Jornada segunda |
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Salen LEÓNIDO y ROSELA.
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LEÓNIDO |
Y dime, Rosela mía, | | ¿solos
papeles te dan | | para el galán que te envía? | |
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ROSELA | Lo que traigo te diría, | | mas ¿si me azotan? |
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LEÓNIDO | No
harán, | | mi niña. Yo te daré | | dos cintas
para el trenzado. | |
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ROSELA | Leónido, sabrás que | | su misma cara me ha dado | | para que le diese. |
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LEÓNIDO |
¿A
fe, | | su retrato? Muestra, a vello. | |
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LEÓNIDO | Yo te mando de coral | |
una sarta para el cuello. | |
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ROSELA | Y
¿otras niñas me verán | | con ella? |
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LEÓNIDO |
Y
hermosa y grave | | por ella te llamarán. | |
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ROSELA | Y ¿si
mi madre lo sabe | | y me azota? |
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LEÓNIDO | ¡Qué
hermosa dama! | | ¿Su nombre acaso sabrías? | |
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LEÓNIDO | ¿La que anda ha
tantos días | | en las lenguas de la fama; | | por
quien Celauro ofendido, | | emprendió aquella jornada, | | que tan infelice ha sido, | | que en la mar perdió su
armada | | y en la tierra fue vencido? | | ¿Si
es él el que está en su casa, | | porque una infelice
suerte | | a mayores daños pasa? | |
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ROSELA | No lo sé,
lágrimas vierte, | | y entre suspiros se abrasa; | | de
ordinario, el que le dije, | | pobre infante, llora mucho. | |
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LEÓNIDO |
Siempre el alma se me aflige | | cuando sus cosas escucho; | |
tú, niña, el hablar corrige. | |
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ROSELA | No
dije palabras tales. | | Ya sé que este Bercebú | | del Rey procura sus males, | | y no todos dan corales | | por
saberlo, como tú. | |
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LEÓNIDO | Esta
imagen vuelvo a ver, | | que sin duda es milagrosa. | | Más
es ángel que mujer. | | ¿Quieres hacer una cosa? | |
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ROSELA |
¿Tantas cosas he de hacer? | |
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LEÓNIDO | Por tu fe, hermosa zagala. | |
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ROSELA |
Tanto harás, que te diré | | que te vayas noramala. | |
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LEÓNIDO | Rosela, yo te daré | | una
patena y, colgada | | de las sartas, te estará | | muy bien. |
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ROSELA | Y
yo, desdichada, | | iré a mi madre sin nada, | | y azotaráme. |
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LEÓNIDO | No
hará; | | no digas que te la
dio | | esa dama, y puedes ir; | | y en volviéndotela yo, | | dásela, y podrás decir | | que el dalla se te
olvidó. | |
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ROSELA | ¡Con qué
de cosas me obliga! | | ¿En efeto me has de dar | | sarta y patena? |
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ROSELA | Voyme, pues lo ha de pagar | | el envés
de la barriga. | | Vase. |
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LEÓNIDO | Dios
te guíe. Aquí sentado | | contemplaré esta
figura. | | ¡Oh soberano traslado! | | ¿Qué tienes en la
hermosura, | | que entretienes el cuidado? | | Con
un tierno sentimiento, | | que gloria del alma es, | | te ha cobrado
el pensamiento | | un amor sin interés | | y una pasión
sin tormento. | | De suerte el alma
le siente, | | que este amor, aunque inmortal, | | que tengo a
tu dueño ausente, | | le imagina natural, | | pues no le
causa accidente; | | no el deseo de
inquieto | | le causa, y es peregrina | | la que produce este efeto, | | pues como a cosa divina | | le tengo amor y respeto. | | Pondréte
en el corazón, | | pues solemnizan sus alas, | | mi Nísida,
esta ocasión; | | con tu nombre las regalas, | | sin duda
que tuyas son. | | De hoy más
tendré por mi dueño, | | a tu retrato, en tu nombre. | | Sueño me da y no pequeño; | | mas venturoso es
el hombre | | que sólo se rinde al sueño. | |
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Sale la INFANTA de monte, sola.
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INFANTA | ¡Que
una corcilla herida | | tenga ligereza tanta! | | Corriendo vengo,
y corrida, | | más ligera que Atalanta, | | y por ligera
perdida. | | Mi gente atrás he
dejado | | un cuarto de legua y más, | | y un caballo he
reventado, | | que, de puro espoleado, | | al viento dejaba atrás. | | Allí está un hombre
dormido. | | Poca pena le darán | | celos, ausencia ni olvido... | | Y en su traje es muy galán. | | El rostro no me ha ofendido, | | ni erraré cuando le mire, | | aunque a su esperanza aspire, | | porque yo querría
el hombre, | | ni tan feo que me asombre, | | ni tan bello que
me admire. | | Galán es, no hay
que dudar. | | Sus buenos hados le den | | cuanto llegue a desear, | | que yo no puedo negar | | que me ha parecido bien. | | Pero
a mi valor, amor, | | en esta ocasión le pones; | | mas
tú me le das mayor; | | ¿que quien no tiene ocasiones, | | qué hace en tener valor? | | Pero
¿qué en la mano tiene? | | ¿No es retrato aquello? Sí. | | Burlarle ahora conviene, | | pues uno que tengo aquí | | tan al propósito viene. | | Truécale el
retrato. | Llamará
mano cruel | | la que le quitó el retrato, | | y a su dueño
poco fiel; | | y yo tendré muy buen rato | | si me conoce
por él, | | que sin duda a mí
vendrá, | | pues le dejo puerta abierta, | | con la ocasión
que le da | | mi burla. Voyme, que ya | | me parece que despierta. | | Vase. |
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LEÓNIDO | Tente,
espera. ¿Puede ser? | | ¿No es muy bueno? Que soñaba | | que el corazón me arrancaba | | la mano de una mujer... | | Y antes me daba contento | | que pesar.
