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761

BAE, t. LXXXVI, pág. 336.

 

762

El deterioro de su salud no parece, en boca de Jovellanos, una excusa puramente diplomática. El conde de La Forest, que pecará de todo menos de crédulo, escribe: «El Sr. de Jovellanos, cuyo talento podía ser tan útil, no ha cesado de comunicar a Madrid que no se encontraba en estado de trasladarse a Bayona. Se ha enviado a su retiro a un hombre de confianza, quien lo ha encontrado muriéndose de consunción y de hipocondría, no teniendo tan siquiera fuerza de espíritu para escribir a sus paisanos de Asturias» (Correspondance, t. I, pág. 128). La adhesión de Jovellanos a la causa de la resistencia sorprenderá a sus amigos: «Que el Sr. de Jovellanos, que hace algunos meses parecía al borde de la tumba, y que ha pedido al rey tiempo para restablecerse más bien que rehusar el ministerio del interior, se halla unido al Sr. de Florida-Blanca y haga imprimir memorias, es lo que aquí no comprenden sus amigos» (ibid., pág. 320).

 

763

BAE, t. LXXXVI, pág. 337.

 

764

Ibid., págs. 337-338.

 

765

Ibid., pág. 340b.

 

766

DU CASSE: Mémoires du roi Joseph, t. IV, pág. 342 (12 de julio de 1808).

 

767

JULIO SOMOZA: Jovellanos. Nuevos datos para su biografía..., obra cit., pág. 191, y J. E. CASARIEGO: Jovellanos o el equilibrio, Madrid, 1943, págs. 136 y 137. Cf. también Luis SANTULLANO: Jovellanos, Madrid, s. d., pág. 54. Colford escribe: «Meléndez... urged Jovellanos to accept the proffered post of Minister of Interior in the French inspired government» (pág. 125).

 

768

BAE, t. LXXXVI, págs. 135-159 y 334 a 345.

 

769

En realidad, fue por una carta de Urquijo, fechada en Bayona el 7 de julio, como Jovellanos se enteró de su nombramiento como ministro del Interior (BAE, t. LXXXVI, página 341a y b); la confrontación de fechas hace inverosímil la existencia de la carta de Meléndez.

 

770

Carta a Cabarrús, Jadraque, septiembre de 1808, BAE, tomo I-XXXVI, págs. 342-345.