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La parodia teatral en España

Catálogo de autores

G

Gabaldón y Blanco, Luis

Información del autor

Este madrileño (nacido en 1869) comenzó muy joven como colaborador en Madrid Cómico y, años más tarde, dirigió varias publicaciones satíricas, como El último mono, La vida alegre o El barberillo de Lavapiés, y fue redactor de Blanco y negro y de la revista Gedeón. Se ocupó de las crónicas teatrales en ABC y colaboró en muchos otros periódicos como El Teatro, Los Toros y El Duende. A pesar de haber cultivado también formas narrativas, destacó por su producción dramática, de la que resaltamos títulos como: La Invencible, Un modelo, Con las de Caín, en colaboración con Carlos Soler, La sultana de Marruecos y La romería del Halcón o El alquimista y las villanas y desdenes mal fingidos, ambas con López Marín, y Yo puse una pica en Flandes, con Rafael de Santa Ana. Dada la naturaleza satírica y festiva de gran parte de sus actividades, entendemos que su producción se redujera principalmente a los géneros de comicidad, cultivando en diversas ocasiones la parodia teatral.

Catálogo de títulos

Gabirondo, Víctor

Catálogo de títulos
  • La malherida / por Víctor Gabirondo.

García, José María

Catálogo de títulos
  • Un tenor modelo / por José María García.

García Álvarez, Enrique

Información del autor

Este madrileño (1873-1931) es considerado uno de los más ágiles y fecundos mantenedores del género chico. Desde muy joven se dio a conocer en las revistas de su tiempo (Madrid Cómico, Barcelona Cómica, Actualidades, Nuevo Mundo, Mundo Gráfico...) con artículos y versos festivos, que le granjearon rápidamente la popularidad. Publicó cuentos y poesías de naturaleza festiva, donde demostraba su gran facilidad para el disparate cómico. Pero donde realmente destacó fue en sus composiciones teatrales breves, que rebasan el centenar, aunque casi todas ellas escritas en colaboración, como era frecuente en el contexto teatral de finales del siglo XIX y principios del XX. De sus colaboradores más frecuentes cabe citar: Antonio Palomero, Antonio Paso, Joaquín Abati, Celso Lucio, Carlos Arniches y Muñoz Seca. A pesar de ser este último quien se asocie al género del astracán, a Enrique García Álvarez se le atribuyó la creación de dicho género, debido al humor disparatado, tremendamente jocoso, de sus piezas teatrales.

En unión de Antonio Palomero escribió su primera obra de importancia que publicó: La trompa de caza. Siguieron otras obras hasta culminar en la pieza rotunda que fue La marcha de Cádiz. Sus triunfos resonantes como Alma de Dios, El perro chico, El verdugo de Sevilla y otras contribuyeron a darle crecida fama. De su sociedad con Carlos Arniches tenemos el siguiente testimonio recogido por Jurado de la Parra: Don Carlos pone la liebre, / Álvarez trae la cazuela. / La sal la va echando Enrique; / don Arniches, la pimienta / y a fuego lento en la hornilla / le van los dos dando vueltas. / Cuando ya está casi a punto, / de Arniches la mano experta / va de unos jugos bañándola / que él compone con canela; / y apenas así reposa, / Álvarez, sonriendo, le echa / cuatro notas graciosísimas / que sacó de su cabeza; / luego, le pone Quinito / dos fusas y tres corcheas / y el plato emperejilado / se nos sirve a la mesa / exhalando gracia pura.

De entre sus parodias destaca Churro Bragas (1899), escrita en colaboración con Antonio Paso y música del maestro Estellés. Con ella se parodiaba el drama lírico de Joaquín Dicenta, Manuel Paso y Ruperto Chapí, Curro Vargas, estrenado poco antes con gran éxito en el Circo Price. También tiene El Bueno de Guzmán, en colaboración con Ramón Asensio Más, remedo de la historia trágica tan presente en el mundo poético. Y, en tercer lugar, citamos El palco del Real, con Celso Lucio, en la que caricaturiza el ambiente operístico a través de la caricatura social.

Catálogo de títulos

García Gutiérrez, Antonio

Información del autor

Este dramaturgo gaditano (1812-1884), trasladado a los veinte años a Madrid, destacó en la producción de dramas históricos románticos. Su primer y gran éxito fue El trovador (1836), estrenado en pleno apogeo del Romanticismo español. Otros de sus títulos más relevantes son Simón Bocanegra, Venganza catalana y Juan Lorenzo. Sin embargo, en nuestro portal lo recogemos como autor de una parodia de uno de sus dramas: Los hijos del tío Tronera, parodia del drama El trovador. Él mismo, consciente del aspecto más hiperbólico del Romanticismo, optó por autoparodiarse, y para ello empleó las técnicas paródicas más en boga durante su época, que le resultaban extrañas, dada la naturaleza dramática de sus principales obras. No es, por tanto, un autor representativo del fenómeno teatral paródico. Solamente quiso en un acto de derroche de comicidad burlarse de las convenciones románticas que él mismo desarrollaba en serio en sus obras históricas.

