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Juan Pérez de Montalbán

Sinopsis de las comedias del segundo volumen de Montalbán

Sinopsis de La ganancia por la mano (edición de Mónica García Quintero)

Jornada I

Vv. 1-314. Lisardo y Guzmán acaban de llegar a Granada provenientes de Alcalá, desde donde vienen huyendo por un delito cometido por Lisardo. A las puertas de la ciudad, se encuentran con Fulgencio y Feliciano, dos caballeros que se disputan el amor de Isbella. Cuando desenfundan sus espadas, Lisardo interviene para detener la pelea. Descubre que una mujer es la causa de la riña y se ofrece a hablar con ella para averiguar de quién está enamorada. Los galanes aceptan la propuesta y, antes de irse, acuerdan verse al día siguiente.

Una vez que los caballeros que discutían se marchan, aparecen Isbella y Anarda, que habían presenciado toda la escena. El galán y la dama conversan cortésmente, mientras los criados reproducen, a su manera, el diálogo amoroso.

Vv. 315-606. Entran Gerardo y Nise, que rompe un papel que le había escrito aquel. Discuten sobre el amor que siente Gerardo por ella y esta lo acusa de ser inconstante y de amar a otra dama. Sin embargo, su malestar es fingido y lo hace para desairar a Gerardo antes de humillarse ella reconociendo estar, igualmente, enamorada de él: Solo, Inés, a mí me adora, / y aunque aquello dije agora, es solo por abrasarle, / porque en llegando a entregarle / el alma me ha de humillar, / y así quiero desquitar / lo que después he de amarle (vv. 368-374).

Gerardo debe marcharse ante la inminente llegada de Feliciano, que resulta ser el hermano de Nise, a quien le pide ayuda para ganarse el favor de Isbella. Su conversación se ve interrumpida por la aparición de Lisardo y Guzmán. El galán es pariente de Feliciano y Nise, y se presenta en su casa para pasar algún tiempo con ellos tras su precipitada huida de Alcalá. Feliciano, entonces, se va con Guzmán para preparar el hospedaje y deja solos a Lisardo y Nise, quienes, en apartes, reflexionan sobre el otro. Ambos llegan a la conclusión de que, si sus primeras intenciones amorosas no prosperan, podrían acabar juntos.

Vv. 607-754. Isbella le pide a Anarda que le acerque algún libro para distraerse de su malestar, aunque rechaza una por una todas las propuestas de su criada por temor a verse reflejada en alguna de las obras. Al final, acaba rogándole que le refiera los sucesos de la tarde anterior, aunque le dice que hasta el galán forastero, / abrevia lo que quisieres (vv. 641-642).

En ese momento, entra Fulgencio, que quiere hablar con Isbella para reiterarle su amor. Ella reconoce haberse enamorado de uno de los hombres que participaron en la pelea de la que fue causa, pero es deliberadamente ambigua y no desvela la identidad del caballero.

Vv. 755-1111. De nuevo, aparecen Feliciano y Nise hablando sobre Isbella. En agradecimiento por su ayuda, Feliciano anuncia a su hermana que la casará, idea que ella rechaza. No obstante, y sabiendo que Isbella está a punto de aparecer, Feliciano se marcha antes de llegar a ningún acuerdo con Nise sobre su futuro. Cuando la dama se queda a solas, discurre sobre sus sentimientos por Gerardo y Lisardo. Se presenta entonces Lisardo y reflexiona de manera similar sobre Nise e Isbella. Tras reparar el uno en la presencia del otro, inician una conversación galante, aunque no exenta de comentarios por parte de Nise que ponen en duda el amor de Lisardo.

Llega, por fin, Isbella y se une a Lisardo y Nise. Comienza entonces un diálogo repleto de ambigüedades en el que los personajes creen ser el objeto de la pasión amorosa de los otros, lo que despierta los celos y las sospechas de las damas.

Jornada II

Vv. 1112-1220. Gerardo y Nise discuten. Él amenaza con hacerse soldado y ella le ruega que no lo haga e insiste en que lo ama para tratar de convencerlo. Al final, Gerardo accede a los deseos de Nise y decide quedarse. En cuanto él se marcha, la dama empieza a preparar su visita a Isbella, de quien siente celos por las constantes atenciones de Lisardo. Paralelamente, Estacio e Inés, los criados de Gerardo y Nise, habían tratado de aconsejar a sus señores en su disputa amorosa.

Vv. 1221-1640. Isbella está celosa de Nise y del afecto que cree que siente Lisardo por ella. Molesta, le dice al galán que se vaya con la otra dama, pero él se defiende y jura que no la quiere.

En ese momento, aparece Nise y le insiste a Lisardo para que les cuente a ella y a Isbella un suceso del que les había empezado a hablar en otro momento. Lisardo acepta y refiere sus amores con doña Blanca, una joven de Alcalá con la que mantenía una relación. A la dama comienza a pretenderla otro caballero, don Juan, con quien sus padres quieren casarla. Lisardo y doña Blanca deciden fugarse juntos una noche para que los padres de ella se vean forzados a darle su mano en matrimonio, pero son descubiertos por un hombre en plena huida. Se trata de don Juan, que los había visto abandonar la casa de doña Blanca. Don Juan y Lisardo luchan y aquel muere. A la vista de estos acontecimientos, doña Blanca llega a la conclusión de que lo mejor para ellos es separarse y decide profesar en un convento.

