Saltar al contenido principal

Europeístas españoles

Biografía de Julián Marías sobre su pensamiento europeo (Valladolid, 1914 - Madrid, 2005)

Por Luis Alberto Moratinos Lagartos (Junta de Castilla y León),
Guillermo Á. Pérez Sánchez (Universidad de Valladolid) y
Ricardo M. Martín de la Guardia (Universidad de Valladolid)

Julián Marías en 1935. Filósofo, escritor y ensayista español nacido en Valladolid en 1914. Su familia se traslada a Madrid en 1919, donde inicia su formación en el Colegio Hispano. Posteriormente cursa bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros, comenzando a su término estudios de Filosofía y de Ciencias, en 1931, y licenciándose en 1936.

Marías estudia en la reconocida Universidad Central de Madrid. Allí descubre su vocación por la Filosofía y se ve rodeado por un prestigioso elenco de profesores, de los que destacan, por la trascendencia que tendrán en su vida y obra, José Ortega y Gasset, Manuel García Morente y Xavier Zubiri, con quienes trabó excelente amistad.

El régimen franquista que se inaugura tras la guerra civil española (1936-1939) no le es propicio para un Marías de mente y pensamiento cristiano, pero con una formación en la tradición liberal española, desde donde reivindica y desarrolla las ideas de Ortega, las cuales son despreciadas y perseguidas al no ser compatibles con los valores y actitudes dominantes del franquismo.

Forzando el destino, toma la decisión trascendental de «quedarse» e iniciar una vida intelectual independiente, al verse marginado de la vida cultural y universitaria oficial, lo que provoca en esos años de posguerra una gran dificultad personal y económica. De esta época es, también, su matrimonio con Dolores Franco, con quien compartirá vida y pensamiento hasta la muerte de ésta, en 1977.

El alejamiento mencionado se mantuvo hasta el final del régimen franquista, aunque con ciertos períodos de relajamiento que podemos encontrar en la pequeña apertura cultural de la década de 1950, donde lee su tesis doctoral suspendida en 1941 o comienza a escribir en periódicos nacionales, o también con su nombramiento como miembro de la Real Academia Española en 1964.

A pesar de todo, esta difícil situación le lleva a iniciar un tremendo esfuerzo intelectual, mantenido durante toda su vida, lo que desembocó en una prolífica obra, convirtiendo a Marías en un pensador español de talla internacional, una vez que sus libros se traducen progresivamente a varias lenguas, comienza a participar en reuniones internacionales de gran prestigio, publica artículos en prensa extranjera o las universidades americanas se abren a su magisterio, donde imparte cursos sobre filosofía, pensamiento y literatura española.

Se convierte, por otro lado, en el discípulo más directo de Ortega y Gasset. Con él promueve empresas privadas como el Instituto de Humanidades en 1948, a la par que se convierte en el gran continuador de su obra, publicando estudios y análisis sobre la misma, defendiendo su pensamiento en agrias polémicas, a la vez que acoge su método de pensamiento filosófico y termina desarrollando su visión propia.

Julián Marías con Miguel de Unamuno en Santander. De Ortega también recoge los grandes temas de su pensamiento y filosofía, y entre los más importantes se encuentran el problema de España y la cuestión de Europa como ejes vertebradores. Marías participa de ese gran proyecto del siglo XX español que es la europeización, así como acoge entusiasta la defensa de la unidad europea, contribuyendo a la misma desde un rico pensamiento europeísta. Europeización y europeísmo conjuntados, pues, forman la propia y personal dimensión europea de su pensamiento.

Es incuestionable su preocupación por la realidad española, por su idea e historia, así como por su sociedad y su evolución. Marías fue el ejemplo de intelectual que trató de acercar y unir España a Europa durante el franquismo y tras la finalización de éste. En una cierta similitud trató de recomponer el original programa de europeización orteguiano, aunque aplicado a otro contexto histórico: el período de transición democrática española.

En este sentido, uno de los aspectos claves de la transición española era su homologación con Europa a través de un nuevo programa de europeización que vertiera sobre España los medios económicos e intelectuales para hacer frente a la nueva situación, que continuará con un nuevo impulso a sus afanes europeístas y que culminará con la integración plena de nuestro país en las instituciones europeas. Algo distinto que decir incorporación a Europa, según el propio Marías, pues para él España ha estado en Europa desde que Europa y España existen.

Por otro lado, recogiendo los postulados de Ortega, España tenía que tomar posesión de sí misma, de su realidad hispánica en su integridad, y conseguir un conocimiento adecuado de lo que es Europa y de lo que ha sido. La europeización debía ser, pues, una nueva nacionalización, fundación y constitución de España. Sólo con estas premisas podría estar España en condiciones de incorporarse a Europa de una manera original y a un cierto nivel.

Julián Marías trabajando en su domicilio. Las ideas básicas de lo que podemos llamar programa de europeización de Marías, las fue conformando durante los años del régimen franquista. En diversos escritos, entre los que destacamos su artículo España está en Europa (1951) o sus libros Los españoles (1962) y Meditación sobre la sociedad española (1966), Marías ya viene marcando que España no es un país anómalo, perfectamente inserto en Europa y en el Occidente. Esta labor continúa ya instaurada la democracia española, con sus reflexiones en la serie de libros titulada La España real, que comienza en 1976, y prosigue con La devolución de España (1977), España en nuestras manos (1978) y Cinco años de España (1981). Se podrían sumar a este nuevo impulso otras obras posteriores, como el caso de España inteligible. Razón histórica de las Españas (1985), Ser español. Ideas y creencias en el mundo hispánico (1987) o España ante la historia y ante sí misma (1898-1936) (1996).

