una maniobra cuyos turbios fines políticos muchos habéis lamentado ante nosotros mismos». Es más; el Arzobispo don Enrique Delgado y los tres Obispos que, más que nadie debieran hacer un culto de la verdad, insinúan que las firmas de los sacerdotes no son auténticas y, ya por ese camino, llaman «un grupo de sacerdotes» a la mayoría del clero vasco. Naturalmente, todo esto ha ocurrido porque el Arzobispo y los Obispos han obrado solamente cuando el Nuncio lo ha dispuesto y éste lo ha hecho solamente cuando se había combinado la contraofensiva en perfecto acuerdo con el Caudillo y su Gobierno. Al mismo tiempo, se obliga a varios dirigentes de congregaciones de apostolado seglar de Barcelona a que organicen un homenaje «espontáneo» al Arzobispo-Obispo, Dr. Modrego (el de «la policía pega en todas partes»), quien también dio un verdadero mitin, refiriéndose a «los intentos de separar al pueblo de sus sacerdotes» y llegando en su histrionismo a decir que no le importaría morir sacrificado. Sin embargo, debe temer al traslado más que a la muerte, ya que una de aquellas noches de fines de mayo, le decía consternado a uno de sus interlocutores, que le pedía actuase en favor de los detenidos: «Pero, ¿qué quieren ustedes? ¿Qué me manden a Cuenca?».

En San Sebastián se ha movilizado también a canónigos para que escriban en la prensa; en Madrid, Ya, ABC y Arriba escribieron editoriales sobre el mismo asunto y con idéntico fin. Todos hablan de «la maniobra de un documento atribuido a sacerdotes vascos», pero ninguno hace ni siquiera una cita del mismo. Este es, por lo visto, el método de verdad en la prensa, predicado por S. S. Pío XII y aprobado por el Congreso de prensa católica Mundial celebrado en Santander, donde el obispo de Huelva, Monseñor Cantero, ha dicho que «la prensa no puede ser creación de la ley o instrumento del Estado», y donde, siguiendo las orientaciones de un norteamericano, el padre Thurston Davis y de varios representantes hispano-americanos se ha confirmado la doctrina de la Asociación Internacional de Prensa Católica sobre libertad de información y se han glosado, también en los acuerdos, las palabras de S. S. Pío XII: «ahogar la voz de los ciudadanos es una violación del mandato legado por Dios».

Esos acuerdos importan poco al «católico» Caudillo y a sus «católicos» ministros, y cuando ABC glosa el Congreso es para hablar de la soflama del Nuncio y no de sus aspectos liberales. Por cierto, que numerosos congresistas extranjeros quedaron asombrados -y apenados- por la intervención política de Monseñor Antoniutti, verdadera ingerencia en la política interior de España. Ha habido también ilustres católicos españoles que se han negado a asistir al Congreso, por celebrarse en un país donde no hay libertad de prensa; ese es el caso del Sr. Santamaría, secretario internacional de «Pax Christi», cuyo valiente artículo sobre el catolicismo español, publicado en el extranjero por dicha institución, ha sido difundido a multicopista -previa traducción al español- por Madrid, Barcelona y gran parte del País Vasco. El mismo Sr. Santamaría acaba de publicar en el Diario Vasco de San Sebastián un artículo titulado «Concordia» que ha causado un revuelo considerable.

La oposición preocupa

Resulta, pues, que la oposición católica preocupa gravemente al Gobierno. Pero aun faltaba la famosa oposición «comunista», con comillas o sin ellas, vayan ustedes a saber. El caso es que desde hace dos semanas comenzaron las detenciones en masa en Córdoba y su provincia y en numerosas localidades de la provincia de Sevilla. Sobre el número y género de estas detenciones han circulado toda clase de rumores y todavía no es posible poner las cosas en claro, dado que el control ejercido por gobernadores civiles y policía en esas dos provincias es muy estrecho. No obstante, parece comprobado que, en los primeros días, se practicaron más de mil detenciones, pero los detenidos fueron puestos en libertad a excepción de unos veinticinco aproximadamente. Ahora bien, a continuación se han realizado algo más de doscientas detenciones. Las acusaciones que pesan sobre los detenidos son confusas y contradictorias; en los mismos círculos oficiales, tan pronto se dice que son «jefes de células comunistas», como «terroristas». El Gobierno obligó a la prensa a publicar unas notas sobre «el odio de los comunistas a España» y «los manejos en el extranjero» que parecen querer coincidir con otra nota de la Dirección de Seguridad hablando de la «constitución de grupos clandestinos rurales en algunos municipios de las provincias de Córdoba y Sevilla... al dictado del extranjero», tratados naturalmente de comunistas.

En los medios de la oposición se muestra la mayor reserva sobre este asunto que muy bien pudiera ser un fenómeno político-social peculiar de Andalucía, como tantas veces ha ocurrido en la historia de España durante el siglo pasado y comienzos del actual. Es lógico suponer que hay detenidos de grupos diversos y por razones también diferentes; algunos serán, en efecto, comunistas, y otros lo serán solamente por calificación de la Dirección de Seguridad. Desde luego, parece cierto que núcleos socialistas y de organismos antifranquistas sin partido existen también en esas regiones andaluzas.

El asunto se ha complicado con una cantidad de detenciones en el pueblo de Villarrubia (Córdoba) so pretexto de que en la fábrica. «Electro-Mecánica», se habrían fabricado bombas. Todo esto parece muy fantástico, ya que en los propios medios oficiales se asegura -según he podido saber- que el autor de las bombas puestas en varias estaciones de ferrocarril habitaba en una localidad del Norte de España y que ha podido escapar a las pesquisas de la brigada social.

Pero, para recoger el hilo de nuestra exposición, resulta que también en el campo -y precisamente en la época de la siega- existen organizaciones antifranquistas, sean del color que fueren, y que el gobierno se ve precisado a detener millares de personas y a procesar a decenas de ellas. Este es, otro sector más de la oposición.

Problemas del Gobierno y tensión política

La tensión política se manifiesta también por el encono de la represión. Aun no hace dos semanas que los tribunales militares, aplicando siempre la famosa ley de excepción de marzo de 1943, condenaron a nueve, siete y cuatro años de prisión a unos santanderinos, los Srs. Vázquez, Argüeso y Olarreaga, por el «delito» de haber repartido octavillas invitando a la traída y llevada huelga de junio de 1959 que, como todo el mundo sabe, no tuvo efecto. Y, un ejemplo más de la obstinación represiva del régimen es el caso del abogado don Antonio Amat Maíz, preso desde noviembre de 1958, dependiendo del juzgado especial n.º 13, cuyo proceso no se ve; el Sr. Amat, acusado de organizar clandestinamente el partido socialista, persona que, por añadidura, goza de grandes simpatías en todos los medios liberales, lleva veintiún meses en esta situación, sin que se atrevan a juzgarlo porque no reúnen las pruebas que al gobierno quisiera tener contra él.

