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La bella madre

Sainete nuevo

Ramón de la Cruz

Emilio Cotarelo y Mori (col.)





 

Bailan unas seguidillas, y levantando el telón quedan a la fachada unas cortinas, y salen las señoras PAULA y la PAQUITA, pobremente vestidas, la primera con un libro, y la segunda con una almohadilla, la señora GUERRERA, de criada petimetra.

 
PAULA
Lucía, ponte a esa puerta
y si viene madre avisa,
por Dios; porque si me halla
con un libro divertida,
ha de alborotar el barrio. 5
PACA
Y, por Dios, que no le digas
que yo he cosido, ni que
he comprado esta almohadilla,
porque tendré que sentir.
GUERRERA
¡Buen rigor es, señoritas! 10
y yo no sé cómo piensa
mi ama, que así se irrita
de la aplicación de ustedes.
PACA
¿Qué quieres?: tiene manía
su merced en que las cuarto 15
habíamos de ser usías;
y así a nuestras dos hermanas,
porque gustan de visitas,
del Prado, de la Comedia
y broma, las acaricia, 20
y a las dos nos aborrece.
GUERRERA
No en vano a mi ama la tildan
de grande loca.
PAULA
¿Qué modo
de hablar es ese, Lucía?
Ahora es cuando siento ser 25
de mi madre aborrecida,
y de carecer en casa
de la autoridad de hija,
para echarte por la puerta
o el balcón. Dime, atrevida; 30
de mi madre, a quien venero,
¿hablas en presencia mía
de ese modo? Su merced,
que es cabeza de familia
estando mi padre ausente, 35
debe saber la doctrina
cristiana. Si por acaso
su obligación se la olvida
o no la cumple, nosotras
no debemos argüirla. 40
GUERRERA
¿Ahora sermón? Mire usted,
mi señora doña Luisa;
aunque usted quiera ser monja,
que las monjas no predican.
PAULA
Calla, y no acaso me obligues 45
a que te tire una silla.
GUERRERA
Así dicen, ¡vaya, vaya!
que he dicho una picardía
muy grande. ¿Que mi ama es loca?
¿Hay alguien que no lo diga 50
en Madrid?
PACA
Una criada,
¿ha de tener osadía
de hablar así?
GUERRERA
¿Por qué no?
¡Vaya, que es cosa inaudita
el que una criada hable 55
de su ama mil perrerías!
Una cosa es que en cualquiera
casa del lugar se estila.
LAS DOS
Pues no ha de ser así en ésta;
¡infame!
GUERRERA
¡Qué tremolina
60
tan a deshora!

 (Salen todas.) 

 

(Salen las señoras JOAQUINA, LADVENANT y GRANADINA, con mantos y basquiñas como que vienen de misa, agarrándolas de las manos CHINICA y EUSEBIO, de petimetres cascabeles, y ESPEJO, de abonado, a la izquierda.)

 
GUERRERA
¡Ay, señora de mi vida!
¡Que si usted tarda un poquito,
toda su casa hallaría
perdida por una muerte! 65
JOAQUINA
¿Por la de quién?
GUERRERA
Por la mía;
pues hallando a las señoras,
que estaban entretenidas
sólo en mormurar de usted,
porque quise reprimirlas, 70
me han dicho malas palabras,
que sólo yo aguantaría
por la ley que a usted la tengo,
que no estoy hecha a sufrirlas
en parte alguna; que soy 75
moza muy honrada, e hija
de buenos padres.
JOAQUINA
No puede
salir una ni aun a misa.
¡Jesús, cuál anda mi casa!
¿Vosotras tan atrevidas 80
conmigo? ¿Vosotras dos
maltratar a mi Lucía
así, sabiendo que ayer
nos peinó de maravilla
a la greca; y que nos puso 85
a la turca las caídas?
¿Vosotras dos aguardar
a que yo vuelva la esquina
de casa para coger
los libros y la almohadilla? 90
¡Buena, buena anda mi casa!
¿Qué se entiende, las cochinas
venir al estrado? Esténse
¡noramala! en la cocina
o en el desván.
MARIQUILLA
¿Qué hace usted
95
que no toma esta basquiña?
GRANADINA
Esta mantilla usted quite,
y préndala en la cortina.

 (A los petimetres.) 

PETIMETRE
¡Como está enojada madre!...
LAS DOS
¿Qué nos importan sus riñas 100
a nosotras?
ESPEJO
¡Bueno va!
¡Ajustadme estas medidas!
¡Y qué preciosas muchachas
son las dos!

 (Mirando a las ajadas.) 

JOAQUINA
Perdona, hija;
y si otra satisfacción 105
pretendes que te dé, dila.

 (A la criada.) 

MARIQUILLA
Vaya y traiga un vaso de agua.
GRANADINA
Ve tú; tráeme una tacita
de sopas.
PACA y PAULA
¡Vaya! y por Dios
suframos esta injusticia. 110

 (Vanse.) 

JOAQUINA
Haste cargo de que todo
en las dos es sólo envidia,
y calla; que en desenojo
te daré aquella bonita
bata de estofa1. 115
GUERRERA
Por usted toleraría
yo mucho más, y me fuera
con usted hasta las Indias.
¡Qué loca!; pero ella dé,
y dese contra una esquina. 120

 (Aparte y vase.) 