Lisardo, por su parte, se va a Madrid, donde habla con su padre sobre lo ocurrido, y luego se marcha a Granada.

Cuando acaba su relato, Lisardo trata de ganarse el favor de ambas damas, que siguen recelosas por las atenciones que, creen, recibe la otra por parte del galán.

Vv. 1641-1700. Fulgencio y Feliciano debaten sobre cuál de los dos puede ser el caballero del que está enamorada Isbella. Son incapaces de llegar a ninguna conclusión, pues ambos están convencidos de que el afortunado es el otro. Cuando Feliciano se queda solo, decide recordarle a su hermana que debe sonsacarle la verdad a Isbella.

Vv. 1701-1944. Mientras Lisardo habla con Guzmán, Nise le da una carta a Inés para que se la entregue a Guzmán y este, a su vez, a su señor. Comienza la dama entonces a discutir con el galán: cree que no está enamorado de ella y siente profundos celos de Isbella.

Una vez que Nise e Inés se marchan, Guzmán le da la carta a Lisardo. El billete pide al caballero que desengañe a la otra dama. En ese momento, aparece Isbella, pero entra tapada. En consecuencia, Lisardo piensa que es Nise, que vuelve para ponerlo a prueba. Isbella le pide que la visite esa noche, a condición de que lo haga con los ojos vendados para que no descubra su identidad. Anarda, que también oculta quién es, será la encargada de guiar al galán y su criado.

Vv. 1945-2034. Gerardo y Nise salen juntos otra vez. Sin embargo, la dama le ruega que se marche, pues está a punto de llegar su hermano. Antes de obedecer, él le reitera su amor y ella, ya sola, se debate entre sus sentimientos por Gerardo y por Lisardo.

Vv. 2035-2228. Anarda conduce a Lisardo y Guzmán ante su señora. Convencido de que se encuentra ante Nise, Lisardo empieza a hablar mal de Isbella. Por otro lado, Guzmán critica a Anarda, ya que también está confundido sobre la identidad de la criada y cree que se trata de Inés. Al marcharse, Lisardo se lamenta: ¡Ay, quién gastara este tiempo / en los brazos de mis Isbella! (vv. 2227-2228).

Jornada III

Vv. 2229-2652. Nise está molesta con Lisardo y le recrimina no haber respondido a su carta y haber visitado a otra mujer la noche anterior. Cuando la dama se marcha aparece Isbella, que también está enfadada con Lisardo. Isbella le echa en cara todo lo que dijo de ella durante la noche, algo a lo que el galán no sabe cómo reaccionar, pues no se explica cómo pudo haberse enterado la joven. Lisardo comenta la situación con Guzmán y concluyen que Nise ha debido hablar con Isbella para desengañarla de él.

Al poco tiempo, reaparece Nise y Lisardo discute con ella por haberle contado a Isbella lo que había dicho. Nise e Inés creen que Lisardo y Guzmán se han vuelto locos.

Vv. 2653-2747. Gerardo comenta sus cuitas amorosas con Feliciano. No obstante, puesto que no es explícito acerca de quién es la dama, Feliciano da por supuesto que Gerardo también se ha enamorado de Isbella. Pronto el galán desvela que es Nise a quien ama en realidad y Feliciano, al saber que no tiene otro rival, le ofrece la mano de su hermana.

Vv. 2748-3296. Isbella, sola, reflexiona sobre sus sentimientos y sobre la situación con Lisardo. Su soliloquio se ve interrumpido por la aparición de Nise, que desea hablar con ella. Sin embargo, esta conversación no puede tener lugar por la llegada de Feliciano y Gerardo. Los galanes declaran su amor a Isbella y Nise, respectivamente.

Aparece Lisardo en ese momento y, dada la escena que se encuentra, cree que se han concertado bodas. Poco a poco, los personajes van abandonando el escenario hasta que se quedan a solas Lisardo e Isbella. La dama, dolida, le recrimina su actitud al galán y le reitera su amor. Él intenta defenderse alegando que todo se ha tratado de un malentendido, al igual que hace Guzmán con Anarda. Isbella desvela entonces que no era Nise quien lo había mandado llamar de noche, sino ella misma. Lisardo, al saber que había pasado ese tiempo con ella sin saberlo, insiste en que la ama. Lisardo e Isbella hacen por fin las paces y deciden contraer matrimonio. Se marchan.

Vv. 3297-3450. Comienzan a reaparecer los demás personajes. Los galanes siguen debatiendo sobre la identidad del hombre al que Isbella ama. Esta vez, Feliciano está convencido de que se trata de él y así se lo hace saber a Fulgencio. Aparecen, entonces, Nise e Inés y, por último, Lisardo, Isbella, Guzmán y Anarda. Finalmente, se descubren todos los enredos y se anuncian las bodas de los personajes: Lisardo e Isbella, Guzmán y Anarda, Gerardo y Nise, y Estacio e Inés.

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