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Mircea Eliade en Portugal y sus escritos: Eminescu y Camões

Barbara Fraticelli

Mircea Eliade, uno de los mayores historiadores de las religiones, novelista y profesor universitario, durante su estancia en Portugal en los años de la Segunda Guerra Mundial se dedicó al estudio de la lengua y la cultura lusas, y el fruto de esta profundización es un breve ensayo escrito por él y que vio la luz hace poco en Rumanía.

Sin embargo, antes de adentrarnos en el análisis de los temas y motivos del ensayo, conviene recordar algunos datos fundamentales de la biografía del autor relativos a los años en cuestión.

Mircea Eliade en Portugal

En enero de 1941 Mircea Eliade es nombrado consejero cultural de la legación real de Rumanía en Lisboa, y llega a esta ciudad el 10 de febrero de ese mismo año; permanecerá allí hasta septiembre de 1945. Durante este periodo publica (en 1943) Los rumanos, latinos de oriente y redacta en rumano (en 1945) Prolegómenos a la historia de las religiones, comenzada en Oxford entre 1940 y 1941, que aparecerá más tarde bajo el título Tratado de historia de las religiones (1949). La estancia en Lisboa pertenece a una de las etapas más duras de su vida, según sus biógrafos, por la muerte en 1944 de su primera esposa Nina, después de la cual Eliade se traslada a Cascais, un pueblo cercano a la capital portuguesa. Posteriormente, en septiembre de 1945, da por terminada su estancia en el país luso y llega a París.

En 1943 sale en la publicación rumana Vremea un artículo cuando menos sorprendente por su título provocador: Camões y Eminescu. Si no fuera por la iniciativa editorial de la embajada de Portugal en Rumania y por la labor de la profesora Micaela Ghiţescu, quienes se ocuparon de rescatar este breve ensayo del olvido en 2000, casi nadie sabría de su existencia.

Decía que el título del ensayo en sí es una auténtica provocación. De hecho, surge de forma espontánea una duda: ¿es posible llevar a cabo un estudio de literatura comparada, analizando a un autor renacentista portugués por un lado y al gran poeta romántico rumano por otro?

Para analizar correctamente el planteamiento de Eliade a este respecto, he aquí unas pinceladas someras sobre la biobibliografías de los dos grandes autores:

  • Luis de Camões está considerado como el gran padre de las letras portuguesas. Vivió entre 1524 y 1580, fue viajero, guerrero (perdió el ojo derecho en un combate en Marruecos) y un gran humanista. En 1553 (en plena época de los descubrimientos portugueses) embarcó hacia la India, donde se quedó varios años. Al regresar a Portugal se hallaba en el más extremo estado de necesidad material, pero traía dos obras originales, y una era Os Lusíadas, cuyo manuscrito había logrado salvar de un naufragio en el delta del Mekong. Dicen que los últimos años de su vida los pasó en la más absoluta miseria, y después de muerto tuvo un entierro de caridad. Os Lusíadas es un poema épico cuya intención es celebrar la grandeza del «pecho ilustre lusitano», es decir, de Portugal colectivamente considerado; la trama presenta la expedición del célebre navegante Vasco de Gama, rumbo a la India, con todos los problemas y los contratiempos que casi provocan el fracaso de la hazaña. Finalmente, tras cumplir con su objetivo, los portugueses emprenden el camino de vuelta hacia la madre patria, y concluyen su periplo acompañados de las palabras del poeta, en una amarga despedida y una toma de conciencia de los escasos honores que se rinden a los protagonistas de esta gran aventura de los descubrimientos.
  • Mihai Eminescu vivió entre 1850 y 1889 (murió con 40 años en un sanatorio mental). Según una de las máximas especialistas en su figura, la italiana Rosa Del Conte, para Eminescu el problema más espinoso es el de la determinación de las relaciones entre Dios y el mundo, entre la existencia temporal y el Ser identificado con el Eterno; su obsesión es el Absoluto. Toda su poesía se centra en este aspecto. Bajo la influencia del gnosticismo, su producción se fundamenta en el interrogante metafísico ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué el hombre tiene que estar condenado a vivir alejado de su esencia divina, por qué estamos en el devenir temporal? ¿Cómo podemos volver a la felicidad originaria, volver a lo alto, a lo trascendente? Eminescu plantea estos problemas a través de mitos. De hecho, Eminescu pretendía ser la voz objetiva de una tierra «mítica», fuera del tiempo y de la historia, con sus doinas, sus tradiciones populares; así buscó muchas veces llevar a cabo una transfiguración mágica de la realidad. Transcurrió su adolescencia entre los pastores de las montañas, y por eso conocía tan bien los cuentos populares y, las tradiciones y los mitos de su pueblo. Además de la geografía y la geología de su tierra. Vuelve al manantial de la mitología popular de su pueblo, que contrapone a los misticismos decadentes del romanticismo.

