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Las bodas de Camacho el Rico

Comedia pastoral


Juan Meléndez Valdés



Portada



TEATRO DE LA CRUZ,
QUE OCUPA LA COMPAÑÍA
DE MANUEL MARTÍNEZ.




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Loa

Para Las bodas de Camacho el Rico


PERSONAJES
 
ACTORES
 
LA PAZ. MARÍA DEL ROSARIO FERNÁNDEZ.
EL CELO DE MADRID. JUAN RAMOS.
EL VALOR ESPAÑOL. VICENTE GALVÁN.
EL COMERCIO. SIMÓN DE FUENTES.
EL INGENIO. MANUEL GONZÁLEZ.
LA AGRICULTURA. JOSEPH MARTÍNEZ HUERTA.
LA POESÍA. ANTONIO DE ROBLES.
LA MÚSICA. FRANCISCO RAMOS.
EL TIEMPO. MANUEL MARTÍNEZ.
LA ADMIRACIÓN. MIGUEL GARRIDO.
LA FELICIDAD. ANTONIA DEL PRADO.
FAMA I. NICOLASA PALOMERA.
FAMA II. ROSA PÉREZ.
 

El resto de individuos de ambos sexos de la compañía, y algunas comparsas agregados:

 
PERSONAJES QUE NO HABLAN
 

 
LAS CUATRO PARTES DEL MUNDO.
LAS TRES NOBLES ARTES.
LA INDUSTRIA.
Guerreros con el VALOR.
Comparsas de las naciones convenidas por la Paz.
 

La acción se supone en un bosque en las cercanías, y de la jurisdicción de Madrid.

 

Escena I

 

Al levantar la cortina aparecen el teatro de vistosa y frondosa selva, con un magnífico templo, o peristilo rodeado de laureles al lado derecho, y de árboles frutales al izquierdo: la fábrica será de bello y blanco alabastro, cuya arquitectura estará moldeada de oro, y festonada de flores al gusto y acreditada inteligencia del director de las escenas: se ascenderá por tres gradas a la ara que habrá en medio, o en el centro en forma de cilindro de la propia piedra; y en el friso se leerán las letras de oro que digan: PACI ORBIS TERRARUM.

 
 

En los sitios más avanzados del teatro, y sobre dos ribazos de yerbas floridas, se verán a la derecha recostada la POESÍA escribiendo, y la MÚSICA a la izquierda sentada con una lira en acción de acompañar su canto: por detrás de ellas aparecerán dos hermosas nubes, y en ellas se irán elevando poco a poco dos FAMAS: delante del templo estará MADRID representado por el CELO suyo en figura heroica, armado de cota escamada de plata, y al pecho un corazón de fuego pendiente de una cadena de oro, casco de acero, montado de ramas de madroño, laurel y oliva, una lanza en la mano derecha, y en el izquierdo brazo un escudo de plata con las armas de Madrid: tendrá recogido el manto imperial con aire gracioso, y estará reconociendo y admirando el templo: después del cuatro saldrá el TIEMPO de gala con sus atributos.

 
 

POESÍA. MÚSICA. Las dos FAMAS.

 
 

(A cuatro.)

 
Del mundo interesados
en la felicidad,
a ejemplo de Madrid,
venid, venid a dar
aplausos al honor, 5
tributos a la Paz.
 

(A dúo POESÍA y MÚSICA.)

 
Pueda entre sus laureles
el honor descansar.
 

(Las dos FAMAS a dúo.)

 
La Paz reciba cultos
de la fidelidad. 10
 

(A cuatro.)

 
A ejemplo de Madrid,
venid, venid a dar
aplausos al honor,
tributos a la Paz.
TIEMPO
Esas voces que suenan placenteras, 15
y que dos Famas por el mundo esparcen,
heroico Celo de la ilustre villa
de Madrid, cuyo símbolo, hacen fácil,
más que el escudo que te adorna el brazo,
las verdes ramas, y el heroico traje: 20
esas voces repito, que convidan
a la felicidad, a ti me traen,
curioso por saber si a las que tienes,
aún puedes añadir felicidades.
MADRID
Después te las diré: permite ahora 25
que nuevamente de mi celo inflame
la pluma, el instrumento y la carrera
de quien dicta, quien canta, y quien aplaude.

 (A la POESÍA.)  

