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Biblioteca de Literatura Infantil y Juvenil

Rapunzel - videoteca Ficha de la obra

Hace mucho tiempo vivía un matrimonio en una casa y, al lado, vivía una bruja. La mujer estaba embarazada y los dos esperaban aquel bebé con muchas ganas, ilusión y alegría. Todos los días la mujer se asomaba a la ventana, para ver el jardín de su vecina la bruja. Y, un día, vio con sorpresa unas lechugas hermosísimas. Se le antojó enseguida comerse una de aquellas lechugas.

Así que le dijo a su marido:-Por favor, he visto, en el jardín de la vecina, unas lechugas tan ricas que me apetece comérmelas.

-No puede ser. Sabes que no puedo ni pisar el jardín de la vecina.La mujer enfadada, le contestó:

-Si no puedo comer lechugas me moriré.Y el marido preocupado, como la quería tanto y tenía tantas ganas de tener aquel bebé, hizo caso omiso de todos los miedos y entró en el jardín de su vecina.

Cuando empezó a coger lechugas apareció de repente la bruja.-¡Esas lechugas son mías! ¿Qué haces robándome? Recibirás un castigo.-¡No! -Respondió el hombre. -Mi mujer está embarazada y se le ha antojado comerse estas lechugas.-Bien. -Contestó la bruja.

¿Tu mujer quiere comer lechugas? Coge todas las lechugas que quieras pero, a cambio, me llevaré a vuestro bebé en cuanto nazca. ¿De acuerdo?El hombre, asustado, aceptó aquel trato.Continuó la mujer con su embarazo y tuvo una hermosa niña. Al enterarse, la bruja fue rápidamente a su casa y se la llevó. Era una niña muy hermosa a la que bautizó con el nombre de Rapunzel.La cuidó y la educó hasta que se convirtió en una hermosa joven. Pero la bruja tenía miedo de que alguien pudiese robársela, así que la cogió un día y se la llevó al bosque. Allí, construyo una torre muy alta muy alta, que no tenía puerta, tampoco tenía escaleras, únicamente tenía una ventana en la parte superior. Allí dejó a la joven. La niña tenía un pelo precioso, de color de oro. Todos los días, la bruja acudía a visitarla, gritaba su nombre y le decía:

-¡Rapunzel, Rapunzel!, ¡échame tus trenzas por la ventana! –  Para después trepar por ellas y entrar en la habitación.

Un día, el hijo del rey se encontraba cazando en el bosque y vio una  torre extraña.

Vio también a una bruja que gritaba y que subía por unas trenzas a aquella ventana.«Qué raro», – pensó.

Días más tarde, el príncipe decidió ir hasta aquella torre para ver qué era lo que guardaba. Buscó la puerta y no la encontró. Únicamente descubrió que había una ventana arriba. Recordó entonces la escena e hizo igual que la bruja: gritó y, al momento, aparecieron dos trenzas. Trepo rápidamente y entró en la habitación.

La joven estaba muy asustada al principio, pero el príncipe le habló suavemente, y enseguida se hicieron amigos. Pensaron también en cómo podría huir de allí. Y a la chica se le ocurrió que cada vez que viniera le trajese un pedazo de cuerda, para que pudiese tejer una escalera.-¡De acuerdo! -Dijo el príncipe. Y se marchó.

Más tarde apareció la bruja, pidió que le echase las trenzas por  la  ventana y trepó hasta arriba como siempre. Al llegar, Rapunzel le dijo:

-El príncipe sube más rápido que tú. -Así que esas tenemos, ¡Os he pillado! -Dijo enfadada la bruja. -Has estado engañándome todo este tiempo, recibiendo la visita de un príncipe. Cogió sus trenzas, y se las cortó. Por arte de magia, hizo que apareciera una escoba y se la llevó al bosque donde la abandonó. Después volvió a la torre.

Más tarde, el príncipe gritó, como siempre, y la bruja al oírlo, lanzó las trenzas por la ventana. Subió y descubrió con sorpresa que se trataba de la bruja. -Vienes a visitar a tu novia, ¿verdad? Pues eso se terminó. Dijo la bruja mientras soltaba las trenzas.

El príncipe cayó desde lo alto sobre una planta de espinas con tan mala suerte que se pinchó los dos ojos y se quedó ciego.

Comenzó a vagar por el bosque, y un día hambriento y triste, le pareció oír la voz de Rapunzel. -¡Ayúdame! ¡Ven a ayudarme!

Rapunzel escuchó esta voz y fue rápidamente. Lo cogió en sus brazos y sintió tanta pena que comenzó a llorar. Sus lágrimas cayeron en los ojos del príncipe, quien recuperó la visión al momento. Rapunzel y el príncipe se casaron, y fueron felices y comieron perdices.

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