Ahora bien, tampoco puede decirse que en los asuntos internos del gobierno todo transcurra como en una balsa de aceite. Aparte de la decepción producida por el poco brillante viaje del Sr. Castiella a Londres (y que se espera compensar por la política de acercamiento a Francia), los desfalcos habidos en el Instituto Nacional de Moneda Extranjera han traído «cola». Se dice que el Fondo Monetario Internacional ha expresado sus deseos de que el asunto no quede enterrado y que Ullastres se ha convertido en representante de este criterio. El propio ministro de Comercio -cuya actitud en este asunto hay que reconocer que es limpia- ha enviado al juez instructor unos documentos que parecen comprometer al «hermanísimo» don Nicolás (cuyas relaciones con los encartados ya conocemos) y también al Sr. Arburúa, pero, éstos, a su vez -y siempre según los rumores que corren estos días- han amenazado con la publicación de otros documentos que poseen en lugar seguro del extranjero. Don Nicolás parece no temer nada, hasta el punto de que va a visitar a sus amigos, presos en Carabanchel, con gran asiduidad. ¡Qué caramba, éstos no son «rojos», sino honestos defraudadores de la Hacienda pública!

Atención preferente a los asuntos económicos

Los problemas económicos, en su conjunto, siguen ocupando gran parte de la atención del gobierno. La tan deseada «reactivación» no se produce por ninguna parte y, según las últimas noticias, las cosechas de este verano van a ser malas: no se llegará a los 40 millones de quintales de trigo; la cebada, centeno y avena bajarán también ostensiblemente y la producción de patata ha sido contraída de 9,8 millones a 8,5 por decisión de los cosecheros que estiman haber ganado poco en 1959. Todo esto, pero sobre todo la baja del trigo y de los cereales para piensos, puede ser problema serio en país cuya balanza de pagos es tan frágil. Mientras la reactivación no se produzca, mientras no se exporten productos manufacturados o semimanufacturados, cualquier contratiempo meteorológico que mengüe las cosechas, puede transformarse en contratiempo financiero. Y esto lo sabe el Sr. Ullastres tan bien como el que más. Por añadidura, las exportaciones de vinos y licores han descendido de manera alarmante; los mercados se pierden y, en el interior, cada vez se compra menos vino porque cuesta caro (eso a despecho de «los progresos» de que habla el Caudillo). La cosa está tan fea que entre los cosecheros importantes se habla de pedir al gobierno una desgravación fiscal para los caldos. En realidad, esta es una manera más de falsear la realidad, porque los grandes cosecheros, los que en realidad aprovecharían esa desgravación, son a su vez cosecheros de aceite, de trigo y de fruta, y están interesados en la banca. Por eso, aunque pierdan con los vinos no es grave; sí lo es para el Tesoro público que ve caer un renglón de sus exportaciones.

Este sentido del egoísmo de unos pocos en detrimento de los demás se manifiesta cada día en la vida pública. Ahora se habla también de revisar los alquileres de las casas, argumentando que la congelación de los mismos, realizada hace quince años, constituye un grave perjuicio para los caseros. Es posible que así sea, pero ¿se ha pensado en cómo va a repercutir ese aumento en los presupuestos de las familias modestas que son, precisamente, las que pagan esos alquileres bajos?

Esta tónica de vida, impuesta por los que no carecen de nada, ha llegado a penetrar todas las formas de vida en España, y no es ese el menor de los cargos que habrá de hacerse contra el régimen. He aquí, otro ejemplo más de estos días: las estadísticas de la RENFE nos dicen que la gente veranea este año menos que los anteriores; también se sabe que los pueblos de la Sierra están mucho menos concurridos que en años anteriores. En suma, la «estabilización» ha frustrado el veraneo de muchos pequeños empresarios o de empleados que antes tenían dos trabajos, etc., aparte de la subida de tarifas ferroviarias y de los precios en los lugares de veraneo, cuyo mercado no se rige por la concurrencia interior sino por la afluencia de extranjeros.

La «vocación internacional» y las elecciones americanas

Estas cuestiones, sin embargo, preocupan menos al gobierno que los problemas financieros o que el empuje de la oposición. Y está equivocado, porque muchas de estas cuestiones explican aquellas. Como es sabido, el gobierno del Caudillo tiene, sobre todo, una gran «vocación internacional». Esta «vocación» se viene manifestando, y sobre todo desde hace tres años, por la exclusiva preocupación de verse admitido en la «buena sociedad» de las grandes potencias occidentales, con la misma obsesión que tiene la señora advenediza que sueña por alternar con las damas de abolengo probado. Pero además, la diplomacia del Caudillo se basa en ofrecer todo lo que puede a esas potencias con tal de que le ayuden, directa o indirectamente, a mantenerse en el poder. Por tales razones puede suponerse el interés que despierta aquí la contienda electoral para la presidencia de los Estados Unidos. Aunque las noticias son muy recientes, y buena parte de diplomáticos han salido para San Sebastián, se puede ya afirmar que entre los medios más conservadores del gobierno, se tienen grandes simpatías por la candidatura del Sr. Nixon. Hace tres días se supo que el Sr. Cabot Lodge forma tándem con el Sr. Nixon, aspirando a la vicepresidencia. El efecto, en dichos medios, ha sido sensacional; ahí es nada, el hermano del embajador en España (tan «franquista» como es), hombre que ya ha estado en España y que trabajó por su ingreso en la ONU. Tan contentos están que esto borra un ligero rencor contra el Sr. Nixon por no haber aceptado aquella visita hace dos años (que importancia tiene, puesto que vino el presidente Eisenhower en persona).

Sin embargo, no todo está claro en los medios oficiales, puesto que el Sr. Kennedy es católico y el Sr. Nixon no lo es. ¡Se figuran ustedes el problema de conciencia de los Srs. Ullastres, Arias Salgado y otros que se creen tocados por la Gracia! ¡Como para no dormir de aquí a noviembre! Además, no se trata de un problema individual. Las relaciones del Caudillo con el Vaticano han mejorado mucho los últimos meses. Por otra parte sus buenas relaciones con el cardenal Spellman (así como las del Sr. Castiella) podrían desempeñar un papel importante para el futuro de las relaciones hispano-americanas. Claro que entre los medios del «Opus» e integristas se dice cada vez más que el Sr. Kennedy es un católico «liberal», lo cual casi equivale a clasificarlo, a la manera de Monseñor Antoniutti, como «hijo descarriado de la Iglesia». De este asunto espero que se sepan mayores precisiones. Por lo pronto, creo no equivocarme si les aseguro que los ministros militares (Alonso Vega, Barroso y los otros) y el segundo de a bordo, Carrero Blanco, ven con grandes simpatías la candidatura del Sr. Nixon.