En un abismo | | de confusiones me siento. | | O me engaña
el pensamiento, | | o es éste su rostro mismo, | | o
es verdad que siempre sueño, | | o estoy loco. ¿No tenía, | | habrá rato harto pequeño, | | un retrato, a quien
decía | | que era esclavo de su dueño? | | Y
¿no le tuve en mi palma, | | como mi alma, aquel rato? | | ¿Quién
me deja en esta calma? | | ¿Quién me ha trocado el retrato, | | y con el retrato el alma? | | Tuve
un tierno sentimiento | | sin interés ni disgusto; | | pero
ya en el pecho siento | | el interés, para el gusto, | | y para el alma el tormento. | | Imaginar
es mejor | | que es permisión de los cielos: | | tal es
del pecho el ardor, | | que sólo me faltan celos | | para
entender que es amor. | |
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Sale la INFANTA y cuatro o cinco
CABALLEROS de acompañamiento.
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CABALLERO 1º
| ...Y como te vi volar, | | quité
el rigor a la espuela. | |
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INFANTA | Nunca alcanza, si no vuela, | | el que procura alcanzar. | | Tenlo
por averiguado: | | a más de uno ha sucedido, | | volando,
quedar corrido | | de nunca haber alcanzado. | |
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LEÓNIDO |
¿Qué gente es ésta?
¿A qué, ahora, | | me vinieron a estorbar? | |
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INFANTA | Allí
está. Yo he de gustar | | de lo que me dice agora. | |
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LEÓNIDO |
El rostro que estoy mirando | | ¿no
es el que en la mano tengo? | | Casi a persuadirme vengo | | que
aun ahora estoy soñando. | | Pero
no. Imagino bien, | | que estoy despierto. ¿No es cierto? | | Mas,
soñar y estar despierto, | | suele suceder también. | | ¿Tengo sentido? ¿Estoy loco? | | ¡Con
qué de ilusiones lucho! | | ¿No me hablo? ¿No me escucho? | | ¿No me miro? ¿No me toco? | | Ni sueño
ni estoy dormido, | | cierta esta gloria será. | |
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INFANTA |
Gusto de ver cuál está, | | elevado y suspendido. | |
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CABALLERO 1º | ¿Qué hace
aquí aquel villano? | |
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INFANTA | Dejalde, que bien se emplea. | |
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CABALLERO 2º | Con la vista se pasea | | desde tu rostro
a su mano. | |
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CABALLERO 3º | ¡Oh,
qué gentil bobarrón! | |
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CABALLERO 1º | ¿No le miras cuál
está? | | Llega a dalle un pescozón. | | Dale
un pescozón. |
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CABALLERO 3º | Señor
tonto, sobre amante, | | ahora te volverás. | | Que siempre
caen atrás | | los que no miran delante. | |
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LEÓNIDO |
(Si el agravio que me toca | | no vengo
con estos brazos, | | arrojaré, hecho pedazos, | | el corazón
por la boca. | | ¿Cómo mi rabia
infinita | | con esta gente no cierra? | | Pero las venganzas yerra | | el que así las precipita. | | Si
espada no traigo al lado, | | el matarme será cierto. | | ¡Qué bueno quedaré muerto, | | y sobre muerto,
afrentado!) | |
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INFANTA | ¡Que le den esta
ocasión, | | y venganza no procura!... | | Mal empleada
hermosura. | |
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INFANTA | Viendo un cobarde ofendido, | | más necia que él he quedado; | | que no puede
ser honrado | | hombre que no es atrevido. | |
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LEÓNIDO | (¡Oh,
que buena traza es | | la que a mi afrenta acomodo!) | | ¿Piensan
que lo saben todo? | | ¡Si me conociesen, pues...! | | Luego
verán claro indicio, | | si me quieren escuchar, | | de
que en todo este lugar | | no hay hombre de más juicio. | | ¡No es tan agudo y tan pronto | | el
hijo del sacristán! | |
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INFANTA | Él es tonto y es
galán, | | que viene a ser galán tonto. | |
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CABALLERO 1º |
Bello animal ¿qué hacer sabes? | |
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LEÓNIDO | Si puedo, yo os lo haré ver. | |
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LEÓNIDO | Sé
hacer | | cosas sutiles y graves. | | Si
me diesen una espada, | | maravillas aquí haría. | |
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CABALLERO 1º |
Vesla aquí desenvainada. | | Debe
ser volteador. | |
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LEÓNIDO | ¡Favor, cielo soberano! | | Pero
no hay cobarde mano | | si la gobierna el honor. | | Agora
que puedo, y pago | | mi agravio y vuestro desdén, | | veréis,
pagándolas bien, | | las maravillas que hago. | | Y
tú, que los acuadrillas, | | toma el primero. |
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LEÓNIDO | Maravillas ofrecí, | | y
pienso hacer maravillas. | |
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INFANTA | Eso
sí, muera tu afrenta, | | joven gallardo, en sus vidas. | | Que yo pongo esas heridas, | | pues tú las das, a mi
cuenta. | | (¡Qué gusto que da
miralle! | | Con razón me daba espanto, | | ver que desdijese
tanto, | | el corazón con el talle). | |
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Voces dentro.