JOAQUINA
Sentémonos, caballeros;
que aquesta desazoncilla
ya se pasó.
ESPEJO
Permitidme,
señora, también que os diga
que extraño de vuestro juicio 125
distancia tan exquisita,
desde el cariño al desprecio,
como usáis con vuestras hijas,
de modo que a una criada
preferís. No se adivina 130
la causa.
MARIQUILLA
Yo os lo diré
porque lo sepáis; yo y Rita
somos del genio de madre;
del bello espíritu; vivas,
amables mucho; la hacemos 135
honor en la más lucida
concurrencia; mas las otras
son adustas, saturninas;
parece que se han criado
entre fieras; acreditan 140
almas ruines; pues la una
no parece que se cría
para doncella, según
en las labores se vicia;
y la otra para un convento, 145
según los libros la inclinan.
Esto a una madre que sabe
cómo se adquiere en el día
la estimación de los hombres,
y el lado de las amigas; 150
y que sabe conducirse
en cualesquiera visitas
por su talento, es preciso
que, si no llega a afligirla
porque su gran corazón 155
todas las cosas estima
de casa por bagatelas,
la disguste; y a fe mía
que esto no es pasión de hermana;
su merced y esta lo digan. 160
JOAQUINA
Son muy malas.
MARIQUILLA
Son muy puercas.
GRANADINA
Ellas son hermanas mías,
no lo niego; mas protesto,
que con ellas voy corrida
a cualquiera parte.
JOAQUINA
Ya
165
hoy menos os mortifican;
pues las hago que madruguen
las dos y salgan a misa
los días de fiesta; y las otras,
estándose allá metidas 170
en un cuarto, poco importa
que se las lleve Patillas;
pues son raros los que saben
que yo tengo tales hijas.
CHINICA
¡Oh, es bien hecho! Vos estáis, 175
madama, bien instruida
de las cosas de Madrid.
Si veis que vuestras fatigas
no aprovechan igualmente
que en estas dos señoritas, 180
obráis a la perfección
en abandonar las hijas
que os deshonran.
EUSEBIO
Además
que las cuatro os justifican:
estas dos son petimetras; 185
cantan a la maravilla;
saben prender una gasa;
dar el aire a una mantilla;
saben tratar con un hombre;
saben rizar una cinta; 190
son útiles al estado;
las otras son poco limpias;
si acaso un hombre las toma
la mano, gruñen o chillan;
y a una confianza responden 195
con una palabra esquiva.
CHINICA
Meterlas en el Hospicio;
y luego por la comida
de las dos se toma un paje.
ESPEJO
La cólera se me irrita. 200
EUSEBIO
Sin duda, sin duda; pues,
yo soy de la opinión misma.
ESPEJO
¡Oh, señores petimetres!
¡Cómo sois cortos de vista
para penetrar el fondo 205
de la virtud! ¡Oh malicia
de las costumbres!
JOAQUINA
Pues ahora
dejaos de filosofías.
PAULA
Rita; aquí tienes el agua.
MARIQUILLA
Madre, vea usted la salvilla; 210
dos dedos tiene de polvo;
y luego cuando una riña
dirán que es injustamente.
JOAQUINA
No seas tú tan benigna;
tírasela a los hocicos, 215
y otra vez será más limpia.
PAULA
Yo bien la limpiara; pero
sino hay en casa rodillas.
JOAQUINA
¿No teníais delantales,
una toalla o las cortinas? 220
ESPEJO
O, a falta de todo eso,
limpiarla con la camisa,
si la tiene.
JOAQUINA
Esta es tan puerca,
que yo no lo extrañaría.
EUSEBIO
Ya se conoce en la traza: 225
no debieran permitirla
salir aquí cuando hay gente.
JOAQUINA
Como una está alcanzadilla;
porque aunque en los interiores
de casa haya economía, 230
están en calle Mayor
las cosas tan por arriba,
que es fuerza que una criada
a las tres nos peine y vista,
y que estotras dos se cuiden 235
de la escoba y la cocina;
siempre parecen criadas
también estotras dos hijas,
y así nos importa poco
vayan bien o mal vestidas. 240
MARIQUILLA
Márchate adentro.
 

(Vase PACA.)

 
ESPEJO
Señoras:
aunque sea bachillería,
es buena intención, y así
me permitiréis que diga
que es esta desigualdad 245
escandalosa, y arruina
todo el orden inviolable,
no sólo de las divinas
sagradas leyes, sino
también las distributivas 250
del derecho natural,
y de las gentes: ¿Qué?, amiga:
¿Os parece que los hijos
son como las sabandijas,
en las casas, adonde hay 255
de todas las jerarquías;
que unos quieren más al gato
otros a las falderillas;
otros gustan de la mona;
y otros tienen su manía 260
por los pájaros, et sic
de caeteris? Es mentira:
si son de vuestro marido
y vuestras las cuatro niñas,
como creo, que sino 265
allá os lo dirán de misas,
tienen derecho a mirarse
con igualdad asistidas
y amadas. Obligación
es de las cuatro que os sirvan; 270
sí, señor, deben hacerlo;
así el respeto lo dicta;
pero, ¿la mitad criadas
y la mitad señoritas?
¿Quáre causa? ¿A dónde estamos? 275
¡Jesús, qué mala armonía!
¿Qué ley lo manda? Ninguna.
¿Es acaso introducida
costumbre? Pues es muy mala,
y debe ser abolida 280
por perniciosa. Las unas
hijas, como damas ricas,
cargadas de perejiles
de Francia; y las otras hijas
machacando el perejil 285
de la huerta en la cocina.
Así salen unos ajos
que corrompen las familias.
 