Volvamos al artículo de Eliade que nos ocupa.

En la intención de Eliade no está el hacer un trabajo de historia literaria comparada, y tampoco pretende estudiar las supuestas influencias camonianas en la obra de Eminescu. El planteamiento de base es: ¿Qué han aportado al «genio latino» los dos mayores poetas de la latinidad? Para empezar, hay que definir en qué consiste el genio latino...

Lejos de ser sinónimo de claridad, proporción, simplicidad, espontaneidad, etc., el genio latino es la propensión para transformar en cultura las experiencias más diversas, las contradicciones más inesperadas, los paisajes más exóticos. Tiene una capacidad ilimitada de renovarse, de superarse a sí misma y de renacer de sus propias cenizas.

Si queremos trasladar estos conceptos a otro, que es el de la misión histórica de un pueblo, hay que valorar este pueblo en función de sus aportaciones y creaciones espirituales. Las naciones latinas, gracias a la fusión de los elementos romano y autóctono, han sabido y saben asimilar los cambios a los que se ven sujetos. El genio latino ha aprendido a dar valor a objetos, gestos, paisajes y experiencias que antes no tenían ningún valor y no tenían ningún significado.

¿Cuál es entonces el nexo que une a dos poetas tan lejanos en el tiempo y en el espacio?

Camões y Eminescu, o cómo aportar nuevos horizontes a la literatura

Empecemos por Camões, por la interpretación que hace de sus obras Eliade.

El Océano, antes de Camões, siempre había sido algo sin importancia en la conciencia y en la creación artística europea. Una obra de arte transforma el mundo cuando nace. El tratamiento que Camões hace del «Mar Tenebroso» lo eleva a la categoría de valor espiritual; Camões transforma algo anteriormente considerado como «bárbaro» en un referente de la geografía espiritual que forma parte del bagaje de la cultura universal. El océano Atlántico y los mares orientales son un descubrimiento estético de Camões. Así, los descubrimientos marítimos se convierten, de mero acontecimiento histórico, en objeto de contemplación artística. Los navegadores portugueses ampliaron la ciencia geográfica de su época, pero Camões hizo algo igual de valioso: amplió el universo estético contemporáneo enriqueciéndolo de un sinfín de nuevos elementos exóticos como plantas, paisajes, curiosidades etnográficas, etc.

Según Eliade, existe un fenómeno semejante en el otro extremo del mundo latino, en Rumanía. Eminescu es quien contribuyó de forma fundamental a alargar los horizontes espirituales y culturales en calidad de «conquistador de nuevos mundos». Tal y como había hecho Camões, Eminescu explora una vasta y salvaje tierra prácticamente desconocida hasta entonces. Camões enriquece el mundo latino con flores, paisajes, y tierras exóticas; Eminescu enriquece el mismo mundo con una novedad geográfica, Dacia, y con nuevos mitos.

El elemento dacio entra con fuerza en las más altas esferas de la poesía europea, y no tiene ningún parecido con otros elementos anteriores. Su obra maestra, Luceafărul, revela la dimensión cósmica del drama de Hyperión, y es una muestra de una actitud muy particular ante el Universo y Dios.

«La base de esta historia es un cuento popular de la tradición rumana. Es la historia de una estrella, Luceafărul, que pide encarnarse y perder su condición de inmortalidad (donde no hay ni tiempo, ni espacio, ni muerte) por amor de una joven. Pero el Señor le niega esta posibilidad y le muestra lo indigno de su decisión, porque esa misma joven se encuentra ya en brazos de otro hombre. Una lágrima cae de los ojos del astro y se transforma en perla».


Gracias a algunas de sus más bellas poesías un mundo entero, antes desconocido, entra a formar parte del patrimonio común del mundo románico. Eliade pone cierto énfasis en lo que son los elementos más típicamente rumanos de la obra de Eminescu: cierto sentimiento de soledad metafísica y una inefable nostalgia rumana (que, casualmente, se parece a la saudade portuguesa). El pesimismo de Eminescu tiene su origen en una visión trágica de la existencia, pero guarda más relación con la calma resignación de los dacios que con el pesimismo de los románticos de su época.

Me gustaría, en esta curiosa aproximación a Camões y Eminescu, hacer hincapié en otro elemento que los relaciona de alguna forma, aunque no aparezca explícitamente desarrollado en el ensayo de Mircea Eliade. En la parte final de los Lusíadas, los navegantes portugueses llegan a una isla denominada la Isla de Venus, donde la vegetación es exuberante y los marineros se dedican a unos juegos amorosos con las ninfas del lugar; es el símbolo del reposo y un premio para los portugueses, tras una larga y difícil travesía oceánica de camino a las Indias. Eminescu, en Cezara, nuvelă originală (de 1876) conduce sus protagonistas, dos jóvenes cuyo amor ha sido prohibido, hasta una isla igual de simbólica que la anterior, la Isla de Euthanasius; en ella, viven en comunión con la naturaleza y encuentran la estabilidad y la felicidad.