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CABALLERO 1º | ¡Espera, | | probarás nuestro rigor! | |
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CABALLERO 3º | ¡Muera
el villano traidor! | |
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INFANTA | No es traidor, ni es bien que
muera. | | Muchos sobre él han
cargado, | | valdréle en esta ocasión. | |
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CABALLERO 3º |
¡Al león, guarda el león! | |
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Sale un león.
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Sale LEÓNIDO, con
la espada desnuda.
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LEÓNIDO | ¿Sola
te han dejado? | | Detente, espera. |
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INFANTA | No
puedo | | dejar de dar a los pies. | | Este miedo que en mí
ves... | |
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LEÓNIDO | Espera, no tengas miedo, | | muestra
el pecho descuidado; | | que, pues me ha esforzado el verte, | | al león daré la muerte | | por el miedo que te
ha dado. | | Porque veas que soy hombre | | que de león tengo el ser, | | pues le viene a parecer | | así el pecho como el nombre. | |
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Éntrase
el león, y LEÓNIDO tras él.
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INFANTA | Gallarda resolución, | | desenvoltura extremada: | | a tu amor, como a tu espada, | | ha
de rendirse el león. | | ¡Cuán
sin miedo ni embarazo | | furioso le ha acometido! | | Por la boca
le ha metido | | toda la espada hasta el brazo. | | ¿Qué
cielos fuerzas te dan, | | y qué humanos no te adoran? | | Si estas cosas no enamoran, | | ¿qué otras algunas podrán? | | Vencida estoy, no hay dudar, | | quiérote
como al vivir; | | mas ¿quién no se ha de rendir | | viéndote
herir y matar? | | Y estimaré
que me quieras, | | esto está puesto en razón, | | porque hombres de veras son | | para queridos de veras. | |
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Sale LEÓNIDO, y arrodíllase ante la INFANTA.
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LEÓNIDO | Si alborotando
tu gente, | | te ofendí, y no te ha quitado | | aquel enojo
pasado | | este servicio presente, | | la
espada y el pensamiento | | rendidos pongo a tus pies, | | porque
esta sangre que ves | | les ha dado atrevimiento; | | que
ella tiene algún valor, | | porque de un león
ha sido, | | y, por haberse vertido | | por ti, le tiene mayor. | | Y si, en empresa tan alta, | | que
a las mayores excede, | | el que la tiene no puede | | suplir al
que ánimo falta, | | mezclárase
con la mía, | | y algún valor le dará, | | pues, contemplándote, ya | | la siento en mis venas
fría. | | ¡Qué soberana
hermosura! | | Pues los cielos soberanos | | ponen mi vida en tus
manos... | |
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LEÓNIDO | Y
aunque me venga a faltar | | la vida, el alma y el seso, | | que
estoy turbado confieso. | | Pero ¿quién no lo ha de estar? | | De verme así no te asombres, | | pues fue tu belleza parte. | |
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INFANTA | Has vencido sin turbarte | | un león y tantos hombres, | | y
¿una mujer pudo hacer | | tanto en ti? Mucho me admiro. | |
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LEÓNIDO
Y | si a todo el cielo miro | | cifrado en una mujer | | bien
quedaré disculpado, | | pues viendo cosa tan rara, | | menos
discreción mostrara | | si no me hubiera turbado. | | Perdona,
si mis razones | | te ofenden. |
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|
INFANTA | Puedes
decirme | | cuantas quieras, y pedirme | | premios, en vez de perdones. | | Póstrase a besarle los pies. |
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LEÓNIDO | Dulce nombre, Si lo fuera. | |
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INFANTA |
(¡Quién levantarte pudiera | | hasta igualarte conmigo, | | que no dudara en tenerte | | por amigo
verdadero! | | Con todo, honor, yo le quiero, | | aunque no para
ofenderte). | | Amigo... |
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LEÓNIDO | Señora, | | por el que me diste agora, | | pienso en negar el que tengo; | | pero solían llamarme | | Leónido. |
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INFANTA | ¿Y
eso más? | | ¿No leónido serás, | | sino venido
a matarme? | | Y ¿eres hijo? (¿Cómo
asiento | | a mi libertad daré?) | |
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LEÓNIDO | Lo que
supe te diré | | de mi humilde nacimiento. | | Tuve
a la tierra por Madre, | | y en este valle nascí, | | y
el valor que siento en mí | | tengo, agora, por mi padre; | | porque, según los alientos | | tus favores me han dejado, | | pienso que me han engendrado | | de nuevo mis pensamientos. | | Que
aunque guardé en este llano | | un ganado, quedar quiero | | de sólo el nombre heredero, | | pues de perdido me gano. | |
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INFANTA | ¡Discreto sobre valiente! | | ¿Esto esconden paños tales? | | Mas los bienes naturales | | se alcanzan naturalmente. | | Gusto
de saber tu historia, | | y más te hubiera escuchado, | | mas el día apresurado | | su curso acaba. |
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INFANTA | Habrásme
de acompañar | | a mi casa de placer. | |
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LEÓNIDO |
De fuerza lo habrá de ser, | | siendo tuya. (Preguntar | | quise quién era y no osé). | |
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INFANTA | (Mi amor de límites pasa). | |
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LEÓNIDO |
(Pero, pues voy a su casa | | sin preguntar lo sabré). | | Poco acompañada irás | | con sólo mi compañía. | |
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INFANTA | Con menos
gente venía, | | pues tú solo vales más. | |
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Vanse. Sale CELAURO, de denoche.
