Yo quería tus ojos claros...
Yo quería tus ojos claros para prenderlos en mi pelo negro con un alfiler de oro.
Yo quería tus ojos claros para sembrarlos en mi jardín y recoger en la primavera próxima, una cosecha de estrellas.
Yo quería tus ojos claros para tirarlos y cogerlos en el aire como hacen los malabaristas del circo con sus bolas de cristal.
Pero tú te pusiste serio y me hablaste de algo seguramente muy triste, que yo no entendí bien.
Luego cayó la tarde y los dos elegimos el mar.