Genio patricio, en cuya dócil pluma
alma tal vez Apolo inspira suave, 30
ya ves las intenciones de la mía;
grande el asunto es.
POESÍA
Pero es tan grande,
que cuanto más le estudia, es al discurso
más imposible de desempeñarse.
MADRID

 (A la MÚSICA.)  

Y tú, Genio, de ciencia lisonjera, 35
cuyas maestras fueron las deidades
inventa nuevos tonos, que dupliquen
la armonía de versos y de bailes.
MÚSICA
Si el metro es digno de tan alta idea,
¿qué lira puede haber que le realce? 40
MADRID

 (A las FAMAS.)  

Y vosotras, ¡oh hijas de la tierra!
moradoras eternas de los aires,
alzad el vuelo, prevenid las trompas,
y publicad en las inmensidades
del orbe de la tierra los esfuerzos 45
del ansioso Madrid, porque se ensalcen
el honor de las Armas Españolas,
y la paz que le da Carlos el Grande.
 

(Recitado.)

 
FAMA I
Albricias, españoles:
FAMA II
Sea, para bien universal, mortales: 50
FAMA I
Que llegó el suspirado feliz día,
que a vuestros ojos cierra
su templo el feroz Numen de la guerra.
FAMA II
Ya los estruendos de la artillería
substituye la plácida armonía, 55
que os llama de la Paz al Templo honroso,
que Madrid la dedica generoso:
FAMA I
Para que gratos a sus beneficios...
 

(Las dos.)

 
... vengáis a tributarla sacrificios.
 

(Aria a dúo y ECOS.)

 
FAMA I
En los acampamentos 60
la música marcial
publique ya festiva
los ecos de la Paz.
ECOS
Viva la Paz,
viva la Paz. 65
FAMA II
La Industria y el Comercio
aplaudan en el mar
con saludos corteses
los bienes de la Paz.
ECOS
Buen viaje, 70
buen pasaje,
viva la Paz,
viva la Paz.
FAMA I
También las nobles Artes
celebren en su afán 75
los premios y el aplauso
que produce la Paz.
ECOS
Viva la Paz,
viva la Paz.
FAMA II
Y los pastores, 80
y labradores
en sus cabañas
y sus campañas
ya desde hoy más:
 

(Las dos FAMAS a dúo con flautas.)

 
Aligerados 85
de sus tributos,
y enamorados,
verán los frutos
que trae la Paz.
ECO

 (Solo.)  

Verán los frutos 90
que trae la Paz.
 

(A cuatro.)

 
Y en las cabañas
y las campañas
dulces sus ecos
resonarán. 95
 

(Todos los coros de los ECOS unidos y las dos FAMAS.)

 
Viva la Paz,
viva la Paz.
 

(Al tiempo de concluir el coro general, se ocultarán del todo las tramoyas de las dos FAMAS.)

 


Escena II

 

MADRID. El TIEMPO. POESÍA. MÚSICA. ADMIRACIÓN, que sale manifestando su carácter.

 
ADMIRACIÓN
¡Que es esto! ¿Desde cuándo acá la Fama
toleró competencias de su imagen?
¿No bastó una para hacer notorias 100
de tantos siglos tantas novedades?...
Este gozo que sube, y que se extiende
cual el humo veloz, ¿de dónde nace?...
¡Aquí que nuevo templo!... A tantas cosas
no puede haber admiración que baste. 105
MADRID
¿Quién eres, peregrino, que dudoso,
o admirado, los pies mueves cobarde?
ADMIRACIÓN
La misma Admiración.
MADRID
¿Y qué te para?
ADMIRACIÓN
Un cúmulo de causas admirables
que mi oído fatigan y mis ojos 110
a un tiempo, todas y en distintas partes.
MADRID
Pues porque te sosiegues, te recobres,
y te prevengas para en adelante
a mayor novedad, oye.
ADMIRACIÓN
¿Y quién eres
tú que ufano el blasón de Madrid traes 115
por divisa?
MADRID
Soy quien le representa
como fiel Celo suyo; y a quien cabe
porción de los desvelos, que su ilustre
cuerpo ha tomado, para que parase
la admiración del público los pasos 120
de su curiosidad, siempre insaciable.
ADMIRACIÓN
Pues ya lo consiguió: ya me detuvo.
MADRID

 (A la ADMIRACIÓN.)  