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CELAURO |
Confiésote, noche escura, | | con quien mil veces me alegro, | | que, como tu manto negro | | lo está más con mi ventura | | agora
de horrores vistes | | mi afligido corazón. | | ¡Ay Dios,
que agüeros tan tristes, | | que anuncian mi perdición! | | Con ellos me he tropezado: | | de un
perro los aullidos | | me han turbado los sentidos, | | y todo
junto asombrado. | | Para el ansia con
que vengo | | de recelar y temer, | | confieso que he menester | | de todo el ánimo que tengo. | | Pues
no suelo ser cobarde, | | ¿yo temores y yo espanto? | | Mas el
ver que temo tanto | | me avisa de que me guarde. | | Tal
estoy, que si no fuera | | que soy fiel amante en fin, | | y la
pared del jardín | | he saltado, me volviera. | | Pero
de mí el temor huya; | | que por Nísida querida | | aventuraré una vida, | | que la estimo por ser suya. | | De las pruebas que su amor | | ha hecho
en mi pensamiento, | | es ésta una, y no miento | | si digo
que es la mayor. | |
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Sale NÍSIDA por otra puerta.
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NÍSIDA | ¿Si habrá
mis ojos llegado? | |
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CELAURO | ¡Oh, agüeros! No puedo veros, | | que siempre sois verdaderos, | | cuando un hombre es desdichado. | |
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NÍSIDA | ¡Qué escura
noche, qué fiera! | | Siempre le espero con sustos. | |
¡Qué caro compra los gustos | | quien, como yo, los espera! | |
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CELAURO | Cierto,
es ella. | | En viendo mi clara estrella, | | todo es cielo para
mí. | | Ya el miedo quitó
la venda | | a mis temerosos ojos, | | ya no temo sus enojos, | |
ya no hay cosa que me ofenda. | |
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NÍSIDA | ¿Es
posible que te veo? | | Dame, amigo, mil abrazos | | porque mueran
en tus brazos | | los temores y el deseo; | | porque
deseo y temores, | | Celauro del corazón, | | desde que
ha que tuyos son, | | nunca se han visto mayores. | |
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CELAURO | Pues
ya me tienes aquí, | | y tan lleno de alegría, | | deja la melancolía. | |
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NÍSIDA | Si ella me dejase
a mí. | | ¡Ay mi bien! |
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CELAURO |
¿De
qué suspiras? | | ¿Cómo con tal desconsuelo, | |
después de mirar al cielo, | | vuelves llorando y me
miras? | | Tú me quieres acabar. | |
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NÍSIDA | No, mi Celauro querido, | | una niñería
ha sido. | |
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CELAURO | Y ¿ésa me quieres negar? | | Y
¿niñería entristece, | | mi vida, tu rostro bello? | |
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NÍSIDA | Es lo peor que hay en ello, | | que a mí
no me lo parece. | |
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CELAURO | Di lo que
es, de ti me quejo. | |
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|
NÍSIDA | De vergüenza te lo
callo; | | tocándome sin tocallo, | | se me ha quebrado
el espejo. | |
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NÍSIDA | Y ¿no es justo me aflija? | | La piedra
desta sortija, | | sin dalle golpe, ha saltado. | |
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|
CELAURO | (¡Cómo
dicen con los míos | | Aparte. | estos agüeros, ay
triste!) | | No creas, si lo creíste, | | semejantes desvaríos. | | Toma esta sortija, y yo | | ésa
llevaré, señora. | | ¡Ay cielos! |
|
|
NÍSIDA |
¡También
ahora | | la piedra désta saltó! | |
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CELAURO | ¿Quién
no siente, como siento, | | señales tan prodigiosas? | |
|
|
NÍSIDA | Mira, amigo, si estas cosas | | bastan a dar sentimiento. | | Celauro, ¡qué desventuras | | mi suerte infelice ordena! | |
|
|
CELAURO | ¿Quieres matarme de pena? | | ¿En agüeros y en locuras | | crees,
y con tanto extremo | | que te tienen dese modo? | |
|
|
NÍSIDA |
No las creo yo del todo, | | pero del todo las temo. | | ¡Soy
desdichada! |
|
|
CELAURO | ¿También | | con esto afligirme quieres? | | Porque pienso que lo eres, | | pues a mí me quieres bien, | | que
tengo culpa confieso | | en que estés desa manera. | |
|
|
NÍSIDA |
Mi desdicha no temiera, | | a no ser dichosa en eso. | |
|
|
CELAURO |
Y el haberme a mí culpado | | ha sido ignorancia mucha; | | porque hombre que tal escucha, | | no puede ser desdichado. | | ¿Quién
ha de romper los lazos | | de nuestros dichosos cuellos? | |
