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731

«El brigadier D. Juan Crisóstomo La Llave, Capitán General de la Costa de Cantabria; D. Carlos Fitzgerald, coronel del regimiento de Hibernia; D. Manuel Ladrón de Guevara, comandante de los Carabineros Reales, y el conde del Pinar».

 

732

Cf. supra, t. I, pág. 413. Reproducimos el texto español de este interrogatorio porque es de difícil consulta por haberse agotado desde hace mucho tiempo la obra de Álvarez Valdés donde figura.

 

733

Comedia de don Tomás Iriarte, Madrid, imprenta de la Real Gazeta, 1770. Es interesante señalar que fue más conocido bajo el título de Fingenegocios (véase COTARELO Y MORI: Iriarte y su época, págs. 78-79).

 

734

Por ejemplo, el 11 de agosto de 1802, don Josef Antonio Palacio le escribe a Zamora para que haga liberar a los hermanos Vázquez, de Oviedo, encarcelados por contrabando de tabaco (BNM, ms. 20.242-32).

 

735

Álvarez Valdés está en desacuerdo con Meléndez Valdés sobre este punto: «Como a las tres de la tarde llegan a esta villa, y entregados al Guardia de Corps D. Francisco Bernaldo de Quirós, juez del Concejo, los conduce escoltados a disposición de la Junta» (Memorias, obra cit., pág. 77).

 

736

Esta vaga protesta tiene por origen un hecho preciso, aunque no confirmado: se acusaba a los consejeros de haber hecho desaparecer documentos comprometedores para ellos. Pasado Ujo, unos civiles armados les hicieron una escolta inquietante: «Al atravesar el puente de Santullano, con dirección a Mieres, se aprovecha una distracción de los paisanos que la componen para arrojar al río desde la litera un paquete que, envuelto entre las ondas, se pierde al momento de vista» (ÁLVAREZ VALDÉS: Memorias, obra cit., pág. 77). Hecho referido por Arias de Miranda en TERRÓN DE LA GÁNDARA, Homenaje, citado, pág. 35).

 

737

Meléndez responde aquí a otra acusación, más o menos explícita: «No hemos podido convencer a unos individuos (de la Junta) por más reflexiones que les hemos hecho y demostrado los oficios de Vuestra Excelencia, en que se contiene nuestra comisión, que estaba ceñida a exhortarlos a la paz y tranquilidad, y evitar la efusión de sangre y los males que son consiguientes a toda turbulencia;... aseguran que por varias cartas de Madrid saben que veníamos a tratar del castigo de varios sujetos principales...» (borrador del informe dirigido por el conde del Pinar y Meléndez Valdés al ministro de Justicia, Piñuela, el 1 de julio de 1808, reproducido por ÁLVAREZ VALDÉS: Memorias, obra cit., páginas 212-213). La orden con la misión de los enviados no ha sido copiada por el historiador (aunque figurase en el expediente): la hemos encontrado en el A. H. N., Consejos, legajo 55-12/22, y dice simplemente: «el conde del Pinar vaya a la ciudad de Oviedo a fines importantes al R.l y público servicio» (17 de mayo de 1808; firmado: Piñuela).

 

738

Se les conduce a «la Fortaleza en donde ya días se hallaban La Llave, Ladrón de Guevara y Fitzgerald, y se coloca al frente del edificio por las noches un fuerte destacamento para seguridad de sus personas» (ÁLVAREZ VALDÉS, Memorias, pág. 78).

 

739

Meléndez no habla del juramento de fidelidad a Fernando VII que hicieron prestar a los prisioneros, los cuales, según la tradición oral, lo efectuaron de mal grado: «Aunque con reticencias y entre protestas de adhesión y amor al Soberano que a borbotones salen de sus labios le prestan». El detalle fue recogido también por Arias Miranda: «Meléndez..., buscando con estudio el estilo artificioso que le era propio, empleando períodos cadenciosos, semejantes a los de sus odas, y abundando en perífrasis, se escurría de prestar el juramento que la Junta pretendía, exponiendo que lo tenía ya hecho». (en TERRÓN DE LA GÁNDARA: Homenaje, págs. 37-38)

 

740

ÁLVAREZ VALDÉS: Memorias, apéndice, págs. 210-212.