En el Tratado de historia de las religiones, Eliade establece una filiación entre el episodio de la Isla de Venus y la isla de Euthanasius de Eminescu. Ambos derivan de un mito originario que, desde el Edén o Paraíso Terrenal bíblico, pasando por los textos clásicos de Hesíodo o Heródoto, llega hasta nuestros autores, y se desarrolla aún más hasta nuestros días.

El mito originario evoluciona en leyenda épica (Camões) o en novela (Eminescu) sin por ello perder su estructura o su esencia. Este arquetipo, el de la isla mítica, sigue siendo creador en muchos ámbitos de las artes y de las ciencias.

En palabras del mismo Eliade:

«[...] el mito de las Islas Afortunadas o del Paraíso Terrestre ha obsesionado no sólo la imaginación de los profanos, sino la ciencia náutica hasta la época gloriosa de los grandes descubrimientos marítimos. Casi todos los navegantes, incluso aquellos que perseguían un fin económico preciso (la ruta de las Indias) pensaban además en las Islas de los Bienaventurados o del Paraíso Terrestre. Y es de todos conocido que efectivamente algunos creyeron haber descubierto la isla del Paraíso. Desde los fenicios hasta los portugueses, todos los grandes descubrimientos fueron promovidos por este mito del país edénico. Y estos viajes, estas búsquedas, estos descubrimientos han sido los únicos que han llegado a tener un sentido espiritual, a ser creadores de cultura. [...] Estas islas y estas nuevas tierras conservaron su carácter mítico aún mucho tiempo después de haberse convertido la geografía en una ciencia. [...] Pero la isla mítica ya no significa el paraíso terrestre: es la isla del amor (Camões), la isla del buen salvaje (Daniel Defoe), la isla de Euthanasius (Eminescu) o la isla exótica, país de ensueño, [...] isla del descanso perfecto, de las vacaciones ideales, de los cruceros de lujo, a la que el hombre moderno aspira a través del espejismo de la literatura, del cine o sencillamente de su imaginación»1.


Hablar de isla mítica supone hablar de geografías míticas, lugares míticos (como la isla de Taprobana de Camões) o el Océano como nueva frontera mítica, para llegar a lo imaginario. Volvemos así al argumento básico del ensayo: el hecho de que Camões y Eminescu hayan sido capaces de incorporar nuevas geografías y nuevos universos espirituales al mundo cultural de la Romania.

Según Eliade, «el universo mental de la latinidad es un expanding universe en perpetua transformación y movimiento». Eliade debió de sentir una gran afinidad con los dos escritores; él tenía una visión totalmente espiritual del mundo, y tanto en Camões como en Eminescu se encuentran ecos de esa espiritualidad oriental de la que Eliade era un auténtico experto.

El ensayo termina con una nota polémica de su autor. Eliade niega las acusaciones que veían el genio artístico latino prácticamente agotado en nuestra época. La existencia de autores como Unamuno (al que conocía profundamente), Svevo o Rebreanu confirma el vigor y la variedad de la creación literaria más reciente. En sus palabras: «Somos los esclavos de los modelos extranjeros; somos clientes fieles de las librerías francesas, donde no se encuentran autores portugueses, rumanos, italianos o españoles. Y a causa de esta ignorancia nosotros, los latinos, sufrimos hoy de un complejo de inferioridad. Nadie nos impide aprender otras lenguas románicas, conocer otros tipos de espiritualidad latina».

Este texto fue escrito en 1943, pero tal vez tenga hoy más actualidad que nunca.

Tal vez no sea tan descabellada esta teoría del universo creativo en constante expansión y regeneración en ámbito románico.....

Tal vez una comparación entre dos grandes autores de los dos extremos de la Europa románica tenga su sentido, como demostración de la universalidad y atemporalidad de los grandes valores culturales y los grandes mitos, porque estos valores y estos mitos son patrimonio de los pueblos pero, sobre todo, del que Eliade define genio latino.

Bibliografía

  • BAUZÁ, Hugo Francisco
    • 1997, El pensamiento utópico en el imaginario clásico, en Díez de Velasco, F., Martínez, M. y Tejera, A. (eds.) Realidad y mito, Madrid, Ediciones Clásicas (pp. 45-60).
  • DEL CONTE, Rosa
    • 1961, Mihai Eminescu, o dell'Assoluto, Modena, Società Tipográfica Editrice Modenese.
  • ELIADE, Mircea
    • 2000, «Camões e Eminescu», ensaio de Mircea Eliade acompanhado de textos dos dois poetas. Prefácio de J. A. Seabra, Bucarest, Ed. Libra.
    • 1981, Tratado de historia de las religiones. Morfología y dinámica de lo sagrado, Madrid, Ed. Cristiandad.
  • LUPI, Gino
    • 1968, Storia della letteratura romena, Roma, Sansoni Editrice.
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