Hablando, pues, con ambos, tú no extrañes
ver emplear dos Famas, cuando intento
celebrar tantas glorias como añade 125
la Casa de Borbón a sus antiguas.
Siempre dudé que una las bastase:
y lo dudó ella propia, pues me dijo:
«Si quieres que te sirva, y que yo inflame
el espíritu y voz del prodigioso 130
número de las gentes; dame, dame
nuevas lenguas, que ya cansé las ciento:
y prevén de más sólidos metales,
y más sonoros otros cien clarines,
que esfuercen hoy mi voz, y la dilaten. 135
Dos siglos ha que puso sobre el Sena
la Casa de Borbón el pie triunfante:
y ha dos siglos también que sus conquistas,
la razón de su estado formidable,
su extensión, y el temor de sus contrarios, 140
al escuchar crujir los tafetanes
en medio de las filas combinadas
de los franceses y españoles Martes,
me ocupa de manera, que es preciso
que cualquiera otro asunto le desaire: 145
ni esto es justo, ni yo tengo más fuerzas».
Calló la hermana vil de los Titanes;
y habló Madrid, diciéndola: «Descansa;
que ya imagino de mejor linaje
nueva Fama Católica Española, 150
que con más clara voz divulgue, y, cante
por otros muchos siglos de las Lises
triunfos, aumentos, y tranquilidades».
Esto dijo y el cuerpo de la Fama,
que imaginó Madrid, se vio en el aire. 155
Se estremeció la antigua; y envidiosa,
de ver su compañera prepararse
al fin glorioso para que nacía,
alzó el vuelo también, y desde el aire
émulas una de otra en el empeño, 160
dividieron el mundo en dos mitades.
TIEMPO
Con giro tan veloz, voz tan robusta,
que de toda la tierra, y de los mares
nos vuelven ya los ecos.
MADRID
¡Dulces ecos
de la Paz, con que alientan y renacen 165
valor, ingenio, tráfico, y labranza,
en el campo, el taller, plazas y valles!
ADMIRACIÓN
¿Y este templo?
MADRID
A la Paz se le dedico,
que le merece bien huésped tan grande.
Y tú, Tiempo cruel, a cuyo impulso 170
no hay monumento sólido de jaspe,
de mármol, o metal, que se resista:
devorador de imperios, de ciudades,
fábricas, y hombres, mírale sin ceño:
no se acerquen jamás a sus umbrales 175
la ruina, y el olvido: a cargo tuyo,
pongo su duración: en que afiancen
las glorias de esta paz, y de su augusto
y digno protector, perpetuidades.
TIEMPO
Yo lo prometo: y tú no desconfíes; 180
pues en vano me fueron respetables
héroes insignes, y acontecimientos
de otros siglos, habiendo, en mi dictamen,
tantas ventajas en los que hoy celebras
a cuanto tengo escrito en mis anales. 185
ADMIRACIÓN
¿Y allí tan distraídas, o atareadas
la Poesía y Música, qué hacen?
POESÍA
Yo descurrir en vano idea digna
que los deseos de Madrid iguale:
MÚSICA
Y yo desesperar de encontrar tonos 190
a que sus expresiones no aventajen:
POESÍA
Y arrojando la pluma...
MÚSICA
Yo la lira:
POESÍA
Iré a solicitar otra más hábil.
MÚSICA
Otra más diestra imploraré rendida...
LAS DOS
... que de tu celo las fatigas calmen. 195


Escena III

 

MADRID. El TIEMPO. La ADMIRACIÓN.

 
MADRID
Música, Poesía, sin vosotras
¿qué regocijo puede haber que sacie
el público embeleso?
TIEMPO
No discurras,
que es huir del empeño, el retirarse
donde...
 

(Preludio.)

 
ADMIRACIÓN
¡Pero qué es esto?
MADRID
Otro motivo
200
mayor que se presenta de admirarte.


Escena IV

 

MADRID. El TIEMPO. La ADMIRACIÓN. La PAZ. El VALOR. El INGENIO. La AGRICULTURA. El COMERCIO. Las ARTES. La INDUSTRIA. Las ESTACIONES DEL AÑO. Las CUATRO PARTES DEL MUNDO. Guerreros heroicos con el VALOR. Vasallos de las potencias pacificadas, que sobre un pavés conducen a la PAZ en triunfo.

