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ArribaAbajo La crónica en el Modernismo

A. González, La crónica modernista hispanoamericana. Madrid, J. Porrúa Turanzas, 1983.


Lily Litvak


Universidad de Texas


En este libro se analiza la crónica modernista hispanoamericana, centrándose en figuras prominentes como Martí, Gutiérrez Nájera, Casal, Darío, Rodó y Gómez Carrillo.

El autor considera que la crónica es un género que le permite una compenetración histórica más radical que la de los libros de historia o novelas de ese período, pues sin el asidero de la trama narrativa, se sitúa en la minucia del vivir y el escribir cotidiano de fines de siglo. La crónica no sólo proporciona tal punto de vista, sino permite también conocer la forma en que los escritores concebían y organizaban su creación artística. Por esta doble posibilidad, el libro de González intenta armonizar el análisis formal de los textos con su contexto histórico.

El autor da principio a su trabajo estudiando al Modernismo como la culminación del pensamiento hispanoamericano decimonónico sobre la modernidad. Es, nos dice, autocrítica de la tradición discursiva y literaria que la precede, e intento de fundar una nueva tradición donde quede representado el problema de la modernidad. Durante este período, la poética deja de ser árbitro de la producción literaria y el Modernismo se vuelve a la filología   —484→   como modelo para construir la nueva literatura. Al hablar de filología, el autor de este libro toma en cuenta los nuevos logros en esa área que incluyen el desarrollo de la gramática comparada, la reclasificación del lenguaje y la tendencia a otros caminos que señalan una ruptura con el campo epistemológico de Occidente. Cita, para sostener sus argumentos, el amplio conocimiento de filología que tuvieron Martí, Darío y Rodó, así como la actitud de estos escritores hacia la obra de Renan y hacia los filósofos españoles e hispanoamericanos de la época. Concluye González que de la filología tomó la escritura modernista el ejemplo de tratar a las palabras como cosas, es decir, insistir en el espesor y la densidad histórica del lenguaje, con la diferencia de que para la filología las palabras remiten a un saber, mientras que para el Modernismo son sobre todo objetos estéticos.

A partir de estas bases, Aníbal González pasa a analizar la crónica modernista desde sus orígenes hasta su ocaso. Estudia al género como medio incubador de la nueva prosa artística del Modernismo, que sirve a la vez como diseminador de obras, ideas estéticas y acontecimientos. Se establece la modernidad de esta escritura a partir de sus vínculos con el periodismo, y sus diferencias y semejanzas con los artículos costumbristas. El autor estudia con detenimiento la crónica de Martí, Gutiérrez Nájera, Darío, Rodó y Gómez Carrillo, señalando las características de cada escritor. Por ejemplo, la producción de Martí debería verse a la luz de un fuerte componente filológico, mientras que la de Gutiérrez Nájera se inclina más a la literatura.

Nos parecen especialmente interesantes las observaciones referentes a Rodó y a Gómez Carrillo, sus obras se consideran como producto de una encrucijada entre dos épocas sociales y literarias; Belle Époque y postguerra. Modernismo y vanguardia, y es esta transición la que se refleja en el estilo de la crónica. De una comparación entre ambos escritores deduce que Rodó prefigura la asimilación y pervivencia del Modernismo dentro del mundo académico, en las aulas y la investigación literaria, fuente productora de todo un linaje de eruditos. En cambio Gómez Carrillo representa el «otro fin» del Modernismo, el de su modernización y popularización.

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El último capítulo, «Ecos de la crónica modernista», estudia los intentos de perfección formal de la novela modernista y su integración con la crónica. El autor lleva sus conclusiones hasta afirmar que la crónica, al ser el género más moderno cultivado en aquel momento, preludió esa intensa preocupación, de raíz romántica, de vincular historia y ficción, tema que ha sido una constante en la literatura hispanoamericana hasta el presente.

Es este un libro inteligente que encierra una gran cantidad de trabajo original y de sagaces observaciones. Es también de elogiar la incorporación del tema con el vasto panorama cultural del momento. El estudio se enriquece por la erudición del autor y dirige nuestra atención no sólo a la tesis central, sino inclusive a comentarios laterales imaginativos, sobre el costumbrismo, la Chronique, el tema de la decadencia, etc. En conclusión, creemos que es un libro de gran interés para los estudiosos del Modernismo.