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Retórica y Poética

Teofrasto (ca. 370‑ca. 285 a. C.)

José Antonio Hernández Guerrero
María del Carmen García Tejera

Obras

Teofrasto, discípulo de Aristóteles y continuador de su obra, es otro de los autores conocidos por las referencias de Cicerón, de Quintiliano y de Dionisio de Halicarnaso. Su obra, hoy perdida, fue muy alabada por otros retóricos y sirvió de orientación y de estímulo para posteriores definiciones y clasificaciones de las figuras estilísticas. En ella caracteriza el estilo literario mediante cuatro virtudes: pureza, claridad, propiedad y ornamentación.

A partir de algunos datos recogidos por autores posteriores, a Teofrasto se le suele atribuir la distinción tradicional entre los tres estilos ‑sencillo, medio y elevado‑ que, como es sabido, es el desarrollo del precepto aristotélico que impone atenerse a lo «conveniente» y encontrar para cada materia, para cada destinatario y para cada situación, el modo más apropiado de expresarse (Kennedy, 1963: 275). De él se dice que fue el primero que estableció la distinción entre la Sintaxis, la Semántica y la Retórica o Pragmática y que trató sobre la «pronunciación» del discurso. Según Teofrasto, las fuentes del estilo sublime son el talento, la pasión, el uso apropiado de las figuras, la nobleza de la dicción, la dignidad de las palabras y su correcto orden.

Bibliografía

  • José Antonio Hernández Guerrero y María del Carmen García Tejera (1994), Historia breve de la Retórica, Madrid, Síntesis.
  • George A. Kennedy (1963), The Art of Persuasion in Greece, Princeton (New Jersey), Princeton University Press.
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