Tiempo para la reflexión

Mientras tanto, han llegado las vacaciones para el Caudillo. Dicen de San Sebastián que el otro día se embarcó ya en el «Azor» para dar una vueltecita; aguardemos a que pronto pesque uno de esos cetáceos que tanto le apasionan. Y tal vez reflexione sobre esa oposición que durante más de veinte años ha fingido ignorar y hoy se muestra más extendida y activa que nunca, a pesar de tanta cárcel, de tanto torturador, de tanta guardia civil. Quizá llegará a realizar que él y su gobierno tienen que contar con la oposición, aunque no lo quieran. Sus discursos, sus múltiples gestiones en el Vaticano y cerca del gobierno de un país vecino, sus métodos de represión, su desprecio de la verdad (¿Qué dice de esto su Ilma. don Pedro Cantero?) no son sino repetidas confesiones de que, como hace justamente treinta años se decía en un manifiesto que está ya en las páginas de la Historia: «Surge de las entrañas sociales un profundo clamor popular que demanda justicia...».

TELMO LORENZO

Madrid, 30 de julio de 1960


Un Estado conservador

¡Qué lejos estamos ya de las charangas falangistas con sus «banderas victoriosas», de su «imperio azul» y su «vocación de servicio»! El rítmico martillear de las botas castrenses, uniforme negro, camisa azul y boina roja, no son ya sino un recuerdo. Y hasta aquellos «Flechas y Pelayos» van a ser ahora «Arqueros» con uniforme de paracaidista. La gran mentira de «lo social», el oropel «nacional-sindicalista» con que se envolvió la agresión contra la República para engaño de bobos, ilusión de ingenuos y justificación de terratenientes, generales «africanos» y señoritos nostálgicos, ha caído a jirones con el tiempo. Un examen, por somero que sea de la conducta, la actuación y los planes del actual gobierno del Caudillo (con Carrero Blanco de «primer ministro» efectivo) demuestra que una guerra fratricida, veinte años de ausencia de libertades y de angustias económicas no han tenido otro fin que establecer un Estado arcaico, exhalando el más rancio conservadurismo, sosteniendo las estructuras fósiles y sirviendo de sustentáculo a unas cuantas familias tradicionalmente poderosas a quienes se han unido otras cuantas elevadas de rango material por los servicios prestados a dicha operación política y económica.

No ha trabajado mucho el Gobierno durante este mes pero ya se conocen, en centros políticos y periodísticos, sus preocupaciones para el próximo Otoño, sus planes, en suma. Están satisfechos los señores ministros. ¿Por qué? Porque según ellos la «estabilización económica» ha triunfado. ¿Razones? Que se detuvo la inflación, que hay dólares en las arcas del Tesoro, que la peseta, tras la devaluación, ha contenido su descenso. Pero -siempre hay un «pero»- la estabilización sin reactivación se llama crisis; y esta crisis se ha bordeado. Los ministros esperan salvarla porque confían en las nuevas inversiones extranjeras: 118 millones de dólares de nuevas inversiones no son gran cosa, pero las esperanzas son muy grandes: Pechiney, Citroën, Aluminium Canadá y, sobre todo, la refinería petrolera que piensa instalar la «Ohio Oil Company» en el Norte, con perspectivas de exportación sobre el mercado europeo.

Este criterio no es compartido por numerosos industriales; éstos se quejan de que el Ministerio que regenta el Sr. Planell sigue manteniendo organismos interventores, de que una simple medida administrativa sigue bastando para cerrar un establecimiento o desahuciar a un empresario como medida punitiva. Y se quejan, naturalmente, de los impuestos y de la persistencia de los gastos públicos. Este sector de descontentos ha conseguido «meter» en ABC un artículo donde se llega a decir lo siguiente: «No se ha ido a la liberación interna aunque se haya avanzado bastante en la liberación externa. De ahí que el empresariado español no haya sido puesto a prueba en un terreno, claro y despejado, de libertad interior y de seguridad jurídica». Este artículo, de gente «de la casa» -es decir, de y para amigos de Luca de Tena- cayó bastante mal en los medios oficiales. Menos mal que es verano y en San Sebastián se pasa muy bien. La política de rebajar impuestos y dar libertad económica, está siendo defendida por grupos «europeístas» a quienes la estabilización está empujando hacia la ruina. Pero los otros, los que controlan los seis Bancos (o los bancos del «Opus» que tampoco son despreciables) han salido con bien de la operación. Esta se prosigue eliminando obreros; en Alemania se piensan colocar unos 30.000 para octubre. Para darse cuenta del volumen de esta emigración de mano de obra calificada baste con decir que veinte médicos españoles van a ser enviados a Alemania para ocuparse de aquella. En cuanto a Francia, este año se enviarán muchos más «remolacheros» y se ha organizado una oficina en Port-Bou para facilitar esta emigración. Sobra mano de obra.

Del falangismo al conservadurismo

La alianza entre el poder y la jerarquía es un segundo rasgo del conservadurismo reinante. Este verano se ha caracterizado por una especie de «terrorismo moral» ejercido por el alto clero contra los sacerdotes y seglares sospechosos de no querer bien a Franco. El Nuncio, de quien ya hemos señalado sus intervenciones políticas anteriores, dio otro mitin en Burgos, aprovechando la Semana de Misionología: «Cristo... no escribe manifiestos contra el capitalismo, pero califica de necio al agricultor que acumula cosechas. No se subleva contra la conquista de los romanos sino que predica el reino de los cielos...». Y todo por el estilo, sin que falte aquello de que «el mundo civil asiste con horror a los desenfrenos de ciertos nacionalismos» lo cual sin duda no es política, para Mons. Antoniutti. Este señor -porque hay que llamarle ya señor y nada más- llegó a decir, atacando así a los sacerdotes vascos y catalanes: «No es difícil organizar protestas, pero cuesta bastante reconocer los derechos de la verdadera fraternidad». ¿Qué no es difícil? El señor Antoniutti no conoce a la policía española más que para que le rinda honores.