También es incuestionable su preocupación por la realidad europea, por su idea e historia, así como por su sociedad y su evolución. Marías ha sido desde muy joven un entusiasta de la unidad de Europa, demostrándolo durante toda su trayectoria intelectual a través de numerosos escritos.

Así, en plena II Guerra Mundial, Marías ya publicó un artículo titulado «Patriotismo europeo». De los años 40 también es su alusión a la imposibilidad de la nación como organismo funcional histórico tras la II Guerra Mundial, presente en su libro Introducción a la filosofía (1947).

En 1950, para participar en el Seminario de Europa del Instituto de Estudios Políticos español, escribió «El pensamiento europeo actual y la unidad de Europa», incluido en su libro El intelectual y su mundo, donde reclamó una unidad intelectual europea como primer paso de la unidad de Europa. De esta década también es un nuevo artículo sobre el patriotismo europeo, publicado en ABC el año 1951; así como el texto «El gesto de Alemania», donde Marías sufría por una Europa y una Alemania divididas, manteniendo la esperanza en una Europa unida de nuevo; o las reflexiones sobre la articulación social histórica del territorio europeo en su obra La estructura social (1955).

Ya en los sesenta, en su libro Los españoles, aparecía un escrito titulado «El proyecto de Europa», donde reflexiona sobre los primeros pasos del proceso de construcción europea. Reflexiones que continuarían en distintos capítulos de su obra Innovación y arcaísmo (1973). También encontramos en esta década varios artículos de importante calado. Nos referimos a «Europa», publicado en su libro La justicia social y otras justicias (1974); o los publicados en el periódico La Vanguardia española: «La unidad de Europa» (1973), «Soberanía compartida» (1974) y «La articulación de Europa» (1974).

No decayó su torrente de pensamiento europeísta durante las décadas de los 80 y 90 y hasta el final de sus días en 2005, diseminado en numerosos artículos, bien publicados en periódicos, principalmente en La Vanguardia española, posteriormente La Vanguardia, y en ABC, así como en revistas de intelectualidad, caso de Cuenta y Razón, por él fundada en 1981. Destacamos algunos títulos: «Patrimonio europeo» (1985), «Naciones sin nacionalismo» (1986); «Un programa para Europa» (1989); «Las Europas posibles» (1990); «Europa algo inteligible» (1996); o «La Unión Europea» (2002).

Julián Marías en una excursión con Ortega y Gasset, Zubiri y Antonio Rodríguez Huéscar. De este período también mencionamos una serie de cursos y conferencias con temática europea: «Génesis y realidad de Europa» (1991-1992); «Visión transversal de Europa» (1992-1993); «Las formas de Europa» (1996-1997); o «La fundación de Occidente» (1999-2000). Impartidos desde la Fundación Fundes, siendo el presidente de la misma, el Colegio Libre de Eméritos Universitarios o el Instituto de España.

Por esta trayectoria analizada, podemos considerar a Marías como el intelectual europeísta español de más prestigio durante la segunda mitad del siglo XX. Su primer mérito consiste en ejercer de puente y conciencia continúa entre los impulsos europeístas de los pensadores de la época de entreguerras y los derroteros por los cuales ha transcurrido la construcción de una Europa unida una vez finalizada la II Guerra Mundial.

En esa bisagra temporal es donde encontramos el origen de su pensamiento europeísta, existiendo una clara vinculación con su maestro y amigo Ortega y Gasset. El afán emprendedor de una nueva empresa, la noción de sociedad europea preexistente a las naciones europeas, la imposibilidad de organización nacional como unidad histórica y la superación del provincianismo, la reorganización de la intelectualidad europea como impulso clave para llevar a cabo la posterior integración, la heterogeneidad como secreto europeo y la unidad en la diversidad como fórmula a través de la cual debe articularse Europa o Alemania como pieza clave para Europa, serían algunas ideas básicas del mensaje europeísta de Ortega, en las que Marías profundiza y actualiza al calor de los acontecimientos históricos que le tocó vivir.

Julian Marías en la Revista «Gente y la actualidad», octubre-diciembre de 1983, Buenos Aires. A la vez, confecciona un pensamiento europeísta propio aportando nociones como el llamado «patriotismo europeo», refuerza la idea de una existencia física de Occidente, formado por América y Europa, combatiendo el «europeísmo a ultranza» o la cerrazón de Europa en sí misma, a la par que defendía enérgicamente la libertad y la democracia representativa.

Marías no dejó de ser un europeísta convencido y comprometido, que abogó por la superación constante de las barreras con las que tropieza la integración de Europa y apostó por la unidad real a través de un proceso de incorporación gradual. Además, por medio de esta gran labor periodística que le es propia, Marías se convirtió en un creador de opinión pública europeísta favorable y en un gran cronista de su época, analizando e interpretando los grandes hitos de la integración europea.

A la par, tampoco dejó de ser un español convencido y comprometido. Lo demuestra su valiente actitud y su determinación de permanecer en la España de Franco. Convirtiéndose en un claro ejemplo de vida intelectual en este período, se erige en portador de la antorcha europeizante de la primera época, lo que permite a España, una vez instaurada la democracia, que se embarcara finalmente en el gran proyecto de incorporación a las instituciones europeas.

Todo el mérito, pues, a un intelectual incansable, con una visión siempre veraz y responsable, que vio reconocida su enorme y valiosa trayectoria en las últimas décadas de su dilatada vida. Así lo demuestra, entre otras distinciones, su nombramiento como senador por designación real en las primeras Cortes constituyentes de la Transición, la ocupación de una cátedra en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, su premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1996 o varios doctorados honoris causa otorgados.

Subir