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Dar al diablo, abandonar, echar a mal, como también se decía, como decimos: ¡Vete al diablo! (N. del E.)

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Comer el pan de uno, ser su criado. GUEV., Ep., 60: Si conociste en nosotros clemencia, cuando derramabas nuestra sangre, ¿piensas que te faltará, cuando comieredes nuestro pan? (N. del E.)

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Casa que se acuesta, que se desploma e inclina. (N. del E.)

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394

Contingibles, latinismo. (N. del E.)

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395

Qué tanto, cuanto, muy clásico. (N. del E.)

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Ganada es Granada. Esto indica para Foulché-Delbosc que la Comedia se escribió antes del 1492, en que Granada se ganó y después de 1482, en que comenzó la guerra y aun poco después, acaso el 1483 o 1484, cuando no parecían todavía esperanzas de rendirse la ciudad. Confírmase, según él mismo, con lo del turco es vencido, que lo refiere al sitio de Rodas en 1480; lo de la puente es llevada, que supone es el hundimiento de uno de los arcos del de Alcántara, en Toledo, reparado en 1484; lo del eclipse de sol, que pudiera ser el del 17 de Mayo de 1482; lo de aquel es ya obispo, que cree aludir a D. Pedro González de Mendoza, que comenzó a serlo de Toledo el 1482. Realmente a estos hechos parece aludirse, por lo menos, a algunos; pero si todos eran pasados, ¿por qué sólo la toma de Granada no lo era? Por eso Bonilla saca de aquí que se escribía esto después de 1492, y Menéndez y Pelayo dice que nada prueban, ya que unos son pasados y otros por venir. El te maravillarías dice tiempo por venir, y esto sin duda alguna, pues nunca esta forma sirve para lo pasado absoluto, como que es el tiempo potencial incompleto, y todo potencial pertenece a lo futuro (CEJADOR, Lengua de Cervantes, I, 110). Pero lo que pende en el texto de Assi como, ¿pende igualmente del te maravillarías, o, por el contrario, es una adversativa con sentido de Así como te maravillaste, pero no duró mucho tu maravilla cuando se heló el río, se ganó Granada, etc.? Yo creo más probable esto segundo; si no, hubiera puesto todos esos hechos seguidamente tras la tierra tembló. La siguiente observación de Bonilla (Anal. liter. españ.) tiene la fuerza que se conceda a la opinión sobre el autor de la Comedia. «Leonor Álvarez, mujer del bachiller Rojas, tenía treinta y cinco años en el de 1525 -dice Bonilla-. Suponiendo que se hubiese casado siendo de doble edad que su mujer, y que el matrimonio se hubiese verificado en 1506, cuando Leonor Álvarez contaba diez y seis años, tendremos que Rojas era entonces de unos treinta y dos, habiendo nacido, por consiguiente, hacia 1474. ¿Cómo había de escribir La Celestina antes de 1492, es decir, antes de haber cumplido los diez y nueve años? Todavía nos parece que Rojas debió ser de más edad que de treinta y dos años en 1506. La Celestina supone tal experiencia de la vida, una madurez de juicio tan extremada, que no se pueden imaginar en un joven de veinte a veinticinco años, como da a entender el Sr. Serrano y Sanz. Es racionalmente imposible que Rojas escribiese La Celestina a los veinte años. Por eso creemos que hacía 1500, en que Leonor Álvarez había cumplido los diez, Rojas tendría ya cumplidos los treinta.» Estoy en un todo conforme con Bonilla en que a los veinte años no puede escribir nadie La Celestina, aunque sea un ingenio extraordinario, al cual se lo concede Menéndez y Pelayo. Hay cosas que no vienen del ingenio, sino de la experiencia, y no porque a los veinte años no conociese Rojas hechos como los que narra, sino que una cosa es conocer y otra sufrir y pasar por cosas semejantes, para que del pozo de la experimentación salgan los sentimientos, que sólo con la edad salen, cuales son los de La Celestina. O Rojas el del proceso no es autor de la Comedia, o tuvo que escribirla después de 1492. Tal es mi opinión, sacada de lo dicho en esta nota, pues no puedo creer que la escribiese antes de tener diez y nueve años. Componer La Celestina en quince días de vacaciones un estudiante es cosa que se dice en el Prólogo, y que alguno creerá; a mí no me lo persuadirán frailes descalzos, y que ese estudiante tuviera menos de diez y nueve años, ni descalzos ni por calzar. Eso no lo puede creer hombre que haya pasado de los cuarenta y cinco, que sabe lo que es la vida. Bonilla mide lo escrito por líneas, para deducir que hay actos que se pudieron escribir en tres o cuatro horas. ¡A máquina y a pluma, quien lo duda! Pero será copiando, no inventando. «Harto más difícil es componer en veinticuatro horas una de las buenas comedias de Lope.» Pero ¿cree Bonilla que Lope alude a sus buenas comedias y que alguna de esas buenas la hizo en veinticuatro horas? Serían las rellenas de paja, y aun las veinticuatro horas acaso sean andaluzas. (N. del E.)

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Mientras pendiere, estuviere pendiente o colgada, como el peso en la balanza. (N. del E.)

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A pie enxuto, sin peligro, del vadear un río. Quij., 2, 5: Si Dios quisiera darme de comer a pie enjuto en mi casa. (N. del E.)

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399

Donde no, en caso contrario. Quij., I. 4: Donde no, conmigo sois en batalla. (N. del E.)

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400

Para saber, en V e esto para que yo sepa. (N. del E.)

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