|
|
NÍSIDA |
La muerte podrá rompellos. | | ¡Bien haces en darme abrazos! | |
|
|
|
NÍSIDA |
Que
tus agüeros | | no se cansan de acordarme, | | mi Celauro,
que has de darme | | esta noche los postreros. | |
|
|
CELAURO | Sin
duda tu voluntad | | la muerte me da por paga; | | daréme
con esta daga, | | y habránte dicho verdad. | | Pero
tú a matarme aspiras, | | ofendiendo al corazón, | | pues en cualquiera razón, | | una saeta le tiras. | | ¡Vida
que el alma regala! | | ¿Sola, quién puede mirar | | estrella,
que, a mi pesar, | | tantas ruinas señala? | | Si
no quieres que estas vidas | | venga la tierra a tragar, | | o
que las anegue el mar | | de las lágrimas vertidas, | |
o que el fuego en que me quemo | | suba
donde el llanto subes | | o engendren rayos las nubes | | para
que me arroje el cielo, | | o que el
pecho, al daño abierto, | | despida la sangre roja, | |
o que muera de congoja, | | que esto será lo más
cierto, | | no consientas ni permitas | | que te vea como estás, | | esta vida que me das, | | que
es la misma que me quitas. | | No estés,
ángel, desa suerte, | | que es afligirme y morirte. | |
|
|
NÍSIDA |
No es deseo de afligirte, | | sino miedo de perderte. | |
|
|
CELAURO |
Deja ahora esas porfías, | |
muestra claro tu arrebol. | | Enjuga, pues eres sol, | | tus lágrimas
y las mías. | |
|
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NÍSIDA | ¡Ay
Dios, qué miedo me ha dado! | | Hacia allá siento
ruido. | |
|
|
CELAURO | Las fuerzas, con el sentido, | | en un punto
le han faltado. | | A su aposento he
de entrar, | | -¡A cuántas desdichas llego! | | pues de
la noche el sosiego | | me da ocasión y lugar. | | ¡Dichoso
e infelice amante, | | pues con suerte mala y buena, | | soy infierno
de mi pena, | | como de mi cielo Atlante! | |
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|
|
Éntrala
en los brazos, y sale LEÓNIDO de denoche.
|
LEÓNIDO | Atrevido pensamiento, | | que alcanzáis dichosa palma | | ¿por qué sois
ingrato al alma, | | pues volastes con su aliento? | | Con
las alas de mi fe | | tan alto venís a estar | | que ya
no os puedo alcanzar | | yo mismo, que os levanté. | | Gente
suena por allá: | | tres hombres, si no me engaño, | | se han parado. Caso extraño. | | Y tan tarde, ¿qué
será? | |
|
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Sale el REY y dos CRIADOS de denoche.
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REY | ¡Qué inmortal
desasosiego | | me aflige! Pero ¿qué ley | | sufre que le
quite a un rey | | un rapaz desnudo y ciego? | |
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LEÓNIDO |
Otro hombre viene, ¿qué es
esto? | |
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|
Sale CELAURO.
|
CELAURO | De mis desdichas
me admiro. | |
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REY | ¿Es verdad que a un hombre miro, | | y a tal
hora, en este puesto? | |
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CELAURO | Esta
gente a mí me espera; | | mas ya en la ocasión
estoy. | |
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REY | ¿El Infante? Dalde, muera. | |
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CELAURO | ¡Aquí,
cielos soberanos, | | defended a un ofendido! | |
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REY | A mis manos
has venido, | | y has de morir a mis manos. | |
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LEÓNIDO | ¿El
Infante? Ahora sí, | | pues en serville me empleo, | | he
de lograr un deseo | | que ha mucho que vive en mí. | | Éntrase en seguimiento de todos, y dice dentro. | ¡Mueran, señor, los traidores! | |
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|
CRIADO | ¡Líbreme
Dios de tu furia! | |
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Sale el REY, y cae, y LEÓNIDO
sale luego y va a darle.
|
REY | Hasta la tierra me
injuria. | | Son del cielo sus rigores. | | Darme
en tierra es villanía. | |
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|
Sale CELAURO.
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LEÓNIDO | ¿Y acometer
a uno tres | | fue gran prueba de hidalguía? | |
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LEÓNIDO | Por
su vileza | | ahora matarle quiero. | |
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CELAURO | Antes a tu golpe
fiero | | daré el pecho o la cabeza. | | El
Rey es. |
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LEÓNIDO | ¡El
Rey! Perdona, | | a tus pies estoy rendido. | |
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CELAURO | Y yo, hermano,
aunque ofendido, | | sé conservar tu corona. | | Arrodíllase.