Reacciones ante los acontecimientos de África

En fin, el tercer rasgo característico del paso definitivo del falangismo al conservadurismo es la política exterior. Antes, aunque sólo fuera por cubrir las formas, se decía que los pueblos de color eran muy interesantes y... no digamos los países árabes; se hacían críticas a ciertos Estados de marchamo tradicional, etc. Hoy, la actitud de la mayoría del cuerpo diplomático, de la totalidad de ministros y altos cargos, de los hombres impuestos por el Gobierno a la cabeza de la prensa y de todos cuantas tienen que ver algo en el Gobierno es de verdadero horror ante los acontecimientos del Congo y, en general, de África. Los viejos diplomáticos se agitan escandalizados, en «defensa de la civilización», representada única y exclusivamente por los belgas. El 22 de agosto el editorial de ABC ha llegado a lo más grosero que conoce la historia de la prensa franquista: a llamarle al Sr. Lumumba «licenciado de cárcel por delito común» y a concluir que el citado señor «sólo merece una bofetada en el rostro». En los medios oficiales existe, en general, bastante rencor contra Bélgica. Sin embargo este rencor se ha apagado inmediatamente ante el «reflejo imperial».

La palma se la ha llevado el Sr. Gallego Morell escribiendo en ABC una «Carta al rey de los belgas» de la que entresacamos la siguiente «perla«: «Bélgica, Señor, es el último capítulo de la novísima historia abierta tras la vergüenza de Suez. Quienes entonces estuvimos con Mr. Eden pensamos estos días en Bélgica y cerramos el paso a esa leyenda negra que hilvana cada noche la cursi vocecita de la locutora de Radio-Moscú, esa leyenda negra que aceptan con estúpida candidez todas las democracias occidentales: desde el laborismo británico hasta la apertura "a sinistra" de la "Democrazia" italiana». La parrafada no necesita comentarios, como tampoco lo necesita ese estado de consternación que se ha apoderado de políticos y diplomáticos al pensar que pueblos «que no son blancos» empiezan a contar en el mundo. Parte de esta tendencia se produce bajo la influencia de las diplomacias portuguesa y francesa. Respecto a la primera, ya se sabe que después de los acontecimientos del Congo ha redoblado sus temores por las colonias africanas y ha pedido al Caudillo una eventual ayuda. Y por añadidura, las relaciones con Rabat siguen de lo más frío; mientras no salgan de Marruecos las últimas tropas españolas, el Sultán -según se dice- permanecerá intratable.

Insisto tanto en la reacción ante los acontecimientos de África, porque muestra mejor que nada la renuncia a todas las veleidades falangistas o de la época Martín Artajo, la falta de independencia del gobierno del Caudillo, defensor humilde de los intereses de otras potencias, porque España no tiene nada que perder allí o mejor dicho, perderá el territorio de Muni si sigue así, y en cambio podría ganar mucho con una política más abierta. Y porque la «amistad por los Estados Unidos» se transforma en crítica en cuanto el gran país norteamericano se preocupa por defender la independencia de cualquiera de esos pueblos jóvenes. La única independencia que preocupa a los hombres del Caudillo es la de Katanga. La semana pasada estuvieron en Madrid tres «ministros» de la provincia del Congo en secesión, que celebraron entrevistas en el Palacio de Santa Cruz y con altos cargos del Movimiento para colocarles el «rollo» de «que querían impedir la sovietización de África... pero que tampoco querían caer en la órbita de los Estados Unidos». Hace dos días tomaron el tren para Portugal, donde también parecen tener buenos amigos.

Lo curioso es -para volver sobre el problema del catolicismo- que numerosos activistas católicos de España piensan de manera muy distinta. La revista Incunable, católica, ha publicado una encuesta sobre el Congo hecha entre padres jesuitas que estuvieron allí en Misión. He aquí algunas de sus conclusiones: «Los congoleses pueden soportar la amistad entre el administrador y el misionero; lo que no pueden admitir es el silencio escandaloso (del misionero) ante las injusticias de la colonización»... «Los obispos no han condenado la injusticia, ni alentado la independencia» y «la labor de los misioneros no va más allá de un paternalismo pasado de moda».

La política exterior

Si pasamos a otros aspectos de la política exterior, los expertos de «la Hispanidad» tampoco están contentos. La ruptura de relaciones con Trujillo les ha afectado mucho («cuando las barbas de tu vecino veas rapar...») y, por el contrario, la condena de la penetración comunista en América no les ha parecido suficiente. Al Gobierno español le interesaba una condena nominal del gobierno de Castro, porque todo lo cubano está considerado hoy, en Madrid, como el mayor peligro para el régimen. Hace quince días dos diplomáticos cubanos fueron detenidos y registrados por la Guardia Civil en la frontera de Portugal. Hubo escándalo y la detención no pasó de media hora: una vez en Madrid, el Director general de Seguridad se apresuró a disculparse.

En fin, el gran problema para la diplomacia española es, como ustedes suponen, el resultado de las próximas elecciones en Estados Unidos.

Personas que tienen acceso hasta el Caudillo aseguran que a éste, «le es todo igual», que «de todas maneras gana». La afirmación no es absolutamente cierta a juzgar por lo que dicen observadores extranjeros más imparciales. Lo que sí es seguro es que Franco se mantiene en actitud de expectativa y que, hace muy pocos días, ha tenido una larga conversación sobre este asunto con el Sr. Lequerica. En realidad Franco teme que una victoria demócrata en Norteamérica le obligue a ceder algo por el camino de la «liberalización», porque elementos financieros que lo sostienen hoy en día, pudieran tener también muy buenas relaciones con la futura administración norteamericana. El plan del Caudillo y de aquellos ministros suyos que tienen «la funesta manía de pensar», muy bien pudiera ser el siguiente: iniciar la reactivación económica para este invierno, lo cual le permitiría aflojar las trabas intervencionistas que aun existen en la economía; hacer ligeras concesiones en el orden de política interna que redundarían sobre todo en provecho de organismos católicos. De esta manera, podría hacerse el «liberal» ante un presidente de Estados Unidos, a la vez liberal y católico, pero como la jerarquía y Roma tienen el «espíritu de Cruzada» nada habría que temer. Se habla concretamente de permitir la existencia de sindicatos (o asociaciones profesionales) católicos y de suprimir la censura -en la nueva ley de prensa- para aquellas publicaciones que estén sometidas a control eclesiástico.