 
 

Marcha majestuosa. Saldrán por la izquierda el INGENIO: seguirán las NOBLES ARTES, e INDUSTRIA, y luego varios guerreros, concluyendo el VALOR a caballo. Por la derecha, la AGRICULTURA, las CUATRO ESTACIONES, y luego el COMERCIO seguido de las CUATRO PARTES DEL MUNDO, presidiendo la PAZ, sostenida de cuatro comparsas, vestidos en traje español, inglés, moro, y turco. La ADMIRACIÓN, y el TIEMPO ocupan las dos puntas del tablado. MADRID acude al obsequio de la PAZ; y habiéndose apeado esta, y el VALOR, queda en medio, y los demás en los proporcionados lugares de su representación, formando el más grato, y magnífico espectáculo a la vista.

 
MADRID
Paz, de las gentes tan desconocida,
y suspirada en las adversidades,
obras son tuyas las satisfacciones,
que goza España, y a Madrid persuaden 205
a que en memoria de tus beneficios
ese pequeño templo te consagre;
no menos digno que el de Vespasiano,
siendo aquí el Celo superior al Arte.
VALOR
A gozar los laureles de tu sombra, 210
llega el Valor pacífico y triunfante,
y a colgar de tu templo en las paredes
los ajenos y propios estandartes,
que opuestos tremolaban, y ya unidos
alfombra tuya son, con estas llaves 215
del negro calabozo, en que las furias
quedan presas del ya templado Marte.
Aquesta gala que mi edad desmiente,
usada solo en las solemnidades,
y está segur que le quité a la muerte, 220
porque mate sin ira, ya que mate,
te acrediten que viven hoy los hombres
con más seguridad de sus instantes:
que ya no soy el tiempo que anunciaba
sustos, estragos y calamidades: 225
y en el orden de su naturaleza
todo puesto por ti, bien como antes
vía el padre morir al fuerte hijo,
verá el hijo morir al débil padre.
INGENIO
Verá el Ingenio adelantar la Industria, 230
que aquí te ofrezco con las nobles Artes,
que animó de Borbón la Augusta Casa
para que su esplendor perpetuasen.
COMERCIO
Florecerá el Comercio a quien franqueas
por la tierra y el mar seguridades 235
en los más bravos climas y remotos
del mundo: y a tus pies sus cuatro partes
autora de su bien te reconocen,
su numen tutelar, y en tus altares
de sus minas, sus frutos, y sus gentes 240
serán los sacrificios incesantes.
AGRICULTURA
¡Oh! ¿Qué te dirá la Agricultura,
a quién ofreces para sus afanes
compañeros gloriosos, que cultiven
lo que ellos mismos defendieron antes? 245
A ti desde la Aurora sus canciones
dirigirán alegres mis zagales,
ínterin herbajean sus ganados,
y apuran los arroyos saludables.
Por ti los ambiciosos cosecheros, 250
y contra sus hermanos auxiliares
de la calamidad, harán patentes
los silos de sus granos abundantes,
que ocultó la codicia de la guerra,
y los vasallos sin temor, ni hambre 255
harán las poblaciones más fecundas,
más útiles, más ricas y sociables:
y a ti del daño, en fin, las Estaciones
sus productos por víctima te traen,
esperando prosperes sus olivos, 260
sus flores, sus espigas y frutales.
PAZ
¡Oh Celo equivocada! Yo agradezco
el alborozo, que en las varias clases
del Estado los ecos de mi nombre
han producido; por recompensarle 265
viviré con vosotros, nunca escasa
de mis auxilios, entre vuestros lares.
Pero ni esos tributos, ni este templo
puedo admitir sacrílega. Más grande,
más poderoso numen es el móvil 270
de que oiga España en vez de los insuaves