| Permítelo el cielo
santo, | | porque en tan buena ocasión | | ese duro corazón | | se enternezca con mi llanto. | | No
quiero darte disculpa, | | que no hará mi causa buena | | pedir perdón de la pena | | y estar negando la culpa. | | Digo que soy un abismo, | | que es
la disculpa mayor; | | aunque los yerros de amor | | los disculpa
el amor mismo. | | Y si, a mi yerro
pasado, | | no hay disculpa que le cuadre, | | basta ver que de
tu padre | | soy un hijo desdichado; | | y,
que así, a pedir vengo | | de sus manos generosas | | perdón,
que por estas cosas | | le merezco, si le tengo. | | Y,
cuando mi gusto apruebes, | | dame a Nísida querida, | | que es mi vida, por la vida | | que, como has visto, me debes. | | Y si no ofrece perdones | | tu pecho,
de endurecido, | | por no haberte enternecido | | lágrimas
y obligaciones, | | toma y viértase
a porfía | | esta sangre que deseas, | | y verás,
cuando la veas, | | que es tan tuya como mía. | | Y
dirán que el pecho fuerte | | de un tirano fratricida | | porque le he dado la vida, | | me ha pagado con la muerte. | |
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REY | Bien pudiera perdonarte, | | pues
tu parecer apruebo, | | mas confieso que te debo, | | y que no
puedo pagarte, | | pues de tu ofensa
maldita, | | ese proceder honrado, | | la obligación me
ha quitado | | y la rabia no me quita. | | Ya
sé que si se derrama | | tu sangre por ti en mi mengua, | | nadie negará la lengua | | a la boca de la fama. | | Pero
aunque infame me llame | | el mundo por no guardalla, | | a trueco
de derramalla, | | tomaré el nombre de infame. | | Dale a LEÓNIDO la espada de CELAURO. | Dale
tú, por vida mía, | | la muerte con esta espada. | | Será mi honra restaurada. | |
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CELAURO | ¿De qué
Nerón, o otros tales, | | esto se escribió jamás? | | Dame la muerte, y darás | | fin con ella a tantos males. | |
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LEÓNIDO | Viendo que la muerte
ofreces | | a quien la vida te ha dado, | | aunque rey te hayan
llamado, | | a mí no me lo pareces; | | y
pues lo dudo, bien sé | | que tu crueldad mereciera | |
que a ti la muerte te diera, | | que me mandas que le dé. | | Mas con ver tu injusto trato, | | tan
poco en él te parezco, | | que a injusto rey no obedezco | | y a rey en duda no mato. | | ¿Con qué
corazón te plugo, | | de dos que te dan la vida, | | ser
del uno fratricida, | | y hacer al otro verdugo? | | Honrado
oficio me das | | porque no te di la muerte. | | Si tú pagas
desa suerte... | | ¡fieles vasallos tendrás! | | Si
eres, como dices, rey, | | ¿es muy bueno que los reyes | | nos
pongan y quiten leyes, | | y no sepan guardar ley? | | Al
que estas leyes pregona, | | merecería por ello | | que
se le bajase al cuello, | | a ser lazo, la corona. | | Pero
aunque yo te condene, | | seguro puedes estar | | que no te podrá
ahogar, | | porque muy ancha te viene. | | Por
ella puedes volver, | | si a lo que es justo se ajusta; | | porque
no viniendo justa, | | está cerca de caer. | | Esto
sí que es razón que apruebes, | | y no ser tan
inhumano | | con un hombre que es tu hermano, | | y el mismo a
quien se la debes. | |
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CELAURO | (El cielo
le habrá enviado | | a valerme). |
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REY | ¡Oh
fementido!, | | pues entre ovejas nacido, | | y en estos montes
criado, | | ¿me vienes a reprender? | | Si el oficio no te plugo | | de verdugo, y soy verdugo, | | tuyo
y suyo lo he de ser. | | Pasaré
con esta espada | | ese pecho. |
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LEÓNIDO | Eso
sería | | a no tener yo la mía | | a su defensa obligada. | | Cobra CELAURO la espada. | Tente, Rey. |
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CELAURO | Pues ésta volvió a mi mano, | | ¿mataré a este rey tirano? | |
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LEÓNIDO | Ni eso
sufriré tampoco. | | Tú
con el nombre le amparas. | |
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CELAURO | ¿Tú le defiendes?
¡Afuera! | |
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LEÓNIDO | Nunca yo le defendiera, | | si nunca
tú le nombraras. | |
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REY | ¿Que
me sirva de embarazo | | un villano desta suerte? | |
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LEÓNIDO | Ninguno levante el brazo | | ni pretenda ser cruel, | | mientras
yo soy obligado, | | como fiel y como honrado, | | destas balanzas
el fiel. | | Y si alguna sin compás | | más pesada viene a ser, | | a la otra he de valer, | |
porque venga a pesar más. | | Reportaos
o, ¡vive Dios!, | | que el que más fuere importuno | | pensará
reñir con uno, | | y habrá de rendirse a dos. | |
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CELAURO | Yo con tu gusto convengo, | | y respeto tu valor; | | que conozco harto mejor | | la obligación
que te tengo. | |
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|
REY | Siendo rey, no
puedo yo | | ser de un villano homicida. | |
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LEÓNIDO | Si no
te cansa la vida, | | por ser de quien te la dio, | | toma
el irte por partido: | | que el furor que te importuna | | da tientos
a tu fortuna, | | que favorable te ha sido. | |
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|
REY | ¡Que
me afrenta un hombre vil! | |
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|
LEÓNIDO | Contra ti está
la razón | | y dos espadas, que son | | en nuestras manos
dos mil. | |
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|
REY | Iréme, y no porque
alcanza | | mi valor miedo, eso no, | | mas porque con irme yo | | asiguro mi venganza; | | pues de podella
tomar | | y no erralla, deste modo | | mi reino y el mundo todo | | en mi fuego he de abrasar; | | porque
será de manera | | que nadie podrá estorballo. | |
|
|
LEÓNIDO | Sube, Rey, en tu caballo, | | que atado a un
roble te espera. | | El consejo que
te doy, | | para tu remedio aplica; | | sube en el caballo y pica. | |
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Vase el REY. Abraza CELAURO
a LEÓNIDO.