(La madre se duerme.)

 
¡Bueno va! No os durmáis
que son estas palabritas 290
un ámbar.
JOAQUINA
Creí que estaba
en sermón, y me dormía.
MARIQUILLA
¿Ha visto usted secatura
mayor de hombre?
CHINICA
Estos golillas
son raros.
GRANADINA
¡Oh, que los hay
295
también que fuman en pipa
de plata!
JOAQUINA
Me ha dado sueño,
como hay Dios, con la doctrina.
 

(Sale PACA.)

 
PACA
Aun no está en sazón el caldo;
por Dios perdona, hermanita, 300
que ya te traeré las sopas.
JOAQUINA
Anda; ponte la mantilla
y trae un cuarto de todas
especias, una panilla
de aceite y catorce varas 305
de cinta de muer, bonita,
verde, para las cofietas,
delantales y manillas
de tus hermanas.
PACA
Y yo,
como usted me lo permita, 310
traeré un cuarto de hilo negro
para coser mi basquiña.
JOAQUINA
Está el tiempo, ciertamente,
para pedir gollerías.
Vaya, y no se meta en más 315
que en hacer lo que la digan.
PACA
¡Paciencia!

 (Vase.) 

ESPEJO
Por no enojaros
no le he dado a la Alfonsita
un duro.
MARIQUILLA
Mejor empleado
estará esta tarde en limas, 320
y en beber.
ESPEJO
¿No valía más
que con la bata tan linda
que habéis dado a la criada
remediaseis a esta chica?
JOAQUINA
A mí me importa tener 325
muy contenta a mi Lucía,
no se vengue con peinarnos
de manera que se rían
de nosotras.
CHINICA
Es muchacha
de mucha ley, muy pulida 330
y de habilidad: usted
no debe jamás reñirla
aunque tenga mil razones.
JOAQUINA
¿Cómo? Yo me guardaría.
GUERRERA
Señora, aquí está un notario. 335
JOAQUINA
Que entre, y acerca una silla.
 

(Sale DON BLAS de notario.)

 
BLAS
No es menester. ¿Vive aquí
mi señora doña Luisa
de Lara?
JOAQUINA
Yo soy su madre;
si algo tenéis que decirla, 340
yo estoy aquí; que ella es tonta
y estará hecha una rodilla.
BLAS
No importa; llámenla ustedes.
JOAQUINA

 (Sobresaltada.)  

En alguna picardía
ha incurrido; o ha vertido 345
el cubo y se le echó encima
a alguien. Señor secretario,
toda estoy asustadita.
 

(Salen las tres.)

 
Esta es.
BLAS
Veníos conmigo
en casa de vuestra tía 350
doña Antonia, que ha tratado
con un señor de Castilla
vuestro matrimonio: él
se os aficionó de vista;
vuestra gracia y humildad 355
le obligaron, y se mira
dudoso hasta que se vea
con mujer que tanto estima.
ESPEJO
Decidle a ese caballero
que hay quien su buen gusto siga; 360
y dándole a doña Alfonsa
la mano, sus peregrinas
virtudes pretenda.
LAS DOS
Sólo
con que madre lo permita
nos podemos resolver. 365
JOAQUINA
De buenas maulas me libra,
y más cuando sus hermanas,
porque ellas rabien de envidia,
casen con estos señores.
CHINICA
¡Desacato!
EUSEBIO
¿Usted creía
370
que yo venía a su casa
a pretender a sus hijas
para casarme? ¡Qué error!
CHINICA
A semejantes mocitas
las galantea el más loco 375
solo por salir del día;
pero ¿para boda? ¡Zape!
LAS TRES
Pues ¿cómo tal osadía?
ESPEJO
Señoras, lo dicho dicho:
las damas de perspectiva 380
parecen en el estrado
y al tocador maravilla
al ocioso; pero ved
cuánto las virtudes brillan,
que a éstas nos llamáis, y son 385
estotras las escogidas.
BLAS
Vámonos, que nos aguardan.
JOAQUINA y GRANADINA
Retirémonos corridas
adentro.
MARIQUILLA
Dejando al mundo
por máxima conocida, 390
que a la que se inclina a todos
ningún bueno se le inclina.
TODOS

 (Levántanse.) 

¡Bella cosa!
PACA
Y yo, poniendo
a esta comedia chiquita,
o sea entremés, por contera 395
una buena tonadilla.
TODOS
Con todos pido perdón
de las faltas cometidas2.



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