alaridos y estruendos de la guerra,
cánticos a mi nombre universales.
No soy la causa yo; soy puro efecto,
como esos bienes, de la impenetrable 275
Providencia Divina, que así premia
las virtudes de un rey, y las lealtades
de los buenos vasallos. El más justo,
más gratificador, más respetable,
y más amado rey Carlos Tercero, 280
el Católico es a, quien hoy abre
sus tesoros el Cielo, y él al mundo
es el que por mi mano los reparte.
De su mérito público y privado
hechura simple soy: y así su imagen 285
es digna solamente de aras, templos,
memorias y obeliscos inmortales.
VALOR
Viva Carlos, y el Templo prevenido
por Madrid a la Paz se le consagre.
MADRID
No lo consentiré; que tiene otros 290
más dignos, permanentes y apreciables.
TIEMPO
¿Y dónde existen?
MADRID
En los corazones
de sus vasallos, templos de diamante,
donde la envidia de sus enemigos
a cada golpe un resplandor añade. 295
La historia, y la experiencia desengañan
de que no hay bronce, o mármol tan durable,
que no se rinda al tiempo, o al capricho
soberbio de un tirano dominante.
Solamente las almas son eternas: 300
lo que en ellas se graba inseparable
les será para siempre. Nuestras almas
serán templos de Carlos más constantes,
y en los ánimos tiernos esculpido
de nuestros hijos este fiel carácter 305
nacional, durará de unos en otros,
sin acabar, hasta que todo acabe.
Así piensa Madrid: y por sus reyes
está pronto a firmarlo con su sangre.
ADMIRACIÓN
¡Admiro tu lealtad!
VALOR
Y siendo justo
310
que la Paz tus obsequios no desaire
ponga su blanco pie sobre ese mármol.
PAZ
Más digno eres, Valor, tú de ocuparle.
VALOR
¿Yo?
PAZ
Sí: pues con tus glorias y tus triunfos
estos obsequios me proporcionaste. 315
VALOR
Tú eres más digna, como a los vasallos
de Carlos más benéfica y amable.
PAZ
Por ti el primer Borbón puso glorioso
los pies invictos sobre Manzanares,
y sobre el Mar Tirreno el joven Carlos. 320
Tú en Veletri su vida reservaste,
donde al crudo rugir de los leones
las águilas volaron imperiales.
Tú diste franca entrada a sus banderas
en Almeida y Mahón. Tú destrozaste 325
las enormes defensas de su isla:
y la Florida tú le conquistaste,
occidental de los britanos fieros.
VALOR
Es verdad; mas por ti le vio triunfante
Roma entrar por sus puertas: y abrazado 330
del científico, justo y Santo Padre
Benedicto, ofrecerle en sacrificio
mil victorias, por no verter más sangre
católica. ¡Oh virtud de aquella insigne
cabeza de la iglesia militante! 335
Tú en Toscana, Palermo, las Sicilias,
Parma y Veletri de sus populares
aclamaciones, y de las más serias
autora fuiste. Tú te dilataste
por él hasta los campos que fecundan 340
todo el Danubio, el Nilo y el Éufrates.
El Bósforo también besó tus plantas:
y sentada en la popa de las naves
españolas a tu rey harás eterno,
y el Comercio dichoso por los mares 345
Atlántico y Euxino, Negro, Roxo,
y aunque al Golfo de Persia te dilates.
Y en fin, Carlos por ti nuevos dominios
también logró, que su corona esmalten.
PAZ
Los viles herederos de Numidia 350
(los argelinos) tú le escarmentaste.
VALOR
Y tú le has convertido en siglo de oro
el que empezó de acero.
PAZ
No te canses,
que es más feliz por ti.
VALOR
Por ti lo ha sido.
ADMIRACIÓN
¿Y puede haber aún más felicidades? 355
MÚSICA