Catálogo de títulos

Gil y Luengo, Constantino

Información del autor

Se trata de uno de los autores prototípicamente festivos, colaborador habitual de Madrid Cómico. Cultivó diferentes géneros literarios, siempre con composiciones jocosas, pero destacó en teatro, donde destacamos los siguientes títulos: Un clavo saca a otro clavo, ¡Pare usted!, ¡Todo empieza y todo acaba!, La perla de mi mujer, Cuestión de gabinete, Niña Pancha, Juanita la cacharrera, El teniente cura, con Julián Romea, La segunda triple, El primer bailarín, Los tortolitos y La boda de Serafín. En él la burla, la parodia y la comicidad van unidas a la sátira mordaz, de pretensión descalificadora, aunque esta no es sistemática, sino puntual; no por ello deja de ser efectiva, a pesar de que se oculte entre las formas paródicas y cómicas.


Gómez, Valentín

Catálogo de títulos
  • Rigoletti / por Valentín Gómez y Mariano Vallejo.

Gómez Candela, Pedro

Información del autor

Apenas disponemos de datos biográficos sobre este autor, de quien sabemos que se dedicó al periodismo, ejerciendo como redactor en La Justicia, El Nacional y El País, y colaborando en publicaciones como La Ilustración Artística; también participó en la fundación de La Península. Como dramaturgo nos han quedado sus obras, entre las que destaca su producción paródica, escrita frecuentemente en colaboración con Anastasio A. González. Fruto de esta unión son: Lola la desvergonzá, parodia de La Dolores, y Mancha que... mancha, parodia de la echegarayesca Mancha que limpia. Otras de sus obras estrenadas, en esta ocasión a título individual, son Dos monaguillos y Pitiminí.

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González, Ricardo

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González y Fernández, Anastasio Anselmo

Información del autor

Este madrileño fue mucho más conocido por su seudónimo Alejandro Miquis (personaje galdosiano, protagonista de El doctor Centeno), con el que firmaba su producción teatral. Doctor en Medicina y en Ciencias, investigador, autor de numerosos libros científicos de exposición, erudito y periodista dotado de gran cultura. Al principio se dedicó solo a la crítica teatral en los periódicos madrileños y en las revistas. Luego dirigió y fomentó empresas teatrales con las que prestó grandes servicios al arte escénico. Especializado en materias pedagógicas, fue profesor de la Escuela de Estudios Superiores de Madrid. Gran parte de su producción teatral la escribió en colaboración con Pedro Gómez Candela y cuenta, entre otras obras, con las parodias: Lola la desvergonzá y Mancha... que mancha. La labor crítica de este autor ha quedado recogida en tres volúmenes que se publicaron en 1905 con el nombre de Novedades teatrales (se hallan en la colección de Arturo Sedó).

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Granés, Salvador María

Información del autor

Este madrileño (1840-1911) fue uno de los artífices de la «Edad de Oro» de la parodia teatral en España. Estudió leyes, pero pronto abandonó el oficio. Autor teatral muy prolífico, especializado en piezas breves de carácter festivo, satírico y paródico; la forma preferida para sus obras era la zarzuela. Su producción se divide entre las obras originales y los arreglos de textos franceses. Se escondía detrás del seudónimo Moscatel; así firmaba en los periódicos y revistas en que escribía, como La Viña, La Filoxera, Madrid Cómico o Gente Vieja. Llegó a ser director de varias revistas literarias y periódicos cómico-satíricos, como El Iris y La Aurora Literaria. Sin duda, fue uno de los autores más dinámicos en el terreno de las letras durante la segunda mitad del siglo XIX.