Movimientos de la oposición

La oposición estudia esta situación para concentrarse sobre los objetivos que estima más interesantes. Contra la tendencia a la inmovilidad del Caudillo, trata de nuevo de mover a sectores sociales pudientes hacia una transformación de tipo monárquico. En dicho sentido se han hecho viajes y gestiones durante este mes. Parecía inminente la firma de un pacto «democrático, por vía monárquica» por los dos sectores de la democracia cristiana, la Unión Española, Acción social democrática y... se hablaba de la izquierda. Según mis noticias, los socialistas no han creído posible admitir esa «vía monárquica»; después de esto, un antiguo ministro de defensa durante la República perteneciente a la CEDA, se ha desanimado. En fin, no hay pacto, por ahora. Pero sí hay actividad y la habrá cada vez más. Hay razones paran con un espíritu de unión que para sí quisieran los para el régimen: los grupos universitarios activos se preparan con un espíritu de unión que para sí quisieran los adultos, y ya en forma de Comités de Coordinación o en otra cualquiera, no permanecerán inactivos. Los abogados no cejan en su empeño de luchar por «un Estado de Derecho». Los del Colegio de Barcelona se ocupan especialmente de los presos y de impedir que la famosa «redención de penas por el trabajo» no sea una burla más. Por otra parte, si la discriminación de la censura continúa contra Ana María Matute, Arbó y otros escritores, es posible que se produzca otra intervención del Colegio en nombre del «Fuero de los Españoles».

En los medios obreros, el fantasma de los despidos constituye un grave lastre para cualquier movimiento de huelga. Sin embargo, ciertos hechos confirman la posibilidad de la acción: en la fábrica de «Sniace» de Santander se quiso despedir a varios obreros; una comisión de la fábrica, ayudada por un grupo de católicos de izquierda de la capital, organizó la recogida de firmas de protesta. Firmaron dos mil obreros y empleados y la comisión se entrevistó con la dirección. Cuarenta y ocho horas más tarde, las medidas de despido fueron anuladas.

No obstante, es a veces la mala suerte quien golpea a las organizaciones de la oposición. Ese es el caso de las últimas detenciones de personas acusadas de pertenecer al partido socialista. Un camión se despeñó en la provincia de Santander; entre los muertos había una persona que había estado en Francia y en los papeles de dicha persona había algunos nombres y direcciones. Por ésta o por otras razones, difíciles siempre de conocer, han sido detenidos jóvenes que estuvieron en Narbona hace poco y otros que no habían salido de su casa. Según las últimas noticias el número de detenidos se eleva a veinticuatro.

Y en las cárceles siguen Amat, Cerón, Gómez Ovejero, Pujol, S. Montero, Solano Madariaga, Riera, Gerona, Yagüe... Que no se olvide esto. Los grupos de oposición al régimen de Franco coinciden en recordar al mundo entero que estos españoles siguen presos, en las peores condiciones, por el delito de haber expresado sus opiniones, de querer ser libres. Y que no hay «liberalización» posible sin la plena y total rehabilitación de estos españoles, ejemplo de dignidad y de honor.

TELMO LORENZO

Madrid, 30 de Agosto de 1960






ArribaAbajo Editorial

España y su futuro


Si nos dejáramos llevar por los discursos del general Franco estaríamos dispuestos a creer que ha llegado el momento en que le asalta la preocupación de buscar una salida a su régimen, con lo que no queremos decir que el general Franco esté convencido de que pueda haber otro que aventaje al que él impuso a España hace 21 años. Pero una cosa es asirse al palo mayor de la nave del Estado contra viento y marea y otra que se pueda resistir el temporal.

En sus recientes discursos el general Franco ha escogido como blanco de sus ataques a la República implantada en España en 1931, por el voto popular inmaculado, y esa debe ser la consigna oficial, ya que su ministro de Relaciones Exteriores escogió también el mismo tema en sus discursos pronunciados en Londres con anterioridad a los pronunciados por Franco.

¿Cómo interpretar a la hora actual esos ataques a un régimen que el mismo general Franco destruyó por la fuerza de las armas hace tantos años? No nos convencen las interpretaciones dadas hasta ahora. Se dice que, más o menos explícitamente, el general Franco al expresarse así, admite que aquél régimen tiene aun seguidores; se dice también que ante la oposición creciente pretende desacreditar las viejas organizaciones que siguen, con mayor o menor pujanza, laborando en silencio.

No, esa táctica directa no es táctica franquista, no nos dejemos llevar a donde se pretende que vaya la opinión española, ciega y sorda. El general Franco sabe que una República del 61 -pongamos por ejemplo- no será la República del 31, que una Monarquía que no sea traída por él, sería una Monarquía de signo contrario y arremete contra la República para advertir al Pretendiente que hay peligro de República si el régimen franquista se «liberaliza», que no es cuestión de Monarquía sino de República. Ese es el horizonte que Franco vislumbra para un futuro inmediato de España. Es decir, ante la presión de un sector monárquico que desea una declaración de don Juan sobre el carácter democrático de su futura Monarquía, el general Franco le advierte que sólo una continuación del «franquismo», del régimen actual de España, llámese la cabeza visible Franco o don Juan, puede asegurarle su pretendido reinado. Así pues, se repite la fórmula resabida «Franco con o sin Franco».

Que no hay salida en España hacia una Monarquía liberal y democrática, no lo decimos nosotros, lo afirman personalidades de convicciones monárquicas decepcionadas ante la negativa de los socialistas a apoyar un movimiento monárquico, única garantía de estabilidad monárquica, según la opinión de esas personalidades. Entonces, si el general Franco cierra el camino a una Monarquía democrática -obsérvese que don Juan no ha hecho nunca una declaración en ese sentido- y sigue encaramado en el palo mayor de la nave española, si la oposición liberal no apoya, porque no puede apoyar nunca, una Monarquía totalitaria, si el régimen franquista no facilita la formación de partidos -y no puede facilitarla porque sería el fin del franquismo- ¿qué caminos se abren al futuro de España?

El régimen franquista, por los hechos determinantes de la política internacional, está herido de muerte; una Monarquía de tipo totalitario, como sería una Monarquía traída por Franco, no tiene viabilidad; una Monarquía liberal y democrática no se vislumbra como posible, ya que ni el Pretendiente ni las fuerzas que pudieran ayudar a mantenerla están dispuestos a ello; una liberalización del régimen es inimaginable; la formación de partidos dentro del actual régimen es una quimera.

Ante este panorama no aparecen más que dos soluciones posibles al problema español y son éstas: o se ayuda a facilitar una fórmula capaz de permitir que el pueblo español recobre los hábitos y siga las normas de la democracia para llegar a un gobierno «del pueblo por el pueblo y para el pueblo» o se deja a ciencia y paciencia que se geste otro régimen de tiranía en España con signo contrario al actual.

España no puede entrar en el camino de la democracia por sí sola, porque carece de la libertad indispensable para entrar en él. Toca a las democracias realizar el esfuerzo salvador.

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ArribaResumen de noticias

Inquietud social

MADRID, 31 Agosto, Ibérica: -A las noticias confusas y contradictorias circuladas sobre las detenciones realizadas en Andalucía en los medios obreros de las provincias de Córdoba y Sevilla, podemos dar hoy precisiones sobre estas operaciones policíacas.