|
CELAURO | Fiel
reparo de mis menguas, | | dame los brazos, que en ellos, | | mi
gusto, más que cabellos, | | quisiera abrazos y lenguas; | | lograran mis esperanzas, | | con esto,
los cielos santos, | | porque así te diera tantos | | abrazos
como alabanzas. | | Extremo de honrado
y fiel, | | llégate más, que sospecho | | que está
deseando el pecho | | que te metas todo en él; | | toda
la sangre se altera | | entre alegres sobresaltos, | | y el corazón,
dando saltos, | | darte las gracias quisiera. | |
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|
LEÓNIDO |
Suelta, señor, estos lazos, | | que estoy corrido y turbado | | de que, sin haber besado | | tus
pies, me dieses abrazos; | | dámelos,
mi gusto apocas, | | que por tan alto interés, | | para
besarte los pies, | | quisiera infinitas bocas: | | esta
merced has de hacerme. | |
|
|
CELAURO | Basta; que la fe te doy | | de
que lo poco que soy | | es tuyo. ¿Quién a valerme | | te
trujo? Que a pensar vengo | | que, a esto, del cielo vienes. | |
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|
LEÓNIDO | La mucha razón que tienes | | y el deseo
que yo tengo, | | que es de servirte,
y ha mucho | | que vive. |
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LEÓNIDO | Con lágrimas me enternezco | | cuando tus cosas escucho. | |
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|
CELAURO | Mucho
debo a tu valor, | | ¿también mis desdichas sabes? | |
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LEÓNIDO |
Nunca se esconden las graves, | | mas, por sabellas mejor, | |
de ti querría sabellas. | |
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CELAURO |
Porque gustas de escuchallas, | | y porque gusto contallas, | | a ti, que te dueles dellas, | | las
diré. |
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LEÓNIDO | Desa
manera | | pagarme hubieras podido, | | cuando lo que te he servido | | a tu valor no debiera. | |
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CELAURO | Cuando
por causas tan dichas | | salí de Hungría por
horas, | | con tal peligro, que a mí | | no me parecieron
cortas, | | fui a valerme de los reyes | | de Ingalaterra y Escocia, | | y de mis quejas movidos, | | de sus gentes y a su costa, | | juntaron
tan grande armada, | | que no fue menos famosa | | que la que el
griego ofendido | | pasó desde Grecia a Troya. | | Salí
triunfando con ella, | | pronosticando victoria, | | con piezas
de artillería, | | cajas, clarines y trompas, | | y tremolando
a los vientos, | | que apaciblemente soplan, | | flámulas
y gallardetes, | | banderas y banderolas. | | Navegamos quince
días; | | mas la fortuna invidiosa | | sacó los contrarios
vientos | | de las cavernas más hondas, | | de cuya furia
incitadas, | | se enfurecieron las olas, | | y murmurando su agravio, | | bramaron sus voces sordas; | | vieras abrirse las naves, | | dando
en escollos furiosas, | | y otras hacerse pedazos, | | batidas
unas con otras, | | y las que hicieron más agua | | que
echar pudieron sus bombas, | | enteras las traga el mar, | | ¡triste
y miserable cosa! | | Con esto, de las que quedan | | los pilotos
se alborotan, | | suenan las confusas voces, | | de mal entendidas,
roncas. | | Unos dicen: «Zía, zía». | | Otros dicen:
«Boga, boga». | | Unos: «Esfuerza el timón». | | Otros:
«Afirma la escota». | | Y los más dicen: «Amaina | | las
velas y las congojas». | | Al tiempo piden clemencia, | | y al
cielo misericordia; | | unos rendidos y humildes, | | la muerte
que esperan lloran, | | y otros, de una tabla asidos, | | furiosos
al mar se arrojan, | | quién promesas hace al cielo, | | y quién muerto de congoja, | | sus pecados dice a voces, | | si hay alguno que los oiga. | | Viendo desdichas tan grandes, | | imposibles y forzosas, | | mira yo cual estaría, | | como
la causa de todas. | | Al fin, pasados tres días, | | con
sus noches tenebrosas, | | san Telmo puso en la gabia | | su señal
maravillosa. | | A mi nave general | | pudieron seguilla pocas, | | mas la mitad de la armada | | recogí, perdida y rota. | | Quise así probar mi suerte, | | y fue tan poco dichosa, | | que, de mi hermano vencido, | | perdí la opinión
en todas. | | No escapó de muerto o preso | | sino sola
mi persona, | | y tanto, que desde entonces | | siempre la he tenido
sola. | | Probara otra vez ventura, | | mas de mi Nísida
hermosa | | las lágrimas me entretienen, | | y me entretienen
las glorias. | | En casa una muda triste, | | ha un año
que vivo a solas, | | con ella y una hija suya, | | tan niña
como graciosa, | | pues, con su ingenio y donaire, | | entre flores
y otras cosas, | | lleva a Nísida papeles, | | y con la
respuesta torna | | desta casa de placer, | | adonde la Reina llora | | sus pesares, porque el Rey | | la aborrece hasta la sombra. | | Aquí a mi Nísida veo, | | que hubiera de verse
agora | | sin tal gusto, a no valerme | | esas manos milagrosas. | | Con esta gloria sin gusto, | | con esta vida sin honra, | | espero
siempre los fines | | de mi lamentable historia. | |
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LEÓNIDO |
De tus lágrimas es cierto | | enternecerse una peña. | |
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Salen a una ventana NÍSIDA y la INFANTA.
