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Juan Pérez de Montalbán

Sinopsis de las comedias del segundo volumen de Montalbán

Sinopsis de El valiente más dichoso, don Pedro Guiral (edición de Davinia Rodríguez Ortega)

Acto primero

Vv. 1-264. Cuando es inminente la celebración de la boda entre doña Ángela Guiral y el Conde Alexandro, esta lo manda llamar con la intención de confesarle que realmente está enamorada de su primo don Pedro Guiral. Este último se encuentra ausente por su viaje a Roma en busca de la dispensa papal que permita la unión con su prima. A pesar de confrontarse así con la intención de su padre, la dama manifiesta su intención de romper el compromiso y seguir de este modo los impulsos de su corazón. El Conde parece asumir la noticia y le confirma a doña Ángela que no tiene de qué preocuparse puesto que aceptará la situación. Sin embargo, sus intenciones verdaderas permanecerán ocultas, puesto que piensa vengarse de esta ofensa matando al responsable de ella, don Pedro.

Vv. 265-444. Por otro lado, Lisarda también se encuentra contrariada: entregó su honor al Conde Alexandro pero este no parece albergar intenciones de desposarse con esta dama. La frialdad del caballero le pone bajo sospecha, indicios que confirma su criada Flora, cuando descubre que está a punto de acontecer el matrimonio entre doña Ángela y el Conde. Como forma de solucionar el agravio, Lisarda decide asesinar a su amado.

Vv. 445-728. En este momento, don Pedro regresa de Roma con la dispensa, pero en vez de entrar en la ciudad de Guadix, decide esperar a las afueras y enviar a su criado Beltrán a por noticias de doña Ángela. El sirviente le informa de que la casa de Ángela está dispuesta para la celebración, pues deben de haber recibido ya las nuevas de su llegada. No obstante, los dos caballeros se encuentran a Lisarda y Flora de tapadas, les preguntan acerca de la situación, y ellas les responden: doña Ángela se va a casar con el Conde Alexandro.

Vv. 729-990. El impetuoso don Pedro decide acudir a la casa de su amada, quien le confunde con el Conde. Después de entrar en su habitación, donde está dispuesta para el casamiento, le pide explicaciones sobre la situación. Ella le asegura que nunca ha dejado de amarle y que su intención era evitar el compromiso con el Conde. El caballero agraviado, que escucha tras la puerta, irrumpe en la escena confesando que su intención era seguir adelante con la boda, en vez de hablar con el padre de Ángela para evitarla. Tras esto, don Pedro saca su espada y lucha con el Conde hasta herirlo de muerte. Como consecuencia, don Pedro y doña Ángela, acompañados de sus criados Estefanía y Beltrán, huyen de la ciudad.

Acto segundo

Vv. 991-1242. Su intención es marchar hacia Francia, aunque finalmente su embarcación alcanza las costas de Inglaterra, donde, vestidos en traje de franceses, son recibidos con el correspondiente toque de trompetas. Tras una breve estancia, y dispuestos ya para partir hacia Orán, doña Ángela descubre que don Pedro aún se encuentra en tierra. Ha recibido un mensaje de Rosa (también Serafina, confidente durante su estancia francesa), que lo conmina a visitarla antes de marcharse para pedirle que viajen juntos. Doña Ángela decide seguir a don Pedro y descubre la inesperada situación, a la que reacciona celosa, expresando su constante y verdadero amor, causa de que haya tenido que abandonar su país y a su familia con la intención de disfrutarlo.

Vv. 1243-1550. Ante la perspectiva de perder a don Pedro, Rosa decide que lo tomará como esclavo a través de tres piratas moros conocidos suyos que se encuentran también en esos territorios. Explica la dama mora su historia: su marido, el sultán Osmán Amurates fue hecho prisionero por las tropas navales españolas y por esta razón ella abandonó su país y lo siguió hasta aquí.

Vv. 1551-2072. Mientras Rosa va a buscar a sus ayudantes moros, don Pedro, doña Ángela, Beltrán y Estefanía retoman su intención de marchar a Orán pero les sobreviene una fuerte tormenta. De ella emergen varios hombres que le informan de que no hay ningún sitio donde poder resguardarse. En medio de la charla, los extranjeros cuestionan algunos aspectos acerca del catolicismo, y en concreto sobre la virginidad de María. El valiente don Pedro responde a la afrenta y saca su espada contra ellos, acabando con varias vidas. Tras esta escena llega Rosa con sus acompañantes y apresan a don Pedro y Beltrán.

Acto tercero

 Vv. 2073-2276. Además de don Pedro y Beltrán, doña Ángela y Estefanía se dirigen hacia Orán, con la pretensión de servir como criadas a un mercader florentino. Una vez allí, las dos damas en disfraz de varón se encuentran con don Pedro y su criado. Doña Ángela, viendo la hostil actitud con que su amado se enfrenta a su nueva condición de sirviente en Orán, le aconseja que suavice sus formas para evitar conflictos mayores. El fin último que doña Ángela tiene en mente, es tratar de liberarlos y poder regresar a España.

Vv. 2277-2456. Rosa se encuentra con doña Ángela disfrazada y deduce que se trata de un conocido de don Pedro, por eso solicita su ayuda con la intención de conseguir los favores amorosos del valiente, quien hasta el momento se resiste. Doña Ángela, como modo de distracción, confiesa su propio amor hacia Rosa, de cuya espléndida visión disfrutó mientras estaba descansando en el jardín el día anterior.

Vv. 2457-3024. El Duan y sus amigos entran en acción para la cena, que será servida por don Pedro y Beltrán, mientras doña Ángela permanece escondida contemplando el suceso. Durante un brindis, los personajes moros ensalzan a su propio rey, afirmando que es más poderoso que Felipe IV, afrenta ante la cual don Pedro reacciona y mata a tres comensales. Sin embargo, el Duan está dispuesto a perdonarlo porque es consciente del amor que siente Rosa hacia él; para ello sería necesario que se convirtiese a la fe musulmana y pasara a ser su súbdito. Don Pedro rechaza esta proposición, y Rosa, enfadada, lo condena a morir en la hoguera. Más tarde la dama se arrepiente, pero el valiente Guiral termina sus días entre las llamas, piadosamente invocando el nombre de Dios.

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