El origen de todo ello ha sido la agitación producida en aquellas provincias por obreros andaluces que habían sido devueltos a sus provincias de origen por despidos en empresas industriales del norte de España donde trabajaban. Estos obreros despedidos consiguieron reunir a otros y constituir una especie de comité para reclamar mejores condiciones de trabajo y medidas contra el paro; nada subversivo, como puede verse. Pero los ánimos se excitaron y hubo verdaderos mítines en algunas plazas de esas donde se reúnen los campesinos en busca de trabajo en los pueblos de Andalucía.

En cuanto los gobernadores civiles comenzaron a informar a Madrid se alarmaron en Gobernación y se dieron órdenes de detener en masa. Se hizo una redada monstruo, tanto es así que se señala en cuatro mil el número de detenidos entre ambas provincias; en Granada, Málaga y Cádiz se han efectuado también detenciones en cantidades más reducidas. Destacamentos de la policía secreta de Madrid se han enviado a esas provincias.

Como se ha querido dar a estas manifestaciones carácter terrorista debemos señalar que entre los detenidos se encuentra un joven que hacía una encuesta por encargo del Instituto de Opinión Pública, un representante de la empresa catalana «Ave Orem» y numerosos jóvenes de familias acomodadas. La prueba de nuestras afirmaciones es que después de hecha la selección policíaca han quedado detenidas y procesadas unas treinta personas conocidas por sus antecedentes socialistas, anarquistas o comunistas.

Otras medidas policíacas

En Madrid han sido detenidas, liberadas y vueltas a detener las Srtas. Ángela Hernández y Ana del Bosque, ambas repatriadas de la Unión Soviética hace cuatro años y ambas con títulos universitarios. Fueron encerradas en los calabozos del Ministerio de la Gobernación en unión de varias prostitutas. Otro repatriado de la Unión Soviética, D. Leopoldo Bruno, ingeniero, ha sido detenido. Se cree que estas medidas forman parte de los planes político-policíacos del Gobierno.

Detenciones en el norte

Un grupo de socialistas de la provincia de Santander, cuyo número no podemos precisar, ha sido detenido bajo la acusación de pretender asistir a un Congreso del Partido Socialista que se iba a celebrar en Francia. Una comunicación del Partido Socialista en Francia, firmada por las Comisiones Ejecutivas de dicho Partido y de la Unión General de Trabajadores, publicada en su periódico El Socialista de Toulouse, declara que «el Partido Socialista Obrero Español no ha convocado a Congreso alguno». También ha sido detenido en San Sebastián un grupo de nacionalistas vascos.

Nos afirmamos más en que todas estas medidas policíacas son medidas tomadas por las autoridades para tratar de prevenir la agitación social antifranquista creciente.


Los obispos dirigen 580 cines

MADRID, 31 Agosto Ibérica: -La Federación de Cinemas Católicos es propietaria y controla en la actualidad 580 cines en España. La empresa está dirigida por Fray Juan Garmendia y trabaja bajo la dirección del Comité de obispos que integran la empresa llamada «Fides», y que abarca actividades cinematográficas, televisión y radio.


Protestas contra las represiones en Barcelona

BARCELONA, 25 Agosto, Ibérica: -Debemos aclarar que entre las protestas presentadas contra la represión en Barcelona hay dos denuncias que no deben confundirse: una es la denuncia presentada ante el fiscal de la Audiencia por la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados y otra es la protesta de 420 barceloneses contra la violación del estado de derecho; esta protesta fue presentada al presidente de la Audiencia por el marqués de San Román, el que fue llamado por el presidente más tarde y sometido a un interrogatorio de índole policíaca. Todos los firmantes han tenido que pasar por la Audiencia para ratificarse en sus denuncias.

Entre los firmantes se encuentran literatos, sacerdotes, artistas, catedráticos de la Universidad, médicos y varios miembros de la nobleza, entre otros el conde del Montseny, el duque de los Castillejos etc., etc.


Comités en favor de los presos

PARÍS, 24 Agosto, Ibérica: -Un Comité pro liberación de Julio Cerón Ayuso y de sus compañeros encarcelados acaba de ser fundado en Francia. Se han recibido valiosas adhesiones, entre ellas la de Pierre Emmanuel, y Robert de Montvallon de la revista Temoignage Chrétien, 49 rue du Faubourg-Poissonier, Paris 9, el que ha asumido provisionalmente la Secretaría. El Comité ha hecho un llamamiento -militante y financiero- a los católicos franceses que quieran sostener a sus hermanos españoles víctimas de la represión franquista.

En París también se acaba de fundar otro Comité en defensa del Dr. Pujol y el Sr. Pinzón detenidos y condenados en Barcelona en el mes de mayo, y de otros católicos perseguidos en Barcelona. Asume la presidencia de este Comité el Sr. Joseph Folliet y se propone difundir las noticias sobre la situación de los detenidos, organizar reuniones e intervenir a las finalidades propuestas y, desde ahora, acoger los amigos españoles que se vean obligados a buscar asilo en Francia.


La prensa española contra los EU

LONDRES, 2 Sept., Ibérica: -Con el título «Los Estados Unidos bajo el fuego de la prensa española», publica hoy el periódico Times un artículo de su corresponsal en Madrid del que extraemos los párrafos siguientes: «Atacando los errores de la diplomacia americana la describe como "débil e improvisada" en relación con Cuba, el Congo y Rusia, la política seguida con esos países es objeto de agria censura.

«Desde la firma del Pacto de los EU con España no se había hecho la más ligera crítica a Norteamérica. Ayer el diario madrileño YA la atacó duramente, hoy el ABC se une a la condenación. Bajo un régimen en el que las noticias que se publican y los puntos de vista de la prensa están tan cuidadosamente controlados, la actitud de esa prensa no se puede interpretar más que como oficialmente inspirada.

«Hoy el ABC en un franco editorial titulado "Consecuencias de errores", dice que "la falta de resolución de los Estados Unidos en la cuestión de Cuba como en el Congo, sin hablar de Rusia, ha tenido desagradables consecuencias y continuará teniendo otras". En dos ciudades de Venezuela al oeste de Caracas ha habido violentas manifestaciones antinorteamericanas y en favor de Castro. El ABC está convencido de que ese ejemplo puede ser seguido por toda la América de habla española.

«Pero algo peor se atribuye a la política norteamericana en ese artículo terriblemente crítico, y es la dimisión del Gobierno de Irán, prooeste, y que el nuevo Gabinete está buscando mejores relaciones con la Unión Soviética. La agria censura contra los Estados Unidos termina con este comentario: "los amigos se pierden cuando se ve que la lealtad es estéril".