 (Dentro.) 

Sí.
ADMIRACIÓN
¡Qué nuevo prodigio se avecina!
PAZ
Hermosa luz de rayos celestiales
sobre el Templo desciende, y le circunda
para que se ilumine, o que se abrase.


Escena V

 

La FELICIDAD. Las dos FAMAS. Y los antecedentes actores.

 
 

Las dos FAMAS saldrán en sus tramoyas por los lados opuestos que entraron. Cantan su dúo, e ínterin va siguiendo su descenso un dilatado y extenso resplandor de ráfagas de velillo de plata, y nubes de colores tiernos, y bien iluminadas, que ha de ocupar toda la parte superior del foro, dejándose ver las ráfagas por los intercolumnios del templo. En medio de esta máquina se verá un trono, en que viene sentada la FELICIDAD con la mayor pompa, y quedará colocada oportunamente sobre la cúpula del mismo templo. Al rededor del trono y extendiéndose hasta ocultar sus extremos entre los respectivos bastidores, se pondrá un semicírculo, que figure el Zodíaco con los que alcance, bien distinguidos y pintados sobre transparentes y delgados lienzos: disponiendo que caiga sobre la FELICIDAD perpendicularmente el de Géminis, que serán dos bellos Niños desnudos de relieve con vendajes de oro a la cintura, enlazados por los brazos y en acción de arrojar cada uno con la mano del brazo libre una guirnalda de laurel sobre el VALOR, y otra de oliva y rosas sobre la PAZ.

 
 

(Las dos FAMAS a dúo.)

 
Igualmente felices 360
son el Valor y Paz;
pero tiene la España
mayor felicidad,
que debe agradecer
Madrid, y celebrar. 365
ADMIRACIÓN
¡Qué nuevo gozo, Famas, os inspira?
MADRID
¿Y quien será capaz de declararle?
FELICIDAD
Yo, que soy la mayor, y soy la propia
Felicidad, que vino a consolarte
el fausto día cinco de septiembre, 370
dejando en uno de los sitios reales
a Carlos Felipe, ya en los brazos
del real abuelo, ya en los de sus padres,
cual fruto delicioso, con que el Cielo
de una vez las dos pérdidas resarce 375
de sus hermanos: premio el más conforme
a su resignación. Estos infantes
gemelos son del reino la más cierta
felicidad. No receléis que falte
yo de vosotros mientras los dos vivan, 380
y la fecunda esclarecida madre
de estos amores, más merecedora
que Venus de memorias inmortales...
La insigne Luisa, cuyo digno elogio
solo es no haber elogio que la baste. 385
Y esta es, Ilustre Villa, la ventura
que debe sobre todas celebrarse.
MADRID
Mi alma la celebró con repetidos
inciensos, que aún humean, si no arden,
ante el Rey de los Reyes, y con vivas 390
festivo a por mis plazas y mis calles.
TIEMPO
De la Felicidad, que hoy le corona,
sea este templo basa, en que descanse.
PAZ
Y el honor de las Armas Españolas...
VALOR
... y la Paz que tan justamente aplaudes... 395
LOS DOS
... concurriremos hoy a los obsequios
solo como dos causas auxiliares.


Escena VI

 

La POESÍA. La MÚSICA. Los actores antecedentes.

 
MADRID

 (Con ansia.) 

¡Música! ¡Poesía!
LAS DOS
¿Qué nos quieres?
MADRID
Hacer con los esmeros teatrales
más público mi celo.
MÚSICA
Ahí te presento
400
los tonos de canciones y de bailes
hasta donde alcanzó mi suficiencia.
POESÍA
Y yo pedí para desempeñarte
al laureado Batilo1, que del Tormes
a la orilla tal vez suele olvidarse 405
de su amor, de sus versos y sembrados,
por cultivar las ciencias y las artes,
la dulce pastoral, que te franquea.
MADRID
Yo la admito con ansia de que igualen
a sus merecimientos sus aplausos. 410
TIEMPO
Nuestros aplausos solo deben darse
al mayor de los reyes de la tierra:
al benéfico Príncipe: a su amable
por tantas causas digna esposa suya,
y protectora nuestra: a los Infantes 415
gemelos, sus hermanas y sus tíos.
MADRID

 (Con la expresión más viva.)  

Tiempo, respétales.
TIEMPO
El Tiempo sabe
lo que importan sus vidas, y que de ellas
están pendientes las prosperidades.
PAZ
El Valor las sostenga. 420
VALOR
La Paz las aventaje.
MADRID
Madrid reconocido
a todo el mundo inflame.
 

(COMERCIO, AGRICULTURA, INGENIO y ADMIRACIÓN.)

 
Todos somos felices.
MADRID

 (Al CORO.)  

Pues todo el mundo cante. 425
 

(CORO rumboso con breves ecos.)

 
CORO
Viva Carlos Tercero... Viva, viva.
Y vivan los Infantes... Infantes.
El Valor triunfe... triunfe.
Y la Paz dilate... dilate.
TODOS
Y en los cuarteles, plazas, 430
academias y valles
todos la Paz bendigan,
y al Soberano aclamen.
 

(Cae la cortina, y se da fin a la Loa.)

 



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