Obtuvo fama por sus parodias, gracias a su habilidad en la versificación, al estilo de Zorrilla (fácil y muy rítmica, sonora), y a la sabia combinación de cultura, gracia e ingenio. Sus personajes se desenvuelven a través de discursos llenos de agilidad, dinamismo e ingenio, sin caer en los estadios más burdos de la comicidad. Domina la creación de tramas disparatadas sin caer en lo inverosímil. Sus estrategias cómicas aproximan algunas de sus obras al terreno del humorismo inteligente, así reconocido por la crítica. Y, sobre todo, supo fusionar a la perfección la parodia y la sátira: se habla de «alfilerazos» en sus obras, en el sentido de que introducía constantes referencias irónicas y satíricas a la realidad circunstancial (histórica, política, económica, social, cultural, teatral...) en la que se daba el estreno; su intención era paródica, pero sabía aprovechar la flexibilidad del género para a través de chistes ocasionales buscar la complicidad del público, siempre dispuesto a tolerar esos guiños sarcásticos próximos al tópico. Su punto más débil eran, sin duda, los cantables, cuyas letras resultan ingenuas leídas fuera de situación (sin la música). Su firma era sinónimo de estreno exitoso y alcanzó prestigio entre la crítica, que tan frecuentemente se mostraba hostil a los productos paródicos. Granés supo como nadie desenmascarar los recursos convencionales y tópicos de las obras que parodiaba, veía con facilidad el lado ridículo de las cosas; se sitúa en esta habilidad al nivel del célebre Juan Martínez Villergas, que fue quien supo presentar al descubierto las convenciones y motivos tópicos del Romanticismo. A ese don de Granés se le suma su inocencia para con el autor parodiado, al que en ningún momento denigra. Conocía bien el mundo de la escena y el público, al que sabía cómo hacerle reír. La revista Madrid Cómico nos lo presenta así (16-06-1900): «Aunque alguien le quiera mal / porque toma el pelo al pelo / con ingenio sin rival, / Salvador es el Frascuelo / de la parodia teatral». La revista el Retablillo de Madrid Cómico le dedicó unas líneas con motivo de su muerte (13-05-1911): Pertenecía a la pléyade regocijada de escritores chistosos, desordenados, bebedores y truhanes que constituían la bohemia española de hace cuarenta años.

A su habilidad para ver el lado ridículo de las cosas hay que sumarle su capacidad de improvisación, porque la clarividencia y la improvisación son requisitos indispensables para lograr la eficacia en el propósito paródico: la primera como elemento de apreciación y la segunda como elemento de oportunidad (la parodia requiere agilidad, inmediatez, porque mayoritariamente es un género circunstancial). Ganó merecidamente el prestigio de parodista por excelencia; así en Madrid Cómico (6-05-1883): Satirizando es cruel, / y en las parodias no hay dos / que puedan luchar con él. / ¡Porque es la gracia de Dios / la gracia de Moscatel!.

Solo con citar parte de su obra paródica podemos darnos cuenta de la extensa productividad que logró: La princesa de Trebisonda, El carbonero de Subiza, en colaboración con Miguel Ramos Carrión, Dolores... de cabeza o El colegial atrevido, Juanito Tenorio, Ni se empieza ni se acaba, Dos cataclismos, El mojicón, El voto del caballero, Carmela, Guasín, La farolita, La golfemia, La sonámbula, Lorencín o el camauzo del cine, La Fosca, Consuelo... de tontos, La de Don sin Din, La hija de la mascota, El salto del gallego, El marsellés, El balido del zulú, con Enrique López Marín, El rayo y La Sanguinaria. Según apreciamos, su producción paródica se extiende por la práctica totalidad de bloques temáticos en que hemos clasificado nuestro portal, de tal modo que observamos que no hubo apenas tendencia teatral de su período histórico que no escapase a sus recreaciones paródicas.

Catálogo de títulos

Gratal, Julián

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  • La maltratada / por Julián Gratal y Antonio Paso.

Guerra, A.

Catálogo de títulos
  • El capitán Chubasco / por A. Guerra y A. de San Martín.

Gutiérrez de Alba, José María

Información del autor

Este sevillano (1822-1897), licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla, tuvo una vida agitada, marcada por el forzoso exilio a Francia al que se vio obligado como consecuencia de sus ideas políticas. Volvió a España pocos años antes de la Revolución del 68, para volver a marchar, en esta ocasión a Bogotá, en 1870, donde residió durante trece años; allí fundó el periódico El Cachaco. Colaboró asiduamente en periódicos de la época y publicó varios libros de poesías, novelas y un número notable de piezas teatrales.

En sus piezas teatrales se atrevió a introducir personajes de la vida pública, promoviendo el cultivo del género de la revista, que se consolidaría en el panorama teatral decimonónico español ya en el último tercio del siglo. Algunos de sus éxitos teatrales más relevantes fueron: Diego Corrientes o El bandido generoso, El tío Zaratán, Hombre triple y mujer tenor, Un club revolucionario, La elección de un diputado, Los farsantes y Maese Gorgorito o El teatro y el convento.

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