El nuevo embajador

MADRID, 24 Agosto, Ibérica: -Entre las escasas personas del medio diplomático que frecuentan en este mes tertulias y despachos madrileños, se comenta el nombramiento del incoloro señor D. Mariano de Yturralde para embajador en Washington. Se asegura, en estos mismos círculos, que el tal Sr. Yturralde no será más que un embajador-puente. Por el momento el Caudillo teme el resultado de las elecciones presidenciales norteamericanas y no quiere indisponerse con nadie antes de tiempo. Este nombramiento es un compás de espera.


Estudio sobre el régimen de Franco

Con este título ha publicado el Daily Telegraph el 26 de agosto, el siguiente comunicado de su corresponsal en Ginebra:

La Comisión internacional de Juristas, en Ginebra, está preparando un estudio especial sobre la situación de España que será publicado próximamente. Este estudio irá unido a una serie de informes sobre Hungría, Tíbet, África del Sur y la República Dominicana.

La noticia sobre el estudio de España ha sido publicada en una nota al pie de un editorial del Journal of the International Commission of Jurists, escrita por el Secretario General M. Lalive.

En ese editorial compara la Constitución de Rusia y España y señala que ambas garantizan las libertades civiles en teoría, pero no en la práctica. «En España -escribe M. Lalive- la "arbitraria ley" de las autoridades del Gobierno, no se puede comprobar por dos razones: la primera porque la ley fundamental, "El Fuero de los Españoles", no ha sido completada por leyes subsiguientes. La segunda porque el Gobierno ha establecido y mantenido varias jurisdicciones de excepción, militar y otras.

"Así pues el poder de los Tribunales, cuyo tradicional sentido de independencia y responsabilidad ha sobrevivido, en una extensión no insignificante, a las constantes y a menudo sutiles presiones del régimen ha sido mutilado. Esa trayectoria, así como los recientes juicios celebrados, constituyen una afrenta a la conciencia de los pueblos que aman la libertad bajo la ley"».


Madariaga y el futuro de España

BUENOS AIRES, 31 Agosto, OPE: -La Asociación Argentina por la Libertad de la Cultura da cuenta en una nota de la entrevista que celebraron con D. Salvador de Madariaga los gallegos, vascos y catalanes relacionada con sus conferencias y el problema de la autodeterminación de los pueblos peninsulares. Madariaga fijó su pensamiento en la siguiente declaración:

«Deseo hacer constar, para evitar erróneas interpretaciones, que mi postura, en lo que concierne al régimen futuro de España, es federal.

Estimo que ha fracasado el centralismo; que cada uno de los países españoles tiene un derecho natural a la plena libertad de su vida política y cultural, y que su autonomía no admite más linde que la que impone la unidad de destino de todos los países españoles.

También opino que, para lograr tal fin, conviene no incurrir en acciones o palabras poco meditadas susceptibles del reproche de separatismo».




El Gobierno republicano

PARÍS, 28 Agosto, Ibérica: -El Gobierno de la República española en el exilio estaba en crisis desde la dimisión de D. Félix Gordón Ordás, Presidente del mismo. Fue designado por el Presidente de la República para dicho cargo el general D. Emilio Herrera Linares, el que ha formado su gobierno con dos miembros del anterior gabinete, los Srs. Julio Just y Fernando Valera y dos nuevos colaboradores, los Srs. Antonio Alonso Baño y Mariano García. D. Juan Manuel Kindelán es representante de las juventudes Democráticas de Estudiantes.

El general D. Emilio Herrera ha sido invitado por el Gobierno de México, en su calidad de Presidente del Gobierno republicano español, a asistir a las fiestas del Sesquicentenario de la Independencia.


Algunas opiniones de la oposición

Conversaciones sostenidas por los Srs. Jiménez Fernández, Gil Robles y Ridruejo con una comisión de universitarios en Madrid

Los estudiantes universitarios españoles, ansiosos por conocer la opinión abierta y libre de ciertas personalidades españolas, conocidas por su oposición al régimen, decidieron nombrar una comisión para que se entrevistara con algunas de ellas. Los estudiantes habían decidido que esas entrevistas no serían clandestinas.

He aquí la reconstrucción de las notas tomadas en esas entrevistas

Manuel Jiménez Fernández

Profesor de Derecho Canónico en la Universidad de Sevilla, representante de la izquierda Demócrata-Cristiana, ministro de Agricultura durante la República y experto en la Reforma Agraria, expresó así su concepto de la democracia:

El concepto de democracia ha perdido su sentido. Cada uno aplica la palabra y nadie entra abiertamente en el sagrado concepto, por eso los mismos dictadores se esfuerzan en dar una apariencia democrática. Solamente hay dos posibles definiciones de la verdadera democracia; una la expresada por Abraham Lincoln en los campos de batalla de Gettysburg el 19 de noviembre de 1865: «El gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo»; la otra está contenida en la doctrina de la Iglesia Católica Romana, con cuyos principios estoy identificado.

Respecto al actual gobierno de España el Sr. Jiménez Fernández medía cuidadosamente sus palabras. Esta fue su calificación: «Un gobierno de forma autoritaria, pretoriana, hipócrita y clerical» que niega la libertad individual y la libertad de prensa bajo la superficial apariencia de justicia.

Sobre la situación de la Iglesia dijo que la corrupción que domina en España se encuentra sobre todo en algunas de las jerarquías de la Iglesia. Acusó a los jefes de la Iglesia de guardar silencio ante la injusticia y además, de causar esas injusticias. Estoy convencido -dijo- de que esa actitud es una de las principales causas de la descristianización de la sociedad española.

Con referencia al Concordato trató el asunto con Pío XII estando ya muy enfermo y le manifestó que lo consideraba desastroso. Una de las medidas más importantes que, a su juicio, deberá adoptarse en España es la separación de la Iglesia y el Estado.

Por último expresó su convicción de que los círculos gubernamentales actuales tratarían de continuar gobernando imponiendo una monarquía mediante un referéndum amañado con anterioridad en la que habría un sistema de partidos dirigidos.

En principio -dijo- creo en una forma democrática de monarquía que garantice las fundamentales garantías individuales y políticas, que introduzca una serie de reformas en las arcaicas estructuras sociales y económicas del país, especialmente en el sector de la agricultura. Pero en vista de ciertos acontecimientos no creo ya en esa posibilidad, me inclino a pensar que el Pretendiente quiere continuar la actual forma de gobierno, con otro disfraz.

José María Gil Robles

Abogado, jefe del partido Demócrata Cristiano. De 1933 a 1936 fue jefe de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y ministro del Ejército durante la República.