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NÍSIDA | Mi Celauro ¿estás
herido? | |
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CELAURO | No, mi bien, no tengas pena, | | que fue mi
suerte tan buena... | | ¡y tan buena como ha sido! | |
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INFANTA | Bueno fuera haberle muerto | | las heridas que no tiene. | |
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INFANTA
Y | la que a servirte vengo, | | pues ha dos horas que tengo | |
casi sin alma tu vida. | |
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LEÓNIDO | Ya
el sol para mí ha salido. | |
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CELAURO | Hubiéranmela
quitado, | | mas un ángel ha llegado, | | y de mi guarda
lo ha sido. | | Mira si le debo a Dios, | | señora, más que ninguno, | | pues que todos tienen
uno | | y yo agora tengo dos. | |
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NÍSIDA | ¿Quién
es, que tanto consuelo | | vino a darme? |
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LEÓNIDO | Un
ángel es, | | que ha poco está en el cielo. | |
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|
INFANTA | ¿Quién otro hiciera tal cosa? | |
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NÍSIDA | Su hazaña maravillosa | | le agradezco
yo y le alabo. | | Con todo, amigo,
sospecho | | algún mal. |
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CELAURO | No
pienses tal. | | ¿Cómo puede tener mal | | quien te tiene
a ti en el pecho? | |
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CELAURO | Bueno estoy, no hay que dudar. | |
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|
NÍSIDA | La pared vuelve a saltar, | | que yo misma quiero
vello. | | No fío de mi ventura: | | adonde sueles me aguarda, | | pues el ángel de tu guarda | | las espaldas te asegura. | |
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CELAURO | Espérame,
mientras voy | | a sacalla de cuidado. | |
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LEÓNIDO | Bien puedes
ir confiado, | | y seguro que aquí estoy. | | A
la ventana se queda, | | ¿osaré hablalle? Sí haré. | | El cielo esfuerzo me dé | | si quiere que hablalle pueda. | |
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|
INFANTA | Pues ¿no me hablas, Leónido? | |
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|
LEÓNIDO | Bien quedaré disculpado, | | pues parecí
descuidado | | por no pecar de atrevido. | |
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|
INFANTA | ¿Faltado
te ha atrevimiento? | | ¡Pues no te falta ventura! | |
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|
LEÓNIDO
A | contemplar tu hermosura | | se levanta el pensamiento. | | Envióle
el alma esenta, | | de merecimiento falto, | | y desvanecido de
alto, | | vino a caer en la cuenta; | | y
como en ella ha caído | | humilde a tan grande alteza, | | llorando está mi bajeza, | | de mi bajeza ofendido. | |
|
|
INFANTA | Si es que mi alteza te espanta, | | antes, en vez de afligirte, | | de consuelo ha de servirte | | el imaginar que es tanta | | y está
en tan alto lugar, | | que, cuando a tu humilde estado | | mucha
parte le haya dado, | | le sobrará para dar; | | a
tu suerte te encomienda, | | no desconfíes, pues vemos | | que siempre de dos extremos | | se hace un medio que no ofenda. | | Si yo de mi calidad | | la mitad te
diese a ti, | | ¿sería posible así | | merecer la
otra mitad? | | Mas mi libertad es poca, | | ¿cómo excusará mi mengua, | | si amor me mueve
la lengua? | |
|
|
LEÓNIDO | Señora, ¿qué desa
boca | | escucho razones tales? | | ¿Si
es que estoy soñando agora? | | ¿Quién ha de igualar
ahora | | extremos tan desiguales? | | Los
que me dices entiendo | | que un medio pueden hacer, | | mas ¿qué
importa si ha de ser | | bajando tú, y yo subiendo? | |
Y lo que te oí decir | | tanto
me pudo obligar, | | que por no verte bajar, | | no me está
bien el subir. | | Pero ya el Infante
siento, | | que de la muerte me ampara, | | porque si un poco tardara, | | me hubiera muerto el contento. | |
|
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LEÓNIDO | Ya en otro
ser me conviertes. | |
|
|
INFANTA | Pues tienes los brazos fuertes, | | séalo el pecho también. | |
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Sale CELAURO.
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LEÓNIDO | ¿Qué hay, señor? De mí
te fía. | |
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|
CELAURO | Ahora amanece el día | | que ha
de ser en mí el postrero. | |
|
|
LEÓNIDO | ¿Qué
tienes? ¿Qué daño esperas? | | ¿No soy yo para
estorballo? | |
|
|
CELAURO | Gente de a pie y de a caballo, | | tres
carrozas, seis literas, | | llegaron
en este punto. | | Pues a tal hora han llegado, | | de aquel enemigo
airado | | el mayor daño barrunto. | | Para
morir me aparejo, | | que me acaba este cuidado. | | Pues que la
vida me has dado, | | ven y me darás consejo. | |
|
|
LEÓNIDO |
¿Ahora el valor despides? | | Gobiérnate
de otro modo. | | Si quieres romper con todo, | | en mí
tendrás otro Alcides. | | Y en
esta ocasión que toco, | | con hartas cosas me fundo, | | que oponerme a todo el mundo, | | llevando tu lado, es poco. | | Mira si desto te agradas, | | ya que
a tu lado me pones, | | que, donde hay tantas razones, | | harto
habrá con dos espadas. | |
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|