El Sr. Gil Robles comenzó diciendo: «La democracia dependerá del camino por donde venga». Queremos llegar a ella, pero debe ser introducida gradualmente. Continuó haciendo la distinción entre dos clases de democracia, la política y la económica, insistiendo en que deben avanzar unidas. Para la solución de los problemas envueltos en la evolución democrática es necesario tener un gobierno fuerte. El peligro está -continuó diciendo- en descansar, en concentrar todas sus energías en sostenerse en el poder.

Sobre la monarquía: Está convencido de que la monarquía ha de llegar. «El día en que un cambio de gobierno sea inminente, muchos de los generales se precipitarán para llegar a Estoril con el deseo ardiente de entrar en la Historia. El Ejército tendrá el control de la situación y querrá imponer el rey, se quiera o no, pero considero que esa actitud puede ser peligrosa para la monarquía. Impuesta por el Ejército a una nación que no está inclinada a la monarquía, tendrá ésta una situación inestable».

A su juicio los monárquicos y el Ejército son los enemigos mayores de la monarquía, solamente un partido socialista fuerte, moderado y democrático puede salvar a la monarquía. Pero añadió que le sorprendería mucho que eso sucediera. Expresó su confianza en el sistema de partidos, «son naturales y esenciales», pero tienen que tener un sentido de responsabilidad. Tan pronto como haya un mínimo de libertad política en España surgirán los partidos políticos, demasiados partidos, pero al principio no podrá haber ninguno y, en consecuencia, no habrá gobierno parlamentario.

La Iglesia y los políticos: Hay en las altas jerarquías de la Iglesia un indefinido miedo a denunciar las injusticias y el sistema de arbitrariedad existente en el país, pero no olvidemos que los jefes de la Iglesia son nombrados por el Gobierno. Gil Robles insistió en la necesidad de separar a la Iglesia y el Estado y en conexión con esta afirmación dijo «nunca he admitido ningún sacerdote ni miembro calificado de Acción Católica, ni de ninguna congregación en mi partido». Se manifestó abiertamente contra el Concordato.

Dionisio Ridruejo

Ex falangista prominente cuyas ideas políticas han evolucionado hacia la izquierda. Goza de considerable influencia entre los universitarios y es el centro de un importante grupo de la izquierda intelectual.

La democracia, para él no es sino la expresión de una legítima situación política. Considera que la realidad democrática consiste en admitir que todo es relativo y temporal, lo que no implica una microscópica multitud de partidos; eso es lo que ha pasado en España y es lo que está impidiendo la formación de un frente unido de la oposición.

Sobre la Universidad: Cree que la primera petición que deben formular los estudiantes universitarios es la libertad de información, para lo que es necesario una plataforma liberal. En momentos anteriores muchos grupos de estudiantes han perdido sus energías en insignificantes programas; el sistema de partidos en la Universidad es ineficaz. Todos los distintos grupos deben salvar sus diferencias para el futuro y marchar unidos, por el momento.

Iglesia y Política: Es necesario una profunda reforma económica y social. La estructura de España en la actualidad es herencia directa del pasado y es necesario ir contra ella. Considera Ridruejo que estas reformas deben ir conectadas con las de la Iglesia: «Sin una reforma de la Iglesia española no habrá nunca la posibilidad de una verdadera coexistencia cívica»... «Desgraciadamente la Iglesia será un factor político en este país».

En cuanto a las relaciones entre la Iglesia y el Estado, Ridruejo insistió en que debe irse a la separación y que la libertad religiosa debe estar asegurada.

«Es muy flexible la Iglesia; cuando puede dominar no titubea en ir hasta lo último, cuando no puede dominar clama por la libertad».

Por último Dionisio Ridruejo dijo que la decisiva batalla político-religiosa debe darse en el terreno de la educación secundaria, la que en la actualidad está por entero en las manos de la Iglesia, cuyos métodos de enseñanza son reprobables desde todos los puntos de vista.


Nuevos sacerdotes del Opus Dei

MADRID, 20 Agosto, Ibérica: -En la basílica pontificia de San Miguel, en Madrid, monseñor Antoniutti, nuncio de Su Santidad, ha ordenado a 20 nuevos sacerdotes del Opus Dei. Los nuevos sacerdotes son de siete nacionalidades: España, Suiza, Venezuela, Chile, Argentina, Estados Unidos y México. Entre ellos hay doctores en Filosofía, médicos, abogados, químicos, periodistas y oficiales del Ejército.


La emigración a Alemania

MADRID, 20 Agosto, Ibérica: -Han salido para Alemania cerca de 1.000 obreros especializados. Se calcula de aquí al otoño se enviarán 30.000. En Alemania no quieren a los pobres peones originarios de Andalucía, que habitan en el extrarradio de Madrid y de Barcelona, porque no son «calificados».

Como hecho nuevo debemos señalar la exportación de mujeres trabajadoras también a Alemania. 103 tejedoras de la provincia de Salamanca han salido para Remscheid (Alemania occidental). Entre estas mujeres las hay casadas que tienen que dejar a sus hijos y esposos en España, pero les acompaña un sacerdote para vigilar la fidelidad católica de estas obreras. Según la prensa española, después de deducidos los gastos de alimentación y albergue, devengarán 3.000 ptas. por mes a base de 40 horas de trabajo semanales. Cabe preguntarse si esas cifras obedecen a la realidad. Sea como sea, cabe preguntarse: ¿Qué «reactivación» industrial piensa hacer un país que exporta sus raros obreros calificados?


Salazar y Katanga

PARÍS, Sept. 1, Ibérica: -El semanario L'Express de hoy publica en su sección de cartas al Director la siguiente, firmada por un estudiante portugués:

«La prensa ha pasado en silencio hasta ahora uno de los aspectos del problema de la secesión de Katanga.

Un Katanga independiente en conflicto con el Congo dependería por completo del ferrocarril del Lobito que atraviesa Angola, lo cual quiere decir que dependería del gobierno portugués. Este deseo de apoyo, no dejaría de sostener a Tschombé para disponer de una preciosa carta de triunfo.

«Por esto el dictador Salazar (olvidado casi siempre en las crónicas sobre la guerra de España) es hoy, una vez más, uno de los primeros interesados en ese asunto. Si triunfa la secesión, Salazar no dejará de poner al capitalismo belga (y a otros también) al servicio de su poder en descomposición y obtendrá, posiblemente, el voto de un Estado negro en favor... del colonialismo portugués».


La hija de Malraux vigilada

MADRID, 24 Agosto, Ibérica: -La policía española ha estado muy preocupada por el reciente viaje por España de Florence Malraux, hija de André Malraux. Los agentes de la brigada social han seguido todos los pasos de esta señorita y, con posterioridad a su salida de España, han interrogado a varias personas -aunque correctamente- sobre el viaje, relaciones y posibles actividades de la hija del ministro y escritor francés, único ministro del actual gobierno